VOLVER A LA PAGINA  PRINCIPAL
Argentina: La lucha continúa

La protesta callejera: demostración de fuerza del oficialismo

María Cecilia Tosi

Una multitud intenta avanzar hacia la Plaza de Mayo; lo impidió un espectacular despliegue policial
Foto: Hernán Zenteno
 
El Gobierno impidió un masivo acto en la Plaza de Mayo
Los piqueteros tuvieron que replegarse
 
Una multitud de desocupados, estudiantes y trabajadores quedó varada durante una hora en la esquina de Avenida de Mayo y 9 de Julio
Hubo máxima tensión y caos en el tránsito
 
La batalla entre el Gobierno y los piqueteros por ganar el control de la calle pareció llegar a un punto de máxima tensión ayer, cuando un espectacular operativo policial impidió que una heterogénea multitud compuesta por desocupados, estudiantes y trabajadores realizara una protesta opositora en la Plaza de Mayo.

La marea humana que se había concentrado en el Congreso y marchó por la Avenida de Mayo se topó, a la altura de la avenida 9 de Julio, con un triple cordón de agentes de seguridad. Durante una hora, las primeras hileras de los miles de manifestantes se trenzaron en un tenso duelo con la policía, que incluyó insultos y forcejeos, mientras los camiones hidrantes encendían sus motores y amenazaban con actuar.

La policía cortó el tránsito en los alrededores de la Plaza de Mayo y del Congreso. A partir de las 18, el centro se volvió intransitable. Al embotellamiento de automóviles en una hora pico se sumó la paralización de las líneas A, D y E de subterráneos.

Finalmente, los temidos incidentes no se produjeron. Las columnas de manifestantes decidieron desviar su recorrido hacia el Obelisco y luego enfilaron hacia la esquina de las avenidas Corrientes y Callao. Ahí realizaron un acto rápido y se desconcentraron con tranquilidad. Fueron unas 40.000 personas según los organizadores, mientras que la policía estimó que no superaban los 4000 manifestantes.

Poco después del mediodía, la policía montó una suerte de corralito en torno de la Plaza de Mayo, con vallado y cordones policiales sobre Diagonal Norte, Avenida de Mayo y Diagonal Sur.

Hubo, además, un gran despliegue en la esquina de la Avenida de Mayo y 9 de Julio. Se dispuso un primer cordón de policías con chalecos naranjas para impedir el avance de la marcha, respaldados por una segunda línea de la Guardia de Infantería especialmente entrenada para contener protestas (llamados "los pacificadores") y por un tercer cordón de agentes de Infantería armados con lanzagases. Un avión de la Policía Federal sobrevoló la zona.

Voceros del Ministerio del Interior consignaron que inicialmente se habían dispuesto unos 500 agentes de seguridad, pero que luego se debió reforzar la guardia ante el clima de extrema tensión que se vivió, cerca de las 20, sobre la Avenida de Mayo.

La misma fuente precisó a LA NACION que no se permitió la realización del acto en la Plaza de Mayo porque no tenían garantías de que los desocupados no acamparían ahí, como lo hicieron el mes pasado. Los líderes piqueteros negaron en todo momento que tuvieran esa intención.

"Esto no va a quedar así. En ningún gobierno democrático se negó a la gente manifestarse en la Plaza de Mayo", bramó el piquetero Oscar Kuperman, jefe de la Coordinadora de Unidad Barrial (Cuba).

Composición

El dato distintivo fue que la marcha opositora no era sólo piquetera. Si bien fueron visibles las agrupaciones de desocupados que durante las últimas semanas protagonizaron movilizaciones y cortes, también se encontraban manifestantes que habían marchado desde el hospital Garrahan, con el dirigente gremial Gustavo Lerer a la cabeza; estudiantes universitarios y partidos políticos de izquierda.

Los comisarios que negociaron con los dirigentes habían propuesto que la multitud se desviara por 9 de Julio hasta Belgrano y que realizara el acto sobre Diagonal Sur. Los manifestantes lo consideraron inaceptable.

De todas formas, Néstor Pitrola, líder del Polo Obrero (PO), dijo anoche estar "entusiasmado" por la masividad popular en las calles.

Por María Cecilia Tosi
De la Redacción de LA NACION