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Argentina: La lucha continúa

La tercera "contra-cumbre" y la intifada piquetera

IAR-Noticias

Operaciones sincronizadas de guerra de guerrillas callejera contra Bush quebraron la "monotonía" de las protestas "pacifistas" y le restaron protagonismo a la naciente dupla Chávez-Maradona en la Cumbre de Mar del Plata.

La tercera "contra-cumbre" y la intifada  piquetera opacaron el protagonismo de Chávez-Maradona y del oficialismo kirchnerista que realizaron una concentración con 40.000 personas en el estadio mundialista.
Lejanos de la conocida y repetida  "guerra mediática" de Chávez contra Bush, del protagonismo de Maradona en carácter de nuevo lider social "anti-Bush",  piqueteros y grupos de izquierda le avisaron a Bush y a sus lacayos latinoamericanos que en la Argentina no todo es pacifista ni está sometido al sistema imperante.
En acciones coordinadas y organizados tácticamente jóvenes activistas de grupos piqueteros y de ultraizquierda quebraron la "monotonía oficialista" de la Cumbre de Mar del Plata incendiando y destruyendo locales de bancos y comercios (principalmente trasnacionales) a su paso.
Armados con hondas y palos, el grupo de militantes comenzó a agitar el vallado que separaba las siete cuadras de manifestantes de los 6.800 policías y gendarmes que custodiaban las 250 manzanas blindadas.
El viernes a la noche  había 78 detenidos (62 hombres, 4 mujeres y 12 menores). Pertenecían, según trascendió, a las agrupaciones MST, PO, PCR, CCC y Quebracho, algunas de las acusadas de haber intervenido.
Entre los detenidos, hubo dos periodistas: una brasileña, luego liberada, y el francés Mathieu Labeau, por quien se pidió un hábeas corpus.
Eran las 17.25. A esa hora, a sólo seis cuadras, empezaban a llegar al Hermitage los presidentes para sacarse la foto más esperada de la Cumbre.
Pero ese acto quedó opacado por la intifada que comenzó cuando del lado de la Policía se arrojaron gases lacrimógenos y, del otro, los manifestantes respondieron con piedras y bombas molotov. Fue el inicio de una guerra callejera asimétrica.
Las acciones tuvieron su epicentro en la zona del vallado que custodia la Cumbre de las Américas, que comenzó oficialmente en Mar del Plata, y fueron ejecutadas -según la estimación de varios medios, entre ellos la CNN- por algo más de un millar de cuadros organizados que se desprendieron de una marcha de organizaciones piqueteras y de izquierda que protagonizaron la "tercera contra-cumbre".
Participaban de la marcha el Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST) y su brazo piquetero, el Movimiento Teresa Vive; el Polo Obrero (PO) y sus referentes políticos del Partido Obrero; el Movimiento Territorial Liberación (MTL), del Partido Comunista; la Corriente Clasista y Combativa (CCC) y el Partido de Trabajadores Socialistas (PTS).

Los manifestantes marcharon por la Avenida Independencia hasta Colón, desde donde llegaron a la Avenida Corrientes. Allí, cerca del Teatro Auditórium y el Hotel Hermitage se encontraron con el vallado que delimita la amplia zona de exclusión que custodia la Cumbre.
En ese sector, y tras el repliegue del grueso de la marcha surgieron los grupos que organizadamente comenzaron una intifada contra las fuerzas represivas que arrojaban bombas de gases lacrimógenos y efectuaban disparos con balas de goma.
No fue una protesta convencional sino que fue un simulacro casi de combate militar, con ataques, repliegues y desmovilización que comenzó pasada las 16 hs. mientras hablaba Kirchner en la cumbre de presidentes.
Los combatientes callejeros, armados solamente con piedras y hondas, se enfrentaron al poderoso aparato blindado de seguridad desplegado para defender a Bush y sus presidentes-empleados que protagonizan la farsa de la cumbre oficial.


Muy jóvenes, portando mochilas desde donde extraían las piedras y las improvisadas bombas molotov, aparecían y desaparecían, y ejecutaron un repliegue también organizado cuando las fuerzas represivas de la Policía Federal comenzaron a desplegar centenares de efectivos provistos con carros y grueso armamento antimotines.
No fue una protesta sino un ensayo sincronizado de lucha de calles como se daba en la década del 70, no con furia histérica, sino con metodología y accionar militante.
Se estima que más de tres decenas de locales fueron incendiados, destruidos o dañados, durante el repliegue táctico de la intifada piquetera en Mar del Plata.
Luego de arrojar piedras y todo tipo de objeto contra las fuerzas policiales que los reprimían con gases

