VOLVER A LA PAGINA  PRINCIPAL
Pueblos Originarios

 

El caso del CAI en Puelmapu
La articulación mapuche-campesina

Este trabajo aborda como temática distintos casos de organizaciones indígenas surgidas en los últimos años en nuestro país, que tienen la particularidad de participar junto a sectores campesinos en organizaciones más amplias de carácter "multiétnico". El grupo abordado en el presente trabajo es el Consejo Asesor Indígena (C.A.I.) de la Provincia de Río Negro, en particular de la Región Andina, que está integrado por pobladores del sector rural y es reconocido por una ley provincial como el organismo representativo de las comunidades indígenas de este estado provincial

Sebastián Valverde *
Periódico Azkintuwe
Foto de Sebastian Cilvetti

El presente trabajo tiene por objeto analizar desde la óptica de la Antropología Social la articulación que se da entre agrupaciones indígenas pertenecientes al Pueblo Mapuche y diversos movimientos sociales rurales en Argentina. Las diferentes organizaciones indígenas que han surgido en los últimos años de este pueblo originario han desarrollado una diversidad de manifestaciones en términos de identidades y formas de lucha instrumentadas.

Algunos grupos ponen énfasis en su especificidad étnica focalizándose en la particularidad cultural no buscando generarconvergencias con otros sectores sociales. Pero por otro lado, se da el caso de agrupamientos, que sin renegar de suparticularidad étnica, poseen un perfil "campesinista", es decir, realizan alianzas político - sociales con sectores noindígenas en coordinadoras o federaciones multiétnicas que tienen como eje central de sus reivindicaciones las problemáticas propias de los movimientos campesinos. Este trabajo tiene por objeto abordar este tipo deorganizaciones en base a diversos ejes:

a) Por un lado las formas organizativas que hacen factible estas alianzas pluriétnicas; b) Las reivindicaciones que actúan como factores aglutinantes; c) El reconocimiento como pueblos indígenas y la forma en que se construye y reproduce la identidad étnica en el marco de estas organizaciones más amplias.

Introducción

En los últimos años en las sociedades latinoamericanas la llamada problemática étnica se ha acentuado. Esta mayor preocupación por esta temática ha trascendido el marco de las ciencias sociales para pasar a ser interés de gran parte de sectores políticos – sociales, incluso en algunos casos instalarse en el centro de la agenda pública de diversos países de la región. Las causas de este fenómeno deben buscarse en los complejos procesos de transformación que han venido experimentando las sociedades latinoamericanas, entre los que se encuentra el surgimiento de diversos movimientos étnicos con reivindicaciones específicas. Desde ya las luchas indígenas en América Latina tienen una presencia histórica, basta con recordar las diferentes rebeliones contra el orden colonial a lo largo de mas de cuatro siglos.

Sin embargo, lo novedoso del proceso abierto en los últimos años, es que no se trata solo de la presencia de luchas étnicas o que su número se haya incrementado sensiblemente, sino que se ha dado una profunda transformación en cuanto a la naturaleza de las mismas. Las nuevas organizaciones etnopolíticas que están surgiendo tienen la característica de insertarse en diversas luchas sociales que buscan provocar transformaciones a escala nacional. Esta irrupción adquiere formas diversas según cada marco específico, si bien la tendencia común consiste en la articulación con procesos nacionales que van más allá de los ámbitos comunal y regional que tradicionalmente caracterizaban a las respectivas unidades "étnicas" (Díaz Polanco, 1991:112).

Si bien los casos mas conocidos son México, Perú, Ecuador, Nicaragua, Guatemala y Brasil, nuestro país no ha sido ajeno a este proceso de revitalización de lo étnico, ya que también se han desarrollado una cantidad creciente de movimientos con características similares, así como se ha instalado en la agenda pública la preocupación por la problemática indígena, como lo demuestran las modificaciones implementadas en las legislaciones referentes a esta problemática en distintos niveles (locales, provinciales y nacionales). No obstante, en la Argentina, este fenómeno tiene una trascendencia pública menos significativa, debido a la menor importancia que tienen los pueblos originarios en la conformación nacional en comparación con otros de América Latina [1].

Una de las características que adoptan estas nuevas expresiones étnicas surgidas en los últimos años, al generar transformaciones a escala nacional son diversas formas de lucha "multiétnicas". Este trabajo aborda precisamente como temática distintos casos de organizaciones indígenas surgidas en los últimos años en nuestro país, que tienen la particularidad de participar junto a sectores campesinos en organizaciones más amplias de carácter "multiétnico". El grupo étnico mapuche (gente de la tierra) tiene su hábitat original en regiones localizadas al sur de los territorios argentinos: Puel Mapu (Tierra del Este) y chilenos: Gulu Mapu (Tierra del Oeste). En la Argentina, los asentamientos mapuches se localizan en diferentes sectores de la provincia de Buenos Aires, la Pampa, Río Negro, Chubut y Neuquén.

