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11 de julio del 2002
Liberia: guerra en lugar de urnas
La mecha en Africa Occidental 
  Emmanuel Goujon
  Masiosare 
  
  Un reciente combate en Gbarnga y la amenaza rebelde de tomar la capital, 
  Monrovia, y arrestar al presidente Charles Taylor, encendió el temor 
  de la población a una escalada de la violencia en Liberia. Los últimos 
  combates desplazaron a 40 mil personas. Desde 1999, las fuerzas gubernamentales 
  enfrentan a los Liberianos Unidos por la Reconciliación y la Democracia 
  en un conflicto que parece librarse más a través de los medios 
  de comunicación que en las calles. Lo que está en juego –según 
  algunos– es la elección presidencial de noviembre de 2003. Taylor podría 
  estar promoviendo la inseguridad para prolongar eternamente el estado de emergencia, 
  en vez de competir a través de las urnas. Lo cierto es que, como señalan 
  fuentes diplomáticas, si no hay paz en Liberia, tampoco la habrá 
  en Africa Occidental 
  GBARNGA, LIBERIA. En esta tarde calurosa hay hombres paseando, la 
  mayoría de ellos borrachos, vestidos como los integrantes de los grupos 
  estadunidenses de principios de los ochenta: Boney M. o Earth, Wind and Fire. 
  Camisas anaranjadas de cuello ancho, sombreros negros, botas de piel de cocodrilo, 
  collares de perlas verdes y largos abrigos negros. La única diferencia 
  con los artistas funky son las armas, los cuchillos y las pistolas que portan 
  mientras caminan por las desiertas calles de Gbarnga. 
  El pueblo, a unos 160 kilómetros al este de Monrovia, la capital de Liberia, 
  está bajo el control conjunto de las Fuerzas Armadas de Liberia (AFL, 
  por sus siglas en inglés) y las Unidades Anti- terroristas (ATU, por 
  sus siglas en inglés), las cuales trabajan como guardaespaldas personales 
  del presidente Charles Taylor. La calle principal, Broad Street, muestra señales 
  de un saqueo sistemático. Por el camino hay cadáveres de perros, 
  no quedó de la calle más que una hilera de tiendas vacías. 
  La parroquia católica tampoco se salvó del saqueo. En las calles 
  sin presencia de civiles, los soldados se pasean, disparan al aire, algunos 
  de ellos llevan puestas pelucas de mujer que sacaron de alguna tienda. "Hemos 
  estado peleando durante seis días para sacar a los disidentes de Gbarnga", 
  dice con orgullo el autonombrado "teniente general" Roland Duo, cabeza de las 
  fuerzas gubernamentales del área. "Ahora, el pueblo está en calma, 
  fue saqueado por los rebeldes Liberianos Unidos por la Reconciliación 
  y la Democracia (LURD, por sus siglas en inglés). Cuando llegamos, todas 
  las casas estaban con las puertas abiertas de par en par. Matamos al menos a 
  100 rebeldes. Habían llegado de Zorzor, donde aún transcurre el 
  combate", añadió. A pesar de que muy pocos civiles se han atrevido 
  a regresar al pueblo a reclamar sus pertenencias, Duo insistió en que 
  "pronto, la población va a estar de vuelta en el pueblo". 
  Resulta extraño que en Gbarnga no hay a la vista destrucciones, ni cadáveres 
  humanos, ni heridos, ni prisioneros, ni siquiera suelo manchado de sangre. Hay 
  algunos cartuchos en el suelo y perforaciones de bala en las paredes, pero como 
  los soldados y la milicia disparan al aire todo el tiempo, no se puede saber 
  si son resultado del combate o del "entusiasmo causado por la victoria". Una 
  gran leyenda en la pared de un cuartel de policía dice: "Las fuerzas 
  de los LURD en acción". 
  Liberianos Unidos  
  Durante más de dos años, las siglas LURD han sido un misterio 
  en Liberia. Nadie sabe exactamente quiénes son, cuántos soldados 
  pueden movilizar, qué Estado extranjero los apoya. Pero desde 1999, las 
  autoridades de Monrovia dicen que son víctimas de una agresión 
  proveniente del vecino Guinea, y que los LURD tratan de derrocar al régimen 
  del Presidente y antiguo señor guerrero, Charles Taylor. 
