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Opiniones


18 de octubre de 2002

El marxismo es una alternativa frente a la barbarie
Sánchez Vázquez: Hay un anticapitalismo que no se nombra

RENATO RAVELO
La Jornada


Más que nunca, el marxismo es necesario ahora como alternativa ante la barbarie, si bien su vigencia pasa por un periodo de crisis, por un eclipse, pero en la actualidad existe un anticapitalismo generalizado que nadie nombra, opinó el filósofo Adolfo Sánchez Vázquez ante una multitud de jóvenes sorprendidos y que sorprendieron.

El acto había sido convocado para la presentación del Centro de Documentación y Difusión de la Filosofía Crítica, propuesta que surgió del alumnado, la cual fue coordinada por Miguel Sánchez Lora y asesorada por Gabriel Vargas.

Jóvenes del estado de México, de las diversas facultades de la Universidad Nacional Autónoma de México, de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN), hasta un transeúnte de derecha que luego se haría notar en las preguntas y respuestas, acudieron y llenaron el Aula Magna. Sus 180 butacas y sus pasillos fueron insuficientes. Una televisión afuera del auditorio complementó la labor difusora. La presentación de este centro de documentación exclusivamente iba a consistir en dar a conocer su primera publicación, La filosofía de la praxis, del propio Sánchez Vázquez, en edición de 2 mil ejemplares.

La explicación la dio en su introducción Gabriel Vargas, al señalar el derrotero del pensamiento crítico, de la caída del Muro de Berlín al posmodernismo, incluso el polémico fin de la historia de Francis Fukuyama, hasta Baudrillard salió a colación con su célebre declaración de que las Torres Gemelas se suicidiaron. Pero todo era para justificar cómo, ante el vacío de versiones que expliquen, el marxismo merece ser desempolvado.

Camisetas de Bob Marley, aretes, peinados rastas, pantalones guangos, daban cuenta de esa avidez de modos de explicar que rebasen la moda individualista e intensa. Nosotras venimos porque nos atrae el pensamiento crítico, expresa Adriana, de la UPN; algunos admiten que son ese público natural enviado por maestros en esa complicidad académica. A ésos esperaban los organizadores. Los otros acudieron a escuchar lo que se tenía que decir de la palabra ''crítica", que en la cotidianidad ha sido sustituida por otra parecida: ''crisis".

Que se funde un centro de estudios es normal, expresó Sánchez Vázquez, ''pero que esté organizado por un grupo de estudiantes es verdaderamente novedoso. Realmente no venía preparado, pero les puedo hablar de las tareas del marxismo".

Hay un marxismo, describió, ''que parte de un pensamiento fundamental ya muy discutido que tiene que ver con Fuerbach: los filósofos tenían como función interpretar el mundo, pero en realidad de lo que se trata es de transformarlo. Un mundo injusto que ha de ser transformado".

Muchas veces, dijo el filósofo, ''se ha subestimado la importancia de la teoría. Se mal interpretó que esto significaba un sentido práctico que despreciaba el trabajo del pensamiento. Falso, porque se trata de una profunda crítica a lo existente. Cuando la Unión Soviética lo dejó de hacer a la muerte de Lenin, empezaron los problemas".

Validez de un pensamiento

Afuera, como en una clase que se quiere oír, los jóvenes asintieron en silencio cuando Sánchez Vázquez se refirió a ese ''anticapitalismo como nunca generalizado, a todos los niveles. Cuando Marx planteó su hipótesis, el socialismo no era la única opción. En eso también los mal llamados socialistas se equivocaron al plantearse como alternativa. Marx lo dijo, sin imaginar por supuesto a los niveles a que llegaría, que las opciones al capitalismo eran socialismo o barbarie".

Habló de reivindicar la necesidad de tener una opción frente al capitalismo, de conciencia, organización y acción, para concluir que el marxismo, ''lejos de haber caducado, es válido". Algunos estudiantes cuestionaron el cómo en la sesión de preguntas y respuestas, otros quisieron unir la praxis a los movimientos antiglobalización neoliberal, quien menos dijo: ''es una utopía".