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Medios y Tecnología

26 de diciembre del 2003

Intervención en el IX Congreso Federación Latinoamericana de Periodistas Pátzcuaro. (México, 19 de noviembre, 2003).
Los desafíos del periodismo latinoamericano

Ernesto Carmona
Cubadebate

Los desafíos del periodista latinoamericano hoy están signados por el tiempo que nos toca vivir y el futuro de nuestros pueblos, incluida su legítima aspiración al bienestar y a mejores condiciones de vida. Historia de una profesión.

N
uestra profesión nació en este Continente vinculada a las aspiraciones legítimas encarnadas en los padres de la Patria. El periodismo surgió para auxiliar la lucha política por un mundo mejor hace casi 200 años.

Cuando Simón Bolívar puso a rodar su estrategia contra la opresión colonial hispana consideró indispensable poner a circular un medio de comunicación instrumental a sus designios y proyectos políticos. Así nació El Correo del Orinoco, primer diario de Venezuela.

Cuando el ex Dragón de Galicia llamado José Miguel Carrera hizo emerger en Santiago La Aurora de Chile en 1812, no fue sólo para perfeccionar el oficio adquirido en un breve paso por Estados Unidos para conseguir armas y naves. Su amor al periodismo se identificaba con su amor por la libertad, tal como lo sintió y practicó José Martí, el periodista, quien cubrió los asesinatos de Chicago para la prensa escrita de Buenos Aires, aquellos que dieron origen mismo al Día Internacional del Trabajador. Los proyectos de Bolívar tuvieron una dimensión continental desde el comienzo, con sangre venezolana y latinoamericana esparcida generosamente a través del Continente, hasta Ayacucho, en un trayecto que abarcó lo que hoy es Colombia, Ecuador, Bolivia y Perú.

En el proyecto de Carrera fue clave la presencia de un guatemalteco, Antonio José de Irisarri, quien saltó desde el puesto de administrador de una Aurora con 500 ejemplares al precio de "dos reales", al cargo de ministro de Hacienda de la administración O'Higgins.

Y en definitiva, la libertad de mi país --más allá de las visiones políticas internas contrapuestas y secundarias que se dieron en todos nuestros países-- también fue el resultado de una acción internacional. El Ejército que cruzó Los Andes al mando de O'Higgins fue organizado en Argentina por la voluntad política de José de San Martín y otros, con nacionalidades variadas y soldados de diferente procedencia.

Hoy se diría que "técnicamente" un "ejército invasor" hizo la tarea en Chile. Y que otro ejército invasor llevó la libertad a lo largo de la costa del Pacífico sudamericano. Pero no fueron fuerzas invasoras; fueron fuerzas latinoamericanas que sustentaron un proyecto de libertad continental para esos años, esfuerzo en el que también participaban el periodismo y las ideas transmitidas en papel. Hubo coordinación continental, como la expresada en la reunión de Panamá, un congreso que pasó a la historia con el apellido de "Anfictiónico", o sea, latinoamericano. La mayoría de los líderes políticos de esa época adquirió su formación militar en España, del mismo modo que los indígenas, como la etnia mapuche, asimilaron tácticas de combate aprendidas de los españoles... mientras luchaban por la vida de sus pueblos en el campo de batalla. La historia tiene altibajos e hitos, flujos y reflujos, ciclos y contra-ciclos, revolución y contra revolución. Lo cierto es que la confrontación final de las ideas en los campos de batalla tuvo siempre un correlato en las ideas confrontadas primero en la tinta y el papel. No estamos reunidos aquí, en Pátzcuaro, para hablar de historia y rehacer la crónica con 200 años de atraso. La coyuntura ha cambiado, claro que ha cambiado. Han pasado muchas cosas, pero la situación básica todavía es la misma.

¿Para qué estamos en Pátzcuaro?

La confrontación opresora del siglo 18 se impuso gracias a la superioridad tecnológica hispana, aunque hoy pueda parecernos rudimentaria. Hubo también una economía diseñada, entonces, para la guerra, tal como hoy, entendida ésta como el medio eficaz de consecución del sometimiento político y la exclusión de la mayoría, los pobres de la época. El caballo, el cañón y el trabuco hoy se llaman electrónica, complejo militar industrial y armas de destrucción masiva --como las utilizadas en Hiroshima y Nagasaki en 1943--, cuando muchos de nosotros nacíamos y por coincidencia, se fundaba en Nueva York la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP). Las carabelas hoy se llaman portaviones, la caballería se fabrica con tanques sofisticados y están, además, los F16, la cohetería y las armas químico-biológicas inventadas, industrializadas y utilizadas por el nuevo imperio que heredó y perfeccionó lo peor de los dominios pretéritos.