El Instituto Indigenista Interamericano estima en algo menos de 50.000 la cantidad de mapuches en nuestro país, en tanto en Chile se encuentran la mayor parte de los integrantes de este pueblo, ya que la cifra superaría el medio millón de habitantes. En este último caso la mayor parte residen en el medio rural, en tanto una minoría en Buenos Aires (Vázquez, 2002:6). Este pueblo originario sea probablemente el de la Argentina que mejor se ha organizado y en mayor medida ha desarrollado sus luchas étnico – reivindicativas. Tanto en Chile como en Argentina han surgido diversas organizaciones etnopolíticas de este pueblo basadas en diferentes reclamos, como buscar recuperar las tierras confiscadas por los estados nacionales (Vázquez, 2000:138-139).

Es importante destacar que una de las características de las organizaciones etnopolíticas Mapuches es que construyenun tipo particular de identidad cultural que resulta sumamente funcional para viabilizar acciones pragmáticas, a través de una estrecha relación entre aspectos económicos y simbólicos, conviertiéndose de esta forma la cultura, en un instrumento de reclamo. El discurso de las organizaciones pone énfasis en la diferente cosmovisión de los Mapuches frente a las construcciones simbólicas del blanco (Winca). La concepción de autonomía no sólo implica exigir el reconocimiento de la diversidad cultural por parte del Estado, sino que a partir de la misma los pueblos tengan autoridad y control sobre el territorio originario (Wall Mapu) (Balazote y Radovich, 2000:259-264).

El grupo abordado en el presente trabajo es el Consejo Asesor Indígena (C.A.I.) de la Provincia de Río Negro, en particular de la Región Andina, que está integrado por pobladores del sector rural y es reconocido por una ley provincial como el organismo representativo de las comunidades indígenas de este estado provincial. Esta organización posee una historia muy particular que la diferencia de la mayor parte de los movimientos indígenas, ya que surge como un organismo asesor del gobierno (de allí su nombre) pero que luego se convierte en una herramienta de lucha étnica (Gutiérrez, 2001:289). El C.A.I. participa con otros movimientos campesinos, independientemente de su adscripción étnica, en distintas uniones, tanto en el ámbito nacional como internacional, como es el caso de la C.L.O.C ("Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo").

El presente trabajo constituye un análisis de la dinámica de esta organización que desarrolla como forma de lucha la convergencia con diversos sectores campesinos en uniones de carácter "multiétnico" que no tienen a la adscripción étnica como el eje aglutinador de estos grupos más amplios. En el presente trabajo sé problematizará sobre los siguientes ejes: a) Por un lado las formas organizativas que hacen factible estas alianzas pluriétnicas; b) Las reivindicaciones que actúan como factores aglutinantes; c) El reconocimiento como pueblos indígenas y la forma en quese construye y reproduce la identidad étnica en el marco de estas organizaciones campesinas multiétnicas másamplias.

El escenario favorable para las luchas Multiétnicas

Para poder comprender la totalidad de este fenómeno, es necesario dar cuenta de diferentes transformaciones sociales, que permiten explicar el surgimiento de formas de expresión que convergen con los pueblos originarios y que sonpermeables a sus reivindicaciones, no sólo económicas, sino también en términos culturales. En los últimos años se han dado una serie de cambios en diversos ámbitos (políticos, económicos, sociales, culturales) tanto en nuestro país como en el mundo. Uno de los cambios registrados es que a partir de la crisis del "Estado de bienestar" que garantizaba beneficios sociales al conjunto de la sociedad, pierden importancia las formas de expresión que caracterizaban a la etapa de auge del mismo, que tenían como referencia al Estado o a la clase social determinada. Al adquirir en la nueva etapa mayor importancia las relaciones sociales de reproducción en comparación con la de producción (ya que el tiempo vital y el tiempo productivo se confunden cada vez mas) estas últimas dejan de ser diferenciadas como campo privilegiado de dominación social y por lo tanto, no hay una pre constitución estructural de los grupos y movimientos de emancipación por la posición que ocupan en la escala social.

Esto hace que la estructuración de clase no tenga una posición privilegiada en los procesos sociales de emancipación sino es "una más" (Souza Santos,1998:315-316). Por eso esto es que las nuevas formas de expresión se constituyen sobre una diversidad de identidades e identifican nuevas formas de opresión que trascienden las relaciones de producción. También esto explica la mayor heterogeneidad en términos de identidades de los diferentes sectores sociales, así como la mayor aceptación positiva de la "diversidad". Es importante destacar que si bien el foco central de estos movimientos no esta puesto o no se refiere predominantemente a la producción, la problemática socio económica en los mismos es bien definida. De hecho es muy difícil encontrar casos de movimientos sociales conducidos o expresados por movimientos empresariales o "burgueses" (Vilas, 1996: 13-22).

Es en este contexto que debe entenderse el surgimiento de nuevas organizaciones basadas en identidades "novedosas" con relación a las que caracterizaban a una parte importante del Siglo XX. Estas formas de expresión que han surgido son los llamados movimientos sociales, que en el caso de Europa son básicamente los movimientos ecológicos, feministas, pacifistas, antirracistas, de consumidores, etc. En el caso de América Latina se refieren mayoritariamente a demandas sobre las necesidades básicas, tales como sin tierra, sin techo, desocupados, etc. (Souza Santos, 1998:303-324). Entre los mismos cabe destacar entre otros, a los diversos movimientos campesinos que se desarrollan en América Latina y que se van a articular con movimientos indígenas.

