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Raúl Sendic



 

La detención del "Bebe" Sendic

Movimiento 26 de Marzo

El primero de setiembre de 1972, pasada la una de la madrugada, caía con un balazo que le atravesó la cara, y después de un tiroteo de casi 15 minutos, Raúl Sendic, entonces dirigente tupamaro más buscado. Con este hecho, prácticamente se sellaba la derrota militar del MLN. Ese día, en una editorial del diario "Acción", donde el director y subdirector eran, Jorge Batlle Ibáñez (actual Presidente de la República) y Julio María Sanguinetti (ex-Presidente de la República), se proclamaba que con esa batalla ganada, "ahora se podía gobernar".

El editorial titulado "La casa de Sendic", comenzaba señalando que con la misma, "se ha rematado el proceso de desmantelamiento del aparato militar de la guerrilla". Más adelante se afirmaba que "Ha habido una total eficacia de las Fuerzas Armadas, que han demostrado reiteradamente su especialización y su disciplina. Bueno es reconocerlo, porque han sabido llevar el duro peso de la guerra manteniendo la honrosa tradición de las armas uruguayas.

La nota del diario colorado añadía que esta acción había sido efectiva debido "a una conducción política prudente y firme, que supo utilizar los instrumentos democráticos en su momento".

Concluía el editorial que "esta ha sido sólo una batalla. Quizás su gran importancia radique en que es la que nos permitirá enfocar las otras; con la sedición en la calle es difícil hacer las otras cosas; sin ella podremos gobernar".

El optimismo del diario dirigido por Jorge Batlle y Julio María Sanguinetti se diluyo muy rápidamente. Si bien el aparato militar tupamaro estaba desmantelado, las fuerzas armadas y la dirección política de entonces, con Juan María Bordaberry como presidente de la nación, tenían otros objetivos.

Pero, la captura de Sendic no sólo representó el desmantelamiento militar del MLN-T sino que modificó el marco en que se desarrollaban las negociaciones entre los militares y guerrilleros, pese a que las mismas continuaron hasta entrando el año 1973.

Dudas sobre su paradero

Hasta su captura, los rumores sobre el paradero del dirigente tupamaro lo situaban, tanto en Santiago de Chile, donde presuntamente había ido a asesorar en la filmación de "Estado de Sitio" de Costa Gavras conectado con los tupamaros que estaban refugiados en ese país, en los montes del Río Negro comandando la columna 25, y en Montevideo retomando la jefatura de la organización.

Los servicios de inteligencia, además de contados militantes del MLN-T sabían en cambio que Sendic estaba en Montevideo y había participado hasta pocos días antes en las negociaciones establecidas entre un sector de militares y la organización clandestina.

Cómo los militares ubicaron el paradero del líder tupamaro sigue aún hoy oculto. La versión oficial de una casualidad ante una denuncia anónima de "movimientos sospechosos" no es creíble.

Nunca se manejó la hipótesis de una declaración y lo que parece más seguro es un trabajo de inteligencia, que puede tener dos vertientes: un trabajo de largo aliento, o una infiltración en las negociaciones.

Algunos manejan la posibilidad de que mientras unos militares participaban en las negociaciones, custodiando a los dirigentes tupamaros que salían de los centros de detención a contactarse con sus compañeros, otros vigilaban estos movimientos para obtener información sobre los dirigentes que aún permanecían en la clandestinidad. Ni los tupamaros ni las fuerzas armadas revelaron nunca, si es que lo saben, los detalles de la investigación que hace 25 años marcó un punto de inflexión en la situación de la época.

La captura de Sendic si bien no terminó con las negociaciones entre militares y tupamaros, significó un cambio cualitativo en el poder de negociación de una de las partes. Entre los elementos de la negociación, entrega de armas, rendición de la diligencia y reformas políticas, la captura de Sendic y sus circunstancias era uno de los centrales. En las negociaciones los militares llegaron a sugerir su captura en un tiroteo ficticio.

