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Cumbre de Monterrey 2002

23 de marzo del 2002

Hipócrita, la actitud de la OMC frente al desarrollo: feminista africana
Rechazan mujeres del mundo el Consenso de Monterrey


Silvia Magally, Cimac

Representantes de más de 50 organizaciones de mujeres del mundo, denunciaron que los objetivos de la Cumbre a de Monterrey fueron 'secuestrados', porque se desviaron en las metas del desarrollo para avanzar en los niveles de militarización en la guerra antiterrorista de Estados Unidos.
'Las mujeres no sacrificaremos nuestras comunidades a cambio de dinero manchado con sangre', advirtieron las activistas quienes rechazaron el Consenso de Monterrey, tras calificarlo como un tablero de juego donde se utiliza la ayuda para los países pobres a cambio de favorecer intereses económicos, políticos y militares que tienen consecuencias devastadoras para la equidad de género, los derechos humanos y el desarrollo sustentable.
Llamaron a rechazar el fundamentalismo del mercado que aumenta la coalición de la guerra e instaron a los gobiernos del norte a no recurrir al trueque de la ayuda a cambio de preferenciar sus intereses económicos y militares, y a los gobiernos del sur a no sucumbir para aceptar ese tipo de ayuda.
Mujeres del mundo, reunidas aquí durante la Conferencia Internacional sobre Financiación para el Desarrollo, se pronunciaron por una gobernabilidad global democrática que garantice los derechos humanos, la redistribución de la riqueza y el cambio en las relaciones de poder.
El 51 por ciento de la población mundial que son las mujeres, declararon: 'no podemos aprobar el Consenso de Monterrey', porque los gobiernos solamente hacen gestos para erradicar la pobreza', en tanto que miles de mujeres continúan muriendo en Africa debido al VIH/Sida y los niños del planeta fallecen por enfermedades curables.
Las defensoras de los derechos de las mujeres criticaron a los gobiernos que alaban la omnipotencia del libre mercado y la privatización, en tanto que la globalización exacerba las guerras civiles y países como Argentina resisten el impacto de la crisis económica, lo que plantea un futuro incierto para todos los países del orbe, concluyeron.




Hipócrita, la actitud de la OMC frente al desarrollo: feminista africana
La Organización Mundial de Comercio (OMC) es una institución hipócrita porque pregona la necesidad de fomentar la inserción de los países pobres al mercado internacional, mientras trabaja para extender e intensificar la explotación capitalista, aseguró Mohau Pheko, coordinadora de la Red Internacional de Género y Comercio.
Al lado de Noeleen Heyzer, directora ejecutiva de Fondo de Desarrollo de Naciones Unidas para la Mujer (UNIFEM), Pheko advirtió que tanto la Cumbre de Comercio en Doha el año pasado, como la conferencia en Monterrey, y la próxima cumbre para el desarrollo sustentable en Johannesburgo, no pueden continuar avalando un consenso que genera un mundo de consumidores en detrimento de un mundo de ciudadanos.
'Una hipocresía del más alto nivel' tuvo la OMC en Doha en noviembre pasado, cuando dijeron que el comercio fomenta el desarrollo, indicó Pheko en la mesa redonda 'El comercio en función del desarrollo: Propuestas para incorporar la perspectiva de género y la erradicación de la pobreza'.
Argumentó que esa instancia internacional negó la clara evidencia de que 'la globalización, la liberalización del mercado y los programas de ajuste estructural continúan incrementando la pobreza, la iniquidad, así como la brecha del desarrollo, las cuales han impactado negativamente en particular a las mujeres africanas'.
Señaló que el comercio no se ha incrementado en Africa, y lamentó que las inversiones extranjeras directas hayan borrado del mapa a ese continente, el cual vive en emergencia por el VIH/Sida y la pobreza extrema.
La actitud de la OMC, dijo, 'reta los derechos de las mujeres y de las demás personas para ejercitar su ciudadanía. Ese organismo legitima a las corporaciones multilaterales para pasar por encima del desarrollo social en pro de las ganancias económicas'.
Vislumbró al proceso de discusión entre Doha, Monterrey y Johannesburgo como 'una oportunidad histórica' para promover el análisis de género en los impactos negativos del neoliberalismo, y así generar cambios a favor de un verdadero desarrollo sustentable.
Por su parte, Alma Espino, economista e investigadora del uruguayo Centro Interdisciplinario de Estudios sobre el Desarrollo (CIEDUR), consideró que el Mercado Común del Sur (Mercosur) no será una verdadera opción para la integración económica, política y social de la región en tanto no incluya una perspectiva de género en sus políticas.
Indicó que mientras no se libere la fuerza de trabajo en la región, la población femenina continuará padeciendo la mayor sobreexplotación y el desempleo.
En estos puntos también coincidió John Langmore, director de la Oficina de Enlace de la Organización Internacional del Trabajo, quien resumió que el actual modelo neoliberal ha provocado más daños que beneficios a los países pobres.

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