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Cumbre de Monterrey 2002

Aboga Fidel Castro por cese de
condicionamientos a fondos para el desarrollo

Monterrey, México, 21de marzo (PL) El presidente de Cuba, Fidel Castro, afirmó hoy que la asignación de fondos para el desarrollo de los países debe realizarse con la ayuda democrática de todos y sin el sacrificio de la independencia y soberanía de los pueblos.
Al intervenir en la Conferencia Internacional sobre Financiamiento para el Desarrollo el estadista expresó que los recursos para suministrar ayuda directa a los países deberían estar en manos de Naciones Unidas y no de funestas instituciones como el Fondo Monetario Internacional.
Consideró que el proyecto de resolución del foro, denominado Consenso de Monterrey, se nos impone por los amos del mundo en esta conferencia y consiste en que nos resignemos con una limosna humillante, condicionada e injerencista.
Fidel Castro afirmó que el mundo rico debe condonar la deuda externa y conceder nuevos prestamos blandos para financiar el desarrollo en tanto las ofertas tradicionales de ayuda, siempre raquíticas y muchas veces ridículas, son insuficientes o no se cumplen.
En ese sentido, exhortó a repensar todo lo creado desde Bretón Woods (organizaciones financieras internacionales) hasta hoy. No hubo una verdadera visión de futuro, puntualizó, prevalecieron los privilegios y los intereses del más poderoso.
Subrayó que ante la profunda crisis actual, nos ofrecen un futuro todavía peor, en el que no se resolvería jamás la tragedia económica, social y ecológica de un mundo que será cada vez más ingobernable, donde habrá cada día más pobreza y más hambrientos, como si una gran parte de la humanidad sobrara.
El mandatario cubano, que llegó anoche a esta ciudad, considerada el principal polo industrial del norte de México y ubicada a 700 kilómetros de la capital mexicana, manifestó que es hora de reflexión serena para los políticos y hombres de Estado.
Expresó que el actual orden económico mundial constituye un sistema de saqueo y explotación como no ha existido jamás en la historia y ha conducido al subdesarrollo al 75 por ciento de la población mundial.
Los pueblos, añadió, creen cada vez menos en declaraciones y promesas, el prestigio de las instituciones financieras internacionales esta por debajo de cero.
El presidente de Cuba calificó la economía mundial como un gigantesco casino al argumentar que según análisis recientes, por cada dólar que se emplea en el comercio mundial, más de 100 se utilizan en operaciones especulativas que nada tienen que ver con la economía real.
Refirió que la pobreza extrema en el Tercer mundo alcanza ya la cifra de mil 200 millones de personas mientras el abismo crece y no se reduce. La diferencia de ingresos entre los países más ricos y los más pobres que era de 37 veces en 1960 es hoy de 74 veces.
Indicó que se ha llegado a extremos tales que las tres personas más ricas del mundo poseen activos equivalentes al Producto Interno Bruto (PIB) combinado de los 48 países más pobres al tiempo que en el 2001 el número de personas con hambre física llegó a 826 millones.
Dijo que en la actualidad existen 854 millones de adultos analfabetos, 325 millones de niños que no asisten a la escuela, dos mil millones de personas carecen de medicamentos esenciales de bajo costo y dos mil 400 millones no disponen de saneamiento básico y no menos de 11 millones de niños menores de cinco años mueren anualmente por causas evitables y 500 mil quedan definitivamente ciegos por falta de vitamina A.
Puso énfasis en que los habitantes del mundo desarrollado viven 30 años más que los de África subsahariana. Un verdadero genocidio, señaló.
Agregó que de esta tragedia no se puede culpar a los países pobres porque estos no conquistaron ni saquearon durante siglos a continentes enteros, ni establecieron el colonialismo, ni reimplantaron la esclavitud ni crearon el moderno imperialismo. Fueron sus víctimas, dijo.
Al respecto, subrayó que la responsabilidad principal de financiar su desarrollo corresponde a los Estados que hoy, por obvias razones históricas, disfrutan los beneficios de aquellas atrocidades.
De ahí que propusiera al mundo rico condonar la deuda externa y conceder nuevos préstamos blandos para financiar el desarrollo.
La creencia de que un orden económico y social que ha demostrado ser insostenible pueda ser impuesto por la fuerza es una idea loca, enfatizó al convocar a la humanidad a decir de una vez por todas adiós a las armas, algo tiene que hacerse para salvar la humanidad, un mundo mejor es posible.
La intervención de Fidel Castro, de alrededor de seis minutos, fue ovacionada en diversas ocasiones.

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