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Opiniones

10 de diciembre de 2003

¡Otra Europa es posible!
¡Otra izquierda europea es necesaria!

www.espacioalternativo.org/

Por primera vez en viente años hay una contraofensiva para frenar los desastres que nos amenazan: las guerras, las políticas neoliberales, los desastres ecológicos.

Millones de trabajadores y trabajadoras, jóvenes y viejos, organizados en una multitud de asociaciones, sindicatos, partidos o simplemente independientes, han salido a las calles, en manifestaciones de cientos de miles cuando no de millones, han participado en huelgas de masas, paralizando en algunos casos el aparato de estado. En estos tres años, la situación ha cambiado. Otro mundo es posible.

En Genova, en julio del 2001, han querido aplastar el movimiento bajo una feroz represión. Pero ha sobrevivido y crecido. En noviembre del 2002, 60 000 jóvenes y menos jóvenes de todo Europa se han reunido en Florencia para poner las bases de un nuevo movimiento social europeo. Mas de un millón de manifestantes han lanzado una advertencia a quienes nos gobiernan: ¡No a la guerra! ¡No a la destrucción de nuestros derechos!

Tres meses más tarde, el 15 de febrero del 2003, varias decenas de millones de personas en todo el mundo se manifestaron para frenar la barbarie de la guerra. Ayer en Florencia, hoy en Paris-Saint Denis, el Foro Social Europeo comienza a dar forma organizada, cohesión social y orientación política a esta formidable expresión de energía y creatividad.

Este levantamiento planetario por la paz tiene en Europa carácter de plebiscito continental: frente a la Unión Europea, otra Europa es posible, construida desde la base, a partir de la revuelta de los explotados y oprimidos de todos los estados miembros.

El gran capital europeo no se equivoca en este tema: su ofensiva y sus ataques se redoblan en todos los estados miembros y en todos los frentes, a pesar de la creciente oposición y de su coherencia cada vez mayor.

¡No a la Constitución de las multinacionales! ¡SI a otra Europa: de los pueblos, democrática, social y pacífica!

Quince gobiernos pretenden imponer una Constitución, elaborada a puertas cerradas, a 450 millones de habitantes. La Convención, cuyos miembros han sido escogidos a dedo, pretende sustituir un verdadero proceso constituyente nacido de un mandato y de la soberania de los pueblos de Europa. Se trata de una ruptura con todas las tradiciones parlamentarias nacidas de las revoluciones democráticas desde los siglos XVII y XVIII.

En vez de la Europa social prometida, nos quieren imponer la Europa potencia, a partir de las guerras (Iraq 1991, los Balkanes en los 90 y la nueva guerra de EE UU contra el ?terrorismo internacional?) y la conquista económica (el colapso de la URSS y los países del este).

Decimos NO a esta Constitución de la UE neoliberal.

Esta Constitución es peligrosa.

En primer lugar, consagra como prioridad absoluta el mercado. Prohibe por ley cualquier limitación a la propiedad privada y a las relaciones de mercado. Y rechaza legalmente las conquistas sociales, obtenidas en el ámbito nacional por mas de un siglo y medio de luchas obreras: los derechos sociales fundamentales, las leyes sobre las condiciones de trabajo, los convenios colectivos, la presencia e intervención de los sindicatos en las empresas, el derecho de huelga, el derecho de asociación. Es más, al mismo tiempo se apoya e institucionaliza a nivel europeo el funcionamiento del Capital, el derecho laboral seguirá estando en las manos de los estados miembros, descentralizado, y sin efecto a nivel comunitario. El resultado es la comptencia sistemática y descarnada entre los trabajadores de los distintos estados miembros y en el interior de cada uno de ellos.

