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Zapatismo

La palabra zapatista
Más allá de la ideología

Juan Pablo Patiño Káram
Rebelión

La lucha zapatista es, más que una lucha armada, una lucha por medio de la palabra. Ello no implica una determinación ideológica de la realidad y de los sujetos. Es ella una expresión que surge de la práctica y de la autoorganización de los individuos concretos, de su experiencia; es ella especifica, diversa y distinta, autopoiética, abierta a las posibilidades de la realidad, desnuda y desplazada. Y en ello se encarna, no sólo su eficacia, no sólo cierta originalidad, sino la fuerza de un movimiento que apela a una dimensión vital de los hombres que participan en ella y acompañándola.

El movimiento Zapatista se hizo público con la guerra, con un "Hoy decimos ¡Basta!". Acogiéndose al Artículo 39 Constitucional se pretendía cambiar al gobierno por medio de la vía armada1. Pero "la sociedad civil" pidió paz. También su actitud "respecto a los insurgentes [fue] tratar de saber quiénes son, cómo son, qué piensan, qué quieren. Tratar de entender qué los había llevado a tomar esa decisión" 2. Lo cual implicó el surgimiento de una vía complementaria, la vía de la palabra3. A través del dialogo, no sólo con el gobierno sino con diferentes grupos de México y del extranjero, el movimiento se trasformó. Nuevas formas surgieron. Es ya lugar común decir que la lucha zapatista es más una lucha de palabras4 que una lucha de balas: "La boca de nuestros fusiles callará para que nuestra verdad hable con palabras para todos, los que con honor pelean, hablan con honor, no habrá mentira en el corazón de nosotros los hombres verdaderos"5. La Palabra se convirtió así en un medio fundamental. Innumerables dimensiones en ella se desarrollaron. El EZLN utilizó la voz como medio de resistencia, de lucha, de descubrimiento de nuevas voces:

"En nuestra voz irá la voz de los más, de los que nada tienen, de los condenados al silencio y la ignorancia, de los arrojados de su tierra y su historia por la soberanía de los poderosos, de todos los hombres y mujeres buenos que caminan estos mundos de dolor y rabia, de los niños y los ancianos muertos de soledad y abandono, de las mujeres humilladas, de los hombres pequeños. Por nuestra voz hablarán los muertos, nuestros muertos, tan solos y olvidados, tan muertos y sin embargo tan vivos en nuestra voz y nuestros pasos"6.

Los zapatistas aprendieron poco a poco, en la lucha misma, el valor y el poder de la palabra. Vieron que producían buenos resultados7. Ella se impuso. Pero ésta sirvió no sólo como medio de comunicación, no solo para ser escuchado y para tomar el estrado. A través de ella una fundamental crítica ideología fue llevada a cabo. Por medio de cientos de comunicados y artículos los zapatistas y sus simpatizantes han, durante más de 10 años ya, deshilvanando el discurso del poder (de los poderes). No únicamente del gobierno mexicano, sino sobre todo de las determinaciones económicas, sociales, culturales que pretenden un mundo homogéneo y único:

<<En la moderna teoría del Estado, los seres humanos nacen diferentes. Su incorporación a la sociedad consiste en un proceso de educación que sería la envidia del reformatorio más cruel. El esfuerzo de todo el aparato de Estado se dirige en "igualar" a ese ser humano, es decir en homogeneizarlo bajo una hegemonía: la del que manda. El grado de éxito social, entonces, se mide según se acerque o se aleje de un modelo. La homogeneidad no es que todos seamos iguales, sino que todos tratemos de ser iguales a ese modelo. Y el modelo es aquel que se construye por quien es Poder. La hegemonía no es sólo que uno mande, sino, además, que todos nos esforcemos por obedecerlo...

