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PAIS VASCO

14 de agosto del 2003

La diáspora vasca. El otro Plan Ibarretxe
1,4 millones de euros para el "Proyecto Urazandi"

Rafael Castellano
Maverick Press
El recién fallecido Oteiza me lanzó un día una de sus greguerías: "Euskadi no es una patria, ¡coño!, es una matria". Recuérdese que el escultor surgió a la fama mundial tras su exilio uruguayo, su victoria escultórica en la Bienal de Sâo Paulo, 1957, y su adaptación a un temperamento humoral –malhumoral cuando le venía el siroco– muy propio del subcontinente suramericano.

Durante la penúltima cena me explicó que él no era un hombre-anécdota, sino que del extrañamiento en las Indias se trajo el ejercicio, cada vez más raro acá, de la plática, el ingenio, el dicharache y el retruécano. Habilidades más bien sordomudas para quienes se erigieron en discípulos suyos.

Conservo cartas de Jorge Oteiza manuscritas que podrían ir a parar, pronto, al departamento de palimpsestos y códices: nadie se escribe ya a mano.

Pero nos dirigíamos al mítico territorio de Eldorado, donde crecen los lingotes de divisas en sicómoros, sequoias y magnolios. La Bienal le vino entonces de perlas a Oteiza, porque estaba más tieso de dinero que un arenque. Poco le duró, además, y regresó de las Américas, como tantos otros indianos, sin un maravedí. Le esperaba el agitado episodio de sus 14 apóstoles del Santuario de Arantzazu y el correspondiente duelo epistolar con un obispo. Hay fotos de los iconos oteizanos tumbados en las cunetas de Oñati. Simbólico. Le salió otro encargo sacro y fallido: un San Isidro para Madrid. Con lo de los 14 santos le resurgió la vena cáustica: "Son los trece remeros de la trainera de Orio más el popel", tuvo que escribirle a Su Eminencia.

Conocemos esa crisis: gastar en sellos de correos, crear y no cobrar. Resumiendo: fue un regreso con estrecheces. Es lo que tienen las diásporas externas o internas cuando constan de un único náufrago. Jorge Oteiza vivió un retorno en el filo de la hambruna, y de ahí su glotonería voraz. Cuando ya se le acercaba el final me llamó Sistiaga: "De ésta no sale, pero está comiendo caracoles". No salió, cierto, pero se marchó a la diáspora definitiva bien alimentado de humor negro: los gasterópodos acuden al fósforo. De sudario, un pijama limpio. Muy suyo. Bueno, RIP. Reflexión: que todo nos llega tarde, máxime si son lentos caracoles, y que nunca se viene a nacer en la época propicia. Verán.

Un plan centenario

Hoy los tiempos cambian o, si hacemos caso de Planck y de las teorías acerca de los dinosaurios, cambiamos nosotros; y el ideario de siempre del PNV-EAJ emborronado, con tachones y dentelladas de carcoma, dado que ya rebasa el siglo, se atribuye a la torva modernidad vascónica y sirve de boa veraniega y de síndrome de Tejero para chincharnos los plácidos ocios de botijo y ferragosto. Se habla con súbita fobia del patafísico borrador presuntamente de Ibarretxe, tal vez plagio de la I Asamblea Posthallstática, mientras se caen del guindo propios y extraños de una política y una prensa que, ya es hora, debería conocer cómo piensa cada quién. Que ya son lustros de dar la vara con lo vasco y de ignorar como irrelevantes unos capítulos de sucesos españoles cada vez más gore.

Tenemos a este Reino subpirenaico invadido por el comando Puerto-Hurraco y por pirómanos, y nadie se inflama salvo si se les mienta el famoso Plan de Ibarretxe, que en estos años ha llevado a cabo muchos más sin que nadie los maldiga.

