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País Vasco

4 de enero del 2004

País Vasco: La demanda de repatriación de los prisioneros llena las calles de Bilbao
Más de 18.000 personas en la manifestación más nutrida de los últimos meses

Gara
Pese a las fechas navideñas, a la lluvia y al frío, Bilbo acogió ayer la mayor movilización de los últimos meses. Fue en demanda de respeto a los derechos de los presos vascos y en favor de su participación en el proceso político, y tuvo como lema «Euskal Herriaren alde eraginez, euskal presoak Euskal Herrira». Según el recuento efectuado por GARA, tras la pancarta de cabeza caminaron más de 18.000 ciudadanos durante una hora. A su término, el ex preso Enrike Letona remarcó que «el conflicto tiene solución» e incidió en que mientras, «los presos deben ser traslada- dos a Euskal Herria».

Respondiendo a la convocatoria de los agentes sociales que han participado en el proceso de reflexión abierto por el movimiento pro-amnistía y que finalizó el pasado 21 de diciembre con la asamblea celebrada en el Kursaal, miles de personas se manifestaron ayer por las calles de Bilbo para exigir respeto a los derechos de los presos políticos vascos y reclamar su participación en el proceso abierto en Euskal Herria. Bajo el lema «Euskal Herriaren alde eraginez euskal presoak Euskal Herrira», una multitud desafió al frío y la lluvia que la tarde de ayer asoló la capital vizcaina para mostrar su solidaridad con los prisioneros políticos vascos.

Según el recuento realizado por GARA, más de 18.000 personas participaron en la marcha. La manifestación partió puntualmente de la plaza Aita Donostia de Bilbo y su parte delantera, que desfiló de manera muy compacta durante todo el recorrido, llegó al Ayuntamiento una hora más tarde, poco después de las seis de la tarde. Como muestra gráfica de la amplitud de la convocatoria, señalar que cuando la cabeza de la marcha llegaba al consistorio bilbaino, la cola se encontraba todavía en la intersección entre las calles Autonomía y General Concha.

La marcha iba encabezada por un grupo de dantzaris que portaban una enorme banderola en favor de la repatriación de los prisioneros vascos. Detras suyo, los convocantes portaban la pancarta con el lema de la convocatoria.

Poco más atrás, podía verse a representantes de la izquierda abertzale, como los parlamentarios Antton Morcillo, Jone Goirizelaia y Joseba Alvarez, los mahaikides Joseba Permach, Juan Cruz Aldasoro y Eusebio Lasa, y los ex-alcaldes de Laudio y Arrasate, Pablo Gorostiaga y Xabier Zubizarreta, respectivamente.

Los manifestantes, que durante todo el recorrido no dejaron de gritar consignas en favor de los represaliados, recordaron también a la última víctima mortal de la política de dispersión, la vecina de Iruñea Sara Fernández, fallecida en accidente de tráfico cuando viajaba a la prisión de Valdemoro a visita a Iñaki Etxeberria. En el accidente resultó también herida muy grave la gasteiztarra Izaskun Urkijo, compañera de Iker Zubia.

A la altura de los juzgados de Bilbo, un grupo de jóvenes que participa en la huelga de hambre rotativa que se desarrolla en Gernika para exigir la euskaldunización de los juzgados de esa localidad mostraba pancartas con los lemas «Epaitegi españolei intsumisioa» y «Gazte mugimendua gose greban».

Al finalizar la marcha, y después de la intervención de dos txalapartaris y un bertsolari, tomó la palabra el ex preso de Arrasate Enrike Letona, quien señaló que «el balance de este último año es muy duro», y recordó «las muertes, torturas, detenciones, encarcelamientos, restricción de la libertad de expresión y desaparición de los derechos políticos» padecidos durante todo este tiempo.

Letona tuvo un emocionado recuerdo para las tres personas fallecidas este último año en las carreteras cuando se disponían a visitar a familiares y amigos presos, Argi Iturralde, Iñaki Balerdi y Sara Fernández.

Letona afirmó que «25 años después, la Constitución española y el Estatuto de la Moncloa se encuentran en crisis y la apuesta por la guerra y la traición se tambalean», hecho que atribuyó a «la lucha y la dignidad de todos los que habéis pasado por la cárcel y los 700 ciudadanos vascos secuestrados hoy en día».

El ex preso constató la naturaleza política de los prisioneros vascos, «que han sido encarcelados por trabajar en favor de Euskal Herria», y reclamó su derecho a participar en el proceso político. «El conflicto tiene solución», aseguró, solución que circunscribió al «respeto de los derechos de Euskal Herria». Añadió que «para ello resulta necesario solucionar la situación de los represaliados, es necesaria la amnistía». Señaló que «mientras tanto, los presos vascos deben ser trasladados a Euskal Herria para participar en el proceso».

