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Reportajes

¿Víctima de una conspiración política?

Entrevista en la cárcel Chonchocoro, La Paz, con "Pacho", Francisco Cortés Aguilar, acusado de organizar un ejército guerrillero en Bolivia con el MAS.


Por Dick Emanuelsson

Francisco Cortés Aguilar, un colombiano de 40 años, dirigente popular en los últimos 25 años, se encuentra en este momento encarcelado a una altura de 4.300 metros en El Alto, epicentro de la lucha que trajo el derrocamiento del presidente boliviano Gonzalo Sánchez de Lozada. "Pacho", como también lo llaman sus amigos, es acusado de ser guerrillero del ELN (Colombia) y la araña para armar a un ejército guerrillero boliviano. El corresponsal sueco DICK EMANUELSSON lo ha entrevistado y he aquí su reportaje.

LA PAZ / 031102 /
El sol en el altiplano paceño es picante. Ahora entiendo por qué los indígenas aymaras tienen sus cachetes rojos. Y este reportero se da cuenta que le toca comprar un protector solar y un amplio sombrero. Si no, va a quedar como un camarón cocido.

Después de tres transbordos en minibuses desde el centro de La Paz, estamos llegando a Chonchocoro, cárcel de máxima seguridad y construida en 1996 con capacidad para 300 reclusos. Actualmente se encuentran aproximadamente 100, de los cuales hay un ex presidente, García Mesa, un carnicero y narcotraficante. Pero ahora tiene un competidor famoso con ""Pacho"", Francisco Cortés, colombiano y dirigente rural. La prensa, el ex ministro del Interior y hasta el ex presidente "Goni", en su última entrevista con CNN, acusaba a "Pacho" por ser uno de los culpables de "crear emboscadas a los soldados" durante las matanzas en el mes de octubre.

Allá, en la soledad del altiplano, se encuentran los que son considerados como los más peligrosos delincuentes de Bolivia. Pasamos por la puerta exterior que en realidad es una reja sencilla de dos metros. Nos reciben los policías y amistosamente saludan a Andrés, de 18 años, el hijo de "Pacho", que vive desde hace cinco meses en La Paz y que visita su padre cuatro veces a la semana.

El primer registro. Nadie me pregunta si soy periodista y tampoco les digo que lo soy para no tener complicaciones de entrar. Pero no tengo ni grabadora ni cámara. Pasamos por otro registro y al final se hace la requisa de las pertenencias. "Es una guardería en comparación a las cárceles colombianas", comenta Andrés.

Sueltan los perros a las siete de la noche

El joven se ha tenido que trastear 19 veces con su familia durante los últimos diez años que ha vivido en Bogotá. La familia es de Santander, pero por problemas de la guerra y el conflicto tuvieron que irse a la capital donde "Pacho" fue incorporado en el programa de protección por parte del Ministerio del Interior. Esto suena como raro a la luz de las acusaciones del Estado boliviano. Sin embargo, el vicepresidente Francisco Santos, en una declaración en el mes de mayo de este año, subrayó que "Pacho" no tenía ningún antecedente en los registros de la inteligencia militar colombiana de ser un "terrorista" o subversivo.

Un sargento nos acompaña al tercer anillo de la cárcel y abre el candado grueso. Al lado derecho, entre las rejas de ³gallinero" y el muro, es como "tierra de nadie" y hay ocho pequeñas casitas para los perros, a los que sueltan a las siete de la noche.

"Pacho" y Carmelo Peñaranda, de 30 años, uno de los otros dos detenidos el 10 de abril de este año, nos reciben con fuertes abrazos. Inmediatamente comienzan a preguntar sobre los últimos acontecimientos en Colombia: el derrotado referendo y el avance de las fuerzas democráticas y de izquierda en las elecciones municipales y regionales. Impactan las noticias y se nota en los rostros que esas noticias constituyen un aporte moral grande.

³Sangre va a correr por las cárceles"

Entramos a la celda de "Pacho". En las paredes hay páginas recortadas en color de distintas revistas. Tiene un estante pequeño de tres niveles encima de la cama con libros de derechos humanos junto con la Biblia.

Tienen optimismo, dos semanas antes les decían algunos guardianes que era "mejor que se escaparan porque la sangre iba a correr por las cárceles".

El pueblo de El Alto, La Paz, se había levantado. Los mineros y prácticamente todo el centro minero de Oruro estaban en marcha o ya habían llegado a El Alto y La Paz, intentando ocupar el palacio presidencial. Y ahí estaban los presos políticos encerrados esperando cualquier cosa que pasara. Pero el triunfo popular logró que también se calmaran los ánimos de los guardianes.

¿Pero qué paso ese día fatal, el 10 de abril?

Exiliarse en Bolivia

Comienza a relatar que era el tercer viaje que había hecho desde el 2001. Quería exiliarse en Bolivia con la familia para evitar ser asesinado por los paramilitares colombianos. Participó en la conferencia internacional "Acción Global de los Pueblos" en el 2001 y permaneció seis días en el país. Regresó en 2002 y estuvo tres meses para sondear la posibilidad de comprar una casa. Lo acompañó su esposa.

Y cayó otra vez el 6 de abril este año, decidido a realizar la compra de la casa. Por eso se llevaba cuatro mil dólares de ahorros.

­Tengo la costumbre como campesino de levantarme temprano, iba a la ducha cuando vi que personas encapuchadas entraron por el patio. Entraron y nos sacaron a todos al patio desnudos, apuntándome en la nuca con un metralleta. A Carmelo le dieron un culatazo en el ojo. Boca abajo y cintas en las manos y los ojos vendados.