O sin que se entere el fiscal Cardenal. A saber por qué miopías, se les niega el eco y el resentimiento a ciertos extremos puestos en práctica por el Ejecutivo vasco; decisiones irrevocables –bueno, irrevocadas, Garzón tampoco duerme- que constituyen de por sí ejercicios esencialmente autoadministrativos y, oigan, de lo más nordista. Los cazadores de feroces espejismos se fijan más en el papel de periódico o de fotocopia filtrada que en el parné o papel moneda. Así, les pasa inadvertido el exponente del albedrío económico de Euskadi que deriva de su Congreso cuatrianual de las Casas Vascas de allende las fronteras de Euskal Herria (que por cierto excluyen al "Txoko Zar" de Madrid, ubicado junto a la iglesia de San Nicolás y de Casa Ciriaco, orilla la Calle Mayor, donde encargan el marmitako los vascos evadidos a la Villa y Corte). El Proyecto Urazandi recopila las actividades de las 15 "Euskal Etxeak" ("casas vascas" en la emigración) más significativas.

Por seguir con las traducciones, "Urazandi" significa Ultramar o "más allá de las aguas", y muchos caseríos ribereños reciben esa denominación. "Urazandi" se presenta en 16 tomos en papel y un DVD. Podríamos llamarlo estudio de las Embajadas económico-folklórico- emocionales de la CAV y Nafarroa que por esos mundos funcionan.

El III Congreso de Colectividades Vascas tuvo lugar a mediados de julio en Vitoria-Gasteiz y se inauguró con esta diatriba de Juan José Ibarretxe: "No debemos permitir que nadie, en aras de la globalización, intente dejar sin contenido un pueblo que lleva aquí más de 7000 años, ni permita que el mundo pierda un lenguaje milenario, el euskera, la lengua más antigua de Europa". Digamos como curiosidad que lo que más hermanaba hasta ahora a las Casas Vascas dispersas por otros trópicos eran los naipes. Existe el Torneo Internacional de Mus, rotativo. Sirva como ejemplo que un año se llevó a cabo en Las Vegas. Pero hablemos de euros, no de amarracos. El lehendakari enfatizó ante el centenar y medio de delegados de Europa, las Américas, Australia, Filipinas y otros reductos del globo que acogen a vascos aventureros y sus sagas, que desea que Euskadi "sea no sólo conocido, sino reconocido" como un pueblo más en el mundo.

Y, como colofón al III Congreso de Colectividades Vascas de la diáspora que se ha celebrado en Vitoria-Gasteiz durante julio del 2003, y que reunió en asamblea comanche a 150 delegados representantes de los 134 Centros Vascos repartidos por 21 países, se presupuestaron subvenciones por un total de 771.000 euros para "gastos de funcionamiento". Otra partida de 610.000 euros irán a parar a "los jóvenes de las colectividades vascas de América Latina". Son becas cuyo objetivo es, textual, "mejorar la formación de los miembros más jóvenes, así como paliar la situación de clara desigualdad que están sufriendo los ciudadanos de algunos de estos países que en la actualidad soportan una grave crisis económica". Una juventud que abarca de los 18 a los 40 años se beneficiará así de viajes para ciclos formativos de grado medio y superior, títulos master universitarios y algunos equivalentes de F.P. Se incluyen gastos de alojamiento en el País Vasco, manutención y, según los casos, el 100% de la matrícula en la UPV. El resto, hasta completar ese 1'4 millón de euros, se dedicará a unas 1.800 personas que residen fuera de Euskadi en situaciones de extrema necesidad. Y la Moncloa no se estremeció.

100 familias en N.Y.

Lo de la matria no lo reproduje a humo de pajas. Lean. Muchos vascos emigrados se adhieren a la patria de la que son criollos ignorando la matria antropológica que allá se los llevó. Por otra parte en esta celebración de Ibarretxe se palpa el deseo de llenar un hueco que se envidia a Irlanda, Israel, Italia: el hueco de la antesala, en inglés 'lobby'. El vasco carece de San Patricio, de establecimientos 'kosher' –queso Idiazabal y chacolí– y de la Little Italy adherida a Manhattan y a Hollywood.