El Consejo Asesor Indígena

El Consejo Asesor Indígena (C.A.I.) constituye una de las organizaciones representativas de las poblaciones Mapuches en la Provincia de Río Negro. Esta organización posee una concepción identitaria donde la variable étnica esta presente, pero dentro de su estrategia de lucha se encuentra la articulación con el conjunto de los sectores campesinos, independientemente que se reconozcan indígenas o no. Un hecho fundamental para poder comprender las características de esta agrupación es mencionar como momentos destacados, por un lado el retorno de la democracia que permite restablecer el accionar de las organizaciones populares, y por otro, la gran nevada del invierno de 1984 en la región de la meseta rionegrina poblada por pequeños productores de ovinos que perdieron la mayoría de sus animales y cultivos a raíz de las graves consecuencias de la nevada.

A partir de este acontecimiento climático, la iglesia católica en ese momento lanzó la campaña "una oveja para mi hermano" para ayudar a los productores a reconstituir su difícil situación. En ese momento el Obispado de la Provincia Río Negro además de buscar la recomposición del stock ganadero de los sectores más desprotegidos pone en marcha un proyecto de promoción social a través de promotores para trabajar sobre las necesidades de los pobladores. Fue a partir del apoyo de la iglesia a través de este proyecto, junto con el accionar de dirigentes Mapuches y el apoyo del gobierno Provincial que surgió el C.A.I., el que quedó oficialmente constituido en 1985.

El nombre de Consejo Asesor se debe a que en ese momento estaba integrado por los diferentes sectores incluyendo a los promotores y técnicos que asesoraban al gobierno provincial sobre la problemática del sector. Desde el momento del surgimiento se consolidó con lazos organizativos entre cooperativas, juntas vecinales y centros Mapuche de la provincia. La actividad principal en dicho momento del C.A.I. es la propulsión de organizaciones cooperativas que son el pulmón de la organización. A pesar de haber sido implementado por un decreto gubernamental, este grupo se fue fortaleciendo en el papel de la organización social independiente. Sin embargo, el gobierno intento mostrarlo en cierta relación de subordinación con él (Menni, 1996: 87-88). De hecho la participación que van efectuando las comunidades indígenas desborda los límites propuestos por el gobierno lo que las lleva a enfrentarse con el mismo y a apropiarse finalmente de la organización que la convierten en una asociación civil sin fines de lucro.

Esta historia particular en cuanto a su génesis y desarrollo hace que el C.A.I. se caracterice por ser una agrupación con características muyparticulares que la diferencian de la mayor parte de las de tipo (Gutiérrez, 2001: 289-290). El C.A.I. enfatiza su accionar en el plano productivo apoyando la organización de pequeños productores en cooperativas. Una expresión de un miembro muestra la importancia asignada a este aspecto y va a permitir comprender posteriormente la relación con otros movimientos campesinos:

"Nuestra organización privilegia la recuperación de tierras, la lucha por mantenernos en el lugar que tenemos" [2]. Estos objetivos se relacionan con la construcción identitaria que sibien reivindica la etnicidad Mapuche como forma de movilización política, propone la concreción de alianzas con otros sectores sociales que comparten la situación de subalternidad con la población indígena, afirmando que "Ser Mapuche es reivindicarse para poder salir juntos con toda la sociedad" (Radovich, 1992: 60). O bien que..."El problema de la tierra no es solo de un sector. No hay lugar para un enfrentamiento entre lo indígena y lo no indígena. Cuando uno ve los trabajadores de la fruta, va a encontrar a indígenas y no indígenas. Lo indígena no es un motivo de división, nosotros no creemos que sea un planteo correcto" (Sánchez; 1996: 90).

También se observa en los diferentes reclamos llevados acabo, una búsqueda de solidaridad con sectores no indígenas: "De nuestra parte seguirán encontrándose con la resistencia, junto al resto del pueblo que sufre y lucha por un futuro distinto, con justicia, en donde se reconozca la diversidad cultural" [3]. Esta concepción del C.A.I. de búsqueda de solidaridad con los diferentes sectores sociales, en especial campesinos sin renegar por ello de las reivindicaciones étnicas puede caracterizarse como "clasista" o de tipo "campesinista", se diferencia de planteos de tipo "etnicistas" que poseen otras organizaciones que basan su accionar en el reconocimiento de la especificidad étnica, como es el caso de la Confederación Mapuche Neuquina y los Centros Mapuches de Río Negro. Las agrupaciones que corresponden al primer conjunto se traducen en el establecimiento de alianzas con sectores sociales no indígenas tendientes a efectuar reivindicaciones culturales y socio económicas comunes (Sánchez, 1996: 39;Vázquez, 2000:139). De hecho estas tendencias dentro de los movimientos indígenas no son exclusivas del pueblo Mapuche, sino que están presentes a nivel continental (Sánchez, 1999: 85).

