Tanques de guerra y varios miles de militares y policías fuertemente armados retomaron el control casi total del centro de la ciudad de La Paz al anochecer de este lunes, aunque no pudieron acabar con los rebeldes.
Los trabajadores y vecinos de los barrios más pobres de esta ciudad y de El Alto, después de 10 horas de combate callejero, eludieron la confrontación directa con los tanques de la muerte y se escurrieron hacia los barrios populares, donde surgen las barricadas de la resistencia contra el gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada.
Evitando la masacre, los vecinos, anoticiados por radioemisoras locales, procedieron a partir de las ocho de la noche a retirarse ordenadamente a sus zonas. Los de El Alto, que combaten tres días y dos noches seguidas, se replegaron a sus distritos. Los de La Paz a las laderas y a los barrios pobres, pero libres.
"Es un repliegue táctico", dice uno de los dirigentes al convocar, sin embargo, a los vecinos a cuidar a los medios de comunicación populares.
"La lucha es de largo aliento. Hay que seguir movilizados, hay que organizarse cada vez mejor", agrega el dirigente de la Central Obrera Boliviana (COB), el minero Jaime Solares, que ha instruido la paralización total de actividades en todas las ciudades del país y el bloqueo total de caminos desde mañana.
A su convocatoria ya han respondido cinco de las diez ciudades capitales de departamento (La Paz, El Alto, Cochabamba, Potosí y Oruro), donde trabajadores y vecinos han declarado la huelga general y el bloqueo de caminos. En el resto de las ciudades se anuncian movilizaciones y marchas de protesta, junto al ayuno de religiosos y organizaciones de derechos humanos que piden el fin del gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada, que a último momento, recibió el apoyo de su aliado, el ex presidente y jefe del Movimiento de la Izquierda Revolucionaria (MIR), Jaime Paz Zamora.
El apoyo de Paz Zamora a Sánchez de Lozada se da luego que el Departamento de Estado, que hace poco le repuso la visa de entrada a Estados Unidos al jefe del MIR, anunciara que no reconocería a otro Gobierno que no sea el actual.
El comunicado del departamento de Estado, en su parte central, dice: "La comunidad internacional y los Estados Unidos no van a tolerar ninguna interrupción del orden constitucional y no reconocerán a cualquier régimen que sea el resultado de procedimientos antidemocráticos",
Mientras tanto, informes de los distintos centros médicos de La Paz y El Alto confirmaban lo que ya anunciaran las cadenas populares de información: en los últimos cuatro días cayeron a bala y metralla 50 bolivianos humildes y más de 200 quedaban heridos, muchos de ellos de gravedad. "esta es la democracia de la bala, esta es la democracia de la muerte", aseguró el minero Solares. Las sombras de la noche se apoderan de La Paz y El Alto.