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Opiniones

Debate sobre la acción de los piqueteros en el ministerio de Trabajo

PELIGROSA DEMONIZACIÓN DE LOS QUE LUCHAN

A raíz de la movilización de cuatro organizaciones piqueteras ante el ministerio de Trabajo, el pasado 22 de octubre, se generó un interesante debate político. Lo más sustancioso fue que el gobierno de Néstor Kirchner debió dar un paso atrás en su oficializada idea de crear una Brigada Policial Antipiquetes. Esa acción de masas de los activistas (sí, a veces el activo lleva a cabo acciones de masas) del MUP 20, Tendencia Clasista 29 de Mayo, Futrade y Fitod, tuvo la virtud de poner en el centro de la escena las demandas insatisfechas de los desocupados.
También desnudó las maniobras gubernamentales y de los grandes medios de comunicación, que lamentablemente influyeron ciertos análisis progresistas.
Desde la Casa Rosada se bajó la línea de que aquella movilización a Trabajo había sido motorizada por los "supercombativos" y "minoritarios" de las cuatro organizaciones nombradas. En este enfoque se quiso descalificar la protesta por partida doble: los reclamantes no tendrían hambre sino sólo una militancia política de izquierda. Además, el oficialismo tiró sobre las cabezas de esos compañeros la acusación de ser "minoritarios". Lo dijo Kirchner, elegido el 27 de abril con el 16 por ciento de los votos.
Varios artículos periodísticos se inscribieron en esa ofensiva del kirchnerismo. Pablo Calvo, escribió en Clarín (2/11): "Los grupos denunciados son minúsculos, manejan 1.500 planes laborales". Los escribas de la gran burguesía hablan así, irrespetuosamente, de los luchadores populares. Nunca se hubieran referido de ese modo, por ejemplo, a una reunión de Recrear Argentina aunque el público fuera muy inferior al movilizado por aquellos piqueteros. Calvo hubiera titulado así esa hipotética crónica: "Importante convención de decenas de dirigentes presidida por Ricardo López Murphy". ¿Algunos de estos periodistas llamó "minúscula" a la UCR por haber sacado el 2 por ciento de los votos en los últimos comicios presidenciales?.
Peor análisis hizo sobre este tema J.M. Pasquini Durán en el órgano de prensa kirchnerista en que se convirtió Página/12. En su columna "Inseguridades" (1/11), hizo este análisis de las organizaciones de desocupados: "Similar intento aparece también entre los que perciben al movimiento piquetero como un todo compacto y juzgan la conducta de la totalidad por el comportamiento de fracciones, a veces mínimas, que sólo tienen en común con las demás agrupaciones las bases de familias que padecen la falta de trabajo". Más adelante criticó "las imprudencias de algunos grupos de protesta" que estarían "volando los puentes que vinculan a los más desposeídos con las clases medias urbanas". Pasquini Durán cobra sus haberes por escribir para esas capas medias por lo que no tuvo empacho en acusar a las "fracciones mínimas" que las atemorizan.
Sin justificar en lo más mínimo a Calvo, éste podría aducir en defensa de su maccartismo que "su" Clarín tira un millón de ejemplares y Página/12 bastante menos. Pero esa es la lógica de los monopolios, que atribuyen verdades según la fuerza del capital y los dividendos, haciéndole redactar a un triste empleado las cosas que piensa la directora Ernestina de Noble. A propósito, ¿qué "multitudes" reclamaron por la libertad de dueña de Clarín cuando fue detenida por supuesta apropiación de bebés?.
La campaña mediática de Kirchner buscaba aislar al sector combativo de los piqueteros y justificar la represión policial. Después de haber firmado el 10 de setiembre el acuerdo de tres años con el FMI, intuye que se incuba una dura resistencia popular. El acuerdo impide aumentos salariales, previsionales y mayores subsidios al desempleo. La mayoría de la población rechazará esas prohibiciones, como lo anticipan las huelgas, cortes de ruta de estas semanas y la marcha de desocupados del 4 de noviembre, detonada por la acción avanzada del 22 de octubre.