En parte estas diferencias tienen relación con la forma en que se ha dado el proceso de desarrollo de estas organizaciones. Mientras el C.A.I., como hemos destacado, surge a partir del trabajo de pequeños productores rurales, otras organizaciones como los Centros Mapuches nacen a partir de los hijos de migrantes de origen Mapuche que en la ciudad tienden a reivindicar la propia cultura y por esto desarrollan organizaciones más basadas en la necesidad dereivindicar la especificidad étnica. Cabe destacar, que al contrastar al Centros Mapuches con el C.A.I., estos últimos destacan el mayor perfil "cultural" de los primeros:

 "...Ellos ponen mucho más énfasis en los aspectos culturales, en cambio, nosotros somos mucho más políticos. Es como es como que se ocupan de la parte más cultural, de divulgar el tema de la lengua, y no tanto como nosotros el aspecto político" (Integrante del C.A.I.). Al referirse a "lo cultural" puede ser visto como un fuerte peso de la reivindicación étnica en el caso de los Centros Mapuches, mientras por lo "político" puede entenderse la reivindicación más de tipo clasista que desarrolla el C.A.I. Otro dirigente señala también estas diferencias con los Centros Mapuches, ya que indica que "...El C.A.I. esta más centrado en el tema de la tierra, en las cooperativas de producción, mas relacionado con lo rural. En cambio, el Centro Mapuche si se quiere es más urbano, mas culturalista, esta mas preocupado en el hecho de trasmitir la lengua" (Integrante del C.A.I.).

Un acontecimiento que sirve de ejemplo de esta concepción "clasista" del C.A.I. es que en el mes de mayo de 1992 por primera vez se reunieron en territorio argentino en la ciudad de Neuquén diferentes grupos políticos Mapuche de ambos sectores de la cordillera de los Andes (Argentina y Chile) con el fin de plasmar la proclama "Ante los 500 años de opresión: Justicia, territorio y autonomía para el pueblo nacional Mapuche Pu Mapuche Wixalein ("los mapuches estamos de pie"). En este encuentro participaron Nehuen Mapu, el Centro Mapuche de Bariloche, la confederación Mapuche de Neuquén y representantes y lideres de agrupaciones establecidas en el medio rural. El C.A.I. de Río Negro no acudió a este evento y fundamentó su actitud en su desacuerdo con el énfasis puesto por dichas organizaciones en la etnicidad mapuche por sobre el conjunto de los sectores sociales que también se encuentran en situación de marginalidad.

Acorde con esta política de vinculación con diversos movimientos sociales rurales, el C.A.I. participa de la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (C.L.O.C.). Forman parte de esta coordinadora de la Argentina entreotros la Unión de Campesinos Poriajhú (Provincia de Chaco) y el Movimiento agrario de la región pampeana (MARP) y en el plano internacional diversas organizaciones como el Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra de Brasil (M.S.T.). Esta agrupación que nuclea a movimientos campesinos esta compuesta por diferentes organizaciones del campo de Latinoamérica tanto indígenas como no indígenas. En el congreso de esta coordinadora efectuado en Agosto del año 2001 en México se reunieron 320 delegados, procedentes de 18 países y pertenecientes a 37 organizaciones miembros [4].

Según la propia definición de este grupo la misma "está integrada por organizaciones nacionales o regionales, representativas de las más variadas categorías de trabajadores rurales (sin tierra, asalariados, pequeños productores, mujeres, indígenas, afectados por represas, forestales, etc.)" [5]. La C.L.O.C. integra a su vez la organización mundial Vía Campesina, movimiento "que aglutina a campesinos sin tierra, pequeños y medianos productores, trabajadores agrícolas, Mujeres Rurales y Pueblos Indígenas, que luchamos contra la Globalización de la Economía y elHambre en el Mundo y consecuentemente contra el Modelo Neo – Liberal" [6].

Otra de las organizaciones con que esta relacionado el C.A.I. es la C.O.C.I.T.R.A. que es la "Coordinadora de Organizaciones Campesinas, Indígenas y de Trabajadores Rurales de Argentina". La misma esta integrada por lasdiferentes organizaciones de la Argentina que en el ámbito internacional conforman la C.L.O.C. Es necesario aclarar que la importancia de esta coordinadora local se da a partir de la unión internacional, actuando de alguna maneraC.O.C.I.T.R.A., como la sección de Argentina de la primera. Esto es esperable dado que al darse en América Latina fuertes luchas lleva a tomar al ámbito latinoamericano como el marco de referencia de los movimientos campesinos locales.

