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Latinoamérica

GONI METE BALA, EL ALZAMIENTO POPULAR AVANZA
Redacción de Econoticiasbolivia.com
http://www.econoticiasbolivia.com/

La Paz, octubre 13, 2003 (Hrs. 15:00).

- Acorralado por la furia popular, el presidente Gonzalo Sánchez de Lozada se juega su última carta para mantenerse en el poder. Ha decidido que las tropas del Ejército y la Policía controlen a bala la insurrección popular. Su esperanza es que la multitud que lo acosa retroceda y que las tropas que los acompañan no sean fracturadas desde la base por la presión popular.
En varias zonas de la ciudad de La Paz, especialmente en las zonas altas, las tropas policiales ya no disparan, dejan pasar a los manifestantes. La única diferencia entre ellos es el uniforme y las armas que manejan. Lo mismo ocurre en el céntrico paseo del Prado.
La tropa más humilde duda. En la cabeza de muchos está la historia del 12 y 13 de febrero, cuando policías y población civil combatieron, codo a codo, contra los militares de Sánchez de Lozada y su decreto que recortaba los salarios de trabajadores y empleados del sector público y privado.
"Hermano policía, únete a la lucha", gritan los manifestantes en el Prado, una de las calles del centro de La Paz. Hay amagos de entendimiento.
Más arriba, la situación es diferente. Un joven cae atravesado por la bala disparada por un francotirador y los policías disparan gases lacrimógenos. Hay una nube gigantesca de humo. No se puede respirar. La orden presidencial para reponer el orden, emitida poco antes, ha comenzado a ejecutarse con todo rigor. La gente se agarra del himno y grita a voz en cuello: "morir antes que esclavos vivir".
Un policía llora. En el Batallón de tránsito, que dos horas antes reprimían a los manifestantes, ahora prestan ayuda a los heridos.
La situación del Ejército es menos clara. El Presidente asegura que lo respaldan totalmente. La masacre de El Alto, la metralla y bala contra la gente disparada el sábado y domingo, lo confirman. Aunque hay otros indicios que dicen lo contrario.
"Hay regimientos y jefes militares que ya no quieren disparar, que ya no quieren matar en nombre de Sánchez de Lozada", dice el cocalero Evo Morales.
Otros reportes difundidos por varias radios populares hablan de que "hay soldaditos que se niegan a disparar contra el pueblo". Otros informan sobre uniformados que disparan metralla sin asco.
"Nos va a costar sangre, pero el gringo asesino va a caer", dice el "Mallku" Felipe Quispe desde la ciudad de El Alto, convertida en un infierno el fin de semana por una cruel masacre y hoy transformada en una gigantesca fábrica de rebeldes que siguen marchando hacia La paz, a la hoyada situada a 3.600 metros de altura.
Los paceños, hombres y mujeres humildes y pobres, como los alteños, también se están levantando, desempolvando la vieja y orgullosa tradición de sus mayores: La Paz, cuna de libertad, tumba de tiranos.