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         Documentos de James Petras | 
   
    
  
    
  
     
      
     
      
           
            
    
  
     
      
         
      
         
           
            ONGs 
              y movimientos sociopolíticos
               
              James 
              Petras 
            Las 
            ONG enfatizan en los proyectos, no en los movimientos: "movilizan" 
            a la gente para producir en los márgenes y no para luchar por 
            el control de los medios básicos de producción y riqueza; 
            focalizan su atención en la asistencia técnica financiera 
            a los proyectos y no en las condiciones estructurales que conforman 
            la vida cotidiana de la gente. Las ONG cooptan el lenguaje de la izquierda: 
            "poder popular", "fortalecimiento del poder", "igualdad de género", 
            "desarrollo sustentable", "dirigencia de abajo hacia arriba", etc. 
            El problema es que ese lenguaje está ligado a una estructura 
            de colaboración con donantes y agencias gubernamentales que 
            subordinan la actividad práctica a la política de no 
            confrontación. 
            La naturaleza local de la actividad de las ONG -que significa "fortalecimiento 
            del poder"- nunca va más allá de la influencia sobre 
            áreas pequeñas de la vida social que disponen de recursos 
            limitados dentro de las condiciones permitidas por el Estado neoliberal 
            y la macroeconomía. 
            Las ONG y sus contingentes de profesionales post marxistas compiten 
            directamente con los movimientos socio-políticos por la influencia 
            sobre los pobres, las mujeres, los racialmente excluidos, etc. Su 
            ideología y práctica desvía la atención 
            desde las fuentes y las soluciones de pobreza (mirando hacia atrás 
            y al interior en vez de hacerlo hacia arriba y al exterior). Hablar 
            de microempresas en lugar de referirse a la explotación por 
            los bancos internacionales refleja -más que la búsqueda 
            de una solución- la noción subyacente que de el problema 
            tiene que ver con la iniciativa individual más que con transferencia 
            de capitales al exterior. La ayuda de las ONGs llega a sectores pequeños 
            de la población, generando competencia entre comunidades que 
            luchan por recursos escasos, provocando diferencias insidiosas y rivalidades 
            inter e intra comunitarias que destruyen la solidaridad de clase. 
            Lo mismo vale para los profesionales: cada cual se preocupa de su 
            ONG para solicitar financiamiento internacional. Compiten en presentar 
            proposiciones más apegadas al gusto de donantes y que ofrezcan 
            los costos más bajos, mientras sostienen mayor número 
            de seguidores... El efecto concreto es una proliferación de 
            ONG que fragmentan las comunidades pobres en grupos sectoriales y 
            subsectoriales incapaces de ver el contexto social que los aflige 
            y, mucho menos, de unirse para luchar contra el sistema. 
            Experiencias recientes demuestran también que los donantes 
            internacionales financian proyectos durante "crisis" (políticas 
            y sociales) que desafían el status quo. Una vez que los movimientos 
            han amainado, ellos desvían el financiamiento hacia ONG que 
            "colaboran" con el régimen, ajustando los proyectos a la agenda 
            neoliberal. El desarrollo económico compatible con el libre 
            mercado, antes que la organización de base para el cambio social, 
            se convierte en el ítem dominante para la distribución 
            de fondos. La estructura y naturaleza de las ONG, con su postura "apolítica" 
            y su preocupación por la autoayuda, despolitizan y desmovilizan 
            a los pobres. Refuerzan los procesos electorales impulsados por los 
            partidos neoliberales y los medios de comunicación de masas. 
            Se elude la educación política acerca de la naturaleza 
            del imperialismo, las bases de clase del neoliberalismo, la lucha 
            de clase entre los exportadores y los trabajadores de temporada. En 
            vez de eso, las ONG hablan de "los excluidos", de "los sin voz", de 
            la "extrema pobreza", de la "discriminación racial o de género" 
            sin ir más allá de los síntomas, comprometiéndose 
            así con el sistema social que produce esas condiciones. Al 
            incorporar a los pobres a la economía neoliberal a través 
            solamente de la "acción voluntaria privada", las ONG crean 
            un mundo político en el que la apariencia de solidaridad y 
            acción social oculta una conformidad conservadora con la estructura 
            de poder nacional e internacional. 
            No es coincidencia que en ciertas regiones en que las ONG se convirtieron 
