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País Vasco

Arnaldo OTEGi, portavoz de la izquierda independentista vasca

«Asentadas las bases, entramos en la fase decisiva del proceso»

En una entrevista en la que repasa múltiples aspectos de la actualidad política fijando importantes posiciones para el futuro, Arnaldo Otegi afirma que la izquierda abertzale ha hecho un análisis de los últimos años y considera asentadas las bases para entrar en la fase decisiva del proceso, en la que de forma consensuada se dé forma jurídico-política a las aspiraciones nacionales y democráticas de los vascos, y se pueda también superar la confrontación armada.

«Asentadas las bases, entramos en la fase decisiva del proceso» Analizando el escenario surgido tras las elecciones del 14 de marzo, lo primero que Arnaldo Otegi constata es que «nos hemos quitado al PP de encima. Tenían como objetivo la desaparición de la izquierda abertzale y ocho años después nosotros seguimos aquí y ellos han sido desalojados del Gobierno». A continuación, recuerda que Felipe González perdió su puesto a «causa del GAL» y José María Aznar «por su insistencia en culpar a ETA de los atentados del 11-M». Concluye que ambos pagaron «su incapacidad para resolver el conflicto político vasco». Después explica que «para nosotros el que haya un cambio de Gobierno en el Estado español es un motivo de reflexión política y de análisis».

GARA

-El último documento de la Iniciativa de Bergara hablaba de la apertura de un nuevo ciclo con la victoria del PSOE y de que la izquierda abertzale no es ajena a las expectativas sociales existentes.

