VOLVER A LA PAGINA  PRINCIPAL
País Vasco


Zapatero cierra el debate con un catálogo de vagas promesas
·El jefe del Gobierno español y el líder de la oposición repiten acusaciones y reproches

El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, desplegó ayer nuevamente en el Congreso de los Diputados su catálogo de vagas promesas e intenciones sin ofrecer paso o hecho concreto alguno. En la segunda sesión del debate, dijo estar dispuesto a «arriesgar» y a «emplearse a fondo». La jornada ofreció, además, la reiteración del cruce de acusaciones y reproches mutuos entre el jefe del Ejecutivo español y el líder del PP, Mariano Rajoy.

Gasteiz
Gara

La segunda sesión del llamado «Debate del Estado de la Nación» que se celebró ayer en el Congreso de los Diputados sirvió para que el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, confirmara su divorcio del PP en materia de lucha contra ETA, al tiempo que hacía nuevas declaraciones sobre su total disposición a aprovechar ­«arriesgando lo que haya que arriesgar»­ las nuevas oportunidades que, asegura, se han abierto en este terreno.
Al comienzo de la mañana, el portavoz del PNV, Josu Erkoreka, transmitió directamente a Zapatero ­estaba casi solo en el hemiciclo­ la necesidad de «negociar con quien haya que negociar» para lograr el fin de ETA, y de hacerlo además sin hipocresía.
El presidente del Gobierno español utilizó el turno de réplica para enviar, en primer lugar, el mensaje de que su relación con el PPen esta materia había acabado. Según sus propias palabras, lo único que comparte ya con este partido es «el mucho dolor por las víctimas», pero «nada más».
A continuación, Rodríguez Zapatero insistió en su catálogo de buenas intenciones para aprovechar la «nueva oportunidad» para la paz que considera que se ha abierto en Euskal Herria. «No estamos donde estábamos ­señaló­, las cosas han cambiado y mucho. La inmensa mayoría de la sociedad vasca percibe que han cambiado y ve que hay un tiempo distinto y una oportunidad».
Ante ésta, declaró que se empleará «a fondo para que ese nuevo tiempo y esa oportunidad cuaje. Contra viento y marea, contra el viento de la deslealtad y la marea de la intolerancia, pero voy a emplearme a fondo», aseguró, dejando un nuevo recado para Mariano Rajoy y su partido.
En relación con algunos de los consejos que Josu Erkoreka le había transmitido, en especial los que le invitaban a no esconder algunas de sus actuaciones, aunque mantuviera cuando fuera preciso la necesaria discreción, el presidente respondió que «estas cosas exigen responsabilidad, preservar la seguridad del Estado y no levantar falsas expectativas».
Pero Zapatero también destacó que hay que tener «cierta capacidad de asumir riesgos». Por eso avanzó que el Gobierno va a estar del lado de la «inmensa mayoría» de los vascos en la búsqueda de la convivencia y del final de la violencia, «tengamos que arriesgar lo que tengamos que arriesgar».
La situación de los presos
A lo largo del debate, ya por la tarde, fue la parlamentaria de Nafarroa Bai, Uxue Barkos, la que llevó al Congreso de los Diputados la necesidad de tener en cuenta a las otras «víctimas» que se dan en Euskal Herria, por lo que reclamó acabar con el alejamiento de los presos vascos «que sólo castiga a sus familiares y del que sólo se benefician quienes quieren perpetuar el conflicto».
En su respuesta, José Luis Rodríguez Zapatero aseguró que «comprende» que «hay otras situaciones difíciles». Y en este sentido manifestó que «si se abre la puerta, el camino será difícil, será largo. Habrá que hacer cosas y el Gobierno tendrá el coraje suficiente. Sabemos lo que tenemos por delante».
Culpar de la ruptura al otro
Las dos jornadas del debate han transmitido la ruptura del «Pacto por las Libertades y contra el terrorismo», pero ninguno de sus dos firmantes quiere dar el paso de acabar con él definitivamente, por lo que prefieren culpar al otro de su situación irrecuperable.
De momento, los líderes del PP y del PSOE se dedican a hacer llamamientos al adversario para que reconozca su infidelidad y vuelva al redil.
José Luis Rodríguez Zapatero aprovechó su respuesta a Coalición Canaria para pedirle a Mariano Rajoy que «reflexione» sobre la actitud que mantuvo la víspera en esta materia, con el fin de «poder recuperar un proceso de entendimiento y sumar esfuerzos políticos en pro de hacer una política antiterrorista más sensata»
El presidente del PP, por su parte, sostuvo al mediodía que es Rodríguez Zapatero quien «ha roto» el Pacto y anunció que sería «inflexible en esta materia». Para recuperar la confianza exigió la ilegalización de EHAK y la «marcha atrás en la negociación con ETA».
Rajoy considera que todo cuanto la víspera le había dicho al presidente del Gobierno quedó «ratificado después por el líder de ERC cuando le dijo a Zapatero ‘bienvenido al club’».
Como puede comprobarse, cada partido acusa de deslealtad al otro, dando por hecho que el Pacto se encuentra en una situación irrecuperable después de lo escuchado en la sesión del miércoles, pero ambos mantienen la idea de que «si quieren romperlo, que lo hagan ellos», dando por hecho que quien lo rompa tendrá que asumir el coste de haberlo hecho.
En todo caso, en el PSOE se observa cierta preocupación, puesto que algunas de las medidas más importantes de las que tienen en agenda ­como las reformas constitucionales­ exigen del consenso del PP. Por eso confían en que la estrategia de confrontación abierta con el Gobierno que Mariano Rajoy escenificó desde la tribuna de oradores pueda ser meramente coyuntural y sea posible reconducirla cuando pasen las elecciones gallegas.
De momento, entre tanto ­y como demostró Alfredo Pérez Rubalcaba en su discurso­ las espadas entre ambos partidos están en alto y no parece que ninguno de los dos contendientes tenga intención de torcer su brazo y bajarla.


