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Compa�eras
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Mujer y globalizaci�n : el planeta de los simios locos
Victoria Send�n de Le�n
Rebeli�n
Cuando a finales de marzo Marks & Spencer decidi� cerrar todas sus tiendas en
la Europa continental, reduciendo unos 5.000 puestos de trabajo, sus acciones
subieron inmediatamente en todas las bolsas europeas. Por las mismas fechas
Danone elimin� seis de sus f�bricas y con ellas casi 2.000 empleados, y no
porque perdiera dinero, como alegaron los primeros, sino porque no hab�an
llegado a ganar todo lo previsto cuando la cifra de beneficios del 2000 se
estimaba en unos 100.000 millones de pesetas.
Espa�a vende su empresa p�blica de armamento Santa B�rbara a la compa��a
estadounidense General Dynamics por 832 millones, pero esta privatizaci�n nos va
a costar -misteriosamente- 25.000 millones de pesetas. A su vez, uno de los
copresidentes del BBVA critica la iniciativa de algunos pa�ses de Am�rica Latina
por imponer grav�menes sobre las transaciones financieras, ya que "supone una
vuelta atr�s".
Por otra parte, la Corte Suprema de Hiroshima dictamin� que Jap�n no tendr� que
indemnizar a las 200.000 mujeres que fueron obligadas a ejercer de esclavas
sexuales con los soldados del Ej�rcito Imperial durante la II Guerra Mundial al
anular una sentencia contraria emitida en 1998 por un tribunal de rango inferior
que as� lo prescrib�a.
Seg�n un informe reciente de la ONU, en Rusia existen unos 620.000 hu�rfanos
sociales - abandonados por sus padres y por el Estado- que son utilizados por
las mafias de la prostituci�n y la pornograf�a infantil, pero lo peor del caso
es que muchos de estos ni�os consideran estos abusos como una "carrera
prestigiosa" y el �nico modo de ganar dinero, ya que no tienen ninguna otra
preparaci�n. Las ONG que trabajan en la zona "sospechan que el hecho de que la
polic�a rusa sea tan remisa a actuar se debe a que no quiere incomodar a las
mafias en una actividad criminal que no es demasiado desestabilizadora para el
Estado". La apertura de fronteras en Rusia ha favorecido enormemente el turismo
sexual, sobre todo para los "civilizados" ciudadanos de los pa�ses n�rdicos.
Si he de responder a la pregunta de qu� es la Globalizaci�n he de decir que, en
un sentido amplio, supone la apertura de fronteras, la libertad absoluta de
mercados y transaciones financieras, la informaci�n y operatividad al instante a
trav�s de Internet. Pero si tengo que concretar en qu� consiste la Globalizaci�n
de hecho gestionada por el neoliberalismo, dir� que es todo esto a lo que me
acabo de referir y cosas a�n peores. La realidad es que la Globalizaci�n est�
ahondando m�s y m�s las desigualdades, no s�lo las sociales y econ�micas, sino
tambi�n las provocadas por raz�n de sexo.
La fundamentaci�n te�rica del neoliberalismo procede del axioma proclamado por
Adam Smith de que "el mercado lo regula todo". Tal vez su ingenuidad le llevara
a afirmar que las decisiones individuales en el mercado tendr�an resultados
beneficiosos para la sociedad en su conjunto, y que el propio inter�s dentro del
marco capitalista contribuir�a sin duda al bien general. Tal vez no contara con
la psicolog�a del especulador que lo quiere todo y a corto plazo. El lema de
estos individuos es "�Despu�s de nosotros, el Caos !" La prueba es otra noticia
a a�adir producida en las mismas fechas a las que me he referido : Bush se niega
a ratificar el Protocolo de Kioto para reducir la emisi�n de gases contaminantes
a la atm�sfera porque ello perjudica a la industria norteamericana. El cambio
clim�tico y sus colaterales cataclismos, las epidemias que pueden extenderse por
todo el planeta o la reducci�n de la capa de ozono le importan un bledo. El
enriquecimiento inmediato y la depredaci�n feroz son los pilares sobre los que
se sustenta su demencial pol�tica econ�mica.
La Globalizaci�n supone la uni�n perversa de un capitalismo salvaje con un
colonialismo de nuevo cu�o, no ya de los antiguos imperios sobre las tierras
conquistadas, sino del capital sin fronteras contra todos. Ellos se llevan los
beneficios mientras que el resto de la poblaci�n cubrimos sus p�rdidas y
riesgos. A esta sagrada uni�n hay que a�adir la concentraci�n de los medios de
comunicaci�n en muy pocas manos, manos sucias por cierto de los propios magnates
de la especulaci�n m�s descarada. El colmo de semejante situaci�n ser�a que un
personaje como Silvio Berlusconi llegara a gobernar un pa�s como Italia, que
seguramente ser�a administrada a trav�s de las empresas interpuestas que inventa
todos los d�as. Puede ser hasta probable que los impuestos de los italianos
fueran a parar a los para�sos fiscales de las Islas V�rgenes o de las Bahamas.