¿Eso va más allá de la mera reflexión? La misma noche electoral dijimos que había una sensación de alivio generalizado por la derrota del PP y de expectación cautelosa por ver qué hacia el nuevo Gobierno. Las expectativas no son ni buenas ni malas, hay que ver cómo se materializan.
Tenemos muchas cautelas porque ya sabemos lo que hizo el PSOE en el Gobierno. Ahora han vuelto... por los hechos los conoceremos.
-Uno de los primeros hechos ha sido la petición de ilegalización de Herritarren Zerrenda (Candidatura para el Parlamento Europeo) ¿Cómo lo valora?
-Herritarren Zerrenda no tiene nada que ver con una decisión que haya adoptado Batasuna. Nosotros no tenemos ningún tipo de paternidad con respecto a esa lista. Otra cosa es que podamos estar de acuerdo o no con su programa. En cuanto a la decisión del Pacto Antiterrorista, lo único que decimos es que la izquierda abertzale toma nota de la disposición del PSOE.
-Eguiguren apunta que el nuevo consenso debe sumar a la izquierda abertzale ¿Qué opina al respecto?
-La lucha del pueblo vasco y de la izquierda abertzale ha derrotado la llamada primera transición, que nunca fue democrática. Ahora, se habla de segunda transición, que en Euskal Herria sería la primera democrática y la necesita. Contar con la izquierda abertzale significa que hay que resolver el conflicto político yendo a las raíces. Ahora es el momento de ser pragmáticos: vayamos a las raíces y superemos el conflicto. El acuerdo se tiene que dar sobre las reglas del juego. Lo que, para nosotros, simplemente quiere decir que el Estado va a dejar de injerir en la política de los vascos y que lo que hará es respetar lo que decidamos.
-Ultimamente ha habido un cruce de entrevistas en las que usted y Eguiguren han resaltado ciertas coincidencias...
-Desde la más absoluta lejanía política entre las posiciones que tiene el PSOE y las nuestras, hay una reflexión sobre qué es lo que tocaría hacer ahora. Y para nosotros lo que toca es hacer una disección clara entre la superación del conflicto y lo que son proyectos políticos. Nosotros estamos más cerca de las tesis que plantea Eguiguren en sus "Bases para un arreglo" que del plan Ibarretxe, porque Eguiguren defiende la resolución del conflicto y además toca prácticamente todos los temas: derecho a decidir, plazos, territorio, presos, víctimas... Lo que ahora corresponde es establecer un consenso básico sobre todas esas cuestiones.
-¿Hay algún tipo de contacto entre Batasuna y el PSOE? -Ninguno, salvo los casi protocolarios en el Parlamento.
-¿Que debería hacer Rodríguez Zapatero para solucionar el conflicto político vasco? -Sería bueno que aplicara el mismo principio que aplicó para retirar las tropas de Irak, el de restablecer la legalidad internacional. La valentía que tuvo ahí debiera tenerla para restablecer aquí el derecho inter- nacional que contempla el derecho de libre determinación, el de sufragio, el de asociación... Y también debiera entender que una declaración como la de Downing Street, adecuada al marco jurídico y político del Estado español, sería parte importante en un proceso de superación del conflicto.
-Pero para todo eso cabe pensar que exigiría una tregua...
-No me corresponde a mí hablar de eso. Para eso debería abrir una vía de comunicación con ETA, con el nivel de discreción y opacidad que ambas partes consideren oportuno, cosa que en la etapa de Felipe González siempre se mantuvo.
-¿Está planteando un modelo de negociación como el desarrollado en Argel en 1989?
-No. En absoluto. La izquierda abertzale marca claramente en la Iniciativa de Bergara que el Estado español tiene que hablar y negociar con una interlocución que tenemos que construir los vascos sin exclusiones, entre todas y todos aquellos que pensamos que la solución pasa por el reconocimiento de la nación vasca y su derecho a decidir. Ese es nuestro modelo.
-La Iniciativa de Bergara recogía también la existencia de aspectos positivos y negativos en el plan Ibarretxe y hacía un emplazamiento expreso al tripartito. ¿Puede concretar más?
-En esta etapa emplazamos a los partidos que sostienen el tripartito a que aclaren si tienen voluntad de separar lo que puede ser un proyecto político legítimo, que está recogido en la segunda parte del plan, de un marco para la resolución del conflicto y para consensuar las reglas del juego, que sería lo que más o menos se puede recoger en el preámbulo, en el que se habla del conjunto de Euskal Herria y del derecho de los vascos a decidir.
-¿Quiere eso decir que la izquierda abertzale está de acuerdo con el preámbulo del proyecto de Lakua?
-Es que la mayor parte del preámbulo se basa en lo que la izquierda abertzale ha estado diciendo estos veinticinco años.
-Han denunciado que en la Ponencia se está perdiendo el tiempo. ¿Qué futuro le auguran al proyecto?
-El PNV pensaba que el PP iba a seguir gobernando en el Estado y el plan estaba concebido como un instrumento de confrontación que daba réditos electorales. Tras el 14-M se empezó a hablar de tiempos muertos y ahora lo que circula en ámbitos políticos es que este plan no se va a votar en esta legislatura sino en la que viene. Lo que quiere decir que pretenden votar el plan cuando a la izquierda abertzale se le imposibilite la participación, que es otra de las cosas que puede estar en el table- ro. La ciudadanía debe saber que en la Ponencia lo que estamos haciendo es recoger las mismas opiniones que ya recogimos hace dos años. No se está hablando de soluciones.