Rechazo a un nuevo pacto entre otros partidos
GASTEIZ
Después del agrio enfrentamiento que el miércoles mantuvieron el presidente del Gobierno español y el líder del principal partido de la oposición, el coordinador general de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, pidió ayer a Rodríguez Zapatero que aceptara la idea de «construir una nueva mesa entre todos los partidos contra el terrorismo y por la paz, y si el PP quiere autoexcluirse en su caverna, es cosa suya». El presidente del Gobierno rechazó la propuesta señalando que a la vista de cómo había discurrido el debate de la víspera «no está la cosa para proponer nuevos pactos».
Pese a la respuesta de Rodríguez Zapatero, lo cierto es que la negativa gubernamental a crear ahora una nueva «mesa de partidos», de la que a buen seguro se quedaría fuera el PP, no es nueva. En los días anteriores al debate, cuando se planteó la posibilidad de que diversos partidos del Congreso plantearan una resolución en ese sentido, desde La Moncloa se transmitió con claridad que el Gobierno se oponía a una iniciativa de este tipo.


Jáuregui no cree que cualquier atentado rompa la esperanza
El diputado del PSOE por Araba Ramón Jáuregui mostró ayer su convicción de que «estamos en el final de la violencia», aunque auguró que «será muy largo», tomando como ejemplo lo que está ocurriendo en el norte de Irlanda. En ese largo camino, manifestó que si se produce un atentado mortal «se iría todo a la porra», pero apuntó que «si son de otro tipo, de presencia de la violencia que todos, más o menos, estimamos como algo residual, por ahí se podría avanzar».
Ramón Jáuregui, entrevistado por Radio Euskadi, reivindicó la vigencia de la Ley de Partidos, aunque consideró que ésta no debe ser «un obstáculo» para hablar con Batasuna. Luego apuntó que para que esta formación deje de ser ilegal «tiene que producirse un camino en el otro escenario (el de la violencia de ETA)». -


Faltan bases para un acuerdo entre vascos que sustente tanta ilusión
Iñaki IRIONDO
A lo largo de dos intensos días el presidente del Gobierno español ha desplegado todo un abanico de buenas intenciones y frases biensontantes que seguro que han alimentado la ilusión de muchas vascas y vascos. Hay que reconocerle a José Luis Rodríguez Zapatero que su lenguaje ­y probablemente sus intenciones­ son muy distintas a las de su antecesor, el hosco y autoritario José María Aznar. Hay que reconocerle igualmente que ha tenido coraje y valor para aguantar la carga de Mariano Rajoy y su caballería pesada.
Todavía las buenas palabras se mezclan con la aplicación de recetas represivas. De hecho, de la zanahoria solo hay vagas promesas, mientras que el palo se está aplicando día a día. Y no es una metáfora. Probablemente quienes en estos momentos se encuentran detenidos tras la enésima operación policial los estén padeciendo en su propio cuerpo.
Sin embargo, con todas las contradicciones, da la impresión de que Rodríguez Zapatero y quienes controlan su partido tienen intención de afrontar el conflicto y buscar el final de ETA. Lo que ocurre es que no demuestran tener muy claro cómo hacerlo. Diría que de la metodología planteada en Anoeta por la izquierda abertzale han entendido sólo lo que les ha convenido. Aquello de que es posible abrir una vía de comunicación entre ETA y el Gobierno limitada a las cuestiones de la desmilitarización, la situación de los presos y las víctimas. Y Rodríguez Zapatero envía señales públicas de que está dispuesto a jugar en ese terreno, incluso asumiendo riesgos y entregándose a fondo.
Pero la propuesta de la izquierda abertzale tenía otro elemento: la mesa de agentes políticos vascos que «partiendo de la realidad actual, acuerden el tránsito político hacia un nuevo escenario en el que el pueblo vasco pueda, en condiciones democráticas, decidir cualquier estatus político o institucional para nuestro pueblo». En las últimas semanas Batasuna viene insistiendo en que esta mesa es más importante que la anterior. En una interpretación libérrima y personal me atrevo a entender que sin esta mesa de partidos la otra no llegaría suficientemente lejos. Y en el discurso de Rodríguez Zapatero, que en el terreno del autogobierno habla de más competencias pero no de capacidad de decidir y siempre con el límite constitucional, no veo elementos para tanta ilusión. -