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Comandante "Segundo"

Luis Hernández Serrano
Juventud Rebelde

El 21 de abril de 1964, hace 40 años, Jorge Ricardo Masetti se perdió para siempre en la selva argentina de Salta. Era el jefe del Ejército Guerrillero del Pueblo (EGP) y tenía la misión de esperar a "Martín Fierro", seudónimo del Che en la Operación "Sombra". Reproducimos fragmentos del libro en preparación Guerrilla al Norte del Sur

El padre del Comandante Ernesto Che Guevara dio así su visión acerca de Jorge Ricardo Masetti:
"Contaba Masetti que cuando Ernesto entró en la habitación donde él estaba, lo trató como a un viejo amigo, y nos habló de él con gran entusiasmo, cariño y respeto, no disimulando la admiración que le tenía y dijo que se sentía plenamente identificado con su ideología y su modo de actuar".
Le había impresionado su sencillez, su inteligencia, su valentía. Masetti seguramente no se imaginó entonces que la influencia del Che iba a ser tan decisiva en su vida, que lo llevaría a abandonar su profesión de periodista para convertirse en un verdadero combatiente internacional. El destino que lo empujó hasta Argelia, donde combatió por la liberación de ese país, lo condujo posteriormente hasta el pie de la cordillera de los Andes, en su propia patria y dentro de los montes de Salta, donde se puso al frente, con el nombre de Comandante Segundo, de un núcleo de combatientes internacionalistas. Allí, derrotada finalmente su guerrilla por fuerzas muy superiores, desapareció en la selva, donde posiblemente sucumbió.
"Masetti explicó al Che los motivos de su viaje a la Sierra Maestra. Quería saber qué clase de revolución se estaba desarrollando en Cuba; a quién respondía y cómo era posible que se mantuviese tanto tiempo sin el apoyo de una potencia extranjera. Le dije que él había sentido de cerca el terror de las ciudades y metrallas en los bosques, y que se había quedado asombrado al ver a un guerrillero suicida tirarse sobre un soldado y quitarle el arma. Masetti aún no comprendía bien aquella moral y fervor de los guerrilleros revolucionarios y quería informarse a través del Che (...).
"Masetti entrevistó a Fidel. Su entrevista se transmitió por la Radio Rebelde. Terminada su misión de entrevistar al Che y a Fidel, inmediatamente regresó a La Habana. Su viaje de vuelta resultó peligrosísimo. Ahora el ejército sabía perfectamente quién era Masetti.
"Consiguió burlar a la Policía y al ejército. A los dos días tomó un ómnibus que lo llevó para La Habana. Allí se enteró de que en sus cintas grabadas no se escuchaba la grabación. No dudó, y demostrando un coraje que enaltece su memoria, se puso de nuevo en camino y pocos días después regresaba a La Habana con las nuevas y completas grabaciones que fueron radiadas por Radio El Mundo, de Buenos Aires, y se transmitieron en cuatro programas. Tuvo un éxito completo. Por primera vez en la Argentina se conocían declaraciones de Fidel y del Che.
"Tuve la feliz idea de hacerlas regrabar y gracias a esta precaución hoy se conservan dichas históricas declaraciones... porque la dirección de la emisora... temiendo a sus resonancias políticas, las mandó a destruir.
"La visita de Jorge Ricardo Masetti a nuestra casa y aquella bendita cinta grabada por Ernesto saludando a nuestra familia, tuvieron la virtud de cambiar el estado de ánimo de todos no-
sotros".

Carta desde la selva

Un texto, aunque fragmentario y breve, permite conocer mejor aún su modo de pensar. Es la carta oportuna de Masetti al presidente argentino Illía, publicada, según el diario La Nación, el 9 de octubre de aquel año de 1963.

"Carta del Comandante Segundo al Doctor Arturo Illía:

"(...) La trayectoria de su vida indica que ha sido usted un hombre rebelde, aferrado a principios en los que creyó y de los que no se apartó jamás (...).
"(...) El pueblo argentino puede decirle sin equivocarse que es usted el producto del más escandaloso fraude electoral, en toda la historia del país.
"Dirá usted, como ya lo declaró una radio chilena, que el fraude es un ‘precio’ que los argentinos debimos pagar. ¿Para quién? ¿Y pagar por qué, doctor Illía? ¿Pagar a los golpistas su asalto al poder por el chantaje de la fuerza y que por la fuerza tributaron al país? ¿Pagar porque los militares chantajistas son los únicos dueños de las armas y nos amenazan permanentemente con ellas? (...).
"No. Doctor Illía. Los argentinos no debemos pagar el precio que usted predica como fatal. Los argentinos no debemos doblegarnos, sino rebelarnos (...) Nos negamos a pagar otro precio que no sea el de nuestra vida, entregada en pelea, con las armas en la mano, contra los que, cerrándonos todas las vías pacíficas, nos quieren condenar a vivir en la opresión, bajo su censura y su látigo, bajo sus cañones y sus tanques, sus aviones y sus bombas.
"Subimos a las montañas, armados y organizados, y no bajaremos de allí, sino para dar batalla (...) usted, doctor Illía, aún puede rectificar y hacer un gran bien a nuestra nación. Renuncie a ser Presidente fraudulento, denuncie el fraude por su nombre y exija elecciones verdaderas, generales y libres... Vuelva a ser rebelde. Esperamos con ansiedad, que el antiguo ciudadano puro aún viva en usted. Ahorraría así a nuestra querida patria, el calvario sangriento de nueve años de violencia (...).
"Campamento ‘Augusto César Sandino’, 9 de julio de 1963. Revolución o Muerte. Por el Ejército Guerrillero del Pueblo (EGP), Segundo, Comandante".