  Se cree que los rebeldes LURD, echados de Gbarnga, son, principalmente, luchadores 
  y políticos que fueron derrotados en la guerra civil de Liberia, que 
  se volvieron muy activos recientemente, especialmente al norte del país. 
  Algunos voceros de los LURD proclaman victorias sin que haya combate de por 
  medio, lo cual torna la situación aún más confusa y complicada. 
  Tanto los LURD como el gobierno victimizado existen a través de la guerra 
  propagandística y de boletines de prensa, mucho más que en el 
  terreno de batalla. 
  A pesar de los desmentidos oficiales, es evidente que el movimiento de los LURD 
  es respaldado por el vecino Guinea y parece tener la aprobación de Estados 
  Unidos y Gran Bretaña. Hace poco, un miembro opositor del Parlamento 
  de Guinea, Jean-Marie Dore, dijo que a fines de abril vio "camiones militares 
  guineanos repletos de armamento pesado y de armamento ligero estadunidense y 
  ucraniano cruzando la frontera y adentrándose en el Condado de Lofa", 
  al norte de Liberia. Desde febrero, el gobierno del presidente Lansana Conte 
  en Guinea ha estado a favor del proceso regional de paz encabezado por el rey 
  marroquí Mohamed VI. Esto llevó a una reunión de los jefes 
  de Estado el 27 de febrero, tras la cual un contento Taylor se compremetió 
  con la paz –"menos cara que la guerra"– y dijo que él y Conte eran amigos 
  de nuevo y que habían intercambiado números telefónicos. 
  
  Pero meses más tarde, los enviados guineanos de la ONU estuvieron entre 
  los más virulentos críticos de Liberia cuando Naciones Unidas 
  acordó, el 6 de mayo, renovar las sanciones contra Monrovia. Las sanciones 
  fueron impuestas sobre Liberia por primera vez por el Consejo de Seguridad de 
  la ONU en mayo de 2001 como resultado del supuesto respaldo de Taylor al Frente 
  Unido Revolucionario (RUF, por sus siglas en inglés) de Sierra Leona 
  –apoyo que se comprobó a través de una investigación de 
  la ONU–. Las sanciones incluyen restricciones de viaje a líderes, funcionarios 
  claves y algunos empresarios liberianos, una prohibición a la exportación 
  de diamantes y un embargo de armas, a la cual Liberia le ha echado la culpa 
  de entorpecer su lucha contra los rebeldes. Gracias a Francia, en las sanciones 
  no se menciona la madera, uno de los principales recursos del país, el 
  cual representa alrededor de 92 millones de dólares en los ingresos anuales 
  del régimen de Taylor. Así que la madera aún puede ser 
  exportada o a veces intercambiada a cambio de bienes militares. 
  La recaptura de Gbarnga es simbólica: Taylor utilizó este pueblo 
  como su base de operaciones y "capital" durante la brutal guerra civil de 1989-1996 
  que lo llevó al poder. Otro símbolo fue la caída, durante 
  algunas horas, del pueblo natal de Taylor, Arthington, a 20 kilómetros 
  de Monrovia, el lugar más cercano a la capital al que los rebeldes han 
  llegado desde el comienzo de la guerra. Pero algunas fuentes diplomáticas 
  explicaron que los LURD nunca llegaron a Arthington: al contrario, los combates 
  tuvieron lugar entre algunos soldados y miembros de las ATU por una disputa 
  de sueldos, tan sólo para amenazar a Taylor y hacerle entender que es 
  hora de que cumpla con sus compromisos, al menos con sus fuerzas armadas. AFL 
  no ha recibido pago alguno desde hace 15 meses, y hasta las ATU, supuestamente 
  una unidad elite bajo el comando del hijo de Taylor, no han recibido sus sueldos 
  en los últimos cinco meses. 
