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La Izquierda debate

25 de febrero de 2004

Respuesta a Atilio Borón
Imperio más allá del imperialismo

Juan Carlos García
Rebelión

"las contribuciones de Negri al desarrollo de la teoría social y política del marxismo no merecen tan desagradable final". Atilio Borón

El epígrafe anterior es revelador del pensamiento de Atilio Borón, una oveja vestida de lobo. Según él la vida parisina de Antonio Negri le produjo "distorsiones" que fueron motivadas tanto por la imposibilidad de viajar por el mundo, como por la "enrarecida" atmósfera intelelectual del exilio.
Pero advirtamos la cuestión: esas "contribuciones" al desarrollo del marxismo que el Kautsky de nuestro tiempo celebra son las mismas que combate acremente en su respuesta a Imperio. ¿Acaso no es en Francia, en sus dos exilios, en donde escribe las obras que le merecieron reconocimiento político? ¿Marx, más allá de Marx y Poder Constituyente no fueron escritas en ese tiempo? ¿Puede ser posible no captar la continuidad de Negri en Imperio con las obras anteriores? ¿No es Borón cínico al anunciar que Negri se debe "reencontrar" con su propia historia?
Pensemos un momento: ¿A finales del siglo XX se requería viajar por todo el mundo para saber cómo es? ¿A un profesor y activista político como Negri se le pide ahora conocer qué es el capitalismo? Comparemos: ¿Gramsci que realizó su obra final en las prisiones del fascismo durante 10 años no se le tributa en el presente reconocimiento? ¿Marx no vivió como 30 años en Inglaterra consumido en sus estudios en la biblioteca del Museo británico? ¡En qué estamos!
Es cierto: Atilio critica porque sí. Toda su pobreza de crítico se resume en su máxima: si el imperialismo existe es por ser imperialismo; y éste es actual porque estamos en el capitalismo. Pero sigamos encontrando flaquezas. Según él el "imperio metafísico" no responde al por qué deberíamos rebelarnos, contra quienes, cómo y para qué tipo de sociedad. Jamás por su pensamiento se le pasó asociar imperio a globalización, subsunción real a explotación, multitud a proletariado, comunismo a democracia absoluta. Su estrechez mental dio hasta para ridiculizar a Francisco de Asis. ¿Cómo es posible que un militante contra el imperio pueda quedarse en la figura de un santo si para eso tenemos a un Che Guevara? Lo que no dice es que en imperio el militante comunista debe despojarse de su condición burguesa, adoptando la posición de la multitud como la pobreza y la falta de ambiciones por el poder. ¿Estamos dispuestos a los sacrificios como aquél santo laico? Porque también lo que las palabras encubren es que el intelectual faro, orgánico, ha muerto: la multitud no es representable; no delega ella su potencia, su ser, su deseo.
Y así es todo el librito de este renegado: de Maquiavelo que es el instigador de la tortura; de Foucault que su teoría para nada es original: otros personajes siglos antes se le adelantaron; de Bill Gattes que un neoliberal no es citable en una obra que se prentenda revolucionaria; de Hegel que su historia aún vive...
¿Pero en dónde radica el craso error? ¡Que Atilio quiere las tres fuentes originales del marxismo! ¿Luego Marx habla de imperialismo? Lo mejor sería que el argentino se preguntara por qué Marx no desarrolla ese tema y menos lo anuncia en su crítica a la economía política. El capital es mundial, le recordamos que dice. Retomemos a Negri. Todo el recorrido de este filósofo no es sino una relectura novísima del marxismo no sólo académico: para volver a Marx y pensar en el intelecto general retoma a los Grundrisse; para luchar contra la dialéctica y la trascendencia va a Spinoza; para aprender del poder constituyente explica la multitud en Maquiavelo; para comprobar cómo la vida, el bios, es atrapado por el poder critica a Foucault y Deleuze.
La misma suerte corre en general con el pensamiento contemporáneo. El posmodernismo lo es todo: estructuralismo, posestructuralismo, semiología, psicoanálisis está en Imperio. Lamentamos comunicarle su equívoco de pe a pa. Negri lucha contra el pensamiento moderno que segrega al sujeto, que margine la ontología, que vuelva a la potencia apéndice del poder, y que deje la posibilidad del cambio social en el más allá de la utopía. Al no saber de dónde Negri saca su teoría le queda a Atilio fácil renegar: que Imperio reune las teorías económicas en boga del neoliberalismo gringo; que Smith y Ricardo son desplazados de sus primerísimos lugares por "pigméos" tipo Friedman. En fin: que el mundo ha cambiado, pero no tanto.