Ahí está la homogeneidad, no todos tenemos las mismas riquezas (y ni hablar de que unos pocos las tienen a costa de otros muchos) ni las mismas oportunidades, pero sí tenemos el mismo amo y la misma voluntad de obedecerlo (que es otra forma de decir "servirlo")8

El EZLN no solamente utilizo entonces la palabra para comunicar, sino para resistir, primero a través de simples pero profundas críticas, utilizando términos sencillos, las voz común. Utilizo los mismos medios del poder (prensa, espacios noticios, juegos de palabras y silencios, retóricas) para recusar ese discurso que se pretende único. Visto desde una crítica ideológica clásica desmintió y desvelo las estrategias del poder9. Denuncio no sólo el discurso sino la actividad de los actores del poder a través de un aparato de información sumamente amplio. Por medio de innumerables comunicados exhibido decenas de falsedades. A través de la voz sencilla, sin complicaciones teóricas, sino por medio de discursos coloquiales (sumamente arraigados en la oralidad indígena) ha desestructurado el falso reconocimiento y la estructuración de una realidad sumida y atravesada por intereses de explotación. Pero lo importate a plantear, bajo mi punto de vista, es si esta crítica no es una simple sustitución de una ideología por otra ¿Es la palabra zapatista simplemente un discurso que tiene por objeto destituir un mundo configurado por la política del "dinero" para reconstruir otro mundo conseguido a la sombra de teorías y conceptos distintos? ¿Tiene por objeto el movimiento del EZLN la sustitución de una ideología (o ideologías) dominante por alguna otra? No, no es el fin. Y ahí reside su fuerza y originalidad10. No se trata de imponer una forma determinada de sociedad y de convivencia. No se trata de constituir la realidad a través de principios ideológicos que le anteceden. El movimiento zapatista es, en ese sentido, más que ideológico, vivencial. Para mostrar ello analizaré a continuación brevemente la conformación del discurso zapatista.

Primero hay que mencionar el que la palabra zapatista siempre se ha considerado dialógica. Es ella un entrecruzamiento de voces en constante desarrollo. Habría que pensar fundamentalmente la "diversidad de sus orígenes". Es ella "La toma del poder de la palabra por aquellos a quienes durante muchos años les había sido negada la posibilidad de usarla"11. No es un discurso monolítico de un puñado de hombres que quieren imponer su pensamiento a los indígenas ni mucho menos al país. Ha estado su voz desde un inicio inmersa en una permanente dinámica de transformación a partir de encuentro con el otro. Dice Marcos al respecto que ellos eran:

<<un grupo de "iluminados" que llega desde la ciudad para "liberar" a los explotados y que se encuentra conque, más que "iluminados", confrontados con la realidad de las comunidades indígenas, parecíamos focos fundidos. ¿Cuánto tiempo tardamos en darnos cuenta de que teníamos que aprender a escuchar y, después, a hablar? No estoy seguro, han pasado ya no pocas lunas, pero yo calculo unos dos años al menos. Es decir, lo que en 1984 era una guerrilla revolucionaria de corte clásico (levantamiento armado de las masas, toma del poder, instauración del socialismo desde arriba, muchas estatuas y nombres de héroes y mártires por doquier, purgas, etcétera, en fin, un mundo perfecto), para 1986 ya era un grupo armado, abrumadoramente indígena, escuchando con atención y balbuceando apenas sus primeras palabras con un nuevo maestro: los pueblos indios12.

No es por tanto el suyo un discurso que se pretenda absoluto, universalmente valido ni totalmente acabado. A lo largo de sus encuentros con los mismos indígenas chiapanecos y, después de los levantamientos, con otros indígenas, individuos, y grupos de muy diverso orden, la palabra zapatista ha estado en permanente desarrollo. No sin altibajos ni con el objeto de imponerse sino como medio, primero de entendimiento, de rebeldía, de denuncia, pero también como medio de configuración diversa de la realidad. Nunca ha pretendido ser vanguardia o modelo a seguir:

"Nosotros les decimos: a los que siguen el ejemplo que no lo sigan. Pensamos que cada quien tiene que construir su propia experiencia y no repetir modelos. En ese sentido, lo que les ofrece el zapatismo es un espejo, pero un espejo no eres tú, en todo caso te ayuda sólo para ver cómo te ves, para peinarte de esta forma, para arreglarte. Entonces, les decimos que vean en nuestros errores y aciertos, si es que los hay, las cosas que les puedan servir para construir sus propios procesos, pero no se trata de exportar el zapatismo o de importarlo. Pensamos que la gente tiene la suficiente valentía y sabiduría para construir su propio proceso y su propio movimiento, porque tiene su propia historia. Eso no sólo hay que saludarlo, sino que hay que propiciarlo"13.