Claudio Ramírez, su viejo amigo campesino y dueño de la casa, fue llevado junto con su hija Nelly, de 17 años, "Pacho" y Carmelo a un furgón. La sobrina de Claudio, Betty Nina Díaz, de 17 años, se quedó encerrada en un cuarto en la casa.

­Todo fue rápido, nos sacaron en cuestión de diez minutos, comenta Carmelo, de 30 años, dirigente del MAS de Cochabamba que había llegado en la noche anterior, el 9 de abril.

Prensa fue convocada por la embajada norteamericana

Pero no solamente fue una desagradable sorpresa para las cinco personas que se encontraban en la casa esta mañana. La "cola" de los policías era una selección de prensa de televisión y de prensa escrita, entre ellos el diario La Prensa.

­ Habían sido convocados, no por la Policía, sino por la embajada norteamericana. Ellos comenzaron a interrogarnos si éramos guerrilleros y yo qué hacía en Bolivia.

Los cuatro mil dólares que tenía "Pacho" los entregó al fiscal para que no los perdiera. Y resulta que lo considera como el "financiamiento internacional insurgente a la rebelión boliviana".

Una hora después de haberlos trasladado a la sede de la inteligencia militar, regresaron los policías a la casa y "encontraron" en el patio la droga, dos kilos de pasta de coca. "Pacho" se ríe con una expresión de resignación cuando lo comenta.

­ Entraron con "casabobas", bombas caseras, pero ahí los vecinos protestaron diciendo "No, señores policías, no hagan montajes, vimos cuando plantaron las casabobas". Los policías tuvieron que regresar con las bombas.

Esposa de policía firmó el hallazgo

Tres horas después de que "Pacho" y sus amigos habían sido sacados de la casa, los policías encontraron la pasta de coca en el patio. Una vecina, casada con un policía, fue la que firmó el "hallazgo" que "confirmaba ³los enlaces entre la narcoguerrilla colombiana y el MAS", el Movimiento al Socialismo.

El día antes, el presidente Gonzalo de Lozada había declarado pomposamente que iba a "usar las armas para defender la democracia". Las armas sí, las había usado en medio de febrero cuando ordenó al Ejército abrir fuego contra trabajadores, campesinos y policías que se habían rebelado contra el aumento del impuesto. Fueron enterradas más de 30 personas y heridas de bala más de 200.

El panorama político de "Goni" no era muy favorable y el MAS y las organizaciones populares avanzaban en las encuestas. Según los detenidos, Goni necesitaban un pretexto para desprestigiar a Evo Morales y su movimiento que se dedicaba a hacer giras internacionales, invitado para plantear su posición sobre el complicado panorama político boliviano. "Pacho", colombiano y dirigente campesino, fue el pretexto perfecto para internacionalizar el conflicto boliviano. Goni seguía la pista de su colega colombiano para así mostrar ante el mundo que los verdaderos motivos por el conflicto eran externos, no internos.

Pistola de silicona era ³arma"

­Aparte de la droga, las "pruebas" que plantaron fue un mapa con bases de policía y del ejército en Cochabamba marcados. Un documento de 100 páginas que supuestamente era del ELN. Para forzar esa denuncia decían que la bandera rojinegra (sin sigla) era del ELN, cuando en realidad era una bandera regalada por un partido de Potosi en la campaña electoral, que tiene la misma bandera que el ELN.

­ Encontraron dos uniformes militares que confirmaban la denuncia de que estábamos incluso vistiendo a un ejército guerrillero. Pero resulta que los uniformes eran del hijo de Claudio que había hecho el servicio militar como paracaidista y se los llevó como un recuerdo, cosa de tradición en varios países latinoamericanos. Finalmente encontraron la "pistola", que era una pistola de silicona para aislar ventanas o cualquier trabajo casero.

­El fiscal tiene que hacer las denuncias en un lapso de seis meses. Pero como las "pruebas" eran tan malas, pidió al juez que ampliara el tiempo. Ya llevamos siete meses encerrados.

³Tortura tanto física como psíquica"

Denuncian de haber sido torturados tanto en lo físico como en lo psíquico. Estaban encerrados durante más de dos meses, pero la situación se mejoró después de las visitas de abogados de Colombia y las denuncias de organismos de derechos humanos nacionales e internacionales.

El ex ministro del interior, Yerko Kucoch, fue más acusador que el mismo fiscal, pero la intención no era jurídica sino politizar el caso. El 17 de octubre huyó a Uruguay, igual que "El Gringo", Gonzalo Sánchez de Lozada.

­Yo le invito al nuevo gobierno a visitarnos, igual que al gobierno y la embajada colombiana en La Paz, dice.

"Pacho" sufre de ulcera y fue llevado hace unos días al hospital. Pero ni ahí ni antes ha recibido una sola visita por parte de la embajada colombiana.

¿Los irlandeses en la misma suerte?

En Bogotá se encuentran tres irlandeses encarcelados desde más de dos años, acusados de ser expertos en explosivos y de haber entrenado a la guerrilla con más experiencia de América Latina. Cuando el caso se cerró en la última audiencia en los primeros días de agosto, el jurado tendría dos semanas para tomar la decisión "culpable o no culpable". Han pasado más de tres meses y todavía no hay una sentencia.

Abogados de ambos casos dicen que "están cocinando la olla para preparar un juicio político". Porque las pruebas en ambos casos no son suficientes para una sentencia.

Comienza a caer granizo y con él el frío. Son las cuatro de la tarde y ahora se siente que la temperatura está bajando rápidamente. Nos despedimos con unos fuertes abrazos y con las palabras de no cerrar la comunicación. Los policías nos saludan cordialmente.

Detrás se encuentran seres humanos que viven en una incertidumbre terrible, que no saben si van a ser liberados o quedar encerrados por años, víctimas de una conspiración política.