Si analizamos las noticias recientes podemos comprobar qu� es la Globalizaci�n
gestionada por el neoliberalismo : Cuando una empresa suprime mano de obra,
lanzando a miles de gentes al desempleo, suben las acciones de esa empresa en
bolsa, porque cuantos menos salarios m�s beneficios. Los beneficios no se
calculan ya por las ganancias concretas, sino por la previsi�n de esas
ganancias, es decir, que lo importante no es ganar, sino ganar todo lo posible
para aumentar el reparto entre los principales accionistas. Al neoliberalismo ya
no le interesan los beneficios, sino "crear valor", es decir la ganancia a
trav�s de acciones. La prueba es que en el primer trimestre del a�o las
multinacionales ya han anunciado hasta 600.000 despidos. Si se privatiza una
empresa nacional, las condiciones son tan beneficiosas para el comprador que a
los ciudadanos nos cuesta dinero, a cambio de que las ganancias le sean
garantizadas. Las grandes corporaciones, como los bancos, que se dedican
actualmente a la diversificaci�n de su capital y a las transaciones
especulativas, consideran un salto atr�s el tener que contribuir con ciertos
impuestos o tasas por dichas operaciones. Pero es que, adem�s, los esquemas de
funcionamiento de las grandes empresas cada vez se parecen m�s a los de las
mafias, por eso la apertura de fronteras y la venta por Internet se est�n
aprovechando para el lucrativo negocio que suponen la prostituci�n y la
pornograf�a, sobre todo infantil. Y en esto quienes sin duda salen perdiendo son
las mujeres del mundo, carne de proxenetas y de clientes seguramente muy
honorables socialmente. En Espa�a el 45% de las p�ginas web visitadas son de
pornograf�a, que adem�s alcanzan la mayor proporci�n de venta por Internet. Con
esta c�nica mentalidad no es extra�o que la Corte Suprema de Hiroshima anule la
sentencia que obligaba al Estado japon�s a indemnizar a las mujeres que fueron
utilizadas como esclavas sexuales.
�Cu�ndo comenz� todo esto ?
Los esquemas de dominaci�n en s� debieron de comenzar en la noche de los
tiempos, posiblemente cuando a aquel gorila de "2001. Una odisea del espacio" se
le encendi� la bombilla de una incipiente inteligencia y utiliz� el f�mur de un
mamut para liquidar al primer cong�nere que se le puso a mano. Pero, en fin,
digamos que el capitalismo desde su inicio llevaba la semilla de lo que es hoy
la Globalizaci�n, que se ha iniciado cuando las condiciones han sido propicias.
Cuando m�s claramente comenzamos a ver sus s�ntomas fue en la d�cada de los
ochenta durante los gobiernos de Reagan y de la se�ora Thatcher en Europa. Un
fantasma recorri� el mundo : el paro. Y no un paro coyuntural, sino estructural.
Los sindicatos comenzaron a perder terreno y las corporaciones a ganarlo gracias
a leyes cada vez menos restrictivas para las grandes ganancias y la acumulaci�n
de capitales. Pero la puntilla fue la ca�da del muro de Berl�n y todo el bloque
sovi�tico con el consiguiente triunfo econ�mico, pol�tico y psicol�gico de un
solo modelo de mundo, a lo que vino a sumarse la implantaci�n de Internet en
todos los �mbitos de la sociedad.
Estas circunstancias dieron lugar a lo que vino en llamarse "El Pensamiento
�nico", cuya primera formulaci�n te�rica fue el libro escrito por Francis
Fukuyama "El final da la Historia y el �ltimo hombre", cuya tesis fundamental
consiste en demostrar que la dial�ctica de la Historia nos ha llevado,
necesariamente, al triunfo de una sociedad unificada por el consenso respecto a
lo que el autor define como "la democracia liberal", -una vez superados el
fascismo y el comunismo-, considerada como el �nico mundo posible, lo que
confirma que hemos llegado al final de la Historia, pero no porque no vayan a
seguir sucediendo m�s y m�s cosas, sino porque el modelo conseguido es el m�s
perfecto que cabe alcanzar, ya que "la tecnolog�a hace posible la acumulaci�n
ilimitada de riqueza, y con ello la satisfacci�n de una serie siempre en aumento
de deseos humanos", confundiendo progreso humano con desarrollo tecnol�gico,
acumulaci�n ilimitada de riquezas con felicidad, y deseos, con cualquier clase
de caprichos que el dinero y la tecnolog�a nos puedan proporcionar al margen de
una m�nima justicia social. Un imb�cil, pero esta imbecilidad es la que rige el
mundo actual. Pero lo peor es que no es por imposici�n, sino por consenso.
