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Latinoamérica

El gran hermano se hace realidad

Edgar Isch *
Quincenario Tintaji / Quito

El Gran Hermano apareció como un invento literario de George Orwell, dirigido a atacar al comunismo. De acuerdo a documentos de inteligencia desclasificados en Estados Unidos y publicados por la autora Frances Stonor Saunders, en su libro Who Paid the Piper: The CIA and the Cultural Cold War [Quién Pagó: La CIA y la Guerra Fría Cultural], ahora se conoce que ese libro más una acción de delación realizada por Orwell, fueron parte de la campaña antiestalinista financiada por la CIA en toda Europa.

Las vueltas que da la historia, presentan ahora al "gran hermano" como una realidad construida a la sombra de regímenes cada vez más fascistoides, incluyendo por supuesto al norteamericano. El caso más grande de este ataque a la privacidad y a la libertad de expresión es el sistema Echelon, el sistema global estadounidense de espionaje de llamadas telefónicas, correo electrónico y transmisión de datos, adscrito a la Agencia de Seguridad Nacional. Su finalidad es interceptar comunicaciones "disonantes" o "conspirativas" contra los intereses de la mayor potencia imperialista.

La Unión Europea también controla todas las comunicaciones, desde que bajo el pretexto de la lucha contra el terrorismo, se aprobó el 30 de mayo 2002 una normativa sobre "privacidad en las comunicaciones electrónicas". La normativa impone a los proveedores de servicios de telecomunicaciones la retención y almacenamiento de los datos de las comunicaciones privadas de cualquier ciudadano, sean llamadas de teléfonos fijos o celulares, navegaciones por Internet, e-mails y, además, los datos de localización de las personas involucradas en la comunicación.

En nuestro país no hay normas afines, pero es un secreto a voces la práctica de las escuchas telefónicas realizadas desde oficinas gubernamentales o grupos de poder, que según se dice no pueden evitarse ni apagando el celular sino solo retirándole la batería. Por seguridad, se ponen cámaras en calles y locales públicos. Por seguridad, se dice, se vigila a los opositores. Y, como parte del control informativo, por seguridad se oculta lo que sucede con los múltiples encuentros de armas salidas de cuarteles militares, hechos que coincidentemente se producen tras la visita de Uribe y su insistencia de involucrar al Ecuador en el conflicto colombiano.

Seguridad y control, orden y disciplina, son términos que surgen en épocas de derechización del poder y que se transforman en una práctica cargada de violencia si no se los denuncia y enfrenta. El discurso desde el poder, usando hechos reales de violencia nacional o internacional, va justificando y acostumbrándonos a mecanismos de control social que aparecen naturales cuando años atrás resultaban insoportables. Nos dirán, claro, que los inocentes no tienen porque preocuparse, pero, ¿no son los inocentes los que más sufren el abuso de poder?

* Ex Ministro de Ambiente de Ecuador