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Operación Masacre en Avellaneda

9 de julio del 2002

El asesinato de dos piqueteros en Argentina fue un plan preparado por el gobierno para amedrentar y frenar la movilización popular, al igual que hicieron en Génova con Carlo Giuliani
Operación masacre

Indymedia Argentina

Las pantallas ahora nos devuelven la imagen de Dario Santillán agonizando, y la certeza de que el comisario fue el asesino no deja lugar a las dudas de nadie.
Habiendose derrumbado, con la presión social, con la valentía de los trabajadores de los medios y por la misma brutalidad policial, la primer mentira, el gobierno y los medios intentan una nueva estrategía.
Por un lado, reducen todo el hecho al asesinato de Dario, y dejan en un segundo plano elementos que demuestran que se trató, no de un "grupo de policias descontrolados", sino de un plan represivo sistemático, preparado y premeditado por el poder político.
Mientras ensayan estas mentiras, la realidad indica que:
-Hubo balas de plomo desde que la policía estaba en el puente. Y esas balas de plomo estában en manos de la "tropa", a la vista incluso de los camarógrafos.
-Que actuaron policias de civil y provocadores infiltrados, que aparecieron con itakas en el momento mas duro de la represión.
-Que hubo torturas a los detenidos, psicológicas y físicas, adentro y fuera de la comisaría 1era de Avellaneda.
-Que hubo allanamientos ilegales, donde se utilizaron también balas de plomo. Que esos allamientos estuvieron a cargo de hombres cercanos al comisario asesino, y de policias que habían intervenido en la balacera contra maninfestantes detenidos.
-Que la represión y el asesinato fueron preparados política y policialmente de dos maneras desde que asumió Duhalde, como parte de la estrategia del gobierno de destruir a las organizaciones legítimas de los desocupados.
Fue preparada politicamente con la campaña de criminalización, que se llevo a cabo desde los medios de comunicación ,con las insistentes declaraciones amenazantes de los políticos, prometiendo "mano dura" e intentando generar un clima de miedo.
Y fue preparada también por una escalada represiva, que comienza el 2 de Enero y que consiste en más de 50 casos de represión parapolicial, desde amenazas, secuestros, heridas de bala como la de Juan Aredondo en Lanus, hasta asesinatos como el de Javier Barrionuevo en un corte de ruta en Estaban Echevarría.
Todos estos hechos, documentados y probados en este sitio, demuestran que la represión es una política sistemática del gobierno de Duhalde, y que la política de cambios en la cúpula de la policía bonaerense es un intento para concentrar la atención en el brazo ejecutor y no en los responsables políticos de este plan que nos arrancó la vida de Dario y Maxi.
Junto con ello, algunos medios se empecinan en reeditar la teoría de los dos demonios, señalando que se trata de "policias desbocados" versus "piqueteros violentos". Contra esta nueva calumnia, la respuesta la dan los