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Zapatismo

"Vía campesina": sembrando revoluciones

Claudia Korol
América Libre       

Cuentan que en octubre del 2006, cuando se estén inaugurando la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM – Venezuela) y el Instituto Paulo Freire, el Che saldrá de la emboscada que le tendió el imperialismo en la Quebrada del Yuro, y mirará el camino recorrido por selvas, matorrales, lodazales, montes, ríos; que se reirá con una ancha sonrisa, burlándose de los asesinos

1. Cuentan que el joven Ernesto Guevara, una vez recibido de médico, guardó su título y salió a recorrer América Latina. Cuentan que anduvo visitando leprosarios -lugares de exclusión de aquellos tiempos desparramados en sitios lejanos del continente-. Cuentan que en Perú conoció al doctor Hugo Pesce, médico especialista en lepra, compañero de militancia del "amauta" José Carlos Mariátegui. Durante una prolongada estadía en la casa del médico peruano, Ernesto leyó los textos de Mariátegui, los discutió con su compañero, fue sabiendo de sus análisis sobre el "problema primario del Perú" –el tema de la tierra, el protagonismo de los pueblos indígenas-, sobre el "punto de vista anti-imperialista" (ponencia enviada en 1929 a la Conferencia de partidos comunistas de América Latina, en la que polemizaba con el pensamiento hegemónico de esos partidos, liderados por el argentino Victorio Codovilla).

Después de recorrer Bolivia, de conocer la rebelión coya y aymara, de indignarse cuando vio a los funcionarios del MNR "desinfectando" a un grupo de indígenas que esperaban su turno para entrar a un ministerio (la "revolución del DDT", calificó entonces Ernesto a ese proceso que se decía revolucionario); Ernesto Guevara entendió a Mariátegui cuando hablaba de la necesidad de un "socialismo indoamericano", que no sería "calco ni copia, sino creación heroica de los pueblos".

Cuentan que más tarde, en Guatemala, Ernesto Guevara escribió un ensayo en el que intentaba formular cómo debía ser un "médico revolucionario". En él cuestionaba una manera de ejercer la profesión que no conocía en profundidad los dolores de los pueblos y las enfermedades sociales provocadas por el sistema capitalista, que destruye a hombres, mujeres, y a la naturaleza. Después de la intervención norteamericana en Guatemala, Ernesto Guevara fue a México, con un anti-imperialismo más fundamentado. Cuentan que allí conoció a Fidel, uniendo su suerte a la expedición del Granma, "embarcándose" –como médico primero y como guerrillero cuando fue necesario- en la Revolución Cubana.

Cuentan que desde Cuba partió el Che después del triunfo revolucionario, para aliviar dolores y multiplicar liberaciones, primero en África y después en Bolivia –desde donde pensaba su retorno a la Argentina-.

Cuentan que cuando los norteamericanos creyeron asesinarlo en Bolivia –en octubre de 1967-, Che comenzó a expandirse en rebeldías por todo el continente. Desde entonces, salud y revolución, son dos maneras, Che, de guevariar la vida.

2. En la región amazónica de Venezuela, en el pueblo de Guri, en el estado de Bolívar, un pueblo creado por el desplazamiento de una población afectada por una catástrofe natural en la ciudad de Vargas, se acaba de colocar la piedra fundacional de la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM – Venezuela).

Como fruto de los acuerdos realizados por Hugo Chávez y Fidel Castro en la ciudad cubana de Sandino en agosto del 2005, y con el apoyo activo de las organizaciones campesinas e indígenas latinoamericanas que integran la Vía Campesina, se comenzó a levantar el edificio donde funcionará el primer año de estudio de las y los jóvenes que recibirán el título bolivariano de "médicos comunitarios integrales". El "compromiso de Sandino", se propone unir los esfuerzos de ambos procesos revolucionarios, para formar en un lapso de 10 años a 200.000 médicos de América Latina y el Caribe, como parte de la construcción concreta del ALBA (Alternativa Bolivariana de las Américas).