Marcos ha afirmado en diferentes comunicados y entrevistas que no se les debe considerar como un referente ni como una lucha sobre la cual el resto de las luchas tomarán sentido, sino que ha pronunciado a favor de la diversidad de luchas con validez local y especifica, a veces en consonancia pero también en ocasiones en sentido diferente que la lucha del EZLN. En su discurso "simplemente buscan un mapa nuevo donde haya espacio para todas las palabras"14.

Pero lo fundamental del discurso zapatista está su génesis. En"El mundo: Siete pensamientos en mayo de 2003" el Subcomandante Insurgente Marcos reflexiona al respecto:

<<Producir teoría desde un movimiento social o político no es lo mismo que hacerlo desde la academia. Y no digo "academia" en sentido de asepsia u "objetividad" científica (inexistentes); sino sólo para señalar el lugar de un espacio de reflexión y producción intelectual "fuera" de un movimiento. Y "fuera" no quiere decir que no haya "simpatías" o "antipatías", sino que esa producción intelectual no se da desde el movimiento sino sobre él. Así, el analista académico valora y juzga bondades y maldades, aciertos y errores de movimientos pasados y presentes, y, además, arriesga profecías sobre rutas y destinos. [.]

Nosotros creemos que un movimiento debe producir su propia reflexión teórica (ojo: no su apología). En ella puede incorporar lo que es imposible en un teórico de escritorio, a saber, la práctica transformadora de ese movimiento.

Nosotros preferimos escuchar y discutir con quienes analizan y reflexionan teóricamente en y con movimientos u organizaciones, y no fuera de ellos o, lo que es peor, a costa de esos movimientos. Sin embargo, nos esforzamos por escuchar todas las voces, prestando atención no en quién las habla sino desde dónde se habla.

En nuestras reflexiones teóricas hablamos de lo que nosotros vemos como tendencias, no hechos consumados ni inevitables. Tendencias que no sólo no se han convertido en homogéneas y hegemónicas (aún), sino que pueden (y deben) ser revertidas

Nuestra reflexión teórica como zapatistas no suele ser sobre nosotros mismos, sino sobre la realidad en la que nos movemos. Y es, además, de carácter aproximado y limitado en el tiempo, en el espacio, en los conceptos y en la estructura de esos conceptos. Por eso rechazamos las pretensiones de universalidad y eternidad en lo que decimos y hacemos.

Las respuestas a las preguntas sobre el zapatismo no están en nuestras reflexiones y análisis teóricos, sino en nuestra práctica. Y, en nuestro caso, la práctica tiene una fuerte carga moral, ética. Es decir, intentamos (no siempre con fortuna, es cierto) una acción no sólo de acuerdo a un análisis teórico, sino también, y sobre todo, de acuerdo a lo que consideramos es nuestro deber. Tratamos de ser consecuentes, siempre. Tal vez por eso no somos pragmáticos (otra forma de decir "una práctica sin teoría y sin principios").

Las vanguardias sienten el deber de dirigir algo o a alguien (y en este sentido guardan muchas similitudes con los teóricos de academia). Las vanguardias se proponen conducir y trabajan para ello. Algunas hasta están dispuestas a pagar los costos de los errores y desviaciones de su quehacer político. La academia no.

Nosotros sentimos que nuestro deber es iniciar, seguir, acompañar, encontrar y abrir espacios para algo y para alguien, nosotros incluidos.

Un recorrido, así sea meramente enunciativo, de las distintas resistencias en una nación o en el planeta no es sólo un inventario, ahí se adivinan, más que presentes, futuros.

Quienes son parte de ese recorrido y de quien hace el inventario, pueden descubrir cosas que quienes suman y restan en los escritorios de las ciencias sociales no alcanzan a ver, a saber, que importan, sí, el caminante y su paso, pero sobre todo importa el camino, el rumbo, la tendencia. Al señalar y analizar, al discutir y polemizar, no sólo lo hacemos para saber qué ocurre y entenderlo, sino también, y sobre todo, para tratar de transformarlo.