Es necesario mencionar como factor, la importancia que poseen los movimientos campesinos en América Latina y destacar que han protagonizado en momentos de auge del neoliberalismo, diversos episodios de lucha. El M.S.T. de Brasil constituye un destacado movimiento que dada su importancia, su accionar ha repercutido a nivel internacional. Esto hace que naturalmente se transforme en una especie de "referente" del sector.También las diversas redes internacionales contribuyen a generar intercambios permanentes y el hecho que grupos locales tomen diversos elementos de otros movimientos similares del continente. La siguiente declaración demuestra el impacto que generan en los grupos locales los movimientos campesinos de América Latina:

"Ante este conjunto de políticas de muerte han salido al frente las organizaciones del campo, pasando a convertirse en los puntales de la resistencia al neoliberalismo en Latinoamérica. Del México de la insurgencia zapatista, pasando por los levantamientos indígenas y campesinos de Ecuador, a las luchas por la tierra en Brasil, Paraguay, Centroamérica... prácticamente no hay espacio geográfico del continente que no haya sido escenario de luchas protagonizadas por organizaciones del campo, entre las que destacan las integrantes de la C.L.O.C." [7]. Para que sean posibles las convergencias como las que se dan en estos grupos, debe estar presentes en las distintas organizaciones la estrategia de efectuar alianzas. Precisamente, dentro de las concepciones de estas redes se observa la búsqueda de unión con otros sectores populares:

"El III Congreso de la CLOC se pronuncia por impulsar un proyecto alternativo con participación activa de todas las organizaciones sociales del medio rural y urbano, en las que se incluyan la gran diversidad de actores que ha resistido al neoliberalismo y que desde diferentes trincheras han construido propuestas encaminadas a fortalecer el desarrollo sustentable" [8]. Como puede observarse surge como un elemento central la necesidad de ir articulando las luchas con sectores urbanos como trabajadores. Con relación a esto es muy gráfica la expresión de un dirigente del M.S.T. de Brasil: "En el M.S.T. decimos que ganamos las batallas del campo, pero la guerra se gana en la ciudad".

La articulación multiétnica como estrategia política

Los beneficios que reportan a las organizaciones indígenas participar de uniones más amplias son poder romper justamente con esta dicotomía (aislamiento o pérdida de la identidad como pueblos) ya que les permite relacionarse conotros sectores sociales pero que aceptan su identidad específica: "Para el Consejo Asesor Indígena de Argentina es de suma importancia tener contacto con organizaciones indígenas y campesinas de otros países, porque esto le permite enriquecerse con nuevas experiencias e incidir en el plano interno con propuestas" y "compartir legislaciones, experiencias organizativas y formas de resistencia exitosas" [9].

Un elemento a destacar es que estos movimientos, así como las diversas organizaciones que la integran, se caracterizan por ser relativamente homogéneos en lo ideológico. Por ejemplo los requisitos que fija la C.L.O.C. para formar parte de esta coordinadora son "ser organizaciones que hacen lucha de masas; de clase; antiimperialista; antineoliberales; autónomas frente al Estado, Iglesias, ONGs, partidos políticos, organismos internacionales; solidarias con las luchas populares y de liberación y en defensa de la revolución cubana" [10]. Esto demuestra que la articulación pluriétnica y de diversidad de identidades posee otro elemento concomitante que no puede dejar de mencionarse que es de tipo ideológico. La diferenciación que puede establecerse entre "indígenas" y "no indígenas" si bien es relevante a los efectos de visualizar las diferenciaciones construidas sobre la base de referente étnicos, estas no son las únicas y otras como es el caso de los políticos – ideológicas, pueden cortar transversalmente a las primeras, y a la vez tener una importancia destacada.

Las formas de organización que hacen factible estas alianzas pluriétnicas

Para que las organizaciones sociales como los pueblos indígenas integren una unión con sectores no indígenas, es necesario que dicha unión sea compatible con sus principios fundamentales precisamente por el alto valor otorgado porlos mismos a la autonomía. Por lo tanto, existe una situación de tensión entre el hecho de formar una unión más amplia donde convergen diferentes sectores y la necesidad de preservar la autonomía de cada grupo, que constituye justamente una de las demandas claves de los diferentes sectores. Las formas de organización adoptadas por estas articulaciones deben poder resolver esta dicotomía. El C.A.I. adopta como forma de organización la división en cuatro zonas de la provincia tales como la Andina (Ñorquinco, El Bolsón, Rió Chico, Cuesta del Ternero, Fitamiche, Arroyo las Minas), Sur (Ingeniero Jacobaci, Maquinchao y Valcheta), Bariloche (Bariloche, Comayo, Pilcaniyeu, Villa Llanquin) y por último la zona Atlántica (Viedma). La máxima instancia es la Asamblea General que es anual que es del conjunto de las regiones de la provincia [11].

Esta forma de dividir a la provincia en zonas además de responder a una necesaria división geográfica, posibilita llevar a cabo una mayor autonomía, ya que cada zona puede llevar a cabo una determinada política diferenciada de las demás sin necesidad de reportar ante la conducción provincial. Al mismo tiempo, esto permite mantener mas cerca de la conducción de cada zona de sus bases, es decir de los productores sin distanciarse de los mismos. De hecho la conducción general de la provincia esta compuesta por cuatro miembros uno perteneciente a cada una de las zonas. Esto implica que esta dirección provincial en realidad es una coordinadora de las diferentes zonas, más que una cabeza en si misma y lo que más importancia tendría es la conducción zonal.

