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Argentina: La lucha contin�a

�Quien ser� m�s esquizofr�nico?

Prof. Juan Carlos S�nchez

Las recientes declaraciones del Presidente Kirchner acerca de la esquizofrenia period�stica, tanto de los medios como de los periodistas, nos deben llevar a pensar si, en realidad, este mal no est� extendido en toda la clase pol�tica en lugar de afirmar el padecimiento de quienes escribimos acerca de la realidad de todos los d�as.
 
Sin dudas, parece olvidar que este a�o tan particular, debido a la celebraci�n de las elecciones legislativas, es un tiempo en el cual se deben extremar las precauciones con respecto a las formas en las cuales se realiza la actividad gubernamental, separando claramente la gesti�n de la campa�a electoral. Sin embargo, como bien sabemos, el justicialismo vuelve a las andadas con sus viejas pr�cticas clientelares y su rancia demagogia mientras la muerte y la discapacidad est�n a la vuelta de la esquina en m�s del 50% de la poblaci�n argentina.
 
Como si fuera poca cosa, la actividad pol�tica y social argentina se encuentra caracterizada por los internismos existentes en sus organizaciones e instituciones, los cuales reflejan las distintas pujas de poder en el seno de ellas que influyen de diversa forma en la actualidad tan vol�til que hoy advertimos.
 
Si bien las pasiones y las ambiciones son absolutamente humanas, cuando ellas son exhorbitantes perjudican a las actividades en las cuales se desarrollan e impiden encontrar la mesura necesaria para el buen funcionamiento de los entes que movilizan a la vida pol�tica y social.
 
En tiempos preelectorales, se advierte una mayor movilizaci�n de la dirigencia pol�tica partidaria en aras de satisfacer ambas caracter�sticas que hemos mencionado, al igual que en el resto de la dirigencia social. Sin embargo, teniendo en cuenta el actual unicato generado por Duhalde, ya quebrado por la disputa por el electorado bonaerense, nos debe llevar a pensar en la posibilidad de un nuevo proceso de deslegitimaci�n de la clase pol�tica si le sumamos la actual atomizaci�n de la oposici�n al justicialismo.
 
Si comenzamos a ver el panorama pol�tico, podemos advertir el fuerte viraje del ARI hacia la derecha, con la incorporaci�n de Olivera, viejo l�der del delarruismo porte�o; la conformaci�n de un polo de centro derecha con Macri y L�pez Murphy, constituyendo un intento de fuerza alternativa que, en realidad, es el intento de una vuelta al pasado, de un regreso al derrame de los `90 con el apoyo de viejos menemistas reciclados y asomando un futuro frente con Sobisch, de cara al 2007 y la precaria instalaci�n del binomio de Rodr�guez Sa� y Menem, como una intentona de seguir perpetuando el feudalismo existente en sus provincias, al cual pretenden nacionalizar.
 
Por otro lado, por la centro izquierda, nos encontramos con la constituci�n de un polo conformado por Mario Cafiero y otro, por Alicia Castro que tiene d�biles probabilidades de constituirse en una alternativa para octubre mientras que la izquierda sigue en su eterna di�spora, sin consensuar posiciones frente a las actuales condiciones de la democracia representativa y sin repensar su rol para la conformaci�n de un ideario y de una praxis tendiente a un cambio sustancial de lo democr�tico; es decir, allanar el camino hacia la democracia participativa, tal como se viene evidenciando en el proceso pol�tico en Bolivia despu�s de la ca�da del Presidente Mesa.
 
Sin embargo, este internismo tan feroz en el justicialismo amenaza con sus posibilidades para octubre pero tambi�n, sin dudas, con la debilitaci�n de la representatividad que ya es demasiado profunda de por s�. Asimismo, revela la fuerte disputa por el liderazgo de la hegemon�a que no es amenazada, ni por asomo, por una oposici�n sumamente debilitada por su falta de cohesi�n. De todas maneras, no se puede dejar de reconocer la habilidad de la derecha para tratar de encontrar la cohesi�n necesaria para sus propios fines, lo cual es producto del poder econ�mico como de la incapacidad de la izquierda por buscar una praxis tendiente a generar expectativas en la ciudadan�a.
 
Este panorama se viene modificando en varias instituciones y organizaciones como los sindicatos. La aparici�n de nuevos dirigentes y de nuevas fracciones han provocado la emergencia del rechazo a la burocracia sindical peronista como en el caso de los subterr�neos, de los hospitales de la Ciudad de Buenos Aires...
 
Ante esta coyuntura, nos podemos preguntar � qui�n ser� m�s esquizofr�nico ? � el periodismo o nuestra benem�rita clase pol�tica ? � el Presidente Kirchner o los periodistas ?. Estas preguntas tienen una clara respuesta, si comenzamos a atar cabos con respecto al panorama pol�tico actual en donde Lavagna afirma que no se ha incrementado la brecha entre ricos y pobres, lo cual resulta de una inexactitud tal que niega lo que se ve en las calles de la Argentina; se pone de manifiesto nuestra exageraci�n, cuando el cholulaje presidencial prefiri� recibir a Gin�bili y esquivar a los Ni�os del Pueblo, lo que hemos se�alado muchos colegas y se pretende que dejemos de lado nuestro costado cr�tico, frente a la tragedia que viven millones de argentinos.
 
� El Presidente Kirchner y el Jefe de Gabinete Fern�ndez sabr�n lo que es la pobreza y la indigencia ?. Me temo que no, que tan solo piensan en perpetuarla para su propio beneficio, al igual que de sus parientes, clientes y amigos. Y es evidente, dada la ausencia de pol�ticas p�blicas destinadas a la erradicaci�n de estos males sociales que afectan al pueblo argentino y que lo excluyen de nuestra sociedad.
 
Por favor, antes de hablar de esquizofrenia, esperemos que piensen todos los integrantes de la clase pol�tica, si verdaderamente representan al pueblo o si son meros ejecutores de los Due�os de la Argentina.
 
Y como quien dice, amigo lector, piense... � qui�n es el esquizofr�nico, el periodista que dice la verdad de la milanesa o los personeros del poder econ�mico que pretenden llamarse justicialistas en medio del injusticialismo actual ?.   


Prof. Juan Carlos S�nchez
Cs. Jur�dicas, Pol�ticas y Sociales
(I. S. P. "Dr. Joaqu�n V. Gonz�lez") 



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