La reflexión teórica sobre la teoría se llama "Metateoría". La Metateoría de los zapatistas es nuestra práctica15.

Así la "práctica", no una idea estructurada teóricamente, la vida, no el discurso, son las bases del movimiento. La palabra tiene su referente, no en determinaciones ideológicas, sino en la vida misma.

La pregunta que se podría hacer es la siguiente ¿No es el termino "práctica" una simple determinación ideológica vacía de contenido? ¿No es un simple desplazamiento de conceptos abstractos como "comunismo", "lucha de clases", etc. hacia un concepto sin duda ambiguo como es el de "práctica"?

En El sublime objeto de la ideología16 Slavoj Zizek va más allá de la teoría clásica Marxista y que Althusser en su critica ideológica. Sostiene que la ideología no es una simple ficción que oculta una realidad donde la labor crítica debe ser el desenmascaramiento. Mostrar la realidad tal cual es, para esta visión, llevaría inexorablemente al derrumbamiento de la ideología. En línea con Althusser17, Zizek sostiene que la ideología interpela a los individuos para convertirlos en sujeto pero agrega que de hecho, no sólo los sujetos sino la realidad misma, están conformada a partir de elementos ideológicos. No hay un mundo conformado para el hombre sin esta determinación. A través de la teoría lacaniana el pensador eslavo sostiene que una serie de "conceptos flotantes"18 de naturaleza ambigua ("democracia", "libertad", "ecología", etc.) solamente adquiere un significado concreto cuando son determinados sincrónicamente por un "acolchamiento" ideológico. Ello es que existe un concepto central19 ("Dios", "País", "Estado", "Clase", etc.) en una ideología que determina aquellos conceptos (diferentes significantes nodales puede otorgar contradictorias definiciones a un mismo término: la "democracia" entendida en el comunismo es contradictoria a la "democracia" entendida desde la "burguesía"). Además afirma que este "punto nodal"20 está vaciado de significado, no refiere a un elemento de la realidad sino a una falta del orden simbólico (entendido lacanianamete). La realidad social según Zizek -y esto lo argumenta desde Lacan y Hegel- está conformada simbólicamente. En esta estructura dada desde un "punto nodal" retroactivamente se propone al mismo "punto nodal" como consecuencia de cierta reflexión. Ello se desarrolla ocultando que este concepto siempre fue anterior y presupuesto a la configuración de la realidad. El falso reconocimiento no es entonces en encubrir la realidad con una ficción, sino en no observar que la misma realidad (la percepción de ella, sus relaciones, sus referentes) está construida a partir de un concepto ilusorio. Pero además afirma Zizek que este presupuesto oculta además una carencia de la realidad misma, un vacío, una falta. La realidad ideología no puede resolver los antagonismos21 primeros de una sociedad, sino que los oculta. Configura entonces una realidad que no soslaya los antagonismos propios que ocasiona sino que oculta que ella misma crea esa falta, que ella misma es posible debido a esa falla. En resumen la ideología, tal como la entiende Zizek, es una fantasía que configura a la realidad simbólicamente y al mismo sujeto insertándolo en una red de relaciones y papeles a desempeñar (ahí el mandato social, y en su identificación simbólica, la obediencia si es que quiere conformarse como sujeto) y tiene como centro un significante puro sin referente que enmascara una falla (un vació) y que a la vez tiene consecuencias: la determinación de la red de significantes que atraviesa lo simbólico22.

