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Compañeras

23 de diciembre del 2003

República Democrática del Congo
El lugar de la mujer en la Constitución de la Transición en la RDC

Léon Ngoy Kalumba
Umoya

Con fecha 4 de abril último, el presidente Joseph Kabila firmaba la Constitución que regirá el período de transición en RDC: A la luz del primer artículo, se comprender que no se puede leer esta Constitución sin tener en cuenta los Acuerdos de Sun City por los que se ponía fin a la guerra iniciada el 2 de agosto de 1998. Bajo la supervisión del representante de la ONU y de la Unión Africana, el gobierno de Kinshasa, las diferentes alas de la Union Congoleña para la democracia (RCD), el Movimiento de Liberación Congoleño (MLC), el Grupo Armado de los Mai-Mai, la Oposición política no armada y la Sociedad Civil firmaban un pacto por el que se comprometía a dar comienzo a una Transición de dos años, a la organización de elecciones y a la iniciación de la Tercera República.

1. El Acuerdo Global e Inclusivo sobre la Transición en RDC.

Firmado el 17 de diciembre de 2002 y adoptado por todos los participantes el 1 de abril de 2003, este Acuerdo reconocía el Acuerdo de Lusaka de 30 y 31 de julio de 1999 (que había reunido a los Presidentes de las Repúblicas del Congo, Ruanda y Uganda, bajo los auspicios del Presidente de Zambia), las resoluciones del Diálogo ínter congoleño celebrado en Sun City del 25 de febrero de 2002 al 19 de abril de 2002, así como las diferentes resoluciones del Consejo de Seguridad sobre el conflicto en la RDC. Afirmaba el cese de las hostilidades, trazaba los objetivos de la Transición, definía los principios que deben regir así como las Instituciones que la componen.

Los objetivos de la Transición son :

- la reunificación, pacificación y reconstrucción del país, la restauración de la integridad territorial y el restablecimiento de la autoridad del Estado en el conjunto del territorio nacional;

- la reconciliación nacional;

- la formación de un ejército nacional reestructurado e integrado;

- La organización de elecciones libres y transparentes a todos los niveles que permitan la instauración de un régimen constitucional democrático;

- La creación de estructuras que desemboquen en un nuevo orden político.

Si los 8 principios enumerados giran en torno al consenso, la inclusión y la no conflictividad, el Acuerdo ha establecido varias Instituciones de la Transición: el Presidente de la República, el Gobierno, la Asamblea Nacional, el Senado y las Cortes Y Tribunales, que representan a los poderes ejecutivo, legislativo y judicial. Todo ello estará apoyado por otras 5 Instituciones de soporte para la democracia: la Comisión electoral independiente, el Observatorio nacional de derechos humanos, la Alta Autoridad de los Media, la Comisión Verdad y Reconciliación, la Comisión de ética y lucha contra la corrupción.

Todo esto parece desembocar en que la intención de los delegados firmantes de este Acuerdo era la de que el período de Transición sea lo menos conflictivo posible para llegar a las elecciones y evitar la guerra. Lo mismo se puede decir de la Constitución.

2. La Constitución

Elaborada en base al Acuerdo global e inclusivo, la Constitución de la Transición comprende 205 artículos, describe las disposiciones generales, afirma la soberanía del Estado, define las libertades públicas, los derechos y deberes fundamentales del ciudadano, así como la organización y el ejercicio del poder durante los dos años de transición. Al afirmar que la fuente del poder durante este período es el Acuerdo de Sun City la misma Constitución, desea ella que los gestores de la Transición permanezcan en sus funciones durante la Transición salvo en el caso de dimisión, muerte, impedimento definitivo, condena por alta traición, malversación de caudales públicos, cohecho o corrupción. El Presidente está secundado por 4 Vice-Presidentes, representantes de las grandes familias presentes en Sun City (Gobierno de Kinshasa, MLC, RCD y Oposición No Armada), mientras que el Gobierno, la Asamblea Nacional y el Senado comprenden, respectivamente, 60 Ministros y vice-ministros, 500 parlamentarios y 125 senadores procedentes de cada uno de los componentes firmantes del Acuerdo de Sun City.

Es evidente que el país necesita mucha ayuda económica para cubrir los salarios de esta cohorte de ministros, parlamentarios y senadores y para la organización de las elecciones. Los gestores de la Transición deben dar pruebas de buena voluntad para que la transición llegue a buen puerto y se organicen las elecciones. El Congo necesita también la presión internacional para que los señores de la guerra no vuelvan a tomar las armas y para que sea el pueblo quien se aproveche de la explotación de las riquezas del subsuelo congoleño. El pueblo congoleño ha sufrido mucho de una guerra que solo se justifica por la sed de poder de los dirigentes congoleños y africanos y la avidez de las multinacionales sostenidas por los gobiernos occidentales. Este ha sido el grito que el Foro de mujeres congoleñas ha dirigido a los diferentes grupos participantes en el Diálogo ínter congoleño y en los Acuerdos de Sun City.

3. Lugar de la mujer en la Constitución.

Es una sorpresa agradable el constatar que la Constitución de la Transición cita a la mujer congoleña como actora de la construcción del país. Si el Preámbulo anima a "una representación apropiada de las Provincias y de las diferentes sensibilidades políticas y, en particular a una participación efectiva de las mujeres a todos los niveles de responsabilidad, teniendo en cuenta su competencia, credibilidad y honradez, en un espíritu de reconciliación nacional". El art. 51 afirma que "la mujer tiene derecho a una representación significativa en el seno de las instituciones nacionales, provinciales y locales".

Todo esto es más normal si se sabe que las mujeres constituyen un poco más de la mitad de la población congoleña, que han sido ellas las que, durante la larga crisis multiforme, desde la época de Mobutu, han hecho sobrevivir a sus familias, a las ciudades y pueblos del espacio congoleño. Por desgracia, el número efectivo de mujeres en el Gobierno, el Parlamento y el Senado no sobrepasa el 10 %. En Kinshasa, por ejemplo, el 10 de diciembre de 1998, cuando la guerra hacía estragos sobre todo al Este del país, las mujeres lanzaron un grito de alarma:

" En nombre de la vida que nosotras, mujeres no cesamos de llorar, fortalecidas por nuestra fe en el Creador que nos quiere anunciadoras de una esperanza siempre nueva, solidarias de otras voces que se levantan a nuestro alrededor, lanzamos una vez mas nuestro grito de madres en un pueblo asesinado: ¡queremos la paz! No dejamos de gritar e interpelar mientras que la vida continúe muriendo en suelo africano". Y después de haber interpelado a los dirigentes congoleños, a los gobernantes africanos y occidentales y a las mujeres del mundo entero, concluían el mensaje diciendo: "Al pueblo congoleño y a todos los pueblos sufrientes de África: es el momento de tomar en nuestras manos la construcción de nuestros países y de nuestro Continente. Tengamos confianza en nosotras mismas y en Dios que nos ha querido creadoras. Opongamos resistencia al miedo y a la inconsciencia. Y, aunque cueste un sacrificio, comprometámonos, en la construcción de un pueblo libre, unido, responsable y creíble cara al mundo".

4. Conclusión.

La tarea de la Transición congoleña es delicada. Sin embargo, el pueblo no quiere ya dejar a los señores de la guerra que continúen con la lógica de las armas. Hay que unirse al grito de las mujeres para arraigar la lógica de la vida.