Lo que no es tan lógico es que sectores del campo popular se prendan en esa tendencia gubernamental de desprestigiar a las cuatro organizaciones piqueteras. Néstor Pitrola, en declaraciones a Revista XXIII (30/10), aseguró que ese día había "140 personas en la calle". Quitando méritos a los que acorralaron a Carlos Tomada, minimizó lo ocurrido como un "hecho menor". Para información de Pitrola – invitado en varios programas de TV por ese "hecho menor" ajeno al Polo Obrero- le recordamos que La Nación (24/10) no coincidió con sus números. "En reclamo de 3.000 planes sociales, unos 800 piqueteros bloquearon desde las 17 horas las entradas del ministerio", cronicó el diario oligárquico, quien coincidió con la demonización de los involucrados como "Grupos nuevos, pequeños e impredecibles". Otra vez la cuestión del tamaño, pero al menos sin números mentirosos.
El trotskista no fue el único en rebajar a los protagonistas de aquella jornada. Con un dejo de soberbia, la abogada de derechos humanos María del Carmen Verdú, declaró a la misma revista: "por la poca envergadura de las organizaciones imputadas, da la sensación de que se trata de un globo de ensayo". Nosotros nunca usaríamos el criterio suyo para referirnos a CORREPI y subrayar que ésta tiene menos fuerza que otras organizaciones. Simplemente valoramos su trayectoria en la denuncia del "gatillo fácil" policial y no se nos olvida que un mártir del Argentinazo, Carlos "Petete" Almirón, militaba en el Movimiento 29 de Mayo y CORREPI.
Un artículo de ANRed, divulgado por el boletín digital La Fogata (11/11), aludió a las cuatro organizaciones como cobayos. "De alguna manera el gobierno los utilizó como conejillos de Indias", escribieron esos compañeros. En esto no fueron originales pues un boletín semanal de derechos humanos, difundido el 27/10, había citado en forma no crítica a La Nación para concluir de sus propias neuronas: "el pasado jueves, el Futrade, la TC 29 de Mayo y el MUP 20 al ministerio de Trabajo (sic), fueron usados como conejillos de indias en la puesta en práctica de esta idea basada en desgastar, dividir y deslegitimar".
Que esa haya sido la intención del gobierno, es otra cosa. Pero en la lucha de clases no siempre triunfan los enemigos de la clase obrera, como creen los derrotistas. Los hechos probaron que una acción de masas de varios centenares de luchadores, reflejando a millones de explotados, podían dar al traste con la Brigada Policial Antipiquetes. ¿Quién desbarató la maniobra gubernamental?. ¿Fue la acción "minoritaria" del 22 de octubre, más la solidaridad popular que recogió, o la tregua "mayoritaria" de las dirigencias de FTV-CCC?.
De los gobernantes y periodistas al servicio de las clases dominantes no esperamos ningún cambio pues demonizan a los "grupos minoritarios" de piqueteros como lo hicieron con los revolucionarios de los ´70 para justificar su aniquilamiento. No hace falta ser un lingüista o especialista como Noam Chomsky para advertir el hilo conductor y sentido represivo de esas expresiones.
De los dirigentes equivocados del campo popular sí aguardamos algún cambio. Es más, lo exigimos. Ellos también son minorías y no deben aplicar "la ley del gallinero", según la cual el que cree estar un palito más arriba ensucia al de abajo. Ellos saben bien la diferencia entre conejillo de Indias (la derecha usa directamente el "idiotas útiles") y vanguardia. Deberían reconocer que organizaciones pequeñas como MUP20, TC 29, Futrade y Fitod fueron la chispa de la actual contraofensiva de los piqueteros cuando otros dormían una larga siesta. ¿Tanto les cuesta hacer ese reconocimiento a la línea política combativa de esos compañeros?. Ahora que el gobierno hizo la denuncia penal en su contra, ¿no sería mejor dejar de referirse a ellos en forma tan despectiva?.
SERGIO ORTIZ Secretario General del Partido de la Liberación
www.pl.org.ar