Un consenso forzado hasta tal punto que desde la izquierda se vienen inventando
"terceras v�as" para aplicar pol�ticas econ�micas de derechas, pero salvando la
cara. Su principal representante te�rico es Anthony Giddens, aunque ya est�n
apareciendo voces discrepantes, como la de Ulrich Beck que pronostica que, por
este camino, el Tercer Mundo ser� el porvenir del Primer Mundo por una pobreza
generalizada, al contrario de lo que propon�a Fukuyama, que auguraba el paso de
los pueblos del subdesarrollo hacia el modelo �nico de democracia liberal. La
derecha tambi�n se sube al carro de la tercera v�a, con etiquetas de centrismo y
cosas por el estilo, para situarse en esa banda indefinida que justifica
cualquier decisi�n oportunista.
El gran problema es que estamos dominados por un consenso que nos viene por la
desinformaci�n, publicidad y propaganda ejercidos por los medios de comunicaci�n
; por la pasi�n desmedida de consumir y por la falta de otros valores y de
cualquier otro modelo de mundo en el que existan a la vez la justicia y la
alegr�a del coraz�n humano. Parece como que no existiera otra posible salida.
Todo se desarrolla como un presente continuo en el que no existe otra posible
novedad que la continua novedad sin cambio. Tambi�n nos han hecho confundir
estos dos t�rminos. Es lo que Lipovetsky llama "el imperio de lo ef�mero" a
trav�s del consumo y la comunicaci�n de masas : "La seducci�n y lo ef�mero han
llegado a convertirse en los principios organizativos de la vida colectiva
moderna (...) Y la moda se presenta ante todo como el agente por excelencia de
la espiral individualista y de la consolidaci�n de las sociedades modernas".
En esta "hoguera de las vanidades" en la que creemos que las mujeres hemos
alcanzado nuestras metas reivindicativas y de emanciapaci�n, resulta que el 98%
de las riquezas de la tierra est�n en manos de los hombres y s�lo el 2%
pertenece a las mujeres. Que las 225 "personas" m�s ricas del mundo acumulan el
mismo capital que los 2.500 millones m�s pobres, pero resulta que esas 225
personas m�s ricas son varones y de los 2.500 millones de entre los m�s pobres
el 80% son mujeres. En armamento se gastan 780.000 millones de d�lares frente a
los 12.000 millones que se gastan en la salud reproductiva de las mujeres. En la
prostituci�n infantil, el 90% son ni�as y los beneficiarios en un 100%, hombres.
En las guerras de la ex- Yugoslavia ha retornado el esclavismo sexual, de modo
que en Kosovo las mujeres vendidas a sus proxenetas eran hacinadas en barracones
inmundos y estaban obligadas a recibir una media de treinta clientes por noche,
en su mayor�a soldados y mandos de la OTAN, as� como miembros de las ONGs, seg�n
denunciaron en su d�a James Petras y Mujeres de Negro. Y esto sin hablar de los
campos de refugiados, ocupados por mujeres y ni�os, ancianos y enfermos, o de la
situaci�n desesperada de las mujeres en Afganist�n. El empobrecimiento extremo y
las guerras �tnicas y de religi�n son tambi�n producto o t�ctica de la
Globalizaci�n en relaci�n a una poblaci�n que interesa m�s que se maten entre s�
o que se ocupen de sus paranoias internas de sangre, territorios, tradici�n,
lengua y otras urgencias que distraen de la pol�tica econ�mica internacional y
confunden sobre qui�n sea el verdadero enemigo.
Estructuras de la Globalizaci�n
El poder econ�mico ya no es un poder piramidal mucho m�s f�cil de detectar y
combatir, no. Ahora est� organizado en redes que act�an en la mayor oscuridad y
con la mayor impunidad. Sin embargo, se han venido creando una serie de
organismos internacionales que han facilitado que las cosas puedan ser as�. Las
redes del capitalismo neoliberal las han ido organizando a fin de protegerse de
cualquier posible obst�culo y reforzar sus ya inmensos poderes, que a su vez van
restringiendo m�s y m�s el poder pol�tico con la consiguiente devaluaci�n de la
democracia. Voy a se�alar algunos de los organismos m�s importantes.
Despu�s del crack del 29, el p�nico de los mercados financieros dio lugar al
BANCO INTERNACIONAL DE PAGOS (BIP) fundado en Basilea (Suiza) en 1930 con el fin
de atenuar cualquier posible quiebra bancaria que produjera una peligrosa onda
expansiva.
