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País Vasco

ETA e IRA
El huevo y el fuero


Javier Ortiz
Apuntes del Natural

No logro entender a los partidos centralistas españoles. No sé a cuento de qué se declaran tan satisfechos tras el anuncio del IRA de que abandona las armas y que proseguirá su lucha a través de métodos pacíficos y democráticos. Cuando ETA se proclamó en tregua tras el acuerdo de Estella, el PP, seguido entonces por el PSOE, se mostró alarmadísimo. Dijo, por boca de Mayor Oreja: «Los nacionalistas vascos quieren conseguir por la vía pacífica lo que no han logrado con la lucha armada». Les pareció que la posibilidad de que el campo abertzale pudiera imponerse por la vía democrática era una perspectiva nefanda; un peligro que había que conjurar a cualquier precio.
¿Por qué ven tan bien que el IRA y el Sinn Fein intenten hacer algo de ese mismo género en Irlanda?
Todos hemos subrayado una y mil veces que las realidades de Irlanda y Euskadi son muy diferentes. A decir verdad, no sé por qué hemos insistido tanto en ello, habida cuenta de que nadie ha pretendido jamás lo contrario. Pero, puestos a resaltar las diferencias, una que no cabe pasar por alto es que allí se llegó a un acuerdo entre todas las partes para que sea el pueblo irlandés, y no el británico en su conjunto, el que decida el futuro del Eire.
Eso se llama autodeterminación.
El reconocimiento general del derecho de autodeterminación de la población irlandesa ha sido un factor clave para el triunfo final –esperemos que final– de las vías democráticas.
También en España hay quien afirma que cualquier objetivo es defendible, siempre que se persiga por vías pacíficas. Aún en el supuesto de que así fuera –cosa que no parece avalada por los hechos–, tanto daría, porque la cuestión no estriba en lo que cabe defender, sino en lo que se puede conseguir. A los ciudadanos de Irlanda del Norte les han asegurado que todo depende de sus propias urnas: si los partidarios de la reunificación política de las dos Irlandas vencen en su día en el referéndum que se realice al efecto, verán sus deseos convertidos en realidad.
¿Alguien ha asegurado que la voluntad mayoritaria de la población vasca vaya a servir para determinar el futuro de Euskadi? No, ¿verdad? Pues eso.
La autonomía que ha tenido de manera intermitente Irlanda del Norte es una ridiculez, comparada con la que tiene Euskadi. Qué duda cabe. Pero las poblaciones de España deberían ser las primeras en entender, aprendiendo de su propia Historia, que hay veces que la gente no discute por el huevo, sino por el fuero.
Ése es un aspecto esencial: que a los republicanos irlandeses les han reconocido el fuero.
Aunque les haya costado un huevo.
www.javierortiz.net