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Compaņeras

5 de junio del 2003

"Aznar no es hijo nuestro", decían los carteles de las trabajadoras sexuales españolas durante la guerra de Irak
Lenguajes

Liliana Daunes
Marca de Radio

Según el Diccionario General de la Lengua Española, cojón es un sustantivo que en singular significa testículo y en plural significa audacia, valentía, temple. Un simple y singular cojón no es suficiente, tienen que haber dos, al menos, para que exprese valor. Según el mismo Diccionario, cojonudo, es un adjetivo que se utiliza vulgarmente, como expresión de magnífico, estupendo, excelente. Y según mi amigo Eduardo Aliverti en su nota de Página 12, cojonuda es Cristina Kirchner..
Cuando mis amigas feministas y para colmo de males marxistas, leyeron el diario aquel lunes, se sorprendieron con esta afirmación en la que, caracterizando al presidente, se sostuvo que "tiene una compañera con poder mediático, intelectual y operativamente cojonuda -un dato no menor en el marketing político". Me decían mis amigas que toda mi larga prédica feminista durante estos años que compartimos en la radio, y tantas apasionadas discusiones en el Miramar, con el refuerzo de citas que fueron desde Simone de Beauvoire hasta Rosa Luxemburgo, resultaron estériles. Me lo dijeron desde el centro de sus convicciones, intelectual y operativamente hablando, es decir, desde el centro de sus ovarios..
Bueno, pero no es la hora de discutir sobre los hipotéticos cojones de la primera dama o de su marido, el presidente. Menos aún sobre las posibles fantasías eróticas, que alimentamos regularmente en nuestros espacios de poesía..
Simplemente que me pareció oportuno traer al debate esta manera de hablar que tenemos, el conservadurismo patriarcal que impregna nuestro lenguaje, y que aprisiona nuestra propia manera de ver y vivir el mundo..
Se supone que para una mujer tal vez no haya mejor elogio que atribuirle la virtud que surgiría de unos hipotéticos testículos masculinos (siempre que sea más de uno, es decir, en el sustantivo plural). Se supone que en ellos se condensan la audacia, la valentía y el temple. Así se constituye el imaginario de la sociedad, fundado en una esencialidad biologista que identifica valores, es decir, cultura, creación humana, con naturaleza, y luego de jerarquizar al hombre entre los géneros construidos por la humanidad, desde y más allá de la sexualidad original, fragmenta al mismo hombre y jerarquiza una parte de su anatomía por sobre la totalidad del ser..
Ahora bien, podemos no suponer nada, y reconocernos en esta naturaleza femenina con la que nos encontramos en el mundo las mujeres, felices de avanzar en la creación de nuestras propias vidas, desafiando con nuestra libertad y valentía a los cojonudos policías que defienden los intereses de don Jacobo Brukman, o a los cojonudos obispos y curas que pretenden decidir qué hacer y qué no hacer con nuestros cuerpos. Mujeres en lucha, absolutamente sin cojones, ni en plural ni en singular..
Hablamos de nuestro lenguaje, el del diccionario general de la lengua española. Y algo más: "Hay que poner un poco más de huevos" cantan más de una vez en las marchas un montón de mujeres, que sospechan que sus ovarios nunca estarán suficientemente valorizados en la cultura patriarcal. Y si Menem es compadre, alguna culpa siempre le tocará a su madre. Y si la yuta mata, es porque es hija de la palabra mágica que sintetiza todo lo que la moral burguesa hipócrita condena y consume, oculta, desea y estigmatiza. Entonces, a ver a ver, quién dirige la batuta..
"Aznar no es hijo nuestro", decían los carteles de las trabajadoras sexuales españolas durante la guerra de Irak. Y en la guerra, como en el amor, no alcanzan todos los huevos del mundo..
Harán falta hombres y mujeres nuevos, humanidad nueva cuyo valor, temple y coraje, nazcan del encuentro fecundo de cuerpos y almas, pensamientos y sentimientos. Y hará falta que entre todos y todas inventemos el lenguaje que necesitamos, para anunciar un mundo en el que quepan todos los mundos, todas las mundas..
Columna radial de la periodista Liliana Daunes en el programa Marca de Radio, que conduce Eduardo Aliverti