Doscientos disparos

Alrededor de la una de la mañana del primero de setiembre de 1972, patrullas de las Fuerzas Conjuntas, llegaron a esquina de Sarandí y Pérez Castellano en la Ciudad Vieja. Buscaban la puerta de Sarandí 231 a escasos 20 metros de la esquina.

La puerta daba a un corredor que correspondía a la entrada a tres apartamentos interiores, además de una entrada lateral a la trastienda del comercio de Sarandí 229. Según el comunicado 467 emitido a las 6.45, cinco horas después del incidente, las Fuerzas Conjuntas habían llegado allí ante denuncias de movimientos sospechosos en esa dirección, desconociendose quienes la habitaban.

Antes de golpear en el comercio deshabitado, con cortina metálica numerado con el 229 de la calle Sarandí, las patrullas rodearon la manzana .Como en pocas ocasiones, en la movilización militar participaban dos vehículos con altoparlantes, presumiendo quizás un acontecimiento inusual.

Las censuradas crónicas de la época sostienen que los uniformados, una vez que golpearon sin éxito la cortina metálica para proceder a efectuar un allanamiento, utilizaron los altoparlantes para exigir que se les franqueara el ingreso. Entraron por el corredor señalado con el número 231. En ese momento oyeron una voz que desde el interior gritaba "Soy Rufo y ¡no me entrego vivo¡".

Los testimonios recogidos después del tiroteo, señalan que solo Sendic resistió arma en mano al cerco militar en tanto que los otros dos habitantes un joven y una maestra del refugio tupamaro no tuvieron oportunidad de resistirse.

Las crónicas ni siquiera señalan si estaban armadas.

El líder tupamaro, con una pistola en la mano intentó salir del escondite, que tenía una sola salida.

En ese momento, después de 15 minutos de tiroteo, presumiblemente sólo desde la calle, una bala calibre 30 le atravesó la cara. Poco después, el joven que alquilaba el apartamento refugio, anunció que se rendía y salía con Sendic apoyado en sus hombros, sangrando profusamente.

Una vez en la calle, los efectivos militares obligan al tupamaro herido a esperar sentado en la vereda, donde se desmaya por la pérdida de sangre. Después que revisan el local, proceden a enviar a Sendic al Hospital Militar.

El comunicado oficial emitido en la mañana decía. ´´ A la hora 01.00 del día de hoy 1 de setiembre, por informes recibidos de que en calle Sarandí 229 había movimientos sospechosos, se procedió a realizar un allanamiento. En esas circunstancias se ubico en una de las habitaciones la tapa de un sótano, dentro del cual se ocultaban tres personas. Habiéndoseles conminado a entregarse uno de ellos comenzó a dar voces diciendo ´´ Soy Rufo y no me entrego vivo ´´ al mismo tiempo que comenzaba a disparar su arma.

Contestado el fuego de inmediato, se produjo un corto tiroteo al cabo del cual los otros delincuentes manifestaron que se rendían procediendo a salir, conduciendo a un herido. Identificado este último resulto ser: Raúl Sendic Antonaccio ( a) Rufo o él "Bebe" casado de 47 años de edad.

Delincuente de larga trayectoria, fue uno de los iniciadores de la Organización de asesinos. Fue detenido por primera vez el 7 de Agosto de 1970 junto con otros mafiosos en el procedimiento realizado en Almeria 4630 apto 4.

Después de presentar los cargos por los cuales fue procesado, revela que fugó de Punta Carretas el 6 de setiembre de 1971 siendo intensamente buscado desde esa fecha. En el enfrentamiento que tuvo lugar en día de hoy fue gravemente herido por un proyectil que le penetro por el lado izquierdo del rostro, saliendo por el lado derecho produciéndole serias lesiones en la boca; internado en el Hospital Central de las Fuerzas Armadas, se le intervino quirúrgicamente, siendo su estado reservado.


Sin cirugía

Una de las versiones divulgadas por los servicios de inteligencia y reflejadas en la prensa, era de que el líder tupamaro había sido sometido a una operación de cirugía plástica para modificar su apariencia. Se mencionaba el nombre de un médico de Salto y un hospital de campaña en un establecimiento rural en Paysandú como el lugar en que se habría efectuado la operación. La información era tan precisa que establecía una fecha, mayo de 1971.