En segundo lugar, las restricciones presupuestarias (ya inscritas en los criterios de Maastricht) reducen el gasto social e impiden una política económica pública. Y como consecuencia de su degradación y ?falta de medios?, la privatización sistemática de los servicios públicos y de la seguridad social se hace ?inevitable?. El capital, industrial y financiero, encuentra así un amplio sector de inversión muy lucrativo. Los ricos se hacen aún más ricos, a costa de las capas populares: los trabajadores y trabajadoras, los jovenes, los parados y precarios, las mujeres, los emigrantes... La desigualdad social es hoy mayor que en los últimos 50 años.

En tercer lugar, la Constitución fija un funcionamiento institucional semi-despótico y antidemocrático. El verdadero poder político sigue estando en manos de los gobiernos (el Consejo Europeo) y subsidiarimante de la Comisión. El Banco central Europeo es completamente independiente, opaco, y no tiene que responder ante nadie. El Parlamento Europeo no es comparable a los parlamentos nacionales y no puede ni hacer leyes, ni decidir un presupuesto ni designar un ejecutivo. La Constitución tampoco reconoce la realidad plurinacional de varios estados miembros de la UE que, en nombre del principio de ?integridad territorial? niegan todo derecho a la ?autodeterminación de las naciones sin estado?. No cabe duda que la UE es una construcción compleja, pero tampoco que su poder emana de los gobiernos y no de los ciudadanos y los pueblos.

En cuarto lugar, la Constitución no reconoce el derecho de ciudadanía, incluido el derecho de voto, a los ?residentes de terceros paísesen los estados miembros?.

En quinto lugar, la UE y sus estados miembros se obligan legalmente a reforzar sus capacidades militares y a actuar en estrecha colaboración con la OTAN. Una obligación legal que es la carta de nacimiento de un complejo militar-industrial y un militarismo europeos. La ?defensa europea? que Francia, Alemania y Gran Bretaña impulsan es una confirmación de su voluntad política de definir un dispositivo imperialista propio autónomo de los EE UU. Rechazamos esta Europa porque estamos a favor de otra Europa posible: social, democrática, ecologista y feminista, pacífica y solidaria.

La responsabilidad de los partidos social-demócratas europeos

Nadie que se reclame de la izquierda puede estar de acuerdo con el contenido de esta Constitución. Sin embargo, la social-democracia europea y los partidos verdes se han definido ya a favor del ?SI?. Reconocen que no es ?perfecta?, pero alegan que se trata de un mal menor y que se podrá mejorar después. Se nos quiere hacer comulgar con ruedas de molino con tres justificaciones: La UE es un progreso en relación con el pasado y un rechazo de la Constitución sería recaer en el nacionalismo, las guerras europeas, etc.; la UE, y sobre todo la Comisión, defienden los intereses ?comunitarios? y es un apoyo para el movimiento sindical europeo; la UE debe convertirse en una potencia económica, política y militar a nivel mundial para poder hacer de contrapeso a EE UU.

Este discurso del ?mal menor? corroe la política como un cancer. En su nombre, los partidos social-demócratas han avalado el programa neoliberal de la patronal europea y una evolución cada vez más regresiva de la UE. Cuando la han aplicado ellos mismos desde el gobierno, han desmoralizado al mundo del trabajo y al movimiento sindical. Ellos mismos se han desacreditado y perdido la confianza de las capas populares. Y la conclusión debe ser negarse a participar en cualquier gobierno con la social-democracia que aplique un programa neoliberal.

En nombre del ?mal menor? quieren hoy imponer una Constitución que es una pistola en la sien de los pueblos y del mundo del trabajo. Los partidos social-demócratas no han hecho el menor esfuerzo para parar esta maquina infernal, para frenar las ?contrareformas neoliberales? y bloquear este aparato europeo antidemocratico, buscando una alianza con la Confederación Europea de Sindicatos (CES) y llamando a la movilización a escala europea. Una responsabilidad que es aun mayor si se tiene en cuenta que en el momento decisivo en la UE, a finales de los años 90, los partidos social-demócratas dirigían 12 de los 15 gobiernos de los estados miembros y dominaban las principales instituciones de la UE (la Comisión y el Consejo).