No vamos a detallar como otras culturas se enculturaron en las Indias de forma sincrética y, al final, influyente. Ni cómo se incrustaron en las varietés, la pasma, los bomberos, el FBI, la DEA, la CIA y el espionaje. Los vascos, pastores en Arizona, Nevada e Idaho, o pelotaris en Tijuana. Destinos inhóspitos. Donde más abundan esos consulados de la nostalgia, Argentina y Venezuela. Eso es de libro. De cine.

Este proemio-Urazandi -¿será otra de las razones de la rabieta de Aznar?– refuerza los cimientos de la diáspora vascónica al requerir más patrias para la matria. Pero también ofrece, como se vio. Al grano. Resulta que el señor Atutxa, presidente de la Cámara autonómica de la CAV, se halla en entredicho procesal y este proyecto-Ultramar, esta red asimilable a un Domund laico para la madre matria no sulfura, ni exaspera ni sofoca al Constitucional. Cada vez entiendo menos a los 'pop party'. Y cada vez comprendo más el empeño arqueológico de hallar simas en Pancorbo con cráneos humanos de más de 7001 años, a ser posible de cromañón sapiens. Mucho más sapiens que los de cromañón bascón que yazgan más al norte del Norte.

Identidad transnacional

Existe el inevitable perfil del vasco migratorio, y la preocupación por el desinterés e ignorancia de sus raíces por parte de la peña joven hizo que las mocedades vascas de Urazandi-Ultramar convocaran un preludio anterior al III Congreso de que tratamos. En él intervino Luis Foncillas Etxebarria, responsable excepcional de una Casa Vasca radicada en Nueva York.

Afiliados: centenar y poco de familias. Según sus declaraciones las juventudes de la diáspora rehuyen el Círculo o Club de sus mayores y se plantan ante Internet. No se implican.

Zubizarreta el cubano

Surgió en horas de sobremesa en una conversación entre lobos grises de la peña, vascos de la llamémosla Asamblea del Cuaternario (conocidos mal que les pese por la borroka con acné como históricos) y una delegación cubana que arribó a estas playas vascas para espiar con permiso oficial el fenómeno cooperativista 'in situ', o sea en Arrasate (Mondragón). Se les convidó a una cena de sociedad que excesivo fuera llamarlo gastronómica.

Tras el postre abrieron un paquete aromático, un pliego de centrales de periódico que contenía un buen puñado de cohibas.

Aquello colocaba, palabra, o serían las buenas vibraciones. El ingeniero se dejó preguntar incluso por qué no solicitaban del Comandante que se afeitara y se pusiese corbata. Es lo que obra el pacharán. Se llamaba Zubizarreta y se le informó que, en euskera, su apellido es "Lugar del puente viejo". Lo cual le admiró y al día siguiente se compró un libro de Pío Baroja, cosa de desentrañarse.

Correspondimos con farias gallegos y, así, brotaron anécdotas de sobremesa que hoy la tele endémica, la prisa prohíben. El caribeño gusta de chácharas y goza de sentido del humor. Conste que había mujeres, y que también se desternillaron cuando un activista histórico lanzó este 'gag' al humo azulado de ambas cosechas: "¿Sabéis qué es lo único bueno que hicieron los vascos en las Indias?". Expectación. "Las mulatas". La señora del activista histórico (y viajero) se hallaba ausente. "Oye, y los mestizos, y los saltoatrás, y los cholos, y los cuarterones y...", envidó una voz femenina. Cierto. Nada como el mestizaje. Y los vascos que se sumaban a las tripulaciones rumbo a las Américas ya habían adquirido cierta condición heteróclita al nacer en una encrucijada que asimiló a normandos, godos, visigodos, sarracenos, hebreos y almohades rubios (hoy 'al mujaidinn') sin perder totalmente sus características ni su idioma. Por eso una de las sesiones del III Congreso de Casas Vascas se dedicó al estudio comparativo de los casos israelita en EEUU y armenio en todo el orbe: sólo el 28% de armenios reside en su lugar de origen.