Ha cambiado, ¿qué? Quizás los excluidos y oprimidos que hoy suman miles de millones en el planeta tierra:

- 280 mil personas de América Latina poseen ingresos anuales elevados, con un patrimonio fijo superior al millón de dólares, que en 2001 se incrementaron a la tasa de 8% anual, según los corredores de Maniatan Merril Lynch & Ernesto Young.

- El contraste lo da la expansión de la pobreza, que se presenta como una suerte de fatalidad histórica o un hecho natural, bajo el derecho y las leyes establecidas por los ricos. Los medios presentan la pobreza en América Latina como algo tan propio del Continente como lo son las nieves eternas, los grandes ríos y nuestras selvas. Forma parte de un "paisaje natural".

- 1.150 niños de América Latina mueren cada día por desnutrición o enfermedades curables, como la diarrea, 48 en una hora, 1 cada 75 segundos.

- La pobreza aumenta sin parar en América Latina, África, Asia y en los bolsones de pobreza de Europa y al interior de los países desarrollados. La riqueza de unos pocos crece, en cambio, a tasas cada vez más altas, 13% en nuestra región, entre 1996 y 2001, casi el doble del 7,1% de Asia y muchísimo más que el 1,7% de EE.UU. o el cero por ciento de los grandes ricos de Europa.

- El 54% de la población de la tierra vive con menos de dos dólares diarios, según el Banco Mundial, y estamos hablando de más de 3.000 millones de seres humanos que deben arreglárselas con algo así como 18 pesos mexicanos, y donde la mitad pasa cada día con menos de la mitad de ese dinero.

- El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) afirma que en 2003 el 1% más rico del planeta se come lo mismo que se reparte el 57% más pobre, en términos de ingreso.

- Hay en la Tierra 7 millones de personas que en 2001 poseían más de un millón de dólares por cabeza, cantidades que suman 26 millones de millones, un ingreso que los más pobres de todo el planeta, unos 430 millones de seres humanos, tardaría 63.000 años en juntar, más de 630 siglos o más de diez veces toda la historia del hombre conocida, si la situamos en 5.000 años.

- Si graváramos a esos 7 millones de ricos del planeta, y no estamos hablando de los super-ricos, con el 4% habría un millón de millones de dólares para paliar la pobreza y las enfermedades.

La reflexión, entonces, es ¿para qué estamos aquí, en Pátzcuaro? ¿Estamos contra un imperio o a favor suyo, así se llame SIP?

Mundo virtual versus Mundo real

Y es que estas estructuras del poder y sometimiento se sostienen a nivel planetario con reglas, leyes, ejércitos y... medios de comunicación. Si el Cándido de Voltaire pretendía demostrar que el pueblo francés anterior a 1789 no vivía en "el mejor de los mundos posibles", como afirmaba la propaganda de la época, hoy nos toca como periodistas– entender que el discurso dominante de los medios de comunicación nos presenta y vende ideología de un mundo virtual que es –a la vez– el mejor mundo posible. Pocos Cándidos lo creen, pero la gran mayoría está desinformada porque ya se internalizó el hábito de "inventar verdades", tergiversar, distorsionar..., o sea, mentir. Los ejércitos garantizan el orden de dominación mundial, como lo estamos viendo en Afganistán y, más de cerca, en Iraq. Las Naciones Unidas aportan la apariencia de una asamblea democrática de todos los países, donde las decisiones las toma la cúpula que "corta el queso", o el cogollo de 5 miembros con poder nuclear y económico, más la comparsa que se rota para "legitimar" al Consejo de Seguridad.

Las normas de conducta económica las dicta para todo el mundo la trinidad Banco Mundial – Organización Mundial de Comercio – Fondo Monetario Internacional, donde las decisiones clave se adoptan en el estrecho recinto de una "sala verde", o como se llamen sus "consejos de seguridad", para imponer sanciones como el "riesgo país" y otras elucubraciones destinadas a detener los arrestos independentistas de algunos países pequeños como Argentina. Los medios de comunicación tienen la "noble" tarea de ideologizar a millones de Cándidos con propaganda de guerra y propaganda económica para preservar ad eternum "este mundo mejor posible".

Propiedad de los medios en la Región

El hombre más rico de América Latina es el mexicano Carlos Slim, gracias a la privatización de los teléfonos, financiada con dineros robados al Estado facilitados por Carlos Salina de Gortari y su hermano hoy preso en EE.UU. Sus amigos Emilio Azcárraga Jean y Ricardo Salinas Pliego le dieron la entrada el negocio de la televisión, que –respectivamente– ejercen a través de Televisa y TV Azteca, hoy un oligopolio.