Entre más intenta descifrar esa "fraseología opaca" más se pierde en las telarañas del oscurantismo, también del economicismo. Por eso las clases y el pueblo se trastocan en la "negatividad de la multitud". Como si Negri no explicara que el pueblo es la unidad de dominio del Estado moderno; que las clases se definen desde el proceso productivo modificado en el último siglo por las luchas sociales. Es decir, las clases fundamentales se han redefinido: el proletariado hacia la multitud y la burguesía hacia un poder cada vez más monárquico.
El que todos estemos "adentro" es por demás chocante según Atilio. ¿No reconocemos que la globalización es un proceso mundial que como subsunción real envuelve la economía, la política, lo social, la moral? ¿Que por ende se modifican las relaciones estatales y capitalistas? No parece para el citado crítico: si decimos que el imperio es un poder global, sin límites aparentes también decimos que no se puede luchar contra él. La multitud, los muchos, sería minúscula comparada con el poder soberano. Para Negri es mejor imperio al imperialismo, pues la contradicción directa se da ahora entre el capital y el trabajo sin ninguna intermediación, por lo mismo: porque la multitud no es representable ni en el Estado ni en los partidos políticos. ¡Asume! No delegues, es la propia vida la que está en juego.
El reto es que la multitud, los explotados no sólo el obrero industrial, deben crear nuevas formas de organización y participación. Y por multitud se entienden todas y todos los potencialmente conflictivos, la base está conformada por los pobres, el sujeto más poderoso. Es el proletariado ampliado llamado por Marx en el capítulo VI inédito de El Capital, individuo social.
Y es que Atilio no logra captar nada. La crítica de él está dirigida a que realmente Imperio como libro de debate cuente con un programa de tácticas y estrategias definidas. Es un fracaso como revisionismo teórico. Vamos por partes. Como la palabra revolución o neoliberalismo "aparece escásamente" cinco o seis veces el libro siembra dudas. Igual para multitud, pero porque aparece muchas veces y desaparece con ello de un "plumazo" las clases sociales y la distinción explotados- explotadores.
Para la cuestión de la soberanía y el Estado nación clama cual Kautsky por reconocerle a Estados Unidos el poder super mundial. Cosa que de cierta forma reconoce Negri: el gobierno republicano de Estados Unidos ocupa la cúspide del poder piramidal del imperio. Pero no es el único poder, hay otra serie de instituciones BM, FMI, OMC y sus hermanas empresas transnacionales, alternas al poder capitalista conjuntamente con otros Estados y ONG adscritos al imperio. Todo ello mina la soberanía estatal. Esa es una verdad de perogrullo hoy. ¿Pero qué tenemos con Borón? Que no entiende el proceso: "sólo bajo el supuesto de que la clase capitalista está constituida por imbéciles profundos podría entenderse que sus más prominentes e influyentes integrantes estén actualmente trabajando para destruir un instrumento útil y formidable como el Estado nación". ¡Qué argumento!
El Estado se modifica con las luchas. El siglo XX es un largo y completo ejemplo. Por eso la multitud llamó al imperio. La nueva soberanía está mediada en términos de dominio imperial, o si se quiere por medio de las miserias de la globalización. El aparato de Estado, dice Atilio, así no se ha visto alterado. Y lo que es más alarmante para alguien que pasa como marxista: ¡sin Estado no podemos vivir! Pero le sobreviene un pensamiento: "nuestros autores parecen no poder distinguir entre formas estatales y funciones, y teorías de los estados". ¡Habráse visto! Paréntesis para decir lo que es soberanía según Negri: monopolio de la comunicación, de la moneda y de la violencia. Lo que es lo mismo: el éter, el dólar y la bomba atómica. Por tal motivo Estados Unidos ocupa lugar preferencial.
El renegado arremete de cualquier manera. No puede ser posible un mercado mundial en el que desaparezca el Estado. El dinero realmente no es tan libre, los trabajadores menos, igual con la tecnología. Por el mismo camino va el libre mercado y la desaparición de las economías nacionales. Luego, las empresas no son mundiales, sino de ciertos países. ¿Entonces qué es neoliberalismo? Por supuesto que unas economías son fagocitadas por otras. Así al reconocer la mundialización del capital reconocemos igualmente que no se puede entender, según este cínico, la precarización del trabajo, ni los despidos, ni la baja de salarios, ni los niños explotados, ni el hambre. ¡Un rosario de absurdos!