            en dominantes, declinara la acción política de clase 
            independiente y el neoliberalismo campeé sin cortapisas. 
            El asunto de fondo es que el crecimiento de las ONG coincide con el 
            mayor financiamiento proveniente del neoliberalismo y la profundización 
            de la pobreza allí donde se produce. A pesar de los muchos 
            éxitos locales que reclaman las ONG, el poder del neoliberalismo 
            en su conjunto se mantiene incontrarrestable y las ONG tienen que 
            buscar cada vez con mayor intensidad nichos en los intersticios del 
            poder. El problema de la formulación de alternativas ha sido 
            obstaculizado de diversas maneras. 
            Muchos de los antiguos líderes guerrilleros y de los movimientos 
            sociales, sindicatos y organizaciones populares de mujeres han sido 
            cooptados por las ONG. La oferta es tentadora: remuneraciones elevadas 
            (a veces en moneda dura), prestigio y reconocimiento por parte de 
            los donantes internacionales, viajes y acceso a redes de trabajo, 
            ayudantes y equipamiento en infraestructura, seguridad relativa ante 
            la represión. 
            Frente a ellas, los movimientos socio-políticos ofrecen pocos 
            beneficios materiales, pero sí un mayor respeto e independencia 
            y, lo que es más importante, libertad para desafiar la política 
            y el sistema económico. Las ONG y sus financistas internacionales 
            (Banco Interamericano de Desarrollo, Banco Mundial) publican informes 
            y boletines sobre experiencias exitosas de micro empresarios y otros 
            proyectos de autoayuda, sin mencionar los altos promedios de quiebras 
            y fracasos que se producen a medida que baja el consumo popular o 
            que las importaciones de bajo precio inundan el mercado y suben las 
            tasas de interés. 
            Incluso los "éxitos" se refieren solamente a una pequeña 
            fracción del total de pobres en el grado en que otros no pueden 
            entrar al mismo mercado. Sin embargo, la propaganda sobre los éxitos 
            individuales de microempresarios es importante para alimentar la ilusión 
            de que el neoliberalismo es un fenómeno popular. Los frecuentes 
            estallidos de violencia que tienen lugar en regiones en que se promueven 
            las microempresas sugieren que la ideología que la sustenta 
            no es hegemónica y que las ONG no han desplazado todavía 
            a los movimientos de clase independientes. 
            Por último, las ONG nutren un nuevo tipo de colonialismo cultural 
            y económico y una nueva dependencia. Los proyectos se diseñan 
            -o al menos se aprueban- dentro de las "pautas" de prioridades de 
            los centros imperiales o sus instituciones. Ellos son administrados 
            y "vendidos" a las comunidades. Las evaluaciones son hechas por -y 
            para- las instituciones imperiales. Los cambios de prioridades en 
            los financiamientos y las malas evaluaciones provocan desastres de 
            grupos, comunidades, granjas y cooperativas. Todo (personas y cosas) 
            se ajusta para cumplir con las exigencias de los donantes y los evaluadores 
            de proyectos. Los nuevos virreyes supervisan y controlan que haya 
            conformidad con los objetivos, valores e ideología del donante, 
            así como el uso adecuado de los fondos. Si hay "éxito" 
            se hacen cada vez más dependientes de la continuación 
            del apoyo externo; en caso contrario, colapsan. 
            Mientras la mayoría de las ONG son instrumentos del neoliberalismo, 
            hay una pequeña minoría que logra desarrollar una estrategia 
            alternativa que apoya políticas de clase y antiimperialistas. 
            Ninguna de ellas recibe fondos del Banco Mundial o de agencias gubernamentales 
            europeas o norteamericanas. Ellas mismas sostienen los esfuerzos de 
            vincular a las organizaciones de poder local con las luchas por el 
            poder del Estado. 
            Vinculan los proyectos locales con los movimientos socio-políticos 
            nacionales que impulsan la ocupación de tierras, que defienden 
            la propiedad pública y el dominio nacional frente a las multinacionales. 
            Entregan apoyo político a los movimientos sociales involucrados 
            en luchas para conseguir la expropiación de la tierra. Se solidarizan 
            con las luchas de las mujeres con perspectiva de clase. Reconocen 
            la importancia de la política en la orientación de las 
            luchas locales e inmediatas. Creen que las organizaciones locales 
            deben también luchar a nivel nacional y que los dirigentes 
            nacionales deben ser responsables ante los activistas locales. En 
            una palabra, estas ONG no son post marxistas