El venezolano Gustavo Cisneros Rendiles, el hombre más rico de América del Sur en 2002, entre sus múltiples negocios posee VeneVisión en Venezuela, ChileVisión en Chile, docenas de estadios de radio controladas por Claxon y, lo más importante, Univisión, la cadena hispana más grande de EE.UU., que moldea las mentes de 500 millones de personas, con productos como el chileno Don Francisco, y con presencia en otras ramificaciones mediáticas, tales como el cable Infinito y Direct TV Latin, con 144 canales que penetran en 100 millones de hogares. VeneVisión se comporta en Venezuela como partido político e instrumento de propaganda en cien por ciento, desde que abandonó sin tapujos la ficción del "periodismo objetivo". El golpe del 11 de abril de 2002 se fraguó en las oficinas de VeneVisión.

El mexicano Angel González, quien reside en Miami, es el propietario de casi todos los canales de televisión de Guatemala (3, 7, 11 y 13). En su mansión de Florida atiende el peregrinaje de los candidatos presidenciales. Pero también posee en Chile el canal La Red y otras estaciones en República Dominicana, Ecuador, Brasil, Paraguay, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica, según Gonzalo Marroquín, el director del diario Prensa Libre y su principal competidor. Roberto Marinho de Brasil es otro émulo del italiano Silvio Berlusconi –que levantó en Italia un gobierno fascista sin necesidad de golpe de estado gracias a sus estaciones de TV– , desde que la propiedad de TV O'Globo lo catapultó al control de diarios, emisoras de radio y canales que TV que lo acreditan entre las grandes fortunas de América Latina reseñadas dos veces al año por el ranking de la revista estadounidense Forbes.

Ernestina Herrena de Noble, la viuda del fundador de Clarín de Buenos Aires, levantó en Argentina un imperio mediático que controla medios audiovisuales, publicaciones impresas, importación de papel y operación de cables, entre otros, con 10.000 trabajadores. El colombiano Mario Julio Santo Domingo también empalidece a William Randolph Hearst, el legendario "Citizen Kane" de Orson Welles, con la Cadena Caracol –de radio y TV– de presencia ramificada hasta Chile, por el Sur, y el diario El Espectador, las revistas Cromos, Shock, Control TV. En Privado, Vea y... bastante cerveza Bavaria para los consumidores de noticias.

El duopolio El Mercurio y La Nación controla en Chile los mercados nacional y regionales, con diarios de circulación local y en todo el territorio del país, imperio que acreditan Agustín Edwards Eastman y Alvaro Saieh, quien también tiene intereses financieros y bancarios en Argentina y Venezuela a través del banco CorpBanca. El fenómeno de la concentración gigantesca de la propiedad de los medios impulsada por la globalización se da también en el mundo desarrollado, con la presencia dominante de Der Spieguel y el consorcio Beterhlman en el mundo mediático alemán, cuyo poder también se extiende a EE.UU, junto con el australiano Rupert Murdoch, propietario también de medios en el Reino Unido de Gran Bretaña y dueño, en EE.UU., de New Corporation, que incluye a la cadena de noticias Fox.

El siglo 20 concluyó con el dominio mediático mundial de 12 grupos controlando la comunicación global, pero se han reducido a casi la mitad, por sucesivas fusiones y participaciones recíprocas, Disney Capital Cities Inc. Con ABC; American On Line Times Warner con la errática y mendaz CNN como mascarón de proa, entre muchísimos otros medios (revista Times, entre ellos); General Electric Corporation (antes Westinghouse) con CBS; New House Advanced Publication; Viacom, Microsoft, MATRA Hache Filipachi; Gannet y Telecomunicación Inc (TCI), el mayor controlador de TV restringida y cable.

Los periodistas de FELAP debiéramos completar y actualizar el mapa de la concentración de la riqueza en nuestro continente y, en particular, el de la propiedad mediática para saber quiénes son nuestros empleadores de la región. La concentración de la propiedad mediática también se agudiza en EE.UU., echando por tierra el sueño estadounidense de la libre competencia y la supuesta igualdad de oportunidades para todos. Las últimas regulaciones de la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) que sobrevivían desde los tiempos de Franklin Delano Roossevelt fueron abatidas el 4 de junio de 2003 por el jefe de esa agencia federal, Michael Powell, hijo de Colin, el secretario de Estado.

Mundo virtual, pseudo realidades

Un hombre tan moderado y respetable como el académico y periodista mexicano Gerardo Albarrán del Alba sostiene que a los periodistas les resulta cada vez más difícil distinguir matices en la orientación editorial –por tanto, ideológica– de los medios controlados por las grandes corporaciones. ¿Qué ocurrirá, entonces, con el ciudadano común, que desconoce la identidad de los dueños de los medios que consume y que lo manipulan ideológicamente? El control mediático convierte al ciudadano en un espectador acrítico de pseudo realidades que le presentan los medios de comunicación, en particular la TV, suceso sin contenido ni explicación que son aceptados "porque lo dijo la TV", como en el pasado "lo dijo la radio". Y son aceptados aunque no se entiendan, con sobreabundancia de información sin sentido con el propósito de desinformar. Se trata de que el ciudadano eluda su capacidad de pensar y de buscar información de calidad, como para discernir la calidad de las fuentes de información, generalmente inventadas bajo la fórmula de "observadores y analistas del mercado", "fuentes habitualmente bien informadas", "círculos allegados a no sé qué", en el, el Señor Fuentes, que por lo menos en Chile responde por más del 50% de las noticias que publican los grandes diarios como La Tercera, práctica también dominante en toda nuestra región.

El Observatorio o Quinto Poder

Los medios se irguieron en una suerte de "cuarto poder", sin que nadie los eligiera a esos fines y sólo por la voluntad de sus dueños. El ciudadano inerme, sin protección ante la manipulación, desinformación y control ideológico de los grandes medios corporativos, también puede erigirse como contra poder, en "el quinto poder" de esta sociedad neoconservadora de elites, con una dirigencia que no se siente obligada a rendirle cuentas a sus supuestos "electores", reducidos más bien a la condición de clientes o consumidores.

El modelo de sociedad neoconservadora hace del ciudadano un mero consumidor. La democracia neoconservadora se comporta como el mercado, donde el político es un empresario que cautiva consumidores, clientes o electores, para olvidarlos luego por 4, 5 o 6 años, según el período y hasta la próxima… elección.

Los ciudadanos pueden abandonar su rol de consumidor para restituirse a sí mismos la dignidad de la soberanía popular y ejercer su facultad de criticar a los medios corporativos, tal como lo propone el francés Ignacio Ramonet y lo adoptó el Foro Social de Porto Alegre y lo practica el Observatorios de Medios de la Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires, UTPBA, Las libertades de expresión, opinión e información forman parte de los derechos humanos consagrados en 1947 y atañen a toda la ciudadanía, no sólo a los periodistas y a los dueños de medios, que --por lo demás—poseen visiones distintas de esos derechos. El observatorio de la UTPBA integra también a la sociedad civil a través de sus organizaciones, sindicales y de otra naturaleza. Hoy el desafío es exigir a los medios que cumplan su pretendido rol plural y de responsabilidad social, como lo hizo precozmente en EE.UU. el periodista independiente George Seldes, protagonista periodístico que cubrió todas las guerras del siglo 20 en sus 104 años de vida y dijo que nunca los grandes medios son capaces de criticarse a sí mismos.

Esa tarea emprendida por la UTPBA, el Observatorio de Medios, es un ejemplo para ser imitado en nuestros países, bajo el patrocinio de la FELAP. Entonces, …se repite la pregunta: ¿para qué estamos aquí, en Pátzcuaro? Nos hemos reunido con tanto esfuerzo para pronunciarnos en defensa del Imperio o para seguir la opción que elegimos en Caracas en octubre de 1974, en ocasión del Primer Encuentro Latinoamericano de Periodistas, reunido entonces por iniciativa de la Asociación Venezolana de Periodistas (AVP), hoy Colegio de Periodistas, presidida en aquella época por Eleazar Díaz Rangel, reunión que hace 29 años contó con la participación de algunos presentes en esta sala, como Levy Benshimol, de Venezuela, y Ernesto Vera, de Cuba. Fue el mandato de ese Encuentro de Periodistas en Caracas el que fructificó al año subsiguiente, 1976, con la fundación de la FELAP, también aquí, en México, entonces refugio democrático para los periodistas de una América Latina infectada de dictaduras militares impuestas por Estados Unidos.

La reflexión hoy es para responder ¿para qué estamos en Pátzcuaro? Ese es un desafío a asumir como periodistas y como latinoamericanos. … Y también, esforcémonos por ser mejores periodistas y, en el ejemplo de Luis Suárez, "¡Nunca escribas contra tu conciencia!". Muchas gracias…

IX Congreso Federación Latinoamericana de Periodistas Pátzcuaro, México, 19 de noviembre, 2003.

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Ernesto Carmona es periodista chileno, autor de Los Dueños de Chile y Morir es la Noticia, entre otros libros, Consejero Nacional del Colegio de Periodistas y Defensor del Lector del quincenario El Periodista. El autor solicita a los colegas información sobre la concentración de la riqueza y la propiedad de los medios en sus respectivos países:
ernestocarmona@vtr.net