Al final de la Segunda Guerra Mundial tuvo lugar la Conferencia de BRETTON WOODS
(New Hampshire) en 1944, en la que participaron los pa�ses aliados con el
objetivo de regular las pol�ticas monetarias y favorecer as� al mercado. De esta
conferencia surgieron dos instituciones gemelas : EL BANCO MUNDIAL (BM) y el
FONDO MONETARIO INTERNACIONAL (FMI) que han venido a confluir en una pol�tica
com�n desde 1979 : La concesi�n de un pr�stamo de ajuste estructural conlleva
medidas pol�ticas de los Estados favorecidos dirigidas a disminuir el papel del
propio Estado a trav�s de privatizaciones y de recortes de gastos sociales,
impuestos directos e indirectos, etc. , as� como de la restricci�n de aranceles
para fomentar la competitividad y el enriquecimiento de la industria
multinacional con la disculpa de equilibrar la balanza de pagos. Frecuentemente
estos pr�stamos favorecen a las capas m�s adineradas y a los propios dirigentes
de pa�ses cada vez m�s emprobecidos y corruptos, cuya poblaci�n no disfruta de
ninguna de las ventajas de dichos pr�stamos Tenemos miles de ejemplos: Ceaucescu
en Ruman�a, Duvalier en Hait�, Marcos en Filipinas, Mobuto en el Zaire, Noriega
en Panam�, Suharto en Indonesia o Milosevic en Servia.
En 1947, se fund� el GATT (Acuerdos Generales sobre Aranceles Aduaneros y
Comerciales) para seguir suprimiendo trabas al comercio y a las tarifas
aduaneras. Actualmente ha sido sustituido por la ORGANIZACI�N DEL COMERCIO
MUNDIAL (OCM), que se configur� en 1994 en la ronda Uruguay y se firm� el 1 de
enero de 1995. Se acord� que los estados miembros ya no puedan poner obst�culos
al comercio, y como expres� The Wall Street Journal, "representa otra estaca en
el coraz�n de la idea de que los gobiernos pueden dirigir las econom�as". La
prueba es el golpe de Estado por valor de mil millones de d�lares que dio el
financiero George Soros contra la libra esterlina. La OCM se reuni� en Seattle
en 1999 en donde actuaron airadamente los grupos anti-globalizaci�n, ya que los
pa�ses m�s pobres se dieron cuenta de que todas estas medidas encaminadas al
libre comercio s�lo favorec�an a los pa�ses m�s opulentos.
Otra de las ceremonias m�s reconfortantes para el poder econ�mico tuvo lugar en
1995 en DAVOS (Suiza) donde se celebr� una Reuni�n de los principales dirigentes
pol�ticos con 850 agentes econ�micos para crear el "ciberespacio de las
geofinanzas" sin traba alguna, sin contrato social ni sanciones ni leyes, como
glosa Ignacio Ramonet en Le Monde Diplomatique : " 'Los mercados votan todos los
d�as', estima George Soros, financiero multimillonario, 'fuerzan a los gobiernos
a adoptar medidas impopulares ciertamente, pero indispensables. Son los mercados
los que tienen sentido de Estado' . A lo que responde Raymond Barre, antiguo
primer ministro franc�s y defensor a pesar de todo del liberalismo econ�mico :
'�Decididamente no se puede dejar el mundo en manos de una banda de
irresponsables de treinta a�os que no piensan m�s que en hacer dinero !"
En aras de la Globalizaci�n la ORGANIZACI�N DE COOPERACI�N Y DESARROLLO
ECON�MICO (OCDE) est� elaborando un marco jur�dico de los intercambios a trav�s
del ACUERDO MULTILATERAL SOBRE INVERSIONES (AMI) a fin de proteger a las
empresas transnacionales de cualquier d�b�cle originada por sus guerras
financieras. Ser�a como una Constituci�n para el gobierno econ�mico mundial. Uno
de los acuerdos del tratado autoriza a dichas empresas a reclamar da�os y
perjuicios, ante la justicia internacional privada, a los gobiernos cuya
pol�tica econ�mica tuviera como efecto inmediato la reducci�n de sus ingentes
beneficios. Todo ello con nocturnidad y alevos�a, pues como declaraba Jack Lang
en 1997: "Ignoramos qui�n negocia qu� y en nombre de qui�n". Lo que s� queda
claro es que a las corporaciones les est�n reservados todos los derechos,
mientras que todas las obligaciones recaen en los gobiernos, o sea, en los
ciudadanos. Entre esos derechos figuran el de invertir en tierras, recursos
naturales, telecomunicaciones y divisas sin restricci�n alguna, de modo que si
los gobiernos deciden intervenir, los inversores y empresas tendr�an que ser
indemnizados, pero no s�lo, sino que literalmente se a�ade en el cap�tulo de
"Derechos de los inversores" : "La p�rdida de una oportunidad de beneficio sobre
inversiones ser�a un tipo de perjuicio suficiente para dar derecho a una
indemnizaci�n al inversor". Y, como remate, tambi�n los gobiernos tendr�n la
obligaci�n de defender a las multinacionales de cualquier tipo de des�rdenes
civiles como protestas, boicots o huelgas. Sin embargo, los sindicatos, m�s que
cuestionar o enfrentar el Acuerdo en sus fundamentos, se han contentado con
proponer una "clausula social" para suavizarlo. Clinton no fue capaz de firmar
este Acuerdo, pero es muy posible que Bush s� lo haga. De este modo, los
gobiernos no ser�n m�s que meros gestores de las multinacionales, y la libertad
de la ciudadan�a se reducir� a la libertad de consumir.