Hoy, en la oposición, intentan hacer olvidar este balance desastroso de su gestión. Pero el mundo del trabajo, las mujeres, los jovenes, los emigrantes... no han olvidado los ataques que han sufrido a manos de la social-democracia. Blair y Schroder, que siguen en el poder, nos recuerdan cual es la verdadera política hoy de la social-democracia.

Los principales partidos ecologistas de la UE no le van a la zaga. Fischer, ministro alemán de asuntos exteriores, y Cohen-Bendit, su principal portavoz en el Parlamento Europeo, se esfuerzan por alinear a toda la corriente verde con las politicas neoliberales de la Europa potencia.

El renacimiento del movimiento social y sindical

El movimiento contra la globalización neoliberal ha roto un largo punto muerto de viente años y ha creado una alternativa para la izquierda y abierto una perspectiva emancipatoria. Una nueva generación política se ha sumado a la lucha. En estos últimos años, en Italia, Francia, Gran Bretaña, Grecia o el Estado español millones de trabajadores y de jovenes se han encontrado codo con codo en las manifestaciones contra la guerra y las luchas de resistencia de los trabajadores.

Este movimiento de alcance internacional se ha convertido en poco tiempo en una referencia social y en un punto de encuentro para una multitud de fuerzas sociales y organizaciones. Ha sido capaz de crear un movimiento anti-guerra a escala mundial sin precedentes en la historia. Y al mismo tiempo ha puesto las bases de un nuevo movimiento social europeo en Florencia. El FSE esta hoy en el umbral de coincidir con el mundo del trabajo en los países ?ricos? abordando dos cuestiones sociales fundamentales: la explotación del trabajo y la opresión de la mujer.

Frente a la UE, la patronal y las clases dominantes, la mayor parte de las direcciones sindicales del movimiento obrero tradicional sufren un retraso inquietante, en particular la CES. ¿Por qué no hay encuentros europeos, respuestas europeas, programas de acción europeos, las convocatorias de huelga europeas, una estrategia europea capaz de enfrentarse a una patronal transnacional, organizado internacionalmente? ¿Por qué no ha habido una huelga europea contra la guerra cuando los pueblos de Europa salían a la calle el 15 de febrero en Londres, Roma, Paris, Berlin, Bruselas, Amsterdam, Madrid...? ¿Qué hacen para lucha por esa otra Europa?

Hará falta una renovación profunda del movimiento de masas, social, sindical y ciudadano, para hacer frente a los desafios esenciales del futuro.

Las elecciones europeas del 2004

La Constitución de la UE nos concierne a todos. Pero la UE evita a cualquier precio la única medida de verdad necesaria: permitir que los pueblos de Europa decidan sobre su futuro. Algunos gobiernos tienen miedo incluso de convocar un referendum.

En realidad, la UE apuesta todo a las elecciones europeas de junio del 2004 para hacer pasar de tapadillo su proyecto. Hay que decir ¡Basta!

Transformaremos las elecciones europeas de junio del 2004 en una vasta campaña de movilización contra la Constitución reaccionaria y regresiva de la UE y a favor de otra Europa: contra la politica neoliberal y por un programa anticapitalista; contra la guerra imperialista y el militarismo europeo y por la paz y el desarme general, empezando por nuestros propios países. Proponemos construir una alternativa anticapitalista fuerte, amplia y pluralista en todos los países y defender las reivindicaciones y perspectivas de del movimiento social europeo.

Si, otra Europa es posible, pero a condición de que todas las fuerzas sociales que se han movilizado en estos cuatro años luchen por sus reivindicaciones y sus programas en la calle y en las urnas, con movilizaciones y en las elecciones.

Por primera vez después de 25 años, ha surgido un amplio medio social contestatario, internacionalista y anticapitalista, a escala mundial, aunque distinto en cada país.

