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Latinoamérica

Se unen los mineros a protestas por el gas

El presidente Sánchez de Lozada anuncia un plan de emergencia para la reconciliación

La Paz, 1°. de octubre.

El sindicato de mineros se sumó el miércoles a las marchas en los departamentos andinos de Oruro y Potosí, mientras que en La Paz la policía reprimió a estudiantes con saldo de 10 heridos y cuatro detenidos, además de un campesino herido de bala en otro incidente de violencia en el altiplano andino, en el tercer día de una huelga general en demanda de la renuncia del presidente Gonzalo Sánchez de Lozada, y en rechazo a sus planes de exportar gas.
La agitación social en Bolivia parecía recrudecerse con nuevas marchas tanto en el centro de La Paz como en distintos puntos del país, aunadas a llamados de los líderes de la Central Obrera Boliviana (COB), Jaime Solares, y de los sindicatos campesinos, Felipe Quispe, de radicalizar aún más las protestas.
Después de una reunión con su gabinete en el Palacio Quemado, el presidente anunció esta noche un "plan de emergencia", basado en una propuesta de conciliación formulada por la Iglesia católica destinado a revertir la crisis política, económica y social que sacude al país. "En vez de bloquear, en vez de estar con problemas en la calle, entraremos al diálogo", señaló Sánchez de Lozada.
El plan considera los temas más sensibles de la agenda pública: la reactivación económica, la política de hidrocarburos, caldo de cultivo del enervado clima social de los últimos días, reformas a la carta política, corrupción, coca (base para la fabricación de droga), corrupción y seguridad ciudadana.
Horas antes, una treintena de organizaciones cívicas y empresariales emitieron un pronunciamiento desde Santa Cruz, encabezadas por la poderosa Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), en la que hicieron un llamado a "refundar una nueva Bolivia".
El presidente de la CAO, Juan Armando Antelo, urgió a resolver la disyuntiva entre "este sistema y el actual gobierno, o proponer un cambio de manera integral en una voluntad política", y apuntó que el fondo del asunto está en "el dilema de seguir siendo lo que somos o lo que podríamos hacer por nuestra cuenta".
En lo inmediato la Federación de Empresarios de La Paz rechazó la propuesta de esos sectores de Santa Cruz por considerarla "inviable".
En contraste, la COB obtuvo este día la adhesión de los mineros al sumarse a la huelga y paralizar así todas sus actividades productivas en Oruro y Potosí, luego de que la víspera se plegó a la medida de fuerza el magisterio estatal.
En el tercer día de la huelga declarada por los sindicatos bolivianos, contrarios a la venta de gas al extranjero sin una consulta popular previa, este día ocurrieron choques en las inmediaciones de la Universidad San Andrés, en el centro de La Paz, con el saldo referido de 10 heridos y cuatro detenidos.
Efectivos policiacos del Grupo Especial de Seguridad arremetieron con gas lacrimógeno en torno al edificio de la universidad, tras lo cual los estudiantes denunciaron la "brutalidad" con que actuó la fuerza pública.
También hubo disparos y gases lacrimógenos contra peatones y grupos que cerraban calles.
La violencia se extendió a la localidad de Collana, en el altiplano andino, a unos 50 kilómetros de La Paz, donde los uniformados reprimieron a un grupo del movimiento de Campesinos sin Tierra con saldo de un labriego herido de bala en una pierna.
En medio de los primeros síntomas de especulación y escasez de productos básicos se sumó una huelga de carniceros, que suspendieron por tiempo indeterminado el sacrificio de ganado vacuno. Esto, a la par que los intermitentes bloqueos de caminos impiden el ingreso de alimentos y productos del campo a la capital.
Los dirigentes de la huelga, Jaime Solares y Felipe Quispe, instaron a recrudecer los bloqueos y a armarse con piedras y palos para resistir.
Además Quispe, quien amenazó con declarar los Andes como zona "autónoma", desestimó la decisión del gobierno de apartarlo de las pláticas y buscar otro interlocutor ante los infructuosos esfuerzos por establecer un diálogo.