-¿Tiene la izquierda abertzale voluntad de pactar?
-No tenemos ningún prejuicio, ni siquiera para hablar con los llamados sectores constitucionalistas. ¿Hay que hablar con el PSOE? Sí, para que entienda que debe haber unas reglas de juego democrático asentadas sobre la libre decisión del pueblo vasco. ¿Hay sectores del PNV interesados en hablar con el PSOE? Sí, pero para hablar de la gestión de la Diputación de Bizkaia, de la de Araba... La diferencia no está en si se quiere hablar o pactar, sino en para qué. Nosotros decimos que hay que hablar con el Estado, con el PSOE, con todo el mundo, pero para resolver el conflicto. Y a partir de ahí cada cuál hace su política de alianzas con quien le venga en gana.
-En el Aberri Eguna el Foro de Debate Nacional presentó dos compromisos. ¿Cómo los valora la izquierda abertzale?
-De forma totalmente positiva. Sectores muy diferentes de la vida cultural, universitaria, sindical y política del conjunto del país hemos hecho un esfuerzo por llegar a unos puntos mínimos de consenso en torno a dos propuestas. Eso nos ha llevado doce meses y creo que las cosas se han hecho bien. Por lo que respecta a la propuesta para la construcción nacional, la izquierda abertzale tiene la voluntad de construir este país con quienes quieran hacerlo, que somos muchos. También hay una propuesta de constituir una mesa para la resolución del conflicto que va a ser una apuesta muy importante para los próximos meses. Y quiero hacer una reflexión importante: para la izquierda abertzale, a partir de ahora, los ciclos los marca el Foro de Debate Nacional y los tiempos políticos para nosotros se van a medir entre un Foro y otro.
-¿Qué futuro tiene la mesa?
-La posición de la izquierda abertzale es que la construcción de una mesa para la resolución no se va a dar pasado mañana, porque exige mucho trabajo previo, hecho con seriedad y discreción. Pensamos que cuando esa mesa se presente a la sociedad vasca se tiene que presentar ya con una propuesta concreta. Para que se me entienda: la izquierda abertzale ya no está en la fase del intercambio de cromos de yo te doy una foto y otros hacen no sabemos qué cosas. No estamos en ese esquema. Queremos construir la solución al conflicto de manera seria. Por eso decimos que la construcción de la mesa tardará el tiempo que tarde, pero cuando se presente ante la sociedad tiene que hacerlo con una propuesta concreta que resuelva el conflicto. Asumimos con mucha seriedad este compromiso.
-Algunos vendieron la idea de que con el Aberri Eguna llegaría una tregua de ETA...
-Nosotros no especulamos con estas cosas y nos parece una irresponsabilidad hacerlo. La izquierda abertzale entiende que jugar a «treguas a cambio de» es jugar a pequeña en estos momentos. Nosotros a lo que queremos jugar es a superar definitivamente el conflicto político y superar definitivamente la confrontación armada. Ese es el reto. En lo que corresponde a Batasuna no vamos a entrar en ningún proceso que genere una esperanza importante en el país que no tenga garantías y solidez suficiente para que eso no se vuelva a frustrar.
-Usted está siendo sometido a numerosos juicios. ¿Cómo cree que acabará eso?
-Cuando un Estado o un Gobierno pretende no sólo ilegalizar una formación política sino además encarcelar a una parte importante de sus dirigentes y cuadros políticos, no está buscando la solución. Porque si la solución pasa por hablar también con la izquierda abertzale, la primera condición es la del respeto.
-Ilegalizados, perseguidos... ¿En qué situación está ahora la izquierda abertzale?
-Independientemente de cómo estemos organizativamente, lo que nos interesa señalar es cómo estamos políticamente. Hemos hecho un balance de los últimos años, en los que hay as- pectos positivos y negativos. Pero hoy está más claro que hace unos años que la solución al conflicto vendrá por la negociación y el diálogo; hoy políticamente la visión territorial del país, su espacio físico, está clara y es irreversible; y hoy todas las propuestas que se ponen encima de la mesa hacen hincapié en que el conjunto de Euskal Herria necesita una salida global. La mediana sociológica en Euskal Herria hace diez años estaba en tres territorios que a veces llegaban a cuatro y en la autonomía más o menos desarrollada. Diez años después la mediana está en el derecho de autodeterminación y siete territorios. Ya hemos llegado. Ahora lo que hay que hacer es operativizar eso políticamente.
-¿Qué significa «ya hemos llegado»?
-Que entramos en la fase decisiva del proceso. Asentadas las coordenadas, la mediana, en siete territorios, Euskal Herria y derecho a decidir, lo que toca ahora es construir un consenso suficiente sobre la fórmula que permita que eso tenga una materialización jurídico-política.
-¿Cuál puede ser la fórmula? La que acordemos entre todos. -En este proceso, ¿qué papel juegan los presos políticos?
-El PP y el PSOE plantearon que los presos van a cumplir íntegramente su condena. Frente a eso decimos que los presos tienen que estar en la calle y van a estarlo con la solución del conflicto. En todos los conflictos superados o en vías de superación los prisioneros políticos han contado con voz propia. Para eso hay que generar las condiciones. En una primera etapa hay que reconocer al colectivo de presos su capacidad de aportación. En segundo lugar hay que posibilitar que esa aportación se dé en condiciones dignas con el reagrupamiento en Euskal Herria. Y la tercera fase, la posterior al acuerdo, sería su puesta en libertad. -