Ninguna fuerza política, nadie, es capaz de recuperar o de manipular esta fuerza, que es consciente y confia en sus fuerzas. Pero a pesar de todo, el temor existe. La mejor manera de hacerle frente es darle una proyección política propia. Y comprometerse colectivamente en esta batalla cara a estas elecciones europeas a partir de las reivindicaciones esenciales del movimiento social que se ha expresado en el Foro Social Europeo. Si no caeríamos en el absurdo: un movimiento social que lucha en cada frente, pero deja que sean los partidos tradicionales de la izquierda liberal los que saquen las ?conclusiones? políticas de esas luchas.

¡Otra izquierda es necesaria!

Hace falta una nueva fuerza política anticapitalista y europea

Frente a la derecha tradicional, cada vez más agresiva y reaccionaria, frente a una extrema-derecha racista y liberticida, frente a una izquierda social-liberal entregada sin tapujos a los proyectos de las clases dominantes, es necesaria una alternativa politica que corresponda a las aspiraciones de la izquierda social anticapitalista. La construcción de esta nueva fuerza anticapitalista y por la transformación radical de la sociedad corresponde a las decenas de miles de hombres y mujeres, jovenes y viejos, trabajadores y ciudadanos comprometidos en los movimientos y sus movilizaciones. Nadie puede hacerlo por ellos. Renunciar a esta tarea por inercia, desconfianza, reticencias o incomprensión es dejar las amanos libres al eterno retorno del social-liberalismo, lo que sería un desastre.

Es necesario que trabajemos juntos sobre una base radical, alternativa unitaria y pluralista.

La Izquierda Anticapitalista Europea quiere contribuir a este proceso sin arrogancia. No es distinta de la izquierda social, sino parte de ella. Participamos desde sus inicios en el movimiento social y contra la globalización neoliberal, contribuyendo a construirlo y reforzarlo. Nuestro proyecto refleja las diferentes fuerzas que inspiran al movimiento social: anticapitalista y ecologista, anti-imperialista y anti-guerra, feminista y ciudadano, antiracista e internacionalista. Y es un proyecto alternativo al capitalismo: queremos una sociedad democrática y socialista, autogestionada desde la base, sin explotación del trabajo ni operesión de las mujeres, basada en un desarrollo sostenible frente al ?modelo de crecimiento? que amenaza hoy al planeta.

Como estrategia defendemos una orientación social, profundamente preocupada por la vida cotidiana de los trabajadores y trabajadoras. Lo que implica para todos un empleo estable, un salario decente, una renta substitutiva suficiente en caso de paro, enfermedad, invalidez o jubilación, el derecho a una vivienda digna, a la educación y la formación profesional, a una sanidad de calidad. Para ello es necesario sustituir de raiz las politicas neoliberales y romper con el capitalismo: por el desarrollo de los servicios públicos, por la restructuración de los presupuestos del estado para que redistribuya las riquezas arrebatas por el Capital a favor de los trabajadores. Es decir, para llevar a cabo estos objetivos sociales es necesario tomar todas las medidas anticapitalistas necesarias, incluida la substitución de la propiedadprivada por la propiedad social.

Solo una nueva fuerza política y social de masas a escala de nuestro continente será capaz de imponer nuestras reivindicaciones sociales y nuestra esperanza de un mundo mejor. ?Otra Europa? es posible, pero para ello es necesaria otra izquierda europea.

Paris 10-11 de noviembre del 2003

Partido Socialista Escoces (SSP, Escocia)
Alianza Roja y Verde (RGA, Dinamarca)
Liga Comunista Revolucionaria (LCR, Francia)
Bloque de Izquierdas (BE, Portugal)
Alianza Socialista (SA, Inglaterra)
Partido Socialista de los Trabajadores (SWP, Inglaterra)
Partido Socialista (SP, Inglaterra)
Partido Socialista (SP, Irlanda)
La Izquierda (Luxemburgo)
Espacio Alternativo (EA, Estado español)
Zutik (Pais Vasco)
Izquierda Unida y Alternativa (EUiA, Cataluña)
SolidaridadeS (Suiza)
Partido de la Libertad y la Solidaridad (ÖDP, Turquia)