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País Vasco

 El caso De Juana

 Alvaro Reizabal
Abogado

Nuevo capítulo de este demencial asunto y ante tanta falsedad, creo necesario aclarar lo que pasa. Vaya por delante que De Juana es sólo el primero, el buque insignia, pero luego vendrán más. Esta es una operación de gran calado para imponer el cumplimiento íntegro de las penas con carácter retroactivo. De ahí, su gran importancia.
Iñaki fue condenado a miles de años conforme al C.P. 1973, vigente en la fecha de los hechos, que establecía un máximo de cumplimiento de 30 años y la posibilidad de redención de penas por el trabajo. A los presos comunes se les aplicaba la redención de forma cuasiautomática: por cada dos días uno, hasta el punto de que era conocida como «redención de patio». Además, se podían obtener otras extraordinarias. A los de ETA, a quienes todos llaman políticos, se les han aplicado de forma muy restrictiva, pero han obtenido reducciones. Iñaki debió salir en octubre de 2004. Para evitarlo se pusieron en marcha simultáneamente dos mecanismos: suspender la excarcelación inventándose competencias nunca existentes hasta ahora para revisar todas sus redenciones, y, por otro lado, abrirle un nuevo sumario y acordar su prisión en base a dos artículos, cuyo contenido hubiera carecido de relevancia penal si no fuera porque servían para impedir su libertad. Es lo que López Aguilar llama «construir lo necesario» para que no salga.
La fase de revisión de redenciones ha concluido y hemos conseguido que no hayan podido anularle más que 175 días concedidos por escribir una novela. Para tan pobre resultado se reunió el Pleno de la Audiencia Nacional. Tenemos recurrida la resolución. Anteriormente el juez de vigilancia había declarado que esos 175 días eran plenamente válidos. Las cosas así, se preveía su licenciamiento en agosto.
A la vez, llegó al Central 5 un nuevo juez que discrepando del artificial procedimiento iniciado por los dos artículos de GARA, denegó el procesamiento. Y se armó Troya. Les da igual que haya delito ó no, lo que importa es que no salga. Dicen que «sólo» cumple 18 años, que es media vida, cuando lo absurdo es imponer penas de miles de años a un ser humano. Además, aseguro rotundamente, que nadie cumple tantos años como los presos de ETA.
Quieren que no salga nunca y para eso vale todo. Pero resulta que la ley dice que tiene que salir, ¿No dicen que estamos en un estado de derecho? Pues que cumplan con su ley y le suelten.
¿A qué viene este escándalo por la excarcelación de un preso que legalmente ha cumplido, en un país en que se ha indultado al GAL de la cal viva y en el que por ese procedimiento ó por otros se pone en la calle sin cumplir su pena a los condenados por delitos de estado, sean asesinos, torturadores ó vulgares chorizos de fondos públicos? Esos, dirán, son «de los nuestros». Política de guerra. -