  La policía liberiana despidió a un inspector acusado de saquear 
  la casa de Charles Taylor en Arthington. El vocero de la policía, Singbe 
  Johnson, dijo que el inspector Ben Wolloh fue despedido a causa de su supuesto 
  involucramiento en varios incidentes de saqueo tras los combates entre las tropas 
  gubernamentales y los LURD. "Mientras Wolloh estaba bajo investigación 
  por saqueo en el Hospital Phebe en vísperas del ataque al pueblo de Gbarnga, 
  de nuevo fue atrapado saqueando la casa del Presidente y otras en Arthington 
  el lunes", añadió Johnson. Wolloh fue despedido "por mala conducta 
  y por realizar actos incompatibles con sus deberes como oficial de la policía", 
  dijo Johnson, y añadió que la policía había enviado 
  una fuerte amenaza al personal de la fuerza respecto a meterse en actos no profesionales, 
  incluidos el de saqueo". Las tropas y oficiales gubernamentales han recibido 
  críticas por supuestos saqueos tras los ataques de los rebeldes LURD. 
  Saqueos masivos han sido reportados en Tubmanburg, Kakata, Bong Mines, Klay 
  y otros recientes supuestos blancos de los rebeldes. 
  Los rebeldes han proclamado varias victorias en días recientes, las cuales 
  no han podido ser confirmadas por fuentes independientes. Un vocero de los LURD, 
  en Holanda, dijo que sus fuerzas están preparadas para tomar Monrovia 
  tras atacar Arthington, el pueblo natal de Taylor. Los LURD dijeron que los 
  rebeldes habían "tomado el control de Arthington y el asunto es que estamos 
  tratando de entrar a Monrovia y arrestar a Taylor. Tenemos suficientes hombres 
  y mujeres dispuestas a luchar y tomar Monrovia, son suficientes para arrestar 
  a Taylor y entregarlo a una corte internacional para que lo juzguen por los 
  crímenes que ha cometido contra la gente en Liberia, en Sierra Leona 
  y en los campamentos en Guinea", dijo el vocero Charles Bennie. 
  Bennie argumentó que Taylor era apoyado por mercenarios. "Esta no es 
  una guerra que estemos luchando contra cualquier grupo en Monrovia", dijo. "La 
  mayoría de las tropas de Taylor son mercenarios, algunos de Gambia, otros 
  de Sierra Leona o Burkina Faso. Protegeremos a todos los civiles, ellos no tienen 
  nada que temer". Aseguró que mientras las "bien alimentadas y educadas" 
  tropas de los LURD iban tras Taylor, ellos respetarían los derechos humanos 
  y procurarían "causar el menor número posible de bajas". El fin 
  de la rebelión es crear las condiciones para "que toda la diáspora 
  regrese y establecer un gobierno interino de unidad nacional para que la comunidad 
  internacional reconozca a Liberia", añadió. 
  Las víctimas: los civiles  
  Durante los noventa, los ciudadanos de Monrovia vivieron con miedo a los enfrentamientos, 
  juntando alimentos y refugiándose en el centro de la ciudad. Mucha gente 
  entró en pánico al escuchar el sonido de fuego de metralla proveniente 
  de Arthington. Las escuelas y los negocios cerraron, y Taylor habló por 
  la radio para calmar a la población y advertir que los atacantes se enfrentarían 
  a "la peor resistencia". Taylor indicó que en su pueblo natal sus fuerzas 
  habían hecho retroceder a los rebeldes. 
  "Al paso que van los rebeldes, parece que en cualquier momento puede ser atacado 
  Monrovia", dice el comerciante Klubo Mendemasa. La gente busca adquirir lo que 
  sea, algunos se acercan cada vez más al centro de la ciudad. "Durante 
  los ataques rebeldes, a uno lo puede alcanzar una bala perdida o puede terminar 
  perdiendo las pertenencias personales como resultado del saqueo que normalmente 
  sigue después de los ataques", señala el maestro de primaria John 
  Lyian. "Los contrataques de las tropas gubernamentales normalmente son devastadores 
  –añade–, consideran a cualquier joven atrapado en medio del fuego como 
  un rebelde o un colaborador de los rebeldes y terminan matándolo o dejándolo 
  lisiado". 
