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7 de julio del 2002
Cumbre de la ¿Sociedad de la Información?
Restricciones a participación de sociedad civil 
  
  Eduardo Tamayo G.
  Servicio Informativo "Alai-amlatina" 
  
  
  Con loas al sector privado y con la promesa de superar la brecha digital 
  para terminar con la pobreza, se inició este 1° de julio el Comité 
  preparatorio de la Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información. Esta 
  última se desarrollará en dos etapas: en Ginebra en el 2003 y 
  Túnez en el 2005. 
  En este Comité preparatorio, organizado por la Unión Internacional 
  de Telecomunicaciones, UIT, se definirán dos aspectos claves: la agenda 
  de la Cumbre y los reglamentos relativos a procedimientos y participación 
  de los diversos sectores convocados para este proceso: gobiernos, sector privado, 
  sociedad civil, órganos de Naciones Unidas y organizaciones inter-gubernamentales. 
  
  Un aspecto que preocupa a los representantes civiles es la restricción 
  que se ha puesto a su participación en las sesiones del Comité 
  preparatorio: solo pueden asistir a las sesiones plenarias mas no a los subcomités 
  que discuten los reglamentos internos y contenidos y temas. De las reuniones 
  a puerta cerrada que llevan a cabo los gobiernos trascendió que China 
  y Pakistán estarían firmemente opuestos a que en la Cumbre se 
  hable de derechos y la misma reticencia tendrían con respecto a la participación 
  del sector no gubernamental. 
  La Campaña por el Derecho a la Comunicación en la Sociedad de 
  la Información (CRIS, por sus siglas en inglés) y otras organizaciones 
  emitieron un comunicado en el que señalan que para "una eficaz y continua 
  participación de la sociedad civil en el Comité Preparatorio, 
  se deben adoptar reglas y procedimientos que garanticen y apoyen la participación 
  de la sociedad civil en la Cumbre en sí misma incluyendo sesiones plenarias, 
  subcomités y grupos de trabajo". 
  Sobre representación 
  A este Comité preparatorio, asisten representantes de 121 países, 
  144 ONGs, 29 organizaciones internacionales (la mayoría perteneciente 
  al sistema de Naciones Unidas) y 39 empresas privadas. Según se desprende 
  de la lista proporcionada por los organizadores, el sector privado corporativo 
  está doblemente representado en este evento, lo que fue cuestionado por 
  delegados civiles. 
  En efecto, además de contar con representantes directos de las empresas 
  (entre ellas, la Sony, ALCATEL, Deutsche Telecom, Japan Telecom, Swiscom), asociaciones 
  empresariales de carácter internacional como el Foro Económico 
  Mundial (que reúne a las 1000 corporaciones más grandes del mundo), 
  Cámara de Comercio Internacional, Asociación Internacional de 
  Radiodifusión, etc. acreditaron decenas de delegados bajo la denominación 
  de "organizaciones no gubernamentales y de la sociedad civil". 
  El sector privado-corporativo está adquiriendo cada vez mayor influencia 
  en el sistema de Naciones Unidas. Recientemente, en la Conferencia sobre el 
  Financiamiento para el Desarrollo llevada a cabo en Monterrey, México, 
  "se dio un paso más para promover una participación de alto nivel 
  del sector privado en las conferencias de Naciones Unidas". Este último 
  no solo participó en las mesas redondas oficiales de Naciones Unidas 
  sino que se le "dio el derecho a formular propuestas y a hacer oír su 
  voz". 
  En las esferas de la información y las telecomunicaciones, las corporaciones 
  transnacionales participan en iniciativas como el Grupo Especial Dot del G8, 
  el Grupo de Tareas sobre las TICs de las Naciones Unidas, el Diálogo 
  Mundial de las Empresas sobre comercio electrónico y la Iniciativa sobre 
  la Infraestructura Mundial de la Información. 
  Las grandes empresas pretenden moldear, de acuerdo a sus intereses corporativos, 
  la "sociedad de la información" y presionan por el impulso del comercio 
  electrónico, la liberalización del sector de las telecomunicaciones, 
  crear marcos jurídicos y fiscales favorables para invertir y repatriar 
  sus ganancias, suprimir las barreras aduaneras sobre las importaciones de materiales 
  y programas digitales, reestructurar los ministerios de información, 
  de telecomunicaciones y de TICs, a fin de que los engranajes del proyecto estén 
  perfectamente lubricados. 
  ¿Sociedad de la información o sociedad de la comunicación? 
   
  Este es el dilema que se planteó en los inicios del evento. Según 
  un primer borrador del Comité Organizador de Alto Nivel de la Cumbre, 
  la agenda que debería abordar la Cumbre contempla: Construir infraestructura, 
  abrir puertas, servicios y aplicaciones, la necesidad de los usuarios, definir 
  un marco, las tecnologías de la comunicación y la información 
  (TIC) y la educación y el papel de las TICs en una buena gobernación. 
  De este proyecto ha quedado excluido el derecho a la comunicación por 
  el que se movilizan y se han pronunciado organizaciones de la sociedad civil, 
  periodistas, la UNESCO y otros actores. Este proyecto de agenda, así 
  mismo, reduce los alcances de la Cumbre a los ámbitos netamente tecnológicos 
  y responde al imperativo de las transnacionales de conquistar nuevos mercados. 
  
  En la sesión inaugural el secretario general de la UIT, el japonés 
  Yoshio Utsumi, señaló que el paso "a la sociedad de la información 
  es tan radical como el que llevó de la sociedad agraria a la industrial. 
  Lo que se persigue con la sociedad de la información no es realmente 
  conseguir más computadoras o teléfonos, sino ampliar el acceso 
  a la información para centrarse en la forma que pueden utilizarse las 
  TICs para lograr las metas sociales y económicas más ambiciosas, 
  por ejemplo, erradicar la pobreza". 
  Para el profesor Cees Hamelick, del Centro de Derechos Humanos y Comunicación 
  de la Universidad de Amsterdam, el problema no es de información -como 
  proceso vertical- sino de comunicación. "No necesariamente más 
  información significa menos conflictos. Esa es una apreciación 
  ingenua. Al aumentar la capacidad de información disminuye la capacidad 
  de comunicación, porque la gente no dialoga, no escucha. Y ahora lo que 
  se requiere es diálogo y estar abierto al cambio. El gran reto de la 
  Cumbre es que aborde el derecho a comunicar, que es un derecho humano que implica 
  derecho a la participación, a la asociación, a la información, 
  a la diversidad cultural, a la privacidad y a la confidencialidad", puntualizó. 
  
  En las anteriores conferencias de Naciones Unidas se debatía sobre un 
  tema concreto -género, desarrollo, medio ambiente, derechos humanos- 
  pero en esta Cumbre se habla de la sociedad en su conjunto, de cómo va 
  a ser la sociedad del futuro. Según el profesor Hamelick, la complejidad 
  de este proceso radica en que nadie sabe a ciencia cierta lo que es e implica 
  la sociedad de la información.