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Argentina: La lucha contin�a

La calesita del poder

 Prof. Juan Carlos S�nchez
Cs. Jur�dicas, Pol�ticas y Sociales
(I. S. P. "Dr. Joaqu�n V. Gonz�lez")

En estos d�as turbulentos en donde acaparan la atenci�n de nuestras mentes el aniversario de la tragedia de Once y del asesinato de Sergio Schiavini, vemos que la calesita pol�tica sigue girando al paso de los c�lculos electoralistas con vista a octubre.

Es la misma que, desde hace a�os, tiene los mismos ocupantes y que tiene el firme prop�sito de seguir mirando para otro lado, con respecto a las responsabilidades que les caben de acuerdo con la Constituci�n Nacional. Y no tienen intenci�n de bajarse, porque siguen sacando la sortija; vale decir, nuestros votos...

Indudablemente, nada los hace temer. Ni los fuertes reclamos del piqueterismo duro, a quienes ha respondido el Presidente Kirchner mediante  un mensaje, por intermedio de personajes nefastos de Radio 10, como Longobardi y Gonz�lez Oro, destinado al cese de los cortes de rutas por "perjudicar al conjunto de la poblaci�n", en un claro giro hacia la derecha mientras Blumberg vela sus armas...

Al igual que durante el mandato del Emperador Carlos I� de Anillaco, la soberbia sobresale de la mano de la demagogia inagotable, como cual Per�n del `45. Claro, es tiempo de internas despiadadas como la disputa del territorio bonaerense y el tejido de alianzas para buscar un nicho potable en la Ciudad de Buenos Aires, mientras se olvidan de las innumerables demandas sociales que dej� el neoliberalismo de los `90 a�n m�s vigente que entonces. El trabajo, la salud, la educaci�n, la justicia, bien gracias...

La calesita sigue girando, con el discurso trillado de los Derechos Humanos, mientras se acerca la Marcha por la Vida, por los 100 ni�os que se mueren por d�a en nuestro pa�s; Cromagnon, se cobra una vida m�s, gracias a la presi�n impuesta por el poder sobre una madre como Mariana M�rquez, quien supo decir lo que muchos callan en una interpelaci�n al Jefe de Gobierno, Dr. An�bal Ibarra; Schiavini, un caso claro de gatillo f�cil cuya responsabilidad objetiva fue reconocida y ahora, en una nueva comedia de enredos, se "olvidan" de designar al representante para la soluci�n amistosa convenida con la Corte Interamericana de Derechos Humanos y una madre coraje que sigue clamando justicia despues de 14 a�os; 4.000 presos por reclamar sus derechos econ�micos y sociales, entre ellos los 15 de la Legislatura, quienes siguen esperando justicia a sabiendas de la operaci�n ejecutada por sus subordinados y las patotas pejotistas en todo el pa�s y la pobreza y la indige ncia, creadas por un modelo basado en la especulaci�n financiera que ha sumido a millones de argentinos en la desocupaci�n permanente, salvo la esclavitud del trabajo en negro, mientras se paga la deuda externa a rajatabla para cumplir con el FMI.

Por supuesto, ella sigue girando para dar vueltas enteras alrededor del mundo, gracias a los clientes que aportan gran parte de las sortijas para ello. Desde luego, cuentan con chorip�n y vino, chapas y colchones, m�quinas de coser y bolsas de alimentos... para entregar en agosto y septiembre a quienes sus punteros indiquen. Eso s�, tambi�n votan los muertos y el presidente de mesa niega el voto a una persona con discapacidad, todo vale para dar una vuelta m�s...

� Alguna vez se romper� el mecanismo de este carrousel imparable ?. Sin dudas, es la pregunta del mill�n mientras los que so�amos con una Argentina distinta seguimos luchando contra la cultura de la joda, la coima y el acomodo... La misma que perdura a trav�s de los a�os y que leemos en los Boletines Oficiales de cualquier jurisdicci�n, con nombramientos de amigos y parientes, con adjudicaciones de licitaciones cuyo control est� en manos amigas...

Parece ser que no basta que se caiga el techo de un colegio secundario, mueran 193 j�venes o Chab�n salga en libertad, que Mar�a Julia, los genocidas y los gatillo f�cil sigan paseando sin que nadie los moleste. En realidad, nada basta salvo que les saquemos la sortija para que se bajen pero esa es nuestra responsabilidad, antes que otros viejos conocidos la saquen para terminar de destruir lo poco que nos queda...


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