"¡El Estado ha sido derrotado y las grandes empresas hoy gobiernan la tierra¡". La cita de Imperio le acarrea al comentarista de la Clacso serias indigestiones. Es decir, lo que es desregulación financiera, privatizaciones, aperturas económicas, reformas laborales, pensionales y salariales no son verdades de a puño. ¿Acaso un puñado de empresas no amasa más riqueza que más de la mitad de los países del mundo? ¿No se ha dicho que la economía del planeta es un gran casino? Ahora se pregunta por quién han sido "reapropiadas" las tareas y funciones del Estado: "no lo sabemos". Y eso que el libro dice: las empresas. Es más, Atilio retoma la cita textual a su respuesta. ¿Cómo explicar esa pífia?
Veamos ahora la democracia. Sin el Estado el "orden democrático" producto de siglos de luchas populares desaparece. Democracia: Estado, y eso que se presenta como marxista. Buena explicación para un socialdemócrata. ¿Qué teórico es para no reconocer que la democracia no se agota en el Estado? ¿No entenderá que la democracia es el gobierno de la multitud y que ésta es procedimiento absoluto? Al fin un pensador de izquierda como Negri desarrolla el tema de la democracia contrario al poder, a la dominación en la trascendencia estatal. Parece decirnos Negri que la democracia es lo más revolucionario.
En cuanto a la "nueva forma global de soberanía" Borón no se acerca ni de lejos al concepto de "guerra justa". Le parece que lo relevante es que Estados Unidos es el hegemón del mundo y que sus intervenciones no son para edificar un nuevo derecho internacional. Según Imperio las guerras justas (Irak 1990, Kosovo 1999) se hacen para ampliar el consenso de la justicia humanitaria. Verbigracia, la guerra contra Irak en 2003: los vamos a liberar anunciaba Bush hijo en su guerra contra el terrorismo. Es, pues, un régimen imperial en permanente "estado de excepción". Régimen que al no contar con un centro único esparce su dominación por todo el orbe, requiriendo cierta legitimidad y fuerza para lograr desarrollar nuevas formas de apropiación de la riqueza social.
En esta "guerra justa" se desenvuelve los tres componentes del imperio piramidal: unos poderes monárquico, aristocrático y democrático. El monárquico en cabeza de Estados Unidos; el aristocrático descansa en las empresas internacionales y algunos Estados; el democrático, como base en la multitud irredenta. La soberanía imperial capitalista lo envuelve todo. Con esta figura imperial podemos decir que el imperio es la degeneración del imperialismo.
Finalmente unas palabras para la figura imperial. Es, como se sabe, el águila de dos cabezas como en el imperio austro-húngaro. En una de ellas la forma jurídica del poder burgués, y en la otra la multitud explotada y potencialmente revolucionaria. Es una relación horizontal de dominación y de recomposición del poder. Por estar de este modo la figura de la serpiente define mejor el quehacer de la multitud: la lucha directa sin representados ni representantes, ontología a secas.


* * * De este modo vamos llegando al final de la réplica de Atilio Borón en sus enredos conceptuales, de comprensión mínima y de entendimiento cabal de lo que es el capitalismo e imperialismo, y de modo más nefasto el marxismo. Casos los hemos tratado de mostrar: del FMI y Banco Mundial que "apenas son mencionados"; que a Foucault y Spinoza se le dedican más páginas que al tema de "el no lugar" del poder; que la dialéctica no se ve por ninguna parte. En suma, que Negri y Hardt caen en "las redes ideológicas dominantes" al no contar con economía política, materialismo histórico y darle demasiado realce a la juridicidad de imperio. Y claro, al reconocer que imperio es mejor que el imperialismo. Entonces es distinto al capitalismo, interpreta alucinado Borón. Pierden así el panorama de las luchas, pues no se especifica cuál es el enemigo y qué pasó con las clases sociales. En cuanto al tiempo: que la modernidad no se puede perder y menos las conquistas sociales desde la democracia liberal; que el internacionalismo proletario muere con el Estado...

* Estudiante de Ciencia Política de la Universidad Nacional de Colombia.