Ante semejante panorama, Susan George pronostica en su obra "El Informe Lugano":
"Abandonado a s� mismo, el sistema econ�mico crear� demasiados pocos ganadores y
demasiados perdedores ; llevar� a la sobreproducci�n y al infraconsumo, a la
destrucci�n ecol�gica, a concentraciones de riqueza cada vez mayores y a un
rechazo cada vez m�s grande de los no aptos".
Efectos psicol�gicos de la Globalizaci�n
Una cuesti�n clave en esta nueva situaci�n consiste en indagar si el
neoliberalismo, que ataca de esta forma a instancias e intereses colectivos,
puede dejar indemne al individuo-sujeto.
Aparejado al sistema neoliberal ha aparecido en el horizonte cultural la
postmodernidad, que si en un principio significaba la superaci�n del pensamiento
metaf�sico y supon�a un cambio en el estatuto del saber, sin duda ha derivado en
el "todo vale" de un consenso acr�tico. Al ser superados los grandes discursos
de legitimaci�n, sobre todo los pol�ticos y los religiosos, y al ser sustituido
el concepto de ciudadano por el de consumidor, hemos ca�do en el peligro que ya
adelantaba Lyotard : "El antiguo principio de que la adquisici�n del saber es
indisociable de la formaci�n (Bildung) del esp�ritu, e incluso de la persona,
cae y caer� todav�a m�s en desuso" .
Un efecto inmediato ha sido la sustituci�n de la comunicaci�n por el concepto de
informaci�n a trav�s de la Red ; as� como el saber, unido a la formaci�n y a la
experiencia, ha sido atomizado en peque�as parcelas de conocimiento. Ya no
existen grandes sistemas de referencia, y en este vac�o se establece una nueva
relaci�n en la que neoliberalismo es a econom�a lo que postmodernidad es a
cultura.
Pues bien, ser sujeto implica tanto "ser uno mismo" como "ser con los otros", es
decir, el desarrollo de la individualidad junto al desarrollo en comunidad. Pero
tambi�n ser sujeto (subjectus) significa el que est� sometido, sometido a
grandes constructos simb�licos que nos sirven como referentes, algo que Lacan
nombra como el Otro. Un otro que ha significado en diversas etapas o contextos
la Naturaleza, Dios, el Rey, el Pueblo, la Raza, la Naci�n o la Ciudadan�a. Pues
bien, ninguno de estos referentes existen ya con el suficiente prestigio en
nuestras sociedades postmodernas, mientras que otras m�s arcaicas se aferran a
contenidos �tnicos o religiosos para investirse de una supuesta identidad.
Las generaciones actuales han perdido en gran medida una vinculaci�n moral o
�tica porque �stas han de llevarse a cabo "en nombre de", y ya no existe ese
nombre del Otro para sustentarlas. El �nico referente es uno mismo, lo cual
afecta de modo distinto a mujeres y a varones. Aunque el referente sea la
inmediatez absoluta consigo mismo en una especie de delirio narcisista, el
var�n, por tradici�n, desarrolla m�s el ego, el "ser uno mismo" por encima de
todo ; mientras que la mujer sigue anclada en "ser para los dem�s" con proyectos
m�s afectivos y relacionales que individualistas. Sin embargo, como el referente
del s�-mismo es endeble por naturaleza, ambos fluct�an entre la exaltaci�n del
triunfo personal y la depresi�n del fracaso. El triunfo o el fracaso en el
espacio p�blico para el var�n, y lo mismo en el espacio �ntimo de los
sentimientos para la mujer por muy incorporada que se encuentre a ese espacio
p�blico que en gran medida le es ajeno. En esos vaivenes es f�cil que estalle la
violencia entre los j�venes y otra violencia hacia s� mismas entre las chicas
con s�ntomas de anorexia o de p�rdida de la autoestima. As� pues, se va forjando
un sujeto esquizoide entre la exaltaci�n y la depresi�n. Este sujeto esquizoide
es en parte v�ctima de una educaci�n demasiado liberal que no acierta al imponer
los l�mites.
Un fil�sofo franc�s actual, Dany-Robert Doufur escribe : "El sujeto postmoderno
parece encaminarse hacia una condici�n subjetiva definida por un estado l�mite
entre neurosis y psicosis, parece entrampado cada vez m�s entre melancol�a
latente, imposibilidad de hablar en primera persona, ilusi�n de omnipotencia y
huida hacia delante en falsos "uno mismo", en personalidades prestadas, es
decir, m�ltiples, ofrecidas profusamente por el mercado". Y aqu� est� la clave
para relacionar estas nuevas personalidades con la Globalizaci�n propia del
neoliberalismo, en la que los referentes necesarios para la construcci�n del
sujeto parece que no pueden ser otros que los ofrecidos por la relaci�n con el
mercado a trav�s del consumo nunca satisfecho. Mercado que tambi�n ofrece la
posibilidad de aquellas personalidades m�ltiples a trav�s de la imagen. Eso
explica el �xito de programas televisivos como "Gran Hermano" en el que gentes
corrientes se hacen famosas y se convierten as� en un espejo en el que mirarse.