Sin embargo, en esa fecha Sendic estaba preso en el Penal de Punta Carretas después de su captura en agosto de 1970 hasta setiembre de 1971.

Tras su captura, también quedó claro que la cirugía plástica no había existido.

Viernes fatídicos

Como marxistas, Raúl Sendic no era supersticioso, aunque los hechos deberían indicarle que por lo menos debería haber tenido cierta desconfianza.

Fue un viernes 7 de agosto de 1970 cuando cayó prisionero, después de siete años de clandestinidad, al ser detenido en una " ratonera" montada en un apartamento de la calle Almería en Malvín. En esta oportunidad cayó toda una dirección del MLN-T

Y se frenó una negociación en curso entre el gobierno de Pacheco Areco y los tupamaros para liberar a los detenidos en Punta Carretas por el asesor policial norteamericano, Antonio Mitrione.

También fue un viernes, el primero de setiembre de 1972 cuando cae herido y prisionero en la Ciudad Vieja.


Sendic y el problema del agro

No es extraño que el problema agrario haya sido el rompe cabezas de las primeras revoluciones socialistas, algunas de las cuales se dieron antes que la revolución industrial llegara al campo. Esta tomó auge allí por 1940, y el gran aumento de productividad que trajo se atribuye en dos tercios a la química (plaguicidas, fertilizantes, herbicidas, etc) y un tercio a la máquina; con la variante de que ambos vienen de fuera del agro.

Con la reciente sustitución de mano de obra por máquinas, en los últimos cultivos que empleaban mano de obra masiva en la cosecha, como los de la remolacha y el tomate, el desplazamiento de mano de obra del agro llegó bastante más lejos que en la industria en los países adelantados.
Pero no caer en globalismo: cada cultivo es distinto y representa una respuesta diferente a la mecanización. Por ejemplo el arroz, la caña de azúcar y el algodón fueron cultivos de mano de obra masiva antes de la revolución industrial y ésta la redujo en varias veces pero manteniendo la ventaja de la gran explotación sobre la pequeña. En cereales ya es un poco distinto: ejemplo, una granja típica del oeste de Estados Unidos con 140 hectáreas puede ser arada por dos hombres con sendos tractores en una semana y contratando alguna m quina para la cosecha, llena con ella 150 camiones. O sea, una producción en serie competitiva con la gran explotación y con trabajo casi familiar.

En horticultura se dan más variedades según el cultivo. Lo mismo en ganadería: la carne es más económica en gran extensión, pero en la leche ésta tiene poca ventaja sobre la mediana. Además en algunos casos es mejor la granja de producción múltiple y otros la específica, etc. No se puede decir para el agro lo mismo que para la manufactura cuando pasa de artesanal a fabril: "La producción pasó de individual a social; la propiedad quedó individual".

El problema agrario es por eso de difícil solución para el socialismo, pero más lo fue para el capitalismo. Su historia est llena de hambrunas rurales, de levantamientos campesinos y, en el mejor de los casos, de emigración masiva de la población.

Hay un clásico problema que trajo el minifundio y la miseria campesina: de la parcela de la que vivía bien el abuelo, viven mal los 4 hijos y peor los 16 nietos. El anverso es el latifundio que creció con las tierras de los emigrantes. Después de las marchas y contramarchas de las primeras revoluciones socialistas, las últimas han optado por un r,gimen mixto donde coexiste la granja privada (aunque sujeta al Plan) y la empresa socializada.

El problema tiene solución distinta para cada país, ya que algunos parten de más del 90% de población campesina y otros del 10%, siendo en este último caso más fácil porque expropiando a los latifundistas se socializa la mayor parte de la tierra.

* Fuente: Raúl Sendic, "Reflexiones sobre POLITICA ECONOMICA (Apuntes desde la prisión)", Editor Mario Zanocchi, 1985.