  Muchos abandonan el país, por aire, si les alcanza. Las agencias de la 
  ONU creen que alrededor de 40 mil personas han sido desplazadas por los recientes 
  combates. "De experiencias pasadas sé que las tiendas cierran o los comerciantes 
  suben los precios en vísperas de un ataque a la ciudad, creando una artificial 
  escasez de bienes", dice la ama de casa Mabel Johns. "Además, normalmente 
  es difícil moverse de un lugar a otro en busca de comida". 
  "La gente está realmente traumada, se muda por el más mínimo 
  movimiento, el más pequeño rumor, está lista para correr", 
  dice Estele Kramer, una funcionaria que trabaja para Acción contra el 
  Hambre (ACF, por sus siglas en francés). Kramer explica que organizaciones 
  no gubernamentales (ONG) como la suya se están replegando al sur del 
  país, cerca de la frontera con Costa de Marfil, porque "la situación 
  general es cada vez peor y la inseguridad incrementa". Al igual que otras ONG, 
  ACF también redujo el número de su personal foráneo a la 
  mitad. "Continuamos con nuestros programas de alimentación y agua potable 
  en los condados de Bong y Montserrado", al noreste del país, dice Kramer. 
  La intensificación de los combates ha provocado temor a una crisis humanitaria. 
  La gente que huyó del condado de Lofa, en el extremo norte, para refugiarse 
  en tres campamentos alrededor de Gbarnga ahora se ven forzados a trasladarse 
  de nuevo, a Totota y Kakata, más cerca de Monrovia. "Estos desplazados 
  no tienen refugio, ni agua potable, ni comida", dice Kramer. "Algunas ONG apenas 
  comenzaron a dar apoyo nutricional y de salud". 
  *** 
  La inseguridad también ha sido económicamente devastadora. Los 
  precios de los alimentos y del combustible se han disparado. En un intento por 
  mantener el control de la situación en el país, Taylor intervino 
  para mantener bajos los precios y amenazó con deportar a los hombres 
  de negocios que "subieran precios que no estuvieran permitidos aumentar" y ordenó 
  a la policía que "confiscara el arroz y otros bienes que se vendieran 
  a precios inflados". Su dura postura pareció darle seguridad a los residentes 
  locales y a los negocios, y restaurar la calma en la capital. Las medidas influyeron 
  en la tasa de cambio del dólar estadunidense contra el dólar liberiano, 
  la cual había llegado a estar a más de 70 dólares liberianos 
  por un dólar, para luego bajar a 50 por cada dólar estadunidense. 
  Las tarifas del transporte también bajaron, a pesar de que a 225 dólares 
  liberianos el galón de gasolina, aún cuesta más que antes 
  del ataque a Arthington. 
  Mientras tanto, el Consejo de Seguridad de la ONU y el secretario general de 
  la ONU, Kofi Annan, han condenado cualquier intento rebelde de tomar el poder 
  en el Estado del Africa Occidental, y han dicho que temen que el combate arrastre 
  a los países vecinos, en especial a Sierra Leona. 
  El gobierno de Taylor se ha quejado de que sus intentos por reprimir la insurgencia 
  son obstaculizados por el embargo internacional de armas. 
  El Senado del país estuvo de acuerdo con la decisión que el Bajo 
  Parlamento tomó hace unos días de ampliar seis meses más 
  el estado de emergencia impuesto por Taylor el pasado febrero. El presidente 
  del Senado, Keikura Kpoto, dijo que el Senado votó a favor de extender 
  el estado de emergencia para "dar al presidente el poder para terminar con la 
  guerra en el país". Dijo que "el restablecimiento de las sanciones y 
  del embargo de armas, así como la guerra en curso", eran motivo suficiente 
  como para continuar con el estado de emergencia. 