En este salto cualitativo a la sociedad postmoderna y globalizada, lo que
ciertamente ha sucedido es la desvalorizaci�n de la figura del Padre, de modo
que el complejo de Edipo, por el que nos introduc�amos en el mundo simb�lico de
un Patriarcado que ha ido tomando diversas formas, ha sido sustituido por el
complejo de Narciso, lo cual ha servido al feminismo para laminar cierta escala
de valores patriarcales, pero que, sin embargo, no ha afectado, en este sentido,
tanto a las generaciones j�venes, que no perciben la discriminaci�n real ni
simb�lica. Su referencia son ellas mismas, carentes de cualquier sentido
hist�rico, instaladas en la pura inmediatez y sometidas al juego de las
apariencias, apariencias que en las chicas son tendentes a imitar a las modelos.
Seg�n Doufur, las consecuencias m�s inmediatas de este estado de cosas puede
derivar en diversas opciones a la b�squeda de un Otro que no aparece con nitidez
en el horizonte simb�lico de los j�venes : la pandilla como identificaci�n ; la
secta como seguridad ; la toxicoman�a como evasi�n ; la violencia como explosi�n
de una falsa omnipotencia ; la tecnolog�a virtual, que los traslada m�s all� del
aqu� y ahora ; y la tecnociencia, capaz de franquear la diferencia gen�tica y de
sexo a base de pr�tesis y metamorfosis que dar�an lugar a lo que Haraway llama
el cyborg.
Un bot�n de muestra de esta desestructuraci�n del sujeto es la cantidad de
cr�menes cometidos por j�venes del tipo "asesinos natos" de Taranttino, incluso
en el seno de las familias. En Italia, por ejemplo, este n�mero de asesinatos ha
aumentado un 100% en los �ltimos a�os, casi todos dirigidos contra la madre. Y
en Espa�a, los cachorros de ETA siguen el mismo esquema o, mejor, se aprovecha
esta situaci�n l�mite para nutrir sus filas de un ej�rcito de j�venes sin
escr�pulos ni atisbo de culpabilidad alguna. Menci�n aparte, recordar a las dos
menores que acaban de matar a una compa�era de colegio para ser famosas y
experimentar qu� se siente matando a alguien.
Total, que tal vez estemos en el final de un Patriarcado de corte m�s
tradicional, pero en el inicio de otro m�s terrible en el que no es la figura
del Padre la que domina, sino la de una especie de hidra que multiplica sus
cabezas cada vez que se cercena alguna de ellas. En este panorama las mujeres no
somos los sujetos activos, aunque en muchos casos consintamos pasivamente muchos
de los horrores : La amenaza de la biotecnolog�a con su galer�a de monstruos de
repertorio o con los transg�nicos ; el agotamiento y la contaminaci�n producida
por las energ�as no renovables ; las guerras contra la poblaci�n civil y el
comercio de armas ; los radicalismos religiosos y �tnicos ; el gran negocio de
la droga con sus secuelas sociales ; la prostituci�n y la pornograf�a infantil ;
la venta de �rganos ; la quema de los bosques ; el monopolio de las patentes a
trav�s de la farmacolog�a ; la extinci�n de pueblos primitivos ; el flagelo del
hambre y la contaminaci�n de las aguas ; el tr�fico y explotaci�n de emigrantes
y toda la barbarie que nos rodea de modo m�s o menos visible, m�s o menos
oculta. Los agentes activos son en su mayor�a hombres, hombres sin escr�pulos ni
sentimientos humanitarios que son a los que me refiero como "los simios locos",
locos de ambici�n, de megaloman�a, borrachos de poder y de riquezas, paranoides
y asesinos que deber�an estar en un frenop�tico o en la c�rcel y que son sin
embargo quienes dirigen el mundo : los s�trapas, los se�ores de la guerra, los
capos de la droga, los proxenetas, los l�deres religiosos o nacionalistas, los
jefes de grandes laboratorios, los grandes banqueros y finacieros, muchos
consejos de administraci�n, los presidentes de gobiernos corruptos ... en fin,
incontables e innumerables jinetes del apocalipsis. Como realmente est�n locos,
se les empieza a ir de las manos : los cataclismos que ya son evidentes por el
cambio clim�tico, las epidemias humanas y animales, las migraciones masivas o
las explosiones de violencia incontrolada sin aparente motivo.