Por otra parte, y quizás lo más importante de todo, cada zona tiene completa autonomía para establecer estrategias específicas de vinculación con distintos sectores. La forma de estructuración que adopta la C.L.O.C. es esta estructura de "coordinadora" similar al C.A.I., ya que es a partir de coordinaciones nacionales que se articulan regionalmente, bajo la siguiente modalidad: Región Norte, Región Caribe, Región Centroamérica, Región Andina y Región Cono Sur. La máxima instancia de decisión de la C.L.O.C. es el Congreso que se realiza al menos una vez cada tres años garantizando la rotación del lugar de su realización. También se constituye una Comisión Coordinadora que estará integrada por 2 representantes de cada región y 2 de la Articulación de Mujeres y 2 de la articulación de jóvenes del campo [12].

El territorio como factor aglutinante

Una de las demandas centrales de los movimientos indígenas que han surgido en América Latina es la del territorio. Este reclamo permite articular a los pueblos indígenas con los restantes sectores en los casos en los que conforman uniones más amplias. Consuelo Sánchez (1999:84) destaca que una de las características que presentan las organizaciones etnopolíticas surgidas en América Latina en los últimos años es precisamente la creciente articulación de la lucha por la tierra con la demanda de respeto hacia la identidad étnica. Es importante destacar que la concepción del territorio para los pueblos originarios va más allá del carácter económico como factor de producción, es una dinámica que engloba a la totalidad de la existencia físico – cultural –ideológica que requiere un espacio territorial que debe ser administrado por la organización política – social autónoma de los pueblos originarios. Por esto el concepto de "Tierra" implica la porción dentro de ese espacio que puede ser apropiada por un individuo. Los derechos en un caso y en otro son muy distintos ya que mientras sobre el territorio ejercen sus derechos los pueblos, sobre la tierra lo hacen las personas [13].

Deseamos destacar que la tierra puede constituir para grupos diferentes el eje aglutinador de las demandas, ya que dentro de la autonomía que posee cada uno también lo es el significado asignado al concepto de "tierra" o "territorio". Esdecir, todos luchan en el marco del grupo más amplio por esta demanda, pero cada uno le da un concepto diferente que a su vez no se contrapone con el de los otros grupos. Estas diferencias que puede otorgar cada grupo, pero con un acuerdo general en la reivindicación territorial, permiten que esta reivindicación sea la movilizadora, ya que cada grupopreserva su significado sin entrar en contradicción con las demás y todos pueden luchar por esta demanda común, ya que la versatilidad del concepto da la posibilidad de esta unión.

Por ejemplo dentro de estas diferencias al referirse a "tierra" los indígenas están hablando de territorio con todo lo que esto implica, en cambio, los restantes sectores no poseen esta significación. Por otra parte, un elemento que no puede dejar de considerarse es que las organizaciones no indígenas que tienenrelación con las mismas, tienden en algunos casos a manejar un concepto de tierra que sin embargo adopta características de "territorio" al ir más allá del elemento material y poder actuar además como y espacio generador y reproductor de la identidad del grupo y por lo tanto como cohesionador de la organización. Esta dinámica que se da en sectores sociales no indígenas que podría denominarse de "territorialización" (en contraposición al de "tierra") facilita las convergencias con los pueblos originarios al tener mayores aspectos en común con los mismos.

Seguramente el contacto entre organizaciones diversas, incluso en términos de adscripción étnica es un factor que ha contribuido a este proceso. A continuación puede observarse en este documento como la demanda de tierra va mas allá del aspecto material en sí e implica un espacio de desarrollo con múltiples dimensiones: "La reforma agraria es una solución que nose reduce a la distribución de la tierra sino que abarca los aspectos económicos, políticos y sociales y por tanto constituye una premisa básica para asegurar un desarrollo sustentable, que preserve el medio ambiente, proteja la biodiversidad ylos conocimientos tradicionales; condiciones indispensables para garantizar la soberanía y seguridad alimentaria de nuestros pueblos"[14]. Al mismo tiempo a los diversos sectores campesinos les otorga ventajas el hecho de "culturizar" al territorio, de manera de generar mayor legitimación a sus reclamos sobre el mismo.

El reconocimiento como pueblos en el marco de las organizaciones campesinas

Un interrogante que naturalmente surge es de qué forma se articula la identidad como pueblos en el marco de una organización más amplia. Contrariamente a lo que puede preverse, estas convergencias no generan la perdida de la identidad, sino por el contrario la fortalecen. Esto puede explicarse por diversas razones que vamos a enumerar. En primer lugar, es necesario destacar que lo que hace posible el mantenimiento de una determinada identidad es la interacción permanente y no el aislamiento. Como indica Díaz Polanco (1991:117) este proceso que se da en los movimientos indígenas de América Latina de creciente vinculación con sectores no indígenas "... no está implicando un debilitamiento de la cohesión étnica ni una renuncia concomitante por parte de los grupos a sus reivindicaciones propias...". Siguiendo a este autor "lo que refuerza aquel aislamiento impuesto por la hegemonía estatal no es la "identidad propia", sino la marginalidad política a todas luces favorable para la dominación y la manipulación indigenista".

