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País Vasco

La ley del tricornio
Ocho jóvenes vascos han sido absueltos del "delito" de portar ikurriñas en los Sanfermines


inSurGente

Mientras los torturadores que causaron la muerte a un agricultor en el cuartel de la Guardia Civil de Roquetas, están "suspendidos de funciones" -pero continúan a la fecha disfrutando de una espléndida libertad- los jóvenes detenidos por aquel entonces por orden del juez Baltasar Garzón, fueron acusados de un delito de terrorismo. Cinco de los detenidos permanecieron dos meses en prisión y, tras abonar 3.000 euros, quedaron en libertad condicional. Meses después, el juez Juan del Olmo rechazó la instrucción de su colega Garzón por entender que no existía tal delito y se les terminó juzgando por "desordenes públicos y atentado". Finalmente, según informó hace unos días el diario Gara, han sido absueltos por falta de pruebas. Paradojas de la justicia española.

La historia fue como sigue:

En la plaza de Pamplona donde se lleva a cabo la ceremonia del chupinazo, resulta habitual ver a personas que portan ikurriñas , algo que, al parecer, los hace sospechosos, como mínimo, de ser "vascos provocadores". En el año 2002 ese panorama no era del agrado de los señores de la UPN, y entonces alguien ordenó que la policía se infiltrara por los alrededores, vestidos a la usanza pamplonica, para confiscar banderas o cualquier otro signo de identidad vasco, con el fin de lograr un chupinazo navarro "puro"
Resulta normal que pueda formarse un alboroto cuando elementos desconocidos se dedican a arrebatar banderas, o artículos ajenos. El hecho de que esos desconocidos, al final, se identificaran como policías, no cambia en nada el fondo de la cuestión.
Si la "justicia" que aplica el régimen de Madrid, fuera -como dicen- igual para todos, la instrucción abierta entonces para investigar los hechos debería haber desestimado desde el principio, como delito de terrorismo, lo que fue un altercado callejero. De esa manera, estas personas se habrían ahorrado pasar por la cárcel o abonar injustas fianzas. Sin embargo, los agentes inculpados en el Caso Roquetas no han pisado un solo minuto el suelo de un aburrido calabozo.
Curiosamente, los detenidos por Garzón eran de Pamplona y sus alrededores. Y luego dicen que los navarros no son vascos.