  Perspectivas regionales... y amenazas  
  El asunto también debe ser visto desde una perspectiva regional, especialmente 
  con la nueva paz en el vecino Sierra Leona, donde se acaban de llevar a cabo 
  "elecciones libres y equitativas". Liberia y Sierra Leona han compartido destinos 
  violentos durante más de una década, cada uno desgarrado por una 
  brutal guerra civil, pero ahora parece que los dos países africanos siguen 
  caminos separados. Mientras que el recién electo presidente Ahmad Tejan 
  Kabbah se propone reconstruir Sierra Leona tras 10 años de conflicto, 
  y se enfrenta al reto de deshacer el caos provocado por los rebeldes apoyados 
  por Taylor, Liberia de nuevo está sumergido en un conflicto interno. 
  Mientras Sierra Leona emerge de su larga pesadilla, que comenzó con la 
  insurgencia rebelde del RUF en 1991 y culminó con las elecciones de hace 
  unos días, el régimen de Taylor se vuelve cada vez más 
  inestable. 
  "No puede haber una paz duradera en Sierra Leona si no hay paz en Liberia y 
  Guinea, y entre los tres países", según Behrooz Sadry, comisionado 
  en jefe de la misión de la ONU en Sierra Leona (UNAMSIL). "Lo que está 
  pasando en Liberia es aterrador y no brinda buenos pronósticos para la 
  paz en la subregión", advirtió un alto diplomático de Sierra 
  Leona. Liberia "puede desestabilizar a toda la región", coincidió 
  otro funcionario de la ONU, al tiempo que las agencias de la ONU informaban 
  que miles de refugiados han huido de Liberia en tanto que el conflicto oficialmente 
  se acercó a Monrovia. 
  Costa de Marfil también está preocupado por la posibilidad de 
  que decenas de miles de liberianos crucen su frontera, transportando armas con 
  ellos. 
  "Fue una alerta roja para Taylor –dijo un diplomático occidental–, pero 
  también debemos de preguntarnos qué pasaría si cae Taylor, 
  deberíamos de estar preocupados por la anarquía". Un funcionario 
  de la ONU dijo que las fuerzas de Sierra Leona están "vigilando las fronteras 
  lo más cuidadosamente posible", pero las fronteras entre Sierra Leona 
  y Liberia y Guinea son demasiado porosas. 
  En una declaración emitida tras pláticas en Costa del Marfil, 
  los líderes de Africa Occidental propusieron un foro de paz para Liberia 
  y le pidieron a las fuerzas gubernamentales y a los insurgentes que hicieran 
  un inmediato cese al fuego. Los líderes que hace unos días sostuvieron 
  una cumbre de la Comunidad Económica de los Estados de Africa Occidental 
  (ECOWAS, por sus siglas en inglés) acordaron respaldar "pláticas 
  entre las distintas fuerzas políticas en Liberia, bajo el auspicio de 
  los presidentes de Nigeria, Olusegun Obasanjo; y Senegal, Abdoulaye Wade". "La 
  conferencia entre los jefes de Estado, preocupada por la situación en 
  Liberia que se torna peor cada hora, pide a los dos beligerantes que entren 
  en un inmediato e incondicional cese al fuego", se lee en la declaración 
  emitida en la capital administrativa de Costa del Marfil, Yamoussoukro. Los 
  líderes del grupo de 15 naciones de ECOWAS exhortaron a Estados Unidos 
  y a los países europeos a que respalden las iniciativas regionales de 
  paz para Liberia, mientras que el Ministro del Exterior liberiano, Monie Captan, 
  se negó a comentar respecto a la declaración, simplemente dijo 
  que "la calma había retornado, la población sacó a los 
  rebeldes de Gbarnga, pero estos aún controlan Tubmangburg". 
  Nadie puede realmente decir por qué la situación es tan mala en 
  este país que solía ser una atracción turística 
  y que fue el primer Estado africano en liberarse. Algunos sugieren que lo que 
  está en juego es la próxima elección presidencial de noviembre 
  de 2003. El actual presidente Taylor podría armar toda esta inseguridad 
  para prolongar eternamente el estado de emergencia, en vez de competir en las 
  urnas. 
  (Traducción: Tania Molina Ramírez)