«Ibarretxe no pretende solucionar el conflicto»

El ex preso de Arrasate Enrike Letona, que después de haber pasado 16 años de su vida encarcelado fue detenido por la Ertzaintza y vuelto a encarcelar para cumplir una antigua condena, reprochó al lehendakari Juan José Ibarretxe que «no hace ninguna referencia a los presos en su plan», algo que consideró que «no es casual». Para Letona, «Ibarretxe no menciona a los presos porque no quiere solucionar el conflicto». Según manifestó el ex preso arrasatearra, «hoy en día hablamos de temas como la construcción nacional, la territorialidad y la autodeterminación. También hablamos de la solución al conflicto político», pero matizó que «hay quien pretende cerrar el debate político», actitud que atribuyó al PNV y a Ibarretxe. «Quieren cerrar el debate con otra etapa autonómica», afirmó. Letona subrayó que «para lograr un verdadero cambio político resulta imprescindible contar con aquellos que han luchado en favor de ese cambio político». «Lo que nosotros vemos a diario y denunciamos es precisamente eso», añadió, «un intento de mantener la situación tal y como está y de ocultar la realidad». El ex represaliado se dirigió al lehendakari para afirmar que «estáis en primera línea del ataque español. Con el Estatuto no hemos tenido más que represión, si queréis repetir un fraude no contéis con nosotros, ya que no estamos dispuestos, de ninguna manera, a continuar otros 25 años en la misma situación».

Los convocantes recordaron la gira que va a recorrer Europa

Durante el transcurso de la manifestación celebrada ayer en Bilbo, los convocantes recordaron en varias ocasiones la gira que partirá hoy hacia varias ciudades de Europa para informar sobre la situación que viven los 700 presos políticos vascos y dar a conocer la realidad de Euskal Herria. Con este objetivo, más de 150 personas viajarán a ciudades como Berlín, Bruselas, París, Ginebra, Barcelona y Milán con una apretada agenda de actividades. Está previsto que mantengan reuniones con numerosos agentes sociales de cada destino. La gira europea finalizará el próximo día 10.

Bajo el paraguas solidario

Testimonios recogidos durante el transcurso de la manifestación cuentan con el común denominador de la determinación por exigir los derechos que corresponden a los presos políticos vascos, a sus familias y entorno social. Pese a las adversas condiciones climatológicas, los participantes creen que el esfuerzo es «lo mínimo que se puede hacer».

En la medida que la potente megafonía situada en la cabeza de la manifestación lo permitió, los testimonios de algunos participantes quedaron registrados en la cinta, entrecortados por lemas como «Euskal presoak etxera», «Amnistiarik gabe, bakerik ez» y «Errefuxiatuek Euskadin bizi behar dute» y recogidos al abrigo de los paraguas que ayer poblaron las calles Autonomía, Hurtado de Amezaga y Buenos Aires.

Poco después de descender del autobús que les trajo desde Etxarri Aranatz, a la altura de Gordoniz, Jon Etxabe y sus acompañantes mantuvieron el buen humor a la espera del paso de la cabeza de la marcha y ante la adversidad de la lluvia que caía cada vez con mayor intensidad. Tras bromear asegurando que habían venido «a pie desde Etxarri», con sus setenta años de edad a cuestas, relataron que su presencia se debía «al gran interés que tenemos por la reivindicación que se está manifestando hoy en las calles de Bilbo».

Junto a ellos, Jokin, amigo de los anteriores y algo más joven, se esforzaba por levantar la vista por encima de la marcha, para hacerse una idea de la dimensión de la misma. Llegado desde Castro, sus razones para desplazarse hasta la capital vizcaina eran también claras; «por solidaridad con Euskal Herria y con los presos vascos». Subrayó que ni siquiera el mal tiempo hubiera podido retenerle en casa y fue tajante al afirmar que «he dejado cosas por hacer para venir aquí». Mirando a su alrededor destacó la dimensión de la marcha.

Más escuetas en la contestación, quizá sorprendidas ante la presencia de la grabadora, Aroa e Itziar, de 25 años de edad consideraron que «merecía la pena venir» desde Elorrio a Bilbo para tomar parte en la iniciativa por los presos vascos. «La manifestación ha salido bien, se ve bastante gente ¿no?», preguntaron, antes de seguir descendiendo situadas en la parte final de la marcha.

Desde Donostia, Arantza Mujika y su cuadrilla de amigas se situaron entre dos vehículos estacionados, a la espera de sumarse a la manifestación. Habían llegado en coche desde la capital guipuzcoana y resaltaron que el viaje hasta Bilbo había resultado muy cómodo, sin contratiempos.

«Creo que tantos presos, durante tantos años y, además, en una situación cada vez peor son motivos más que suficientes para acudir a esta convocatoria. Nosotras lo tenemos muy claro ­relató Arantza­, la situación en las cárceles y lo que ello genera es insostenible y habrá que ir dando nuevos pasos para atajarla».

Bajo su paraguas y txapela, Armando Olabe, de 76 años de edad, llegó desde Eibar. «En Euskal Herria a los mejores hombres y mujeres les tenemos en la cárcel, mientras los ladrones y los indeseables están en la calle. Eso es así, lo pueden poner tal cual», expresó con rotundidad.

Manex y dos amigos, todos ellos alrededor de la veintena de años y procedentes de Bermeo, intentaban hacerse hueco junto a otra cuadrilla de Laudio. «En la actualidad y, desde hace muchos años, la situación que viven los presos y sus familias es totalmente injusta y de ahí la necesidad de movilizarse», manifestó Manex.

Casi ya en el puente del Ayuntamiento, Mikel y Joseba, de Leioa y Bilbo, relataron que estaban allí «por repatriar a los presos, por traerles a Euskal Herria y, todavía más, por traerles a casa. Yo no he tenido que moverme mucho ­añadió Joseba­, pero si la manifestación se hubiera celebrado en Donostia o en cualquier otro sitio, hubiéramos acudido de igual manera».