Y ante este panorama, me pregunto :
�Qu� podemos hacer las mujeres?
Esta es la eterna pregunta de cualquier grupo pol�tico que haya intentado
cambiar el estado de cosas y que se haya planteado t�cticas y estrategias que
gu�en su lucha. Y al decir mujeres incluyo tambi�n a muchos hombres que no est�n
en el bando del Patriarcado ni en la lucha hobbesiana.
Este apocalipsis que he venido exponiendo es, por desgracia, real, pero no es
toda la realidad � afortunadamente ! La Globalizaci�n nos ha tra�do tambi�n
beneficios que en parte ya estamos utilizando, como la inform�tica y la
facilidad para comunicarnos, la democratizaci�n de la informaci�n y la
posibilidad de formar redes a trav�s de Internet, una herramienta indispensable
que deber�amos potenciar m�s y m�s. Muchas campa�as, s�lo posibles en la
urgencia de la inmediatez, se llevaron a cabo a trav�s de redes de mujeres, e
incluso el debate de ideas est� renaciendo gracias a ellas. Se est�n
visibilizando muchas realidades que los "medios" ocultan o ignoran, pero tambi�n
podr�amos potenciar otras funciones que actualizar�an la olvidada democracia
participativa.
Un ejemplo a tener en cuenta es el del movimiento zapatista (EZLN), la primera
guerrilla postmoderna, sin grandes relatos de referencia, pero de una gran
eficacia por haberse difundido a trav�s de la redes, ganando as� la batalla de
la opini�n p�blica y d�ndonos una lecci�n de lo que puede significar esa
democracia participativa a la que me refiero.
La Globalizaci�n gestionada por el neoliberalismo rebaja sin duda las cotas de
democracia alcanzadas en Europa. Cuando se firme el AMI, esa Constituci�n
econ�mica a la medida de las altas finanzas, podemos sufrir un aut�ntico
descalabro en relaci�n a las libertades conseguidas, por ejemplo. Sin embargo,
no tengo noticias de que el tema se haya tratado en ninguno de los parlamentos
espa�oles. Los pol�ticos tienen cada vez menos poder y, por tanto, los
ciudadanos, que somos sus representados. Por otro lado, las mujeres pol�ticas
est�n a punto de conseguir la "paridad", un t�rmino que ha hecho fortuna, pero
cuyos resultados no son muy evidentes, ya que estas mujeres "que son metidas en
las listas" s�lo est�n ah� para obedecer las directrices de los que realmente
tienen poder dentro de los partidos y producir as� la ilusi�n ilusa de que hemos
llegado. Sin embargo, la paridad s�lo tendr� sentido cuando las representadas
formemos un importante frente de opini�n p�blica y exijamos que ellas act�en en
nombre nuestro. Ahora mismo es posible realizar este prop�sito gracias a
Internet y a las redes, que pueden presionar todos los d�as y durante las
veinticuatro horas bombardeando los correos electr�nicos de diputadas,
concejalas, consejeras y eurodiputadas con propuestas y preguntas que han de ser
respondidas. La �nica forma de que la paridad tenga alg�n sentido es elevar a
nuestras representantes al rango de portavoces de las mujeres. De lo contrario,
nunca tendr�n poder dentro de sus partidos ni en la pol�tica local o general. Es
decir, que la paridad no es suficiente ni eficaz si no pasamos a construir una
democracia participativa. De este modo, adem�s, lucharemos contra la
Globalizaci�n entendida como hasta ahora, uno de cuyos objetivos claros es la
devaluaci�n de la pol�tica por una inflaci�n del economicismo que lo invade
todo.