Ahora la pregunta respecto al EZLN podría ser mas especifica ¿Es esta "practica", ni siquiera un simple concepto definido, sino un "punto nodal" que determina simbólicamente (a través de la visión zapatista) la realidad"? ¿Es ella un significante puro vaciado de sentido y máscara de una falla? La respuesta es que no. Es bien cierto que "práctica" así como "dignidad" (términos fundamentales en el discurso zapatista) no tiene un referente conceptual fijo, no obstante tiene un referente viviencial bien concreto. La "practica" es el resultado de una real autodeterminación. Pero esta autodeterminación no es una receta23 ni una determinación previa. El resultado de la "teoría" se da a partir de las vivencias concretas, de las experiencias específicas de la organización y la lucha, desde la gente desde abajo: "la forma de tomar las decisiones de los zapatistas, o sea construir las cosas desde abajo, no decidirlas desde arriba"24. Hay en la voz del EZLN una: "Pluralidad discursiva que surge desde abajo y transversalmente, y que busca, a través del intercambio de la palabra, llegar al acuerdo, a los acuerdos". Dice Marcos que en su lucha hay tres grandes ejes:" "el eje de fuego" que son las acciones militares, "El eje de la palabra", y el tercer eje que es la "columna vertebral y se refiere al proceso organizativo o a la forma en que se va desarrollando la organización de los pueblos zapatistas"25:

"los pueblos, las bases de apoyo zapatista, adoptan formas que se van construyendo, que no vienen en ningún libro ni en ningún manual, ni, por supuesto, les hemos dicho nosotros. Son formas de organización que tienen que ver mucho con su experiencia, y no me refiero sólo a su experiencia ancestral e histórica que viene de tantos siglos de resistencia, sino de la experiencia que han construido ya organizados como zapatistas"26.

Así no existe en esta "practica" ni una determinación ideológica de las relaciones simbólicas ni el ocultamiento de una falla sino la convicción de que la realidad misma y la voluntad de los pueblos indígenas, a través de las experiencias concretas vayan (sin presupuestos ni imposiciones) determinando la construcción de la realidad. Por supuesto que dicho método no está carente de construcciones simbólicas, pero la experiencia es anterior y determinante de aquello. En ese sentido seria un movimiento más allá de la ideología. La ideología ("la teoría") se construye de la vida y en la vida. Hay entonces un primado de la experiencia, del ser enfrentado materialmente al mundo, y con ello un mundo de posibilidades siempre abierto27 con una carga fundamental de singularidad. Es el movimiento arraigado en un "materialismo del encuentro"28 que se refiere a una materialidad pura, no dialéctica. La vida antes que la idea, la concreción antes que la abstracción.

A manera de ejemplo he de mencionar también el uso del pasamontañas.

Precisamente ese acto simbólico (entendido aquí coloquialmente) y el cambio de nombre no se apuntan, por ejemplo en el caso de Marcos, a esconder su identidad (la cual ya es pretendidamente conocida) sino parece ser que más bien que responde a un planteamiento de lucha anónima. Son seres sin identidad, un grupo de individuos (no sujetos) los que luchan. Sus lideres los son también. Todos encapuchados Un claro indicio de esta posición pos-ideológica es en la conformación de los personajes zapatistas, son individuos anónimos, no son ni están sujetos. Al negar precisamente esta conformación como sujeto se niega la determinación ideológica-simbólica que determine al individuo a un papel preciso para poder dar paso a una instancia primaria y primera de la vida. Un permanente dinámica autopoiética se conforma entonces. Lucha no abstracta, próxima a cada vivencia real y Real, abierta a las posibilidades, desnuda y vital, mutable y desplazada, mas allá de toda ideología.

Universidad de Barcelona, Julio 2005

PD. En armonía con su discurso el EZLN a partir de Junio del 2005 ha hecho pública la Sexta declaración de la selva lacandona donde se da un paso adelante en la dirección planteada a través del llamamiento a diferentes sectores de México y del mundo no envueltos en procesos electorales a un perenne dialogo entre diferentes luchas que lleven a una resistencia más amplia, más eficaz, y con ello a la transformación de el país. Durante los comunicados y encuentros permanentemente se insiste en esta posición no dominante ni determinante del movimiento (aunque no carente de posiciones). Existe pues una consonancia con el planteamiento vivencial primero del movimiento que, al menos en expectativas, apunta a una evolución más esencial y global del México inmerso en luchas. (16/09/2005)

Notas

1 Primera declaración de la Selva Lacandona, Comandancia General del EZLN,1993, http://palabra.fzln.org.mx/. Todos los comunicados que refiero en adelante provienen de esta página a menos que se indique algo diferente.