Mensaje al campesino

En un texto que denominó Documento del Ejército Guerrillero del Pueblo a los campesinos, se aprecia también su pensamiento:
"Compañero campesino: Te escribimos esta carta para que la leas varias veces. Y para que se la leas también a todos los arrenderos, peones y obrajeros que no saben leer. Es importante que todos ustedes escuchen y piensen en estas cosas de que ahora vamos a hablar, porque estamos seguros de que después de meditarlo, van a estar de acuerdo con nosotros (...) Somos trabajadores como ustedes, de distintos oficios y profesiones, a quienes nos explotaban en las ciudades y los pueblos, los mismos que los explotaban a ustedes en el ingenio, o en los montes o en los campos. Eso sí. Nosotros le llevamos una ventaja y es la de que nos hemos unido y organizado. Ahora, los invitamos a ustedes a unirse y a organizarse.
"(...) Comprendimos que hasta ahora sufríamos injusticia, porque no teníamos fuerza para terminar con ella. Nadie sufre porque quiere, sino porque no puede evitarlo. Nadie recibe un golpe o una patada o deja que le roben, salvo cuando no tiene con qué hacer frente al explotador que está armado. A ustedes los echan de sus tierras o los obligan a servir en el ingenio y los maltratan, como a nosotros nos echan de las fábricas, o nos pagan nuestro trabajo, o nos encarcelan o todo eso junto. Y todo esto sucede hasta ahora porque los ricos, los dueños de las tierras, de las fábricas, o no nos pagan nuestro trabajo o nos encarcelan o todo eso junto. Y todo eso sucede hasta ahora porque los ricos, los dueños de las tierras, los dueños de las fábricas, son también dueños de las armas, tienen la fuerza de su parte.
"Nosotros hemos pensado en todo esto y queremos que vos también pensés. Porque nosotros llegamos a la conclusión de que con todo esto hay que acabar. Pero para que las cosas cambien, solo queda el camino de la pelea. Oponerle a sus armas, nuestras armas, a sus fuerzas, nuestras fuerzas. Debemos quitarles los fusiles de las manos en las montañas y en los cerros. Los obreros en los ingenios y las fábricas. El patrón es uno. Los trabajadores son miles. Los millonarios, un grupito: los pobres, millones. Patrón Costa tiene en sus manos el porvenir de miles de hombres. (...) este ejército nuestro es el de los pobres. El de los humildes. Pero el ejército de los más, que derrotará a los menos. Somos más, muchos más los pobres que los ricos. Es claro que nuestra lucha será larga y será dura. Pero nosotros estaremos peleando en nuestro suelo y por nuestra tierra. Aprovechando para la guerra cada río, cada arroyo, cada senda y cada quebrada, que conocemos tanto, como los caminos que llevan a nuestros ranchos. La única salida para nosotros es la rebelión.
"En las elecciones obligan a votar a los que los ricos quieren. Y entonces ganan los gobiernos que sirven a los ricos. Y si los gobiernos quisieran hacer algo contra los ricos, no podrían. Porque los ricos tienen las armas de su parte. Y así cambian los gobiernos, pero los ricos son cada vez más ricos, y los pobres cada vez más pobres. Es una ley que imponen los ricos, porque tienen la fuerza de su parte. ¿Qué hay que hacer entonces? Unirnos todos los pobres. Tomar las armas nosotros y tener la fuerza de parte nuestra. El gobierno no hará nada por nosotros. Porque esto no lo arreglan los gobiernos puestos por los ricos y sostenidos por las mismas armas que defienden a los ricos. Esto lo arreglará el pueblo, lo arreglaremos nosotros. Y vos, compañero, junto con nosotros cuando juremos.
"Revolución o Muerte. Recibe un saludo de hermano, Montañas de Salta, enero de 1964. Por el EGP, Comandante Segundo".