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Latinoamérica

Plan Hambre Cero y Bolsa Familia

Niko Schvarz
Rodela

EL PLAN Hambre Cero, uno de cuyos componentes esenciales es la Bolsa (o Beca) Familia, fue el buque insignia del gobierno Lula desde su inicio. Un reportaje de la revista del PT, Teoría e Debate, al ministro de Desarrollo Social y Combate al Hambre Patrus Ananias, destaca los alcances de la aplicación a lo largo de tres años de este plan, en torno al cual se está consolidando una gran red integrada de políticas sociales. Veamos las principales ideas y los datos que surgen de este balance.

La erradicación del hambre

El ministro arranca con una definición categórica: "Estamos, efectivamente, erradicando el hambre y la desnutrición en Brasil". Recuerda que en su toma de posesión el presidente declaró que si al término de su mandato cada brasileño pudiera acceder a tres comidas diarias, sentiría cumplida la misión de su vida. Menciona a grandes figuras brasileñas que hicieron de este tema el centro de sus preocupaciones, como Josué de Castro (con su famosa Geografía del Hambre), el sociólogo Betinho o el religioso Hélder Cãmara. "Hoy ésa es una posibilidad visible en nuestro horizonte", estima el ministro, para el cual el problema ingresó al campo de los derechos humanos y de las políticas públicas.
La Bolsa Familia había alcanzado hace un par de meses a 8,7 millones de familias, con más de 35 millones de integrantes, y se propone llegar a fin de año a la totalidad de los 11,2 millones de familias situadas bajo el umbral de la pobreza, con cerca de 50 millones de seres. Para el ministro, "éste es el mayor programa de transferencia de renta (ingresos) de la historia del Brasil, y uno de los mayores del mundo, si no el mayor, con presencia en todos los municipios del país". En una nota de un canal europeo veíamos recientemente a una madre de una familia numerosa en una favela de Río mostrando el cartón magnético que le da acceso a la Bolsa Familia.
El programa se complementa con la obligatoriedad de la enseñanza escolar y de las vacunas para los niños, las escuelas de doble turno (segundo tiempo) dotadas de prácticas deportivas, alimentación, refuerzo en la enseñanza y nociones de higiene, programa que con ayuda de Brasil se aplica a Angola. Hay 37 millones de alumnos en planes de alimentación escolar, y se extienden los programas Luz para Todos y Saneamiento para Todos. Ya resulta visible la reducción de la mortalidad infantil, la ayuda y los créditos a la agricultura familiar, la demarcación de tierras indígenas en una superficie superior a Portugal, la mejora de la asistencia en la salud pública.

Trabajo infantil

El ministro insiste en el concepto de que el programa "dejó de ser una visión filantrópica, asistencialista, para figurar en el campo de los derechos". Está integrado por "un conjunto de políticas especiales, acciones gubernamentales y no gubernamentales, que tienden a asegurar el derecho a la alimentación".
En tal sentido se destaca la línea de producción de alimentos, con un notable avance de la agricultura familiar. Con destino al Pronaf (Programa Nacional de Fortalecimiento de la Agricultura Familiar), se cuadruplicaron las inversiones, pasando de 2,2 mil millones de reales en 2002 a 9 mil millones para la próxima zafra 2006-2007. En sintonía, el Programa de Adquisición de Alimentos (PAA) dirige sus compras a la agricultura familiar, garantizando trabajo e ingresos a las familias de pequeños agricultores que producen para el mercado interno. A la vez, se está montando una red para facilitar el acceso a los alimentos de la población de bajos recursos por medio de restaurantes populares, cocinas comunitarias, bancos de alimentos, programas de educación alimenticia, de agricultura urbana e implantación de huertas comunitarias. Se registró también un aumento significativo de la alimentación escolar.
Esto se une a otro Programa de extraordinaria importancia, el de Erradicación del Trabajo Infantil (PETI), el cual transfiere recursos a las familias y a las alcaldías para desenvolver actividades pedagógicas, culturales, deportivas y de refuerzo escolar, con el fin de sacar a niños y adolescentes de la calle. Este Programa permitirá atender hasta fin de año a cerca de 3 millones de seres que constituyen el universo detectado de niños y adolescentes en situación de trabajo precoz, quienes cuentan también con el apoyo de psicólogos y asistentes sociales.

Adultos y discapacitados

Se entregan asimismo beneficios extra a adultos mayores y a personas discapacitadas en situación de pobreza; entre ellos 2,5 millones de personas que perciben regularmente un salario mínimo. Éste aumentó de 200 reales (cuando asumió Lula) a los 350 actuales, uno de sus logros más significativos, como veremos en próxima nota junto con otras realizaciones del gobierno brasileño.
Publicado en La República el 25 de mayo de 2006

Niko Schvarz
nikomar@adinet.com.uy
* Publicista uruguayo, miembro de la Comisión de Asuntos y Relaciones Internacionales del Frente Amplio.   
 
Fuente: lafogata.org