|  
        
        Argentina: La lucha continúa 
     | 
  
|  
    | 
  
Brutalidad de Barrios de Pie hoy en Rosario
Por Ernesto Torres (((i))) Rosario - 
Compas, este es el tipo de noticia que no me dan ganas de redactar. Voy a 
tratar de ser breve porque me duele el cuerpo, estoy cansado, y para colmo de 
males acabo de leer el ¿patético? ¿vergonzoso? ¿verdaderamente increíble? 
comunicado de Barrios de Pie, tan mentiroso que sorprende. La lectura de ese 
pobre texto no me amarga más de lo que ya estoy, pero sí confirma lo que comentó 
alguien aquí en Indymedia: Barrios de Pie ha llegado a un lugar del que no se 
vuelve. 
Los hechos sucedieron de la siguiente manera: 
A partir de las 11 de la mañana, se concentraron en la plaza Sarmiento 
organizaciones de desocupados, políticas y de derechos humanos opositoras al 
gobierno nacional. Se encontraban presentes la Comisión por la Libertad de los 
Presos Políticos y el Desprocesamiento de los Luchadores Populares, cuya bandera 
encabezó la marcha, y la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos de 
Rosario, el Comedor Comunitario Madres en Lucha, el Centro Comunitario Flamarión 
Sur, el CTD Anibal Verón en el Frente Darío Santillán, el Polo Obrero, la Cuba-MTR, 
Refundación Comunista, PC, PO, PTS, Convergencia Socialista y AMSAFE Rosario.
La marcha tenía como objetivo dirigirse hacia la plaza 25 de Mayo, donde se 
pretendía realizar un acto, del cual partiría luego una delegación para entregar 
un petitorio al presidente Kirchner, con los reclamos reivindicados por las 
organizaciones piqueteras en las jornadas nacionales de lucha: universalización 
de los planes, aumento de los planes a $350, libertad de los presos políticos, 
entre otras exigencias. 
La marcha, de unas doscientas personas, entre las cuales se contaban numerosas 
familias, mujeres y niños, caminó por San Luis, dobló por la peatonal San Martín 
y luego por peatonal Córdoba. Durante todo el trayecto la marcha fue acompañada 
por clara presencia policial, tanto adelante como detrás, donde había cuatro 
motos siguiendo a los últimos caminantes a pocos metros de distancia. Sin 
embargo, al llegar a la plaza 25 de Mayo esto cambió. Allí, en Laprida y 
Córdoba, frente a la esquina donde había integrantes de Empleados de Comercio 
repartiendo volantes, había una valla que se abrió, cinco policías que se 
quedaron mirando todo lo que iba a pasar, y el resto de la presencia policial se 
desvaneció. 
Una cuadra mas allá, en Buenos Aires y Córdoba, un grupo de alrededor de 100 
personas, casi todos ellos varones, y la mayoría de ellos identificados con 
pecheras celestes y blancas que decían "Barrios de Pie" y negras que decían 
"Barrios de Pie Seguridad", cortaban el paso. Empezaron a insultar a la marcha 
opositora, gritándoles que "no los vamos a dejar pasar" y "estamos hartos de 
ustedes". La situación se tensó inmediatamente. 
Norma Ríos, de APDH Rosario, que estaba en la cabecera de la marcha, intentó 
dialogar con el grupo de Barrios de Pie, asegurándoles que no se pretendía 
llegar hasta el acto y la intención era solo la de presentar un petitorio. Hubo 
insultos como respuesta, entonces la gente que llevaba la bandera de Libertad a 
los Presos Políticos dió la vuelta, hacia la plaza, buscando alejarse de la 
columna oficialista. En ese momento los integrantes de Barrios de Pie avanzaron 
a los gritos y empezaron a golpear a los manifestantes. 
A partir de acá todo empezó a pasar muy rápido. Corrí a fotografiar a los 
lugares donde veo que se está golpeando a la gente. La primera foto de 
agresiones que hago es de un pibe del PC, tirado en el piso, con la boca 
sangrando y seis o siete tipos de Barrios de Pie encima. La siguiente agresión 
que veo es una piba del Polo Obrero, que vendía diarios del Partido Obrero, con 
los periódicos tirados y recibiendo un golpe en la cara. Más cerca de Laprida, 
veo otro grupo golpeando a alguien que no llego a identificar y cuando me paro a 
fotografiar, me golpean en la cara con un palo. Me arrancan la cámara de fotos 
de la mano y cuando les grito que me la devuelvan, me golpean nuevamente y me 
tiran al piso, donde me siguen golpeando. 
Este momento no lo recuerdo claramente, sí recuerdo cuando me sacaron a rastras 
de abajo de los tipos de Barrios de Pie que me estaban golpeando. En este 
momento quiero agradecer fuertemente a Cecilia y Alicia del Polo Obrero, a Ana 
del Comedor Madres en Lucha y a Norma Ríos, de APDH, que fueron las mujeres que 
me sacaron de abajo de la patota. Algunas de ellas recibieron golpes a cambio, 
por su acción solidaria conmigo. 
Ellas me dijeron que los tipos eran cerca de quince y que yo prácticamente 
desaparecí debajo de ellos, que me perdieron de vista durante algunos momentos 
mientras me golpeaban. También me aseguraron que escucharon claramente cómo 
identificaron que los estaba fotografiando y que el líder del grupo les ordenó a 
otros "sacale la cámara": 