 

lacrimógenos y balas de goma, los manifestantes incendiaron una sede del Banco Galicia tras arrojar una bomba tipo molotov.
Además rompieron los vidrios de locales de las empresas Arcor, Movistar, MET AFJP; Swiss Medical Group; CTI, Supermercados Toledo y Havanna.
"El humo, las piedras, las ondas, los gases lacrimógenos fueron los protagonistas de los terribles accidentes, mientras avanzaban sobre los activistas", señala el diario derechista Infobae.
"Los efectivos de la policía detuvieron a 60 manifestantes", indica la agencia de noticias DyN sobre la base de datos del Ministerio de Seguridad bonaerense.
"Los manifestantes se enfrentaron a la policía a piedrazos, arrojaron bombas molotov y provocaron destrozos en la mayoría de los comercios ubicados a los largo de la avenida Colón", indica el también derechista diario La Nación.
Tras esas acciones  comenzó una también organizada represión con efectivos que superaban 10 a 1 a los jóvenes combatientes callejeros,  y las cámaras mostraban un guerra de David contra Goliat, piedras y hondas, contra el poderoso aparato represivo montado para proteger a Bush,
Luego, cuando una cantidad impresionante de represores policíacos comenzaron a rodear la zona en una maniobra de pinzas, se replegaron destrozando comercios y locales, preferentemente de firmas multinacionales.
Los conductores de TV (tanto locales como internacionales), todos de ideología "progre" y pacifista, desplegaron su habitual arsenal de calificativos  tales como "violentos", "extremistas", "activistas de ultraizquierda", "piqueteros duros", etc, mientras las imágenes con humo y destrucción conferían otro escenario a la "ciudad feliz" elegida para la farsesca cumbre de presidentes.
En la ciudad de Buenos Aires los incidentes detonaron el "miedo" a los atentados en el subterráneo que, con grandes dificultades por el paro sindical, seguían funcionando casi vacíos, dado que los usuarios asustados decidieron trasladarse en micros causando caos y concentración en las terminales.

La intifada: los unos y los otros

La intifada piquetera mostró al mundo "otra versión" del anti-Bush diametralmente opuesta (como expresión funcional) al de las columnas "civilizadas" que escucharon las arengas de Chávez en el estadio mundialista.
La multitud que aclamó a Chávez y a Maradona, una dupla antiimperialista de última generación,  es gente "pacifica", intelectuales, profesionales, artistas, gente integrada y subsidiada por el sistema, demócratas y devotos de las elecciones organizadas por los políticos, y cuyo "anti-Bush" no pasa del discurso y de la expresión de deseos.
La gente que vitoreó a Chávez en el estadio mundialista  de Mar del Plata forma parte de las mayorías "progres", cuyo antiimperialismo no pasa más allá de pedirle a EEUU que cambie a Bush por un demócrata, si es Clinton o Kerry, mejor.
Los "progres " pertenecen a esa clase media que durante la guerra de Malvinas  apoyó a Galtieri en Plaza de Mayo, y que,  defraudados y convertidos en "antimilitaristas" votaron y apoyaron luego con alma y vida a Alfonsín.
Caído en desgracia Alfonsín (después de entregar medio país a las multinacionales) combatieron contra Menem, y terminaron en los brazos de la Alianza de De La Rúa y Chacho Alvarez.
El matrimonio duró muy poco, ya que luego, en diciembre de 2001, servirían como la columna vertebral callejera del "Cacerolazo" armado por Duhalde y el aparato del PJ para voltearlo a De La Rúa.
Hoy son devotos fervientes de Kirchner, quien los convirtió en la columna vertebral "ideológica" de su proyecto político que, salvo firmar los planes de ajuste del FMI y acumular poder electoral, nadie sabe de que se trata.
A Chávez parece que sus operadores políticos locales le vendieron que los progres civilizados que lo escuchaban en el mundialista eran nacionalistas, antiimperialistas y bolivarianos.
Terminado el acto "anti-Bush", con la sensación del deber cumplido, los progres se van a casa a consumir televisión y productos capitalistas como cualquier hijo de la derecha argentina.
Los que hicieron la intifada (a quien el sistema llama "provocadores" o "violentos") no andan en la política de los buenos modales y el pacifismo que impone la civilización controlada desde el Departamento de Estado norteamericano.
Más que "discursear" el antiimperialismo, les gusta mostrarlo en la práctica, muscularmente.
Por eso, en medio de la paz y el dominio consolidado con urnas y elecciones periódicas, suelen hacer ensayos de guerra militar con piedras y hondas arremetiendo duro contra el aparato represor del sistema y sus símbolos económicos: bancos y empresas transnacionales.
La mayoría de esos argentinos, al contrario de los progres, cree que la paz y la democracia made in usa son la ganancia del dominador.
Que mientras subsistan serán la paz de los cementerios y de la explotación capitalista con hambre y marginación social.
Funcionalmente, los antiimperialistas de la intifada callejera, los que el viernes le quitaron protagonismo a Chávez y a otros próceres emblemáticos" del progresismo, están en las antípodas del progre antiimperialista de boca para afuera.
Su metodología de acción callejera es rechazada tanto por los progres como por la derecha que coinciden en el mismo discurso y las mismas calificaciones para desterrarlos del mundo civilizado de los "demócratas" impulsado por Washington, y  que comparten.
Por lo tanto, a los de la intifada callejera, a los que quieren seguir el ejemplo del Che Guevara, de Lenin, o del mismo Fidel Castro cuando era revolucionario, los llaman "violentos", la mayoría de las veces con el adosado de "vándalos".
Lo que revela otra cosa: los progres conocen de antiimperialismo, como Maradona (su nuevo ídolo) conoce del Imperio capitalista estadounidense que dice combatir por "dignidad".
En línea general parecen creer que Cuba, la Unión Soviética y lo que en algún momento se pareció a una revolución fue hecho con urnas, elecciones, políticos y marketing televisivo.
Como consecuencia de este doble discurso y de deformación ideológica, los progres odian a los piqueteros de la intifada tanto como odian a Bush. O quizás más.
Si les dieran la posibilidad de un plebiscito en la Argentina, los mandarían a la horca sin pensarlo.
Su único objetivo es "vivir en paz" (no importa si el sistema hambrea o margina) y poder expresar (como le enseñaron los psicólogos)  lo que sienten con "total libertad".
La violencia de las intifadas piqueteras desequilibra al progre y  lo pone en su verdadero rol: legitimador por "izquierda" del sistema capitalista represor.
Por eso los que hicieron la intifada del viernes en Mar del Plata saben, en última instancia, que, salvo ellos mismos y sus compañeros están solos y condenados por la mayoría, para la cual la máxima regla es vivir en paz y custodiada por la policía represora del régimen.
Los descerebradores (y también descerebrados) profesionales de los medios del sistema los descalifican como "violentos minoritarios", y deslizan que nadie los elige en las urnas, concepto que también comparte el progre que discursivamente se presenta como un "revolucionario".
No faltan los que dicen que esos grupos pertenecen a los "servicios", ignorando que hoy los "servicios" trabajan para el gobierno de Kirchner que organizó el acto de Chávez-Maradona en el mundialista.
No obstante, en este mundo de hambre y de marginación, "democráticamente" organizado por los dominadores, parece ser que la intifada callejera violenta es lo único que consigue ponerlos "nerviosos" por igual al gobierno, a la "embajada" y los grupos del establishment capitalista local y extranjero.
Los "juegos de guerra" con la intifada callejera, aunque sea con hondas y piedras, son peligrosos para el sistema capitalista. Enseñan que es posible hacer antiimperialismo en serio.
Y no se sabe donde pueden terminar si las piedras y las hondas son cambiadas por fusiles.
Y generalmente, cuando las intifadas se hacen hábito aceptado, pueden terminar con el negocio de los que viven de la "paz y la democracia", caso de los bancos y trasnacionales que se roban impunemente la riqueza y el trabajo de los pueblos latinoamericanos.