Como segundo aspecto, no puede dejar de considerarse como factor la creciente aceptación en la sociedad de la diversidad en general, sea de género, política, étnica, etc. Desde ya esto también sucede, en las diversas organizaciones sociales con que interactúan que también se basan en alguna identidad que las define como tal y por lo tanto son más receptivas al reconocimiento positivo del "otro". La multiplicidad de identidades que definen a las nuevas formas de expresión hace que cada vez se den uniones a partir de identidades diferenciadas y que pueden coincidir enuna serie de reivindicaciones comunes. Esta tendencia se sintetiza en el eslogan de muchos de estos movimientos de "unidad en la diversidad".

Un tercer elemento es que dada la creciente importancia de la cuestión étnica amplios sectores sociales toman como propias las banderas de luchas de los pueblos indígenas lo que facilita este acercamiento para ambas partes. Además a diversas organizaciones populares les resulta favorable "exhibir" un perfil de respeto por la diversidad el que pueden efectuar al tener contacto o participación de los pueblos indígenas. Las siguientes declaraciones de los grupos campesinos no indígenas vinculados con el C.A.I. son una muestra clara en este sentido: "Mantendremos con firmeza nuestra lucha por el respeto a la identidad cultural, a la autodeterminación y al territorio de los pueblos indios; buscaremos en todo momento la unidad de los indígenas y campesinos" [15].

La interacción de los pueblos indígenas en organizaciones más amplias de carácter "multiétnico" que apoyan susdemandas y coinciden en diversos reclamos, permiten el desarrollo una identidad étnica diferenciada en un contextomás favorable que el conjunto de la sociedad. Es decir, al ser receptivas las coordinadoras a las demandas de los pueblos originarios expresan su propia identidad en un contexto favorable para el desarrollo de la misma. El fortalecimiento de esta identidad "hacia adentro" de la organización multietnica refuerza la posición de estos grupos con relación a otros sectores sociales "externos" a la misma como gobiernos, iglesias, partidos políticos, ONGs, etc. Se establece por lo tanto, un juego de una doble diferenciación, una más cercana a los pueblos indígenas dentro del grupo que integran con otras organizaciones más favorable y positiva y otra hacia afuera más distante, pero esta doble interacción ayuda a los pueblos a desenvolverse en un escenario menos permeable a sus demandas.

Consideraciones Finales

El intercambio y enriquecimiento a partir de experiencias conjuntas con diversos movimientos sociales rurales efectuado por organizaciones Mapuche, son una muestra de las formas que han accedido a ocupar espacios que décadas atrás eran impensables. Estas integraciones solo son posibles de explicar debido a las concepciones de las organizaciones con las cuales convergen los pueblos indígenas que son también cada vez más permeables a la articulación con sectores de diferentes identidades a partir de puntos centrales en común como posiciones ideológicas, la lucha por la tierra, etc. Los preceptos de "unidad en la diversidad" que manifiestan estas organizaciones, y por lo tanto también las estructuras organizativas acordes con este principio, le permiten a cada grupo mantener su especificidad y por lo tanto articular diferentes identidades dentro una red más amplia sin que esto implique la pérdida del propio perfil.

Otro elemento cuya importancia no se puede menospreciar, es la trascendencia de los diferentes movimientos campesinos que han desarrollado diversas protestas así como conformado múltiples redes internacionales. Las vinculaciones con amplios sectores sociales les permiten a estos grupos contar con diversas muestras de solidaridad y articularse con procesos mayores sin perder por ello su especificidad. Los pueblos indígenas al participar de estasuniones se ven beneficiados por este intercambio. La particular historia del C.A.I. que surge y se desarrolla a partir del trabajo con pequeños productores, explica el interés por generar uniones con diversos grupos campesinos. Un elemento a destacar es que el perfil ideológico puede constituir un factor altamente condicionante de estas alianzas, como hemos observado a juzgar por la relativa homogeneidad ideológica registrada, ya que define vinculaciones con el Estado y restantes sujetos sociales.

Si analizamos las perspectivas a futuro de este proceso de integración de los pueblos indígenas en diferentes procesos de lucha mayores, es esperable una continuidad, incluso una acentuación en esta tendencia, ya que se mantendrán y profundizarán las condiciones que posibilitaron la apertura de los pueblos indígenas a un mayor vínculo con respecto al resto de la sociedad (Iturralde, 1995:112-113). En lo que respecta al desarrollo de las organizaciones, en la medida en estas uniones resulten exitosas incentiva a nuevas experiencias de acercamiento. Paralelamente, los procesos de transformación socioeconómica generan en muchos casos, situaciones de conflicto que se expresan tanto en un mayor nivel movilización étnica como en acciones de solidaridad y luchas conjuntas entre los pueblos originarios y amplios sectores sociales / Azkintuwe

* Docente e investigador. Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires. Ponencia en las Terceras Jornadas Interdisciplinarias de Estudios Agrarios y Agroindustriales. 5, 6 y 7 de noviembre de 2003. Facultad de Ciencias Económicas - UBA.

NOTAS

[1] La Argentina es uno de los países de América Latina que exhibe una menor cantidad de indígenas: 1% o 2% del totaldel país contrastando con países en los cuales su población originaria es la mayoría de la conformación nacional como es elcaso de Bolivia (71% de población indígena), Guatemala (66%) o bien representa una proporción muy significativa como esel caso de Perú (47%) o Ecuador (43%). Incluso nuestro país difiere en este aspecto de Chile en que representa cercadel 8% del total (Iturralde, 1995:119).