Luego de eso, yo estaba completamente enfurecido y les seguía gritando que me 
devuelvan la cámara. Mientras Norma me alejaba del grupo, uno de los tipos me 
señaló y me dijo "andate o te reventamos". Alrededor, otros tipos me gritaban "andate, 
andate". 
Luego de eso encaré a uno de los policías que estaba mirando tranquilamente el 
espectáculo, a unos veinte metros de donde me golpearon, y le dije que me habían 
robado la cámara. El policía dijo "sí, sí" y se alejó caminando. La gente de la 
marcha opositora se reagrupó detrás de la esquina de Laprida y Córdoba. 
Me metí en un locutorio para llamar rápidamente a la radio y dar el alerta de lo 
que estaba pasando. Cuando salí no quedaba nadie que yo reconociera en esa 
esquina. Luego me enteré que los patoteros de Barrios de Pie habían vuelto a 
arremeter contra los manifestantes y habían agredido también a los seis o siete 
integrantes de la Comisión de Acción Gremial de Empleados de Comercio que habían 
estado volanteando en la esquina. 
Estaba solo. Vi otro policía y volví a denunciarle que me habían golpeado y 
robado la cámara y le pregunté si iba a hacer algo. Me dijo que tenía que 
consultar al jefe de su sector y se fue caminando. Seguí caminando por la plaza 
tratando de ver qué había pasado y de golpe noté que se habían reagrupado una 
buena cantidad de integrantes de Barrios de Pie en Buenos Aires y Córdoba. Ellos 
también me vieron y el mismo de antes volvió a señalarme y gritarme "andate" y a 
insultarme. 
Me acerco a tres de la Guardia Urbana Municipal que también practicaban el arte 
del buen mirar y les dije "aquellos me están amenazando". Me dijeron que no 
podían hacer nada y que le pidiera ayuda a la policía. Veo entonces al mismo 
policía con que había hablado antes, que tenía al lado a Miguel Galichio, 
movilero de una frecuencia modulada de la ciudad, que era el único otro 
periodista que presenció los hechos. Miguel se quejaba por la zona liberada 
policial que había tenido lugar. El oficial de policía me mira y me dice que si 
estoy dispuesto a ir a ver si reconocía a los que me habían robado la cámara de 
Indymedia Rosario. Le dije que sí y llamó dos policías más. 
A todo esto, a Barrios de Pie se había sumado una columna del FTV y habían 
descendido por Córdoba hacia el Monumento. Bajo una cuadra con los tres policías 
y Miguel y en la esquina de J.M. de Rosas y Córdoba me encuentro a Julio López, 
rodeado de algunos integrantes de Barrios de Pie. No reconozco a ninguno de los 
que le rodea como los que me habían golpeado, salvo uno de ellos, que lo había 
visto en la columna que cortó el paso a la marcha opositora antes de los golpes. 
Le grito a López para que se acerque y lo hace. Empezamos a discutir y me niega 
todo, que ellos no me habían golpeado, que ellos no roban cámaras. Le digo que 
estaba mintiendo, que quizás quería quedar bien con los integrantes de Barrios 
de Pie que lo rodeaban y que no habían presenciado la cacería de la otra cuadra, 
pero que a mí no me podía engañar porque los golpes los tenía en la cara. 
Finalmente López asume la ficción que luego aparece redactada en el comunicado 
de Barrios de Pie: que fueron provocados, que vinieron a "arruinar la fiesta" y 
que si habían hecho eso, los golpeados se la tenían que aguantar. Le digo que si 
los periodistas que fotografiaban los golpes también se la tenían que aguantar, 
a lo que el responde "si viniste con la marcha, te la tenés que aguantar". Le 
digo que él es responsable políticamente de la acción de los patoteros de 
Barrios de Pie, aunque no haya estado en la otra cuadra, y que lo voy a 
denunciar por todos los medios posibles, a lo que López responde "denunciame".
Luego de eso me retiré y conté todo esto en un flash informativo por Aire Libre, 
que es el que los compas publicaron en Indymedia. Luego hice la denuncia en la 
Segunda. Allí me di cuenta de los golpes que tenía: un golpe en la boca, golpes 
y rasguños en el rostro, y un corte en la oreja derecha que había sangrado mucho 
y de la cual ni siquiera me había dado cuenta hasta ese momento. Durante la 
tarde denuncié la agresión a diversos medios. Algunos pretendieron reducir lo 
ocurrido a un "enfrentamiento entre grupos", obviando algunos hechos gravísimos 
que hay que destacar: la zona liberada por la policía, la absoluta ausencia de 
cobertura de los medios en el lugar, y por supuesto, la evidente y deliberada 
agresión a la prensa que realizaron los integrantes de Barrios de Pie. Me 
golpearon porque era la única cámara de fotos registrando las agresiones en toda 
la cuadra. 
La cámara robada pertenece a Indymedia Rosario y es la única que andaba mas o 
menos bien. Tenemos otra, pero tiene tantos problemas, en particular en la ficha 
de conexión con la PC, que es prácticamente inusable. Gracias a Barrios de Pie, 
Indymedia Rosario, que se encuentra completamente desfinanciada, se queda sin 
cobertura fotográfica. Gracias Julio López, gracias a todos los patoteros de 
Barrios de Pie.