2 Subcomandante Marcos, entrevista con Gloria Muñoz, 20 y 10: el fuego y la palabra.

3 Respecto a ello hay una cantidad importante de estudios y publicaciones. Ver por ejemplo los que se encuentran en la revista rebeldía. http://www.revistarebeldia.org.

4 Para ver la cantidad de comunicado realizados por el EZLN consultar http://palabra.fzln.org.mx/.

5 Comunicado C C R I - C G del E Z L N (de febrero de 1994)

6 Ibíd.

7 Subcomandante Marcos, entrevista con Gloria Muñoz, 20 y 10: el fuego y la palabra.

8"Otra geografía", Subcomandante Insurgente Marcos, Rebeldía. Año 1, número 5, marzo del 2003, p 6.

9 Por supuesto que no fueron ni los únicos ni los primeros en hacerlos pero su impacto en el país y a nivel internacional ha sido trascendental.

10 Es bien cierto que la idea planteada por el EZLN existe ya en otros movimientos, por ejemplo en los del 68 en diversas partes del mundo. No es la originalidad del discurso lo que me interesa sino sus consecuencias en el mismo movimiento y en sus relaciones con la alteridad. El llevar tan lejos y durante tanto tiempo un discurso con las características que describiré mas abajo es, al menos, singular.

11 "La voz alzada", Luis de la Peña Martínez Rebeldía. Año 2, número 16, febrero del 2004. p 26.

12 http://www.jornada.unam.mx/2003/jul03/030725/006n1pol.php?origen=index.html& fly=1

13 Subcomandante Marcos, entrevista con Gloria Muñoz, 20 y 10: el fuego y la palabra.

14 "Otra geografía", Subcomandante Insurgente Marcos, Rebeldía. Año 1, número 5, marzo del 2003, p 9.

15 Subcomandante Insurgente Marcos, "El mundo: Siete pensamientos en mayo de 2003" Año 1, número 7, Mayo del 2003, http://www.revistarebeldia.org/revistas/007/

16 Slavoj Zizek, El sublime Objeto de la Ideología, S. XXI, México, 2001.

17 Louis Althusser. Ideología y aparatos ideológicos del estado, Visión Net, Madrid.

18 Slavoj Zizek, Op. Cit, p 125.

19 Ídem, p. 140.

20 Ídem, pp. 125-140.

21 Ídem, p. 17.

22 El desarrollo a partir de Lacan y Hegel por parte de Zizek es por supuesto algo más complejo. En este breve resumen estoy tomando sólo algunas conclusiones que concierne al tema sin una explicación detallada. Para su desarrollo, demostración y ejemplificación referirse a la obra del autor.

23 "Y, sin embargo, la autoorganización no es una nueva receta. En la

actualidad asistimos a una ideologización de criterios tales como "autonomía" y "horizontalidad" (ambos muy zapatistas, y muy difundidos en su "mandar obedeciendo"). Ideologización en el sentido de una inversión del modo de comprender estas nociones fundamentales del nuevo protagonismo social, a partir de la cual se supone que estos principios son modos organizativos salvadores y no, precisamente, claves problemáticas a desarrollar [.]No hay, entonces, "mensaje zapatista". No hay tarea de desciframiento ni de difusión. Si intentamos alguna imagen de la repercusión zapatista, ésta no puede asimilarse a ninguna operación de transmisión de consignas. Cuando lo que se intenta es reproducir los postulados zapatistas no queda más que un vaciamiento de la experimentación: mera ritualización en forma de slogan y de idealizaciones aptas para el consumo y la inminente frustración" en "El silencio de los caracoles" Colectivo Situaciones de Buenos Aires, Rebeldía. Año 1, número 5, marzo del 2003, p 41.

24 Subcomandante Marcos, entrevista con Gloria Muñoz, 20 y 10: el fuego y la palabra.

25 Ídem.

26 Ídem.

27 Ver Louis Althusser, "La corriente subterránea del materialismo del encuentro"en Para un materialismo aleatorio, Arena, Madrid, 2002.

28 Ídem.