La manipulación de la prensa internacional

Los diarios norteamericanos Washington Post y Miami Herald abren sus sitios de Internet con grandes titulares y fotos que muestran los disturbios en Mar del Plata y Capital Federal, en protesta por la visita del norteamericano George W. Bush.
Todos ponen énfasis en destacar con imágenes la "violencia" de los protagonistas que se expresaron contra Bush.

En la portada del washingtonpost.com, una foto gigante refleja a miles de personas con palos y banderas con leyendas contra el presidente de los Estados Unidos.
Otra fotografía muestra un caos semejante en Rio de Janeiro, donde brasileños descontentos aguardan con bengalas y tachos prendidos fuego la llegada del Jefe de Estado norteño el próximo domingo.

Por su parte, el periódico de Miami muestra una imagen de Hebe de Bonafini en violenta actitud y titula: "Miles se manifiestan contra Bush en Cumbre". Acompañan a la nota más titulares relacionados con el encuentro entre los que se destaca: "Manifestantes chocan con policía".

Otros portales del mundo también dieron relevancia al cónclave entre mandatarios continentales, pero sobre todo a los "graves disturbios" en la ciudad balnearia.

El diario El País de Montevideo dijo que "los activistas –que calculó en 200 encapuchados- se desprendieron de una amplia movilización de alrededor de 10.000 piqueteros y partidos de izquierda que marchaban en repudio a Bush".

Bajo el título "Violentas protestas callejeras durante la inauguración de la Cumbre", el periódico El Mundo de España atribuye los graves incidentes en Mar del Plata a "un grupo de manifestantes de partidos de izquierdas, anarquistas y organizaciones estudiantiles  que han incendiado un banco y varios comercios en Mar del Plata coincidiendo con la ceremonia inaugural de la Cumbre, a la que asiste George W. Bush".

"Los policías comenzaron a disparar pelotas de goma y gases lacrimógenos a los manifestantes, que respondieron con piedras y cócteles molotov", dice El País de España en un apartado de una nota referida a la protesta en la Contracumbre que encabezaron Hugo Chávez y Diego Maradona.

El portal británico de la BBC titula en su portada de su página en Internet: "Disturbios en la apertura de las Américas". Es la primera nota de relevancia de ese website.