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Argentina: La lucha continúa

Trabajo
Discriminación y violencia

El Grupo de reinserción laboral + 45 comparte con todos los lectores/as este artículo producido por ellos, el cuál se difundió en el Pre Foro "Rosario sin Violencia", desarrollado a mediados de mes en nuestra ciudad.

Enredando

"Discriminación y violencia", dos palabras que sumadas conducen a la marginación de personas, seguramente en el transcurso del Pre Foro Rosario "sin violencia" surgirán distintas opiniones y causas que originan una y otra, dependiendo de la temática que se trate para su abordaje, donde será difícil de resumir en unas pocas.
Nuestro Grupo viene tratando la problemática de reinserción laboral para los mayores de 45 años desde hace mas de un año, pasando de una situación individual que no desconocida a un planteo colectivo, donde el mercado laboral público y privado discrimina a estas personas para continuar su vida laboral activa. Algo que surge con claridad, que violencia y discriminación laboral, tienen su origen reciente a fines del milenio y hace crisis en el 2001-2002, siendo el mes de mayo de 2002 el que marca la sima de un cambio social en nuestro país, con 24,3 % de desocupación, algo más del 18 % de subocupación y un indicador de pobreza que llegaba al 54 % de su población.
Tremenda destrucción social y conducta de vida de una sociedad ubicada en el sector medio, era más que evidente que traería problemas en la convivencia que vendría e imprevisibles el grado de transformación social que produciría. Todos sabemos que destruir lleva unos instantes y construir puede demandar todo una vida, son procesos desiguales que solo un mago puede cambiar en un abrir y cerrar de manos. Fue así que vinieron varios años de falta de empleo, esa cultura del trabajo no se pudo mantener en millones de hogares. Tiempos de carencias, incertidumbres, surgió toda una economía de subsistencia en un sector de la sociedad mas numerosa, la clase media en sus tres niveles, ingresando en el sector pobre, del que nunca había padecido tantos y menos manejarse con otras normas que no conocían, no quieren y aun se resiste a aceptar. Esta falta de empleo, deja a muchos jefes de hogar sin un trabajo digno, decente y con tal de procurarse un ingreso, se entra en un proceso de destrucción continuo de las personas que es trasladado al entorno familiar, ejecutando tareas de baja calificación y por lo general diferente a su capacitación laboral y/o educativa.
Muchos pasaron por estos procesos individualmente, pero nunca tan largos y colectivo como este último en la historia contemporánea de nuestra país. Así comienza un periodo de destrucción de la familia, desintegración , pérdida de roles de sus integrantes, incluso cambio de ellos, el que procuraba un ingreso tomaba mayor poder, vemos que el padre deja de ser ejemplo para su hijo, el sostén de una educación pierde el sentido ante la falta de futuro, el trabajo precario rompe con los derechos que marcan las leyes vigentes. La oferta laboral sobrepasa varias veces a la demanda y el abuso empresarial aparece, no ejerce violencia pero termina degradando a la persona, destruyendo su estima, el abuso se hace costumbre, pensemos que un 40 % de población económicamente activa tiene un empleo no registrado, si bien los desempleados son menos de un digito y los subocupados demandantes estan también en un dígito, todos sumados integran una fuerza laboral cautiva de quien ofrece un empleo, poniendo o imponiendo las condiciones.
Tampoco es favorable la influencia externa que producto de la globalización y los avances tecnológicos, reduce la vida útil de las personas porque pasan a ser un elemento mas de un proceso, sustituible sin consideración alguna ante nuevas tecnologías, sin contar con la existencia un Estado (Municipal, Provincial y Nacional) que conjuntamente o individualmente analice las consecuencias sociales que ese cambio produce en la población. Ante tamaño problema social, quien tiene que estar presente es el Estado, pero fue destruido en los noventas y recomponerlo lleva tiempo, y si bien salió a repartir algo a muchos, la mayoría vive mal. Pero ese reparto siguió siendo desigual, unos siguieron acumulando riquezas, mientras millones y millones recibían unas pocas monedas y su recuperación, si se logra, será lenta o terminará llegando tarde para muchos. Ya a esta altura, no es fácil ocultar que miles y miles de personas terminan explotando, la violencia es una palabra que toma varias dimensiones según el núcleo social de pertenencia originario de cada uno.
En muchos adultos por ejemplo, termina causando profundas depresiones que los sacan de la actividad económica activa y pasan a ser los desaparecidos sociales que esta dejando éste proceso de falsa recuperación y su final anticipado es el suicidio, por acción directa o por el deterioro psíquico-físico que produce en esas personas. En otros casos potencia la agresividad en el propio entorno familiar y en el andar en la sociedad ante situaciones de injusticia o problemas que en otro momento no hubieran originado una reacción violenta. En los jóvenes, le sacó el ejemplo de la cultura del trabajo de sus padres, porque un magro ingreso o un subsidio no son ejemplo de nada, no ven futuro, solo saben que está el presente y al no tener un mañana todo esta permitido en la mente y accionar de ellos. La vida en el tiempo deja de tener valor, la violencia surge como expresión de esa falta de un mañana mejor, no ven oportunidades que los saquen de su mal vivir y recurren a acciones extremas, donde vivir o morir son las dos caras de una misma moneda.
Esta falta de oportunidades, de ver un camino que conduzca a mejorar la calidad de vida, lleva a que esas personas recurran a la adicción, que como todos sabemos modifican la conducta, drogadicción, alcoholismo, fármacos varios, generan situaciones de despersonalización, se pierde la conciencia, razón, respeto y el auto control. Por ello, desde nuestro grupo planteamos que con prontitud deben surgir normativas que mejoren las oportunidades de empleos para los adultos, especialmente de aquellos que ocupan el rol de Jefes o Jefas de hogar, pero no dándoles un subsidio, sino un empleo decente, con una retribución acorde a su capacidad y experiencia adquirida. Incluyéndolos sin discriminación en la sociedad activa, que avanza al frente, reconstruyendo los escalones de la rota escalera social.
Este año presentamos como iniciativa ciudadana (planteo urgente y transitorio) ante el Concejo Municipal de Rosario y la Cámara de Diputados de Santa Fe, sendas propuestas "proyectos" similares en su contenido pero con trascendencias diferente en un caso es una Ordenanza y en el otro una Ley provincial, ambas la hemos denominado "Empleo para todos, sin limite de edad ni discriminaciones personales". Lamentablemente "nuestros representantes" no han tomado esta problemática con interés para que tenga un pronto tratamiento y luego de transcurridos varios meses las Comisiones no la han tratado en procura de contar con un proyecto que termine con su sanción. También es necesario revisar la legislación para que las personas adultas mayores (+45 años) lleguen a una jubilación digna, como resultado de su trabajo diario que posiblemente tenga que ser con requisitos menores, ya que hay una década o más de tiempo que pasó sin un empleo formal o desempleada y los años siguieron transcurriendo.
No podemos dejar de incluir en este análisis otro desafío a asumir entre todos, conseguir un cambio social de conductas y visiones, la producción y el trabajo, con el empleo como indicador laboral mayoritario, debe asegurar una vida prospera a la poca población que hoy somos. De que vale aumentar el Producto Bruto Nacional o el índice de crecimiento supere el 7 u 8 % anual, sino no se traduce en desarrollo social, mejor calidad de vida de sus habitantes. Triunfando, derrotaremos la violencia.     

Fuente: lafogata.org