3 de septiembre del 2002
El Norte quiere dar marcha atrás
Vandana Shiva 
  (IPS/Comunica) 
  
  Nuestro mundo, según la escritora Vandana Shiva, está fervorosamente 
  dedicado a su propia aniquilación deforestando bosques, practicando el 
  terrorismo ambiental y humillando a la naturaleza. Las naciones ricas, afirma, 
  empiezan a desdecirse de los compromisos alcanzados hace 10 años en la 
  Cumbre de Río. En clave más optimista, la eurodiputada Cristina 
  García-Orcoyen piensa que esos acuerdos pueden cumplirse con la ayuda 
  de los gobiernos, las empresas y los ciudadanos. Naciones ricas y pobres deben 
  aunar esfuerzos en Johanesburgo para que ésta sea la cumbre definitiva. 
  
  La Cumbre de Johanesburgo es una guerra entre quienes quieren poseer y subyugar 
  al planeta y aquellos que quieren vivir de acuerdo con sus leyes y proteger 
  su riqueza para que sea compartida por todos ahora y salvada para las futuras 
  generaciones. 
  He aquí el verdadero choque de civilizaciones que todos tenemos que afrontar. 
  Y que acabaremos afrontando. 
  Johanesburgo ha sido concebida como una Cumbre Río+10, es decir, como 
  la culminación del trabajo comenzado en la Cumbre de la Tierra de 1992. 
  Pero fue la Conferencia de Estocolmo de 1972 la primera señal de reconocimiento 
  por parte de los gobiernos de los problemas ambientales causados por modelos 
  de industrialización y de crecimiento económico no sostenibles. 
  
  En los años 90 quedó claro que mientras la fuente de los problemas 
  ambientales puede estar dentro de los límites nacionales, el impacto 
  va mucho más allá de las fronteras. Río, por consiguiente, 
  suministró un conjunto de leyes y políticas ambientales que establecieron 
  obligaciones internacionales combinadas con deberes nacionales.La Convención 
  sobre Diversidad Biológica (CDB) y el Tratado sobre Cambio Climático 
  (TCC) fueron dos de los instrumentos legales que constituyeron el legado de 
  Río. 
  Sin embargo, la agenda de entonces fue arruinada por la de la Organización 
  Mundial del Comercio (OMC). El Protocolo sobre Bioseguridad incluido en la CDB 
  y el Protocolo de Kioto, parte del TCC, fueron subvertidos por el mayor contaminador 
  del mundo: Estados Unidos. 
  La agenda de la OMC está bajo sospecha incluso en la propia OMC.Mientras 
  que Estados Unidos ha forzado a la India a suprimir restricciones a las importaciones, 
  la propia OMC no hace nada para evitar que Estados Unidos aumente sus subsidios 
  a la producción agrícola estadounidense en 20.000 millones de 
  dólares anuales.La obligatoria revisión del acuerdo sobre propiedad 
  intelectual está siendo bloqueada por Estados Unidos a pesar de los intentos 
  del Tercer Mundo para impedir que se patenten las formas de vida y para conseguir 
  que se penalice la biopiratería. 
  Asimismo, se está intentando usar la Cumbre de Johanesburgo para promover 
  la agenda de la OMC, que no puede ser impulsada por ella y que representa un 
  gigantesco paso atrás en términos de los derechos de los ciudadanos 
  y de la responsabilidad de los gobiernos y de las empresas. 
  Desarrollo es una hermosa palabra que sugiere una evolución desde dentro. 
  Hasta mediados del siglo XX era sinónimo de evolución organizada 
  internamente. Pero la transformación del desarrollo en una ideología 
  trajo la globalización de las prioridades, pautas y prejuicios de Occidente. 
  En lugar de venir desde dentro, esa globalización es guiada desde fuera. 
  En lugar de contribuir al mantenimiento de la diversidad, ese tipo de desarrollo 
  ha creado homogeneidad y uniformidad. 
  El modelo basado en la universalización del desarrollo del mercado es 
  ecológicamente imposible e insostenible. Fundamentalmente significa el 
  derecho a la destrucción, ya que el mercado del Norte se caracteriza 
  por un consumo per cápita y una utilización de los recursos naturales 
  entre 5 y 20 veces mayor que el de los países en desarrollo. Por el contrario, 
  un derecho al desarrollo centrado en la gente y en la naturaleza se basa tanto 
  en la ecología como en la equidad. Tal desarrollo sostenible puede y 
  debe ser aplicado tanto en el Norte como en el Sur del mundo. 
  Mientras un desarrollo centrado en el mercado necesita un apartheid entre Norte 
  y Sur, entre ricos y pobres, con un desarrollo cifrado en la gente es posible 
  una convergencia entre ambiente y desarrollo por un lado, y entre Norte y Sur 
  por otro. Esta es la inacabada agenda de Río, que aún necesita 
  ser recogida por la comunidad mundial para la supervivencia del planeta y de 
  todos sus habitantes. 
  Desafortunadamente, está en camino un desesperado intento por borrar 
  de la memoria los compromisos asumidos en Río. La primera distorsión 
  que se está introduciendo es que medio ambiente y desarrollo son dos 
  asuntos opuestos. Esta solía ser la tesis dominante antes de Estocolmo, 
  pero esa supuesta polaridad fue superada y se reconoció que los sistemas 
  que son buenos para el medio ambiente son buenos para el desarrollo de la gente, 
  y que los sistemas que destruyen y contaminan el medio ambiente destruyen también 
  los recursos naturales y la salud humana. 
  La destrucción y la enajenación de recursos son las mayores causas 
  de pobreza, y afianzar los derechos a la tierra, al agua y a la biodiversidad 
  es el mejor mecanismo para terminar con la pobreza en el Tercer Mundo. 
  Sin embargo, los recursos naturales y el medio ambiente están quedando 
  fuera de la ecuación de la pobreza en la agenda de Johanesburgo.La Cumbre 
  de Río corrigió en el 92 las reglas de la OMC; hoy la OMC está 
  siendo utilizada para anular lo aprobado en Río. 
  La perversa ecuación que se está creando es: eliminación 
  de la pobreza es igual a globalización de la economía, que es 
  igual a reglas de la OMC, que es igual a controles empresariales sobre los recursos. 
  
  La agenda oculta de Johanesburgo contiene la privatización de los recursos 
  naturales y el vallado de los bienes comunes con la excusa de terminar con la 
  pobreza. Sin embargo, robarle recursos a los pobres -o sea, robarles su tierra 
  por medio del dominio de la agricultura por parte de las corporaciones, su agua 
  por medio de las privatizaciones, sus semillas y biodiversidad mediante las 
  patentes y los derechos de propiedad intelectual- los convierte en desamparados, 
  desplazados y desposeídos. Es una eliminación de la pobreza basada 
  en la eliminación de los pobres del espacio al que tienen derecho en 
  el seno de la sociedad y de la economía. 
  Quienes tienen el poder han mostrado su brillantez para dañar al planeta 
  y para matar a personas inocentes por medio de la guerra y del hambre. ¿Seremos 
  nosotros como especie capaces de generar suficiente compasión y sabiduría 
  para proteger a nuestro planeta y a sus habitantes? 
  Vandana Shiva
  Escritora india experta en población y en medio ambiente, recibió 
  en 1993 el Premio Right Livelihood, el Nobel alternativo