Argentina: La lucha contin�a
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Caza desenfrenada
Marcela Valente
Tierram�rica
En los �ltimos a�os Argentina se ha transformado en un im�n para los amantes de
la caza deportiva, no s�lo por el acceso relativamente barato a una amplia
variedad y cantidad de especies, sino tambi�n por la escasez de controles
eficientes para evitar que alguna desaparezca.
El jefe de Fiscalizaci�n de Fauna Silvestre de la Direcci�n Nacional de Fauna,
Marcelo Silva Croome, inform� a Tierram�rica que desde 2002 se observa un
incremento "muy grande" del turismo de caza procedente del extranjero, y admiti�
que resulta "muy dif�cil" evitar los abusos.
El aumento del arribo de cazadores de Estados Unidos y Europa se advierte a
partir de datos recogidos por la Polic�a Aeron�utica, que registra el ingreso al
pa�s de armas portadas por personas que llegan en avi�n. Tambi�n se observa un
crecimiento de los permisos de exportaci�n de trofeos de caza.
Se calcula que alrededor de 7.000 cazadores extranjeros visitan cada a�o el
pa�s, y a ellos se suman, en n�mero desconocido, deportistas y cazadores
furtivos locales, que van detr�s de sus presas por razones comerciales o de
supervivencia en todas las provincias del pa�s.
Silva explic� que por tratarse de un pa�s federal, cada provincia tiene
jurisdicci�n sobre sus cotos y fauna silvestre, y resulta muy complicado el
control nacional de la actividad. "Desde la Direcci�n de Fauna s�lo podemos
regular cu�les especies se pueden cazar y cu�les no", y sancionar los
incumplimientos detectados, remarc�.
"Es imposible evitar la caza de especies protegidas", aleg� el funcionario.
"En algunos casos, por ejemplo el de los pecar�es (Pecari tajacu y Tayassu
pecari, ambas variedades en la lista de la Convenci�n sobre el Comercio
Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres) habilitamos un
cupo (de caza) muy reducido en el �mbito nacional, pero hay provincias que no lo
aplican, y s�lo podemos aplicar sanciones si el cazador intenta sacar un trofeo
de esas provincias", reconoci�.
Esas sanciones consisten en el secuestro de los trofeos y el pago de una multa.
El desinter�s por la protecci�n de la fauna y la impotencia de los controladores
son oportunidades aprovechadas por agencias de turismo que atraen a los
visitantes con la promesa de viajes a su medida para cazar distintos tipos de
animales en pocos d�as, adem�s de disfrutar de bellos y variados paisaje y de
buena gastronom�a.
"Gracias a su extensa geograf�a y a la diversidad de especies nativas, Argentina
es reconocida mundialmente como un para�so para la caza", asegura la empresa
tur�stica argentina Big Hunting para atraer a sus clientes. "Toda la pr�diga
fauna con la que cuenta este pa�s sudamericano se ofrece al cazador extranjero",
a�ade.
La empresa propone paquetes de fin de semana que cuestan de 700 a 2.250 d�lares
para cazar ciervos colorados (Cervus elaphus), jabal�es europeos (Sus scrofa) o
ant�lopes negros (Antilope cervicapra), y otras propuestas por precios de tres
mil 550 a 7.450 d�lares para una semana de caza con gu�a y la garant�a de
llevarse hasta siete trofeos.
La oferta de Safari Travels tambi�n alude al "para�so cineg�tico". "Por su
clima, topograf�a y extensi�n, Argentina permite organizar programas de caza de
las m�s variadas especies todo el a�o", asegura, y promete que las expectativas
del cazador "se ver�n colmadas" por la cantidad de presas a cazar en cada
jornada.
Ciervos dama (Dama dama), axis (Axis axis) y colorados, puma (Felis concolor o
Puma concolor), ant�lope negro, pecar�es, jabal�es, b�falos y (Bubalus bubalis)
son las variedades ofrecidas a los amantes de la caza mayor, por esa agencia,
que propone a quienes practican la caza menor la elecci�n entre diez tipos
distintos de patos, perdices, t�rtolas, palomas, vizcachas, liebres y zorros.
Tanto los funcionarios a cargo del �rea de fauna como los representantes de
organizaciones ambientalistas admiten que Argentina tiene una larga tradici�n en
materia de caza deportiva, pero destacan que tras la crisis de 2002, la
depreciaci�n del peso hizo al pa�s mucho m�s atractivo para los extranjeros.
"Comparado con lo que se cobra en otros pa�ses, Argentina ofrece buenas tarifas
y confort, pero adem�s los controles aqu� son precarios o nulos", explic� a
Tierram�rica Claudio Bertonatti, Coordinador del Departamento de Informaci�n y
Educaci�n Ambiental de la Fundaci�n Vida Silvestre.
La vigilancia que deber�a mantener el Estado se delega en el gu�a o en la
empresa tur�stica, que tienden a incumplir las normas, y adem�s las leyes
vigentes no son buenas, porque fijan cupos para la caza de ciertas especies en
forma arbitraria, sin censos previos, coment�.
Argentina tiene una abundante fauna aut�ctona, pero tambi�n una variada gama de
animales ex�ticos que a veces se expanden en desmedro de especies nativas. Eso
ocurre por ejemplo con el ciervo colorado, introducido hace m�s de un siglo, que
desplaz� paulatinamente al aut�ctono huemul (Hippocamelus bisulcus).
"El problema es que se cazan demasiados animales por d�a de las especies
permitidas, y a veces, en algunos cotos, tambi�n se promueve la captura de
variedades aut�ctonas supuestamente protegidas como el ciervo de los pantanos (Blastocerus
dichotomus), el huemul, o el venado de las pampas (Ozotoceros bezoarticus)",
apunt� Bertonatti.
La Fundaci�n acepta la caza deportiva siempre que se haga en forma sustentable,
respetando las especies, los cupos y las temporadas para cada animal, con los
permisos correspondientes y en los sitios autorizados.
Tambi�n reclama que todos los actores involucrados en la actividad act�en en
forma responsable para evitar la merma de los recursos. En ese sentido,
Bertonatti fue muy cr�tico con las empresas de turismo que no reinvierten en el
estudio de la naturaleza.
"Se jactan de ser la industria sin chimenea, que no contamina, pero a su paso
dejan una huella m�s grande que la pisada de un mamut", ironiz� el
ambientalista, y asegur� que muchos gu�as ni siquiera saben identificar las
especies que est� prohibido cazar.
"El cazador tira a todo lo que se mueve y el gu�a lo aplaude", sintetiz�.
* La autora es corresponsal de IPS. Publicado originalmente el 30 de julio por
la red latinoamericana de diarios de Tierram�rica.