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Compañeras

Declaración de mujeres latinoamericanas que construyen la paz

ADITAL

Hay que desnudar la memoria para reconstruir la verdadera historia y despertar esas luciérnagas dormidas en los ojos de nuestras y nuestros hijos. Nora Murillo (Guatemala) Mujeres luchadoras por la vida, constructoras de esperanza y en resistencia contra la guerra, reunidas en Quito, Ecuador, del 24 al 28 de febrero de 2003, manifestamos que la paz es un proceso de construcción permanente de respeto, justicia, inclusión, equidad y solidaridad, lo que promueve consensos éticos y políticos que garantizan la vigencia de los derechos humanos integrales para mujeres y hombres, transformando las relaciones de poder desde la vida cotidiana hasta los espacios más públicos.
Sin embargo, constatamos que: En la región se profundiza la tendencia histórica del armamentismo, con la intervención del gobierno norteamericano en nuestros países a través de presencia de tropas, condicionamiento económico, bases militares y entrenamiento, cuerpos policiales locales, expresado en el plan Cabañas en Argentina, Plan Dignidad en Bolivia, Plan Colombia, entre otros.
En lo económico y político, se impulsa el plan Puebla- Panamá, la Iniciativa Regional Andina, el Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA) y el Plan Andino mesoamericano, que son expresiones de los intereses de las corporaciones trasnacionales y organismos multilaterales como el FMI, la OMC y el BM.
Este modelo ha agudizado la exclusión, la discriminación social, de género, étnico, racial y de clase; ha profundizado la pobreza, la marginalidad de amplios sectores sociales, las migraciones, refugios y desplazamientos de mujeres, niñas y niños, jóvenes y personas mayores; ha favorecido la entrega de recursos naturales y de nuestra biodiversidad; ha agudizado las violaciones a los derechos humanos integrales, con el consecuente aumento de la conflictividad social y la inseguridad ciudadana, donde las mujeres estamos sufriendo la violencia privada y pública.
Ante esta situación, las mujeres de América Latina y el Caribe, como forjadoras de la vida, reconociéndonos constructoras permanentes de la paz, desde la cotidianidad y en espacios públicos, con la experiencia y permanencia en la búsqueda de nuestros seres queridos y en la lucha por la justicia y la participación en los procesos de paz: Declaramos nuestro total rechazo a la guerra, a los procesos intervencionistas en América Latina, al armamentismo y a todas las formas de violación a los derechos humanos integrales, que provocan sufrimiento en la vida de las personas.
Manifestamos nuestro repudio a las amenazas contra las defensoras y defensores de los derechos humanos en América Latina y el Caribe que luchan contra la impunidad, y exigimos a los Estados el respeto a su integridad física y a sus vidas.
Reconocemos y saludamos la constancia histórica de los pueblos indígenas y negros, que animan la esperanza de que un mundo de justicia y paz es posible.
Saludamos a las mujeres hermanas de América Latina y el Caribe, luchadoras permanentes por la vida, que en situaciones de conflicto, pobreza y marginalidad, se encuentran, se organizan y se constituyen en constructoras de paz.
Nosotras, mujeres constructoras de paz, llamamos a todas las personas a manifestar su solidaridad con todos los sectores y pueblos comprometidos para lograr una América Latina libre y soberana.
Somos mujeres que defendemos la vida y defendemos los marcos referenciales para la transformación de la sociedad planetaria.
Queremos un mundo en donde todas y todos tengan derecho a vivir en dignidad, justicia, placer y libertad.
"¡ALERTA, ALERTA, ALERTA QUE CAMINAN MUJERES CON MEMORIA POR AMÉRICA LATINA!" Mujeres de México, Guatemala, Salvador, Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Brasil, Argentina, Uruguay. Con el apoyo de mujeres de Timor Oriental, Holanda, Bélgica y Canadá.