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Argentina: La lucha continúa

Juicio político para la gilada

Carlos Dilitio
Rebelión

Poco antes de la tragedia de Cromagnón, Ibarra, junto con legisladores propios y macristas, habían celebrado con la Cámara de Empresarios del Espectáculo de la Ciudad la decisión de otorgarles a ellos el control en sus actividades.

Ibarra, con la complicidad del co-gobierno macrista, ha favorecido a empresarios del espectáculo que funcionan sin habilitación, usurpando espacio y propiedad pública. Las pruebas de la complicidad entre los recaudadores de Ibarra y los empresarios del espectáculo son abrumadoras.

El vicejefe Telerman, ahora en ejercicio de la jefatura también es integrante de las "industrias culturales", que ha reemplazado el salario del artista por el ingreso "a boletos vendidos", promoviendo la superexplotación laboral y el hacinamiento del público que concurre a los espectáculos.

El 4/2/2005, el diario Clarín publicó una solicitada de CEDEBA-Cámara de Empresarios de Discotecas, Bares y Entretenimientos de la Ciudad de Buenos Aires en la que informaba de la realización del Primer Congreso empresario del sector, celebrado los días 9 y 10 de noviembre de 2004.

Esta dio cuenta de la participación en dicho Congreso de conocidas figuras políticas y funcionarios de la Ciudad, a saber: Ing. Mauricio Macri, Lic. Horacio Rodríguez Larreta, Lic. Jorge Telerman, Dra. Vilma Ibarra, Lic. Fabiana Fiszbin, Dr. Marcelo Antuña y los legisladores Jorge Enríquez, Marcos Peña, Mario Morando, Silvia La Ruffa, Paula Bertol y Marina Pérez.

Omar Chabán, por su parte, mintió al afirmar que no conocía a Aníbal Ibarra y otros funcionarios implicados en la causa Cromagnón. ¿Por qué, en ese momento el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires levantó de su propia página de Internet los proyectos que lo relacionaban con el sospechado empresario?

¿Por qué sigue sin hablarse de Javier Grossman, hombre de confianza de Jorge Telerman (vicejefe de Gobierno) y uno de los nexos en este tema?

Tampoco se puede tomar en serio las críticas de los "macristas", que son expresión directa de los mismos intereses empresariales a los que sirve Ibarra.

El "rigor" y el "orden" que agitan los macristas no van dirigidos a restituir la seguridad del pueblo, golpeada por los monopolios capitalistas. Lo que quieren reconstruir es la autoridad del Estado que defiende a esos pulpos.

Porque a la hora de controlar los locales, saltan coimas, encubrimientos, "traslados y reacomodos de funcionarios sospechosos y obvias omisiones.

También es la preparación política de lo que vendrá a partir de su mayoría en la legislatura, con respecto a la profundización de leyes represivas aplicadas a todo lo que se mueva por la calle: protesta social, cartoneros, venta ambulante, etc.

Se trata que, esto favorece políticamente a Macri, quién capitalizará toda esta crisis en las próximas elecciones ya que Ibarra no puede ser reelecto por un tercer período; pero debe haber un continuismo en los acuerdos previos de "gobernabilidad", es decir: Código Contravencional y represión a los sectores empobrecidos y marginados de la ciudad, mientras se ejecutan los negociados.

Más allá de las formas, Ibarra y el macrismo están de acuerdo en lo esencial y sólo disputan por ver quién se queda con la "gran caja" de los negociados del espectáculo, del turismo, e inmobiliarios.