Susan George, en el Anexo de su Informe, cuando propone una serie de
alternativas, escribe: "La m�s eficaz es dar educaci�n y posibilidades de
elecci�n a la mujer, algo imposible con los programas de austeridad y ajuste
estructural vigentes." Imposible seg�n la l�gica del FMI y de BM, pues cuando
conceden un pr�stamo a un pa�s con grandes carencias, lo primero que se le exige
es el recorte en gastos sociales, lo que supone que ese pa�s no saldr� nunca de
su pobreza, pero existen ONGs que se dedican a dar microcr�ditos a las mujeres,
que normalmente cumplen, pagan y van sacando a sus familias adelante. Sin
embargo eso tampoco debe interesar mucho a determinados organismos que deber�an
precisamente remediar esas carencias, pues anteriormente a su conclusi�n, Susan
George nos relata una an�cdota muy significativa : "A mediados de 1994, como
presunta experta en cuestiones Norte-Sur, me invitaron a hablar en un coloquio
de la UNESCO sobre '�Qu� ha pasado con el desarrollo ?' Estaba presente el
director general de la organizaci�n". Pues bien, Susan George, despu�s de
demostrar que todo estaba saliendo seg�n lo previsto porque las desigualdades
iban profundiz�ndose, el medio ambiente deterior�ndose y la educaci�n y la
sanidad privatiz�ndose o desapareciendo para poner en evidencia el cinismo y la
hipocres�a de los grandes organismos internacionales, a�ade : "Al lector apenas
le sorprender� saber que no me han vuelto a invitar, pero al menos no particip�
en juegos est�pidos". Y ligo esto con una noticia aparecida en LA VANGUARDIA el
1 de abril que titula as� : "Las ONG crean en Barcelona una red global para
tener una sola voz ante las superpotencias". Esta convocatoria ha sido realizada
por el se�or Mayor Zaragoza a fin de que la uni�n entre las grandes ONGs
facilite un di�logo "que evite reacciones violentas o manifestaciones aisladas"
y de este modo "oponer la cultura del di�logo y la comprensi�n a la cultura de
la fuerza y la imposici�n". Y la verdad es que no s� c�mo interpretar estos
planteamientos grandilocuentes y generalistas, pero la propuesta en s� ya me
parece una trampa : "La integraci�n de grandes conglomerados econ�micos,
pol�ticos y medi�ticos a escala internacional aconseja, con el fin de obtener el
equilibrio deseable, la creaci�n de una asociaci�n similar de la sociedad
civil", lo que me suena a intento descarado por controlar precisamente a esa
sociedad civil a trav�s de las ONGs, a las que tratar�n de convertir en grandes
organizaciones burocratizadas y subvencionadas, dispuestas a seguir �rdenes y
aceptar consejos y directrices.
La verdad es que ya existen muchas organizaciones que intentan hacer un frente
com�n, como hemos podido comprobar en la reuni�n de Porto Alegre, que coincidi�
con el �ltimo Foro Econ�mico Mundial en Davos. Y no digamos en el movimientos de
mujeres, tal como se vio en Pek�n en 1995 y recientemente en la manifestaci�n de
Bruselas del 14 de octubre del 2000, en la que 25.000 mujeres europeas y tambi�n
kurdas, afganas, argelinas y de otros pa�ses del mundo �rabe se unieron en
contra de la "pol�tica neoliberal", conscientes de que la pobreza, de la que son
las principales v�ctimas, constituye la mayor lacra del mundo actual. Pepa Roma,
en su magn�fico libro "Jaque a la globalizaci�n", realiza un exhaustivo
recorrido por los movimientos de mujeres que luchan en el Mundo, no tanto contra
la Globalizaci�n, sino a favor de una globalizaci�n de la justicia, como la juez
sudafricana Navanethem Pillay, o de la paz, como la norteamericana Jody
Williams, impulsora de la Campa�a anti-minas.
Estoy convencida de que las mujeres tenemos por delante una lucha
antiglobalizaci�n propia, dado que tambi�n desempe�amos un papel muy espec�fico
como impositoras, asalariadas, consumidoras y generadoras de opini�n p�blica. La
pol�tica de la globalizaci�n neoliberal es algo que nos incumbe en todos los
aspectos de la vida cotidiana por sus m�ltiples frentes, por lo que tendremos
que luchar en red, estableciendo tanto una resistencia como una reacci�n tambi�n
globales. Desde consumir productos biol�gicos o del Comercio Justo a negarnos a
ser medicalizadas con f�rmacos cuyas contraindicaciones son espeluznantes, sobre
todo los neurof�rmacos. Tendr�amos que presionar para que la homeopat�a y la
acupuntura estuvieran incluidas en la Seguridad Social o utilizar en red todos
los organismos de protecci�n de los consumidores o de reclamaciones de los
ciudadanos.
Y aun ir�a m�s lejos. Tal vez tendr�amos que plantearnos la creaci�n de
sindicatos, no de clase, sino de g�nero, ya que la feminizaci�n de la pobreza es
un hecho que nos afecta de modo alarmante y creciente, al igual que la violencia
contra las mujeres ; as� como proponer que el BANCO MUNDIAL DE LA MUJER pudiera
establecerse como un aut�ntico banco, m�s all� de su mera funci�n de Fundaci�n.
Se trata, en definitiva, no de una vuelta atr�s en la Globalizaci�n, sino de una
reformulaci�n de la misma. El reto consistir�a en liberalizar aquellos sectores
a los que nunca llega : a la democracia, a los derechos humanos, al medio
ambiente, a la paz, a las oportunidades para las mujeres, a la educaci�n y a la
sanidad, por ejemplo.
Mientras tanto, s�lo nos queda seguir luchando cada una en su parcela, pero con
los ojos bien abiertos, y teniendo en cuenta qui�n es el enemigo y c�mo
defendernos de sus zarpazos. Ya s� que es una exageraci�n, pero tal vez nos
incumba el destino, en este momento hist�rico, de salvar a la especie humana en
este planeta de simios locos.
Conferencia pronunciada en Madrid el 20 de abril del 2001 organizada por la
Plataforma de Derechos Humanos de las Mujeres