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PAIS VASCO

7 de agosto del 2003

Los jóvenes vasco-americanos se definen vascos y estadounidenses, son favorables a la independencia de Euskadi y rechazan la violencia


elconfidencialdigital.com
El vasco-americano típico se define como "vasco y estadounidense por igual", y en su gran mayoría opina que lo que hace a uno ser vasco es la sangre y la ascendencia. Además, son partidarios de la independencia del País Vasco.

Son datos de un estudio de por la North American Basque Organization sobre la juventud vasca en EEUU, que se presentó en el III Congreso mundial de comunidades vascas, celebrado en Vitoria.

Según el estudio, la mayoría están muy orgullosos de ser vascos, ha visitado el País Vasco en varias ocasiones, fundamentalmente para visitar a sus parientes (un tercio de ellos reside allí), y los que nunca han estado muestran su interés por visitarlo, si bien el contacto es escaso y ocasional.

Sin embargo, el joven vasco americano no ha vivido nunca en el País Vasco y no tiene intención de hacerlo. Es republicano y "moderadamente conservador". Se siente bien informado sobre los acontecimientos políticos de Estados Unidos pero no tanto de los del País Vasco. La mayoría están a favor de la independencia vasca, se oponen firmemente al uso de la violencia con fines políticos y creen que el objetivo principal del Gobierno Vasco debería ser la conservación del euskera.

Son buenos bailarines, tienen experiencia en bailes vascos, y el ranking de tradiciones preferidas continúa con el mus. La mayoría pertenecen a un centro vasco local. Consideran que es muy importante el papel de estos centros para conservar la cultura vasca. Estos clubs ofrecen una acampada anual, actos de recaudación de fondos, cursos de bailes vascos, misas en euskera, deportes vascos, un grupo de canto y acontecimientos especiales.

El joven vasco-americano tiene ambos progenitores vascos. Uno o ambos provienen de Vizcaya, Baja Navarra o Navarra. La mayoría de los progenitores han alcanzado títulos educativos de poco nivel, pero sus hijos les superan en estudios.

El encuestado típico sobresale en la escuela y logrará como mínimo un título universitario. La mayoría trabajan a jornada completa y no tienen problemas de desempleo.

Los progenitores, e incluso los propios encuestados, presentan un índice muy bajo de divorcio. Los jóvenes llevan una forma de vida tradicional y muy pocos conviven con su pareja sin estar casados; las madres solteras son aún menos. Son fundamentalmente católicos practicantes que consideran la religión como un elemento relevante de sus vidas. Aunque rezan con frecuencia no asisten a Misa con regularidad.

Entre sus preocupaciones, citan la guerra, la economía, el empleo, la educación y la violencia. No creen que los vascos sean radicalmente distintos del resto, aunque consideran que son más tradicionales, tozudos, más profesionales, divertidos y que tienen una vida familiar mejor.