El "Registro Atzeus"

Otro de los planes-Ibarretxe consumados fue una encuesta acerca del antedicho perfil de los miembros de la diáspora vasca intitulado "Registro Atzeus". Y Michavila en la higuera. El registro consta de 12.780 cuestionarios de los 25.000 enviados y corresponden a individuos de origen vascónico de 83 países. La veterana vasca tiene 100 años y reside en Argentina. El más joven, de momento, nació en Venezuela hace 5 meses. La edad media de los encuestados es de 47 años. Existe una mayoría de 2ª generación (36%), hay un 30% de primera generación y los nietos completan el resto. Una china en el zapato: el 97% habla bien el castellano, un 26% domina el inglés, un 10% el francés y un 7,1%... el euskera. El Registro Atzeus, plan-Ibarretxe que aquí reseñamos, es prolijo en otro tipo de signos de identidad humana: empleo, paro, ingresos, salarios. Lo obviamos.

"Zortzigarren Herrialdea"

Aun así, las señas de identidad de la diáspora podrían resultar de lo más conflictivo, y nadie abre el pico. La Expansión del Plan Cuatrienal de Comunidades Vascas Internacionales contempla, agárrense, "la creación de una tarjeta de identificación personal reconocida por el Gobierno vasco para todos los socios". Veo a Atutxa en la picota. Porque, para colmo, se adornaría el salvoconducto con un logotipo propio y se registraría la denominación "Zortzigarren Herrialdea" ("Octavo territorio", añadido a los otros siete que históricamente los nacionalistas reconocen como Euskal Herria"). La vaselina habitual en estos casos reclama a ETA su disolución inmediata , condena "cualquier tipo de violencia" y sostiene que "en una verdadera democracia el derecho a decidir su propio futuro corresponde al Pueblo Vasco, desde el escrupuloso respeto a la voluntad mayoritaria de los ciudadanos de los diferentes territorios de Euskal Herria". El voto por correo aéreo está servido.

Un caché cosmopolita

Conferenció en dicha inauguración del III Congreso de Colectividades Vascas la profesora Gloria Totoricagüena, investigadora especializada en comunidades vascas en el extranjero, cuyo discurso insistió en "una identidad vasca transnacional y cosmopolita". Vamos a traducir este aún lamentablemente necesario pleonasmo. Una de las armas mediáticas más exhaustivamente esgrimidas por los plumíferos adictos al PP-PSOE cuando juntos se refocilan antinatura, se refiere al carácter aldeano y meapilas del vasco. Me parece muy triste que la autodenominada izquierda tenga que recluirse en la mezquindad de un anticlericalismo ya podre y canso cada vez que hay que zarandear a Euskal Herria. Pero en fin, hay que seguir domesticando a los canes y a los clanes.

Sigamos.

Más dijo Totoricagüena. Incidió en esa "patria plural" que Oteiza llama "matria" (sin citarle, la cita es mía); y en una "diáspora heterogénea desde nuestras experiencias en Europa hasta las Américas, Australia o Filipinas". O sea, insistamos, que no es una diáspora, sino varias. Se sustentan no obstante, a juicio de la citada especialista, "en un pasado común" que hay que "repasar y comprender". Y algo con lo que no comulgan muchos: "Reinventar nuestras identidades". Yúyu y mal fario.

Declaraciones como ésta entusiasman a quienes día tras día mantienen que el pueblo vasco es el pueblo esperanto llegado de Ganímedes, y que mira que es complicarse la vida con lo cómodo que resulta ser del Real Madrid. Quiso Totoricagüena aclarar el concepto y se metió en un jardín: "La identidad étnica es una construcción social y las nuevas circunstancias requieren nuevos conceptos; que cada generación reconstruya la propia existencia". La gallina. Posteriormente, y sin rodeos, se propuso agregarse a la Red. Internetizar las matrias, en suma. Captar a la Basca vasca juvenil de 12 a 100 años. Embajadas virtuales. Ser vasco vía satélite. Un puntazo.