En esta primer etapa, que se inaugurará en octubre de este año, comenzarán sus estudios 1500 jóvenes latinoamericanos, de los cuales 1000 serán bolivianos, che, semillas de la tierra que regaste con tu sangre.

Después de un año de formación premédica en Guri, los estudiantes se incorporarán a las misiones "Barrios Adentro", donde vivirán junto a médicos venezolanos y cubanos, la experiencia de la práctica médica cotidiana, en los lugares actuales del dolor social, en las zonas de exclusión, en los "leprosarios" del neoliberalismo.

La ELAM, cuyos futuros estudiantes están siendo pre-seleccionados por las organizaciones campesinas y comunitarias en cada país, será una universidad de y para los movimientos populares. Es una propuesta política pedagógica que se propone recuperar los saberes ancestrales de nuestros pueblos, así como el conocimiento médico acumulado en la Academia, para formar médicos militantes de las comunidades, capaces de unir el compromiso con la salud, y el derecho a la vida de nuestros pueblos. Un desafío, un sueño, un nuevo tiempo para sanar antiguos dolores.

3. También este año se inaugurará en Barinas, Venezuela, el Instituto de Agroecología Latinoamericano "Paulo Freire", de estudios campesinos, indígenas, y afrodescendientes. Promovido por las organizaciones que integran la Via Campesina, en esta etapa de debate de los programas y metodología de estudio, se están integrando las experiencias político pedagógicas, y las prácticas agrarias de los sin tierra del Brasil, de los docentes de la Universidad Bolivariana de Venezuela, de los movimientos indígenas del Ecuador, la experiencia de Cuba, y de diversas organizaciones campesinas e indígenas de todo el continente. Se espera inaugurar el Instituto "Paulo Freire" en septiembre de este año, con 250 estudiantes de América Latina. Otra cifra igual se incorporará en febrero del 2007, esperando formar en seis años, a 2000 militantes de los movimientos campesinos, que pasarán por un tiempo escuela, y por un tiempo comunidad, estudiando, trabajando, sembrando las simientes de nuevos esfuerzos de cambiar al mundo.

4. La Via Campesina, está en la base de la creación de estos dos esfuerzos de integración latinoamericana, de carácter político pedagógico, pensados como una nueva calidad de internacionalismo. Se trata de una estrategia de transformación social, que multiplica raíces, semillas no transgénicas, identidad, cultura, memoria, organización y rebeldía. Del nuevo tiempo latinoamericano, y de las posibilidades que el mismo aporta, se toma la oportunidad. Pero no para hacer oportunismo, no para subirse al carro que corre a favor de la corriente antineoliberal que sopla su brisa refrescante. Oportunidad para fortalecer espacios político organizativos de base, comunitarios, en los que se afirme el derecho a la vida, a la educación, a la salud, no como donación de los de arriba, sino como esfuerzo militante, como "creación heroica de los pueblos". Oportunidad para contagiar entusiasmo y conciencia de cambio, anticapitalista, que intenta rehacerse como socialista. Oportunidad para pensar nuevamente las políticas educativas populares, la pedagogía de los oprimidos y oprimidas, descartando las soluciones asistencialistas monitoreadas por el Banco Mundial, destinadas a reproducir la dominación y la pobreza, la miseria ética y la alienación cultural.

5. Cuentan que en octubre del 2006, cuando se estén inaugurando la ELAM y el Instituto Paulo Freire, el Che saldrá de la emboscada que le tendió el imperialismo en la Quebrada del Yuro, y mirará el camino recorrido por selvas, matorrales, lodazales, montes, ríos; que se reirá con una ancha sonrisa, burlándose de los asesinos.

Sabremos entonces que la historia se sigue escribiendo en clave de rebeldía, que estamos aprendiendo de la marcha, que ni Bush ni Monsanto podrán esterilizar las semillas que hoy siguen floreciendo en el continente.

Que las revoluciones seguirán siendo tales, si cuidan la raíz, si "crecen desde el pie".

Fuente:www.lafogata.org