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PAIS VASCO

 

17 de octubre del 2003

Ex ministro del Interior español se presenta como mártir de la democracia y víctima de maquinaciones políticas
El PSOE reivindica los GAL y su tripulación


Gara
La vieja y nueva guardia del PSOE ­desde Felipe González y Joaquín Leguina a Fernando López Aguilar y Lentxu Rubial­, pasando por alguno de los «barones» en activo ­como el presidente de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra­ acompañaron anteayer al ex ministro de Interior José Barrionuevo en la presentación de un libro en el que trata de hacer aparecer su condena por el secuestro de Segundo Marey como «un atropello político disfrazado de proceso judicial». Lo que pretendía ser una acto exculpatorio y de exaltación de la inocencia de Barrionuevo, acabó convirtiéndose en una reivindicación de los años en los que actuaron los GAL. No hubo condenas de las muertes y los secuestros de independentistas vascos y otros ciudadanos. Al contrario, el presidente extremeño Juan Carlos Rodríguez Ibarra se quejó de que el PP considerara «un error el secuestro de Segundo Marey», pero no pida responsabilidades al Gobierno de EEUU por la muerte en Bagdad del cámara de Telecinco José Couso.

Mientras hace leyes para ilegalizar a formaciones abertzales por abstenerse en votaciones de condena de atentados de ETA y demanda al PP condenas del alzamiento franquista de 1936 y la consiguiente dictadura, el PSOE sigue sin mostrar su desacuerdo con las actuaciones de los GAL y continúa reivindicando la figura y actuación de quienes en aquellos años dirigían la estrategia gubernamental contra el independentismo vasco. El propio José Barrionuevo destacó ayer que no puede pasar página sobre lo ocurrido porque todavía «la tripulación no está a salvo», en clara referencia a Enrique Rodríguez Galindo, general de la Guardia Civil encarcelado por el secuestro y muerte de los militantes abertzales Joxi Zabala y Joxean Lasa.

Por lo demás, resulta patético observar al ex ministro del Interior haciéndose pasar por un mártir de la democracia, víctima de maquinaciones políticas revestidas de sentencia judicial. No cabe olvidar que José Barrionuevo y otros compañeros de andanzas, como Rafael Vera, habiendo sido condenados a diez años de cárcel ­pena benigna si se compara con las que padecen los independentistas vascos por acciones mucho menos cruentas y graves­ apenas pasaron poco más de tres meses en prisión gracias al indulto del Gobierno de José María Aznar y el posterior trato de favor que recibieron de Instituciones Penitenciarias.