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Brasil
Violencia en la Cámara
La violenta irrupción de 300 miembros del Movimiento de Liberación de los Sin
Tierra (MLST) en la Cámara de diputados distrajo durante unas horas la atención
de los medios sobre la campaña electoral, a la vez que mostró el grado de
crispación de la derecha ante su inminente derrota en las urnas.
Mário Augusto Jakobskind
desde Rio de Janeiro
Brecha
La desesperación de la derecha brasileña ante el mediocre desempeño del
candidato presidencial Geraldo Alckmin parece estar impulsando a los sectores
más radicales a jugar con fuego. Esa es al menos una de las lecturas de la
reacción del Partido del Frente Liberal (PFL) ante la manifestación del
Movimiento de Liberación de los Trabajadores Sin Tierra (MLST) –una disidencia
del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST), la principal
organización que lucha por la reforma agraria en Brasil–, que el martes pasado
irrumpió en la Cámara de diputados, en donde fueron detenidos 497 miembros del
MLST, entre ellos 42 menores. Vidrios y computadoras fueron destrozadas y
decenas de personas resultaron heridas.
Algunos analistas y diputados, como Miro Teixeira del Partido Democrático
Laborista (PDT), manejaron la hipótesis de que hubo infiltración de miembros de
la extrema derecha entre los manifestantes que protagonizaron el enfrentamiento
con agentes de seguridad. El presidente de la Cámara, el comunista Aldo Rebelo,
fue criticado por la derecha por no permitir el ingreso de la Policía Militar al
recinto del Congreso. Ordenó que los manifestantes fueran apresados a la salida,
impidiendo así incidentes de mayores proporciones.
Luego, el senador del derechista PFL Antonio Carlos Magalhães, quien apoyó a la
dictadura militar, pidió la intervención del ejército y atacó duramente al
presidente Luiz Inácio Lula da Silva. Magalhães pidió a los militares que
"reaccionen a tiempo antes de que el país caiga en la desgracia de una dictadura
sindical presidida por el hombre más corrupto que haya llegado a la
presidencia". El senador atacó además al ministro de Defensa, Waldir Pires,
afirmando que los militares están defendiendo a "un subversivo".
Los parlamentarios petistas criticaron la protesta y una nota de la presidencia,
leída en Cámara por el diputado del PT Arlindo Chinaglia, señaló que cualquier
militante del partido que haya participado en la acción deberá responder ante la
justicia. La nota hacía referencia indirecta a Bruno Maranhão, secretario de
movilización del PT, que fue uno de los líderes de la protesta.
LULA BUSCA APOYO DEL PMDB
El lunes pasado Lula se entrevistó con sus principales aliados en el Partido del
Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), los senadores José Sarney y Renan
Calheiros, para ofrecerles la vicepresidencia en su candidatura. Ambos le
dijeron que el PMDB apoyará a Lula de modo informal porque el partido optó por
fortalecerse a nivel regional aliándose con diversos partidos en función de la
realidad de cada estado.
En realidad, Sarney y Calheiros responden apenas por una parte del PMDB, pues de
los 27 estados apenas 13 o 14 seguirán la orientación de estos dirigentes. En
Rio de Janeiro, el PMDB está dispuesto a apoyar a Alckmin, como ya sucedió en
Pernambuco. Sin embargo esta situación puede cambiar en función de una decisión
del Tribunal Superior Electoral según la cual no se podrán hacer alianzas en los
estados diferentes a las que se realicen a escala federal.
Las divisiones en el PMDB son motivadas por su necesidad de obtener cargos para
mantener la maquinaria partidista. Eso los llevó a apoyar al anterior gobierno
de Fernando Henrique Cardoso y, con la misma lógica, al de Lula, después de que
se le ofrecieran algunos ministerios. Si se ve obligado a nominar candidato,
según los analistas, el PMDB lo hará junto al que esté mejor situado en las
encuestas. Lula, por su parte, mantiene la tesis de que en un segundo mandato
deberá contar con el PMDB para asegurar la gobernabilidad.
GOBIERNO PARA LOS POBRES
Esta semana el presidente Lula, al inaugurar una vía férrea en el nordeste,
afirmó que su gobierno fue el que más ayudó a los pobres de Brasil. "Dudo que en
algún momento de la historia de este país alguien se haya preocupado tanto de
los pobres como nosotros."
Lula entró de lleno en el clima del Mundial de fútbol al ofrecer una entrevista
de dos página al diario O Globo, hablando largamente sobre la selección que
compite en Alemania. Elogió al técnico y a los jugadores, pero recordó que en
1950 Brasil era favorito y perdió la final en Maracaná; admitió que el fútbol es
su pasión y que se sentía muy feliz de poder dar una entrevista en la que no
hablara de política. La postura de hincha de la selección parece ser parte del
arsenal de marketing en busca de ganar las elecciones en la primera vuelta.
En los otros partidos comienzan a caer las definiciones. En el Partido Popular
Socialista (PPS), donde se agrupan los ex comunistas, el diputado Roberto Freire
confirmó el apoyo a Alckmin. El PDT lanzará en los próximos días al senador
Cristovam Buarque (ex PT) como candidato a la presidencia. En tanto, en las
huestes de la socialdemocracia (PSDB) se vislumbra una fuerte disputa entre José
Serra, ex alcalde de San Pablo, y el gobernador de Minas Gerais, Aécio Neves.
Ambos aspiran a la presidencia en 2010, al final de un segundo mandato de Lula.