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Declaran caducidad del contrato con la OXY
Eduardo Tamayo G.
ALAI AMLATINA 
En la noche del 15 de mayo, el Ministro de Energía y Minas, Iván Rodríguez, dio 
a conocer un falló largamente esperado: Declaró la caducidad del contrato con la 
empresa transnacional Occidental Petroleum Corporation (OXY por sus siglas en 
inglés) que opera en el bloque 15 del Oriente ecuatoriano, extrayendo más de 
100.000 barriles de petróleo por día, una tercera parte de lo que explotan las 
empresas transnacionales.
La resolución ministerial se basó en el incumplimiento del contrato por parte de 
la OXY al haber transferido el 1 de noviembre del año 2000, el 40% de los 
derechos y obligaciones del Contrato de participación del bloque 15 a favor de 
la canadiense ENCANA sin autorización del Ministerio de Energía, conforme lo 
manda el artículo 79 de la Ley de Hidrocarburos.
La resolución del gobierno ecuatoriano implicará la inmediata devolución al 
Estado de las áreas contratadas, además de la entrega, sin costo y en buen 
estado, de equipos, maquinarias y otros elementos utilizados en la producción 
petrolera, instalaciones industriales o de transporte a la empresa estatal 
Petroecuador.
La decisión del ministro de Energía se sustenta en la petición presentada contra 
la OXY por Petroecuador y por el Procurador del Estado en agosto de 2004.
En un momento en que el petróleo alcanza precios nunca antes registrados y se ha 
convertido en un recurso estratégico muy codiciado, la decisión ecuatoriana de 
declarar la caducidad del contrato con la OXY constituye un golpe a los 
intereses de Estados Unidos y de sus transnacionales.  Aunque la Embajada 
de EE.UU. todavía no se ha pronunciado oficialmente, en anteriores oportunidades 
ha declarado que la caducidad del contrato con la OXY sería considerada como una 
expropiación.  De su lado, la empresa, no descarta recurrir a tribunales 
internacionales, según su vicepresidente en el Ecuador, Daniel Almaguer.
El analista petrolero Henry Llánez Suárez dijo que, en este caso, no procede las 
figuras de la expropiación o de la confiscación de bienes pues lo que se ha 
hecho es aplicar la sanción denominada "caducidad del contrato" prevista en la 
Ley de Hidrocarburos y en los contratos que la propia empresa suscribió con el 
Estado.  "Además de rescatar la dignidad y de que el Ecuador se va a 
beneficiar con más de 100.000 barriles por día, el mensaje que debemos enviar es 
que está vigente un marco legal que deber ser respetado por todos", expresó a 
Llánez a ALAI.
La historia de la OXY en el Ecuador es una historia de inequidad.  Durante 
el período 1999-2004 la transnacional se llevó el 85% de la producción petrolera 
mientras el Estado percibió un 15%, según sostiene Llánez en su libro "OXY, 
contratos petroleros, Inequidad en la distribución de la producción", 
recientemente publicado.  Es más, Llánez afirma que en este mismo período, 
la compañía OXY explotó 92 millones 824 mil 317 barriles, que han generado 2 
.472 millones, cantidad que duplica la inversiones realizadas por la 
contratista, que según sus propios datos, fue de 1.100 millones de dólares.
El caso de la OXY forma parte de la lucha por la defensa y el rescate de los 
recursos naturales, y en particular el petróleo, que se ha extendido en América 
Latina y que también toma fuerza en el Ecuador.  El movimiento indígena 
encabezado por la CONAIE, así como los sindicatos, los pueblos amazónicos, 
organizaciones estudiantiles y ecologistas, artistas y ciudadanos se han 
movilizado en varias ocasiones para lograr que el dubitativo gobierno de Alfredo 
Palacio se decida por aplicar la ley a la transnacional.
Humberto Cholango, dirigente indígena de ECUARUNARI, la mayor organización 
filial de la CONAIE, dijo que esto es un triunfo del movimiento indígena y de 
los movimientos sociales para frenar a las empresas transnacionales que no 
cumplan la ley.  El siguiente paso es luchar por la nacionalización del 
petróleo en el Ecuador y por la inmediata entrega de todas las instalaciones de 
la OXY a la estatal Petroecuador, si no se cumple esto nuevamente nos 
movilizaremos, agregó.
El caso OXY afectará directamente a las negociaciones del Tratado de Libre 
Comercio del Ecuador con Estados Unidos, cuyas conversaciones debían reiniciarse 
a mediados de este mes.  Cabe recordar que los delegados de Estados Unidos 
suspendieron las mismas en el momento en que el Congreso del Ecuador aprobó una 
ley que obliga a las transnacionales a compartir con el Estado el 50% de las 
ganancias de la producción petrolera.  Ahora, la caducidad del contrato con 
la OXY complicará las negociaciones del TLC, según se lamentan las élites 
empresariales ecuatorianas alineadas con Washington, pero al mismo tiempo causa 
satisfacción en amplios sectores de ecuatorianos que se han venido 
manifestándose contra el TLC.
Un currículo oscuro
La hoja de vida de esta poderosa transnacional, fundada en 1920 en California y 
con presencia directa en 9 países e indirecta en 18 más, nos remite a un 
historial de contaminación ambiental, extracción de petróleo en reservas 
biológicas, división y humillación de las comunidades indígenas, utilización de 
trabajo infantil, tratos dudosos con funcionarios locales.
Su presencia en el Ecuador se remonta a 1985, cuando era presidente el 
derechista León Febres Cordero.  En ese año, se firmó un contrato de 
prestación de servicios con la empresa estatal Petroecuador (en ese entonces 
llamada Corporación Estatal Petrolera Ecuatoriana, CEPE).  El petróleo que 
extraía del bloque 15 (en donde se encuentran los ricos pozos de Edén Yuturi y 
Limoncocha) era en un ciento por ciento del Estado, y éste último le pagaba por 
la prestación de servicios.
Sucesivamente se fueron modificando el contrato con esta empresa hasta que en 
1999, durante el gobierno de Jamil Mahuad, se dio un golpe bajo a la soberanía 
nacional.  Se cambió el contrato de prestación de servicios por el de 
participación, con lo cual, a la Compañía se le entregó el 80% de la producción 
y el 20% se quedó el Estado.  El responsable de esta transacción 
perjudicial para el país fue el Dr. René Ortiz, quien fue ministro de Energía de 
Mahuad, y que ahora funge como representante de una asociación de empresas 
transnacionales.
Antes de que se vaya del Ecuador, la OXY debe ser investigada por los daños 
ambientales causados en las regiones donde actuó, especialmente en las áreas 
protegidas como la Reserva Biológica de Limoncocha, una parte del Parque 
NacionalYasuní, la Reserva Faunística de Cuyabeno y el Bosque Protector 
Pañacocha, expresó Esperanza Martínez de Acción Ecológica.  Varios pueblos 
indígenas como los quichuas secoyas, shuar y achuar han sido impactados por las 
actividades de esta petrolera, pudiendo mencionarse la pérdida y tráfico de 
especies, venta ilegal de madera, abusos y divisiones, aculturación e 
introducción de enfermedades, según Acción Ecológica.