VOLVER A LA PAGINA  PRINCIPAL
Latinoamérica

21 de octubre del 2003

¿Nuevas bases militares en Ecuador?

Alejandro Ríos. Rebelión
El Comando Sur de Estados Unidos está por construir tres estaciones de acopio alimenticio en varios puntos del país, para enfrentar desastres naturales y, de manera específica, los ocasionados en la Costa ecuatoriana por las fuertes lluvias que se presentan en invierno, con la llegada del "fenómeno del Niño". La construcción de estas bodegas responden a un acuerdo firmado hace pocas semanas por el Comando Sur de EEUU con el gobierno de Lucio Gutiérrez, y que ha permanecido en reserva hasta estos días.

Voceros de la embajada norteamericana en Quito justifican los trabajos como parte de la "obra social" que su gobierno desarrolla. Sin embargo, el asunto no tiene nada que ver con algún espíritu filantrópico de los EEUU.

Dos de las tres instalaciones proyectadas serán construidas en provincias del interior del país, es decir, en lugares que ni de manera indirecta son afectados por el fenómeno del Niño. El primer centro se lo está edificando ya en Nueva Loja (provincia de Sucumbios, al nor-oriente del país), ciudad fronteriza con el colombiano departamento de Putumayo, zona de operaciones de la guerrilla colombiana. Los militares del Cuerpo de Ingenieros del Ejército de EEUU que trabajarán en estas obras se encuentran en el país desde el mes de agosto, sin embargo, el acuerdo se oficializó el pasado 5 de septiembre. Las dos bodegas restantes serán construidas en Cuenca, al sur del país, y en Guayaquil, la única en una provincia costanera. También se habla de la creación de bodegas similares en las islas Galápagos, coincidiendo con pronunciamientos emitidos hace pocos meses, que daban cuenta del interés de los Estados Unidos de crear allí una nueva base militar bajo su control.

Diversas organizaciones populares y políticas han denunciado que con estos centros de bodegaje se busca justificar una mayor presencia militar yanqui en territorio ecuatoriano y que, dichos puntos serán foco de operaciones de inteligencia militar del ejército norteamericano en contra de los grupos insurgentes colombianos, pero también en contra del movimiento popular ecuatoriano.

En el Ecuador, desde hace algunos años, y con el pretexto de combatir al narcotráfico, el ejército norteamericano tiene bajo su dirección la base de Manta, que en realidad actúa en el marco de los propósitos estratégicos delineados en el Plan Colombia. Así mismo, en la provincia de Orellana, colindante con Sucumbíos, militares yanquis realizan entrenamiento e imparten instrucción en operaciones de selva a los soldados ecuatorianos.

El compromiso del gobierno de Lucio Gutiérrez para viabilizar la ejecución del Plan Colombia, que implica la participación de un ejército multinacional en contra de la guerrilla colombiana, es evidente. Lo ha dicho cuando ha tenido oportunidad. Así ocurrió en la última reunión de presidentes del Grupo de los 8, efectuada en el Cuzco (Perú) y lo ratificó en la pasada Asamblea General de las Naciones Unidas. En estas dos ocasiones, cobijado tras el pedido de participación de la ONU en la búsqueda de la paz, ha dejado en claro que si las fuerzas insurgentes colombianas no aceptan tal mediación, la comunidad internacional deberá actuar.

El gobierno prepara las condiciones para operar. El grueso del contingente militar ha sido trasladado a la frontera norte para actuar como fuerza de contención a los guerrilleros colombianos. En la zona se han construido nuevos retenes y se proyectan nuevos cuarteles. Así mismo, funcionarios colombianos operan en Sucumbíos para desarrollar el control migratorio que no pueden efectuarlo en su territorio.

Hace pocas semanas, el presidente colombiano, Álvaro Uribe, visitó Ecuador para garantizar la participación del país en la ejecución del Plan Colombia y es evidente que los preparativos avanzan. De hecho, existen acuerdos en ese sentido que no se han hecho públicos.

Esta es otra de las facetas políticas que muestran la sumisión de Lucio Gutiérrez a la política norteamericana. Prometió un gobierno soberano y democrático y está haciendo todo lo contrario. Lo único que está cumpliendo es lo manifestado a George Bush en la Casa Blanca, que él será el mejor aliado de los Estados Unidos.