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Latinoamérica

México, contradicciones pobres en un país rico

Hedelberto López Blanch
Rebelión

La cita, además de aleccionadora es también lamentable: el Banco Mundial (BM) acaba de anunciar que los niveles actuales de pobreza en México, son similares a los registrados a comienzo de los años 90 del siglo pasado, hecho que muestra que los últimos 15 años han sido una pérdida en combatir ese mal que afecta a más de la mitad de los mexicanos.

El BM significó en un documento al ofrecer información sobre una nueva Estrategia de Asistencia al País azteca (EAP), que la pobreza en México "se mantiene en niveles inaceptablemente altos".

El préstamo que ofrecerá el organismo financiero internacional para esa lucha es de 1.200 millones de dólares anuales entre 2004 y 2008, lo que para muchos analistas no significa mucho cuando se compara con las cifras que entraron a México por el envío de remesas.

Fuentes oficiales anunciaron que de los 29.600 millones de dólares que América Latina y el Caribe recibieron en el año 2003 por ese concepto, 13.200 fueron absorbidas por México. La cantidad también es superior a los cerca de 11.000 millones de dólares que esa nación captó por inversiones extranjeras directas.

La realidad es que si esas remesas no hubieran sido enviadas por los millones de mexicanos que están diseminados por el mundo y especialmente radicados en Estados Unidos, la miseria sería aún mayor.

El Banco Mundial reconoce en su informe que "la pobreza en México es extendida", y aseguró que "la transición económica está resultando más difícil de lo que se había previsto hace una década, cuando la reducción de la deuda externa conforme al Plan Brady (1990) y la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN, 1994) hacían parecer que podría declararse la victoria".

Las grandilocuentes palabras que otrora afloraron para ensalzar el TLCAN hoy comienzan a desfallecer.

En 2003 el gobierno había señalado que en los dos primeros años del presidente Vicente Fox se había logrado reducir la pobreza en el país, lo cual se atribuyó principalmente al incremento de las remesas, y a una recuperación del poder adquisitivo por la baja inflación, situación que comenzó a revertirse en los primeros meses de este año.

El informe del BM señala que alrededor del 53 % de los 104 millones de habitantes están en situación precaria, definida como que tienen un nivel de consumo por debajo de las necesidades mínimas de alimentos básicos y algunos otros bienes no alimentarios básicos. Las riquezas del país, que tiene un Producto Interno Bruto de 630.000 millones de dólares, también están desigualmente distribuidas.

Cerca del 28 % de la población es considerada "extremadamente pobre", es decir, con un ingreso insuficiente incluso para una nutrición adecuada.

Once de cada 100 habitantes del medio urbano y 35 de cada 100 en el campo rural se encuentran en esa categoría.

La décima parte más rica de la población gana más de 40 % de los ingresos totales, mientras la décima parte más pobre solo obtiene 1.1 %. Además, contribuyen a la pobreza la profunda desigualdad regional y étnica y las diferencias en cuanto al acceso a la salud, a la educación y a los servicios públicos de buena calidad.

La incidencia de extrema pobreza en las zonas rurales es "anormalmente aguda", continúa el BM, dado que 42 % de la población rural (en ese medio vive uno de cada cinco mexicanos) se hallan catalogados en extrema pobreza, y permanece la amplia brecha entre el nivel de desarrollo del norte y el sur del país.

En los estados sureños de Guerrero, Oaxaca y Chiapas, la tasa de pobreza se sitúa en el 86 % y por tanto el TLCAN ha sido completamente obsoleto.

En general, el documento del Banco Mundial sostiene que el sistema de seguridad social ofrece cobertura a solo uno de cada cinco ancianos que viven en zonas urbanas y al 2 % del total de pobres del país, es decir, a poco más de un millón de personas.

De todas formas, el BM trata por todos los medios de justificar la conveniencia del TLCAN y con ese objetivo echa parte de la culpa a la competencia mercantil internacional sobre todo a China que en los últimos años desplazó a México como segundo socio comercial de Estados Unidos.

Al parecer, el organismo financiero internacional intentará por todos los medios mejorar la administración social y económica mexicana pues anunció que el EAP en los próximos cuatro años se concentrará en la lucha contra la pobreza y la desigualdad, el aumento de la competitividad, el fortalecimiento de las instituciones y la promoción de la sostenibilidad ambiental en el país.

Algunos defensores del Tratado de Libre Comercio a América del Norte destacan que en un principio ayudó a México a recuperarse rápidamente de la crisis de 1994-95, pero sin embargo, los efímeros beneficios se han desvanecido ante estas abrumadoras estadísticas.

En ese sentido, el premio Nobel de Economía 2001, el estadounidense Joseph E. Stiglitz, puntualizó recientemente que los campesinos mexicanos libran una lucha contra los agricultores estadounidenses que reciben subsidios, todos los bancos del país (excepto uno) han quedado en manos extranjeras, mientras las pequeñas y medianas empresas nacionales no exportadoras siguen sin crédito.

En definitiva, las ventajas del TLCAN van hacia el Norte y el desecho permanece en el Sur.