[2] "Soy Mapuche y no importa lo que digan" En: www.argentina.indymedia.org/news/2003/08/124485.php

[3] "PUELMAPU: Comunicado del CAI" En: http://argentina.indymedia.org/news/2003/06/117991.php

[4] "Declaración Final del III Congreso de la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo" En:www.movimientos.org/cloc/show_text.php3?key=862

[5] "Síntesis de las mesas de trabajo, II Congreso C.L.O.C. (Noviembre 1997)" En: www.movimientos.org/cloc/Mesa3

[6] "Vía Campesina" En: www.movimientos.org/cloc/viacampesina.phtml

[7] "Declaración de Brasilia", II Congreso C.L.O.C. (Noviembre 1997) En: www.movimientos.org/cloc/docs_cloc_2con.php3?id=1

[8] "Declaración Final del III Congreso de la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo" En: www.movimientos.org/cloc/show_text.php3?key=862

[9] Comunicado del C.A.I.: "Argentina: La importancia de la acción internacional"En: www.movimientos.org/cloc/show_text.php3?key=648

[10] "Síntesis de las mesas de trabajo, II Congreso C.L.O.C. (Noviembre 1997)" En: www.movimientos.org/cloc/Mesa3

[11] Publicación del C.A.I.[12] "Síntesis de las mesas de trabajo, II Congreso C.L.O.C. (Noviembre 1997)" En: www.movimientos.org/cloc/Mesa3

[13] Documento de la Coordinación de Organizaciones Mapuche, (Confederación Mapuce Neuquina – Newén Mapu) "PrimerSeminario regional El Derecho Internacional y los pueblos Originarios Wall Mapuce Territorio y Recursos Naturales" –Universidad Nacional del Comahue – 29-30 de Sept. Y 01-02 de Octubre 1995– pp11-16.

[14] "Declaración de Brasilia", II Congreso C.L.O.C. (Noviembre 1997) En: www.movimientos.org/cloc/docs_cloc_2con.php3?id=1

[15] "Declaración Final", I Congreso C.L.O.C. (Febrero 1994)En: www.movimientos.org/cloc/docs_cloc_1con.php3?id=4

Bibliografía

BALAZOTE, A. y RADOVICH, J. C. "Mapuches de Neuquén: conflictos en el orden económico v simbólico". En: Variosautores. El resignificado del desarrollo; Buenos Aires, UNIDA, 2000, pp. 255-271.

DÍAZ POLANCO, H. Autonomía Regional. La autodeterminación de los pueblos indios. México, Siglo XXI, 1991.

GUTIÉRREZ, P. "La lucha por la tierra en Río Negro: El Consejo Asesor Indígena". En: GIARRACCA, N. y colaboradores Laprotesta social en la Argentina. Transformaciones económicas y crisis social en el interior del país. Buenos Aires, AlianzaEditorial, 2001, pp. 289-310.

ITURRALDE, D. "Naciones Indígenas y Estados Nacionales en América Latina hacia el año 2000". En: DÍAZ POLANCO,H. (comp.) Etnia y Nación en América Latina. México, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, 1995, pp. 105-138.

MENNI, A.M. "El Consejo Asesor Indígena de Río Negro". En: Proyecto Especial de Investigación y Extensión U.N.C. yA.P.D.H. "Defensa y reivindicación de Tierras Indígenas" Informe Final, Neuquén, U.N.C. – A.P.D.H., 1996, pp. 87-91.

RADOVICH, J.C. "Política Indígena y Movimientos Etnicos: el caso Mapuche". En: Cuadernos de Antropología vol.4,Universidad Nacional de Luján, 1992, pp. 47-65. SANCHEZ, C. Los pueblos Indígenas: del indigenismo a la autonomía, México, Siglo XXI, 1999.

SANCHEZ, F. "El contexto internacional e Interamericano". En: Proyecto Especial de Investigación y Extensión U.N.C. yA.P.D.H. "Defensa y reivindicación de Tierras Indígenas" Informe Final, Neuquén, U.N.C. – A.P.D.H., 1996, pp. 28-42.

SOUZA SANTOS, B. De la mano de Alicia. Lo social y lo político en la postmodernidad. Bogotá, Cortez Editora, 1998.

VAZQUEZ, H. Procesos identitarios y Exclusión Sociocultural. La cuestión indígena en la Argentina, Buenos Aires, EditorialBiblos, 2000.

VAZQUEZ, H. "Procesos identitarios, "minorías" étnicas y etnicidad - Los mapuches de la República Argentina" – En:Revue Électronique de Civilisation Contemporaine - EUROPES / AMÉRIQUES, Septiembre 2002, http://www.univ-brest.fr/amnis.

VILAS, C. "Actores, Sujetos, Movimientos: ¿dónde quedaron las clases?" En: Cuadernos del CENDES, Año 13 Nro. 32,Segunda Epoca, Caracas, 1996, pp. 11-34.