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Medios y Tecnología

Robert Fisk reivindica el periodismo como contrapeso de los centros de decisión
"Debemos vigilar al poder"

Robert Fisk
La Vanguardia

Cualquiera de los asistentes a la entrega de premios podía darse cuenta de que Robert Fisk era, ayer, un hombre feliz. "Estoy muy satisfecho por este premio –admitió sonriente–, recibir el Godó supone una protección para un periodista", algo que considera muy valioso "en unos tiempos en que proliferan los lobbies y hay muchas otras presiones contra los profesionales, unas presiones que llegan incluso al asesinato, y a que cualquiera que se cuestione la política norteamericana sea tratado como un presunto terrorista".

El premio Godó de Periodismo quiso lanzar un mensaje: "Los periodistas deben ser dignos de confianza, los periodistas son gente de fiar". Por eso centró buena parte de su discurso de aceptación en animar a los profesionales a que resistan las presiones y desempeñen su labor con dignidad, "llamando a las cosas por su nombre". Se dirigió especialmente a sus colegas del Oriente Medio, "que utilizan las palabras en una situación muy delicada. Pero, cuando un grupo de gente le arrebata a otro grupo de gente su tierra, los periodistas no podemos llamarlos 'vecinos', porque son 'ocupantes'. No podemos calificar una guerra de 'preventiva'. Tenemos que abandonar también el uso de la palabra 'liberación' para referirnos a Iraq, y utilizar cada vez más la de 'ocupación'. La mayoría de estas palabras deben dejar de ser utilizadas de la manera en que habitualmente se hace".

Sin abandonar las zonas de conflicto, Fisk tuvo unas palabras de reconocimiento a la periodista israelí Amira Hass, una de las profesionales que más ha luchado por hacer llegar al público una información no mediatizada por los grandes poderes.

"La mejor definición de periodismo que he oído es la que ha dado Amira Hass, que ha dicho que nuestro trabajo es vigilar lo que hace el poder y los centros de poder, lo que implica, añado yo, cambiar a los gobiernos".

Para Fisk, "hay dos tipos de premios periodísticos. Y los galardones que no tienen que ver con los gobiernos, sino que proceden del reconocimiento de los colegas –ya sean los propios periodistas o algunos editores–, son muy halagadores. Los periodistas que trabajan en mi terreno no sólo reciben ataques físicos, también recibimos disparos contra nuestra reputación, por ejemplo, por parte de los gobiernos".

El premiado comentó, al margen de su discurso, su satisfacción por participar en un acto público en España, un país que atrae las miradas internacionales por su decisión de retirar las tropas de Iraq. "He escrito mucho sobre este tema en el diario 'The Independent'. No comprendo las críticas a esta decisión del nuevo Gobierno español. Si la mayoría de los ciudadanos de este país opinaban que había que irse de Iraq, incluso antes del atentado de Madrid, y la gente, democráticamente, ha cambiado de gobierno, ¿cómo puede haber norteamericanos que discutan esa decisión? ¿Qué prefieren? ¿Que España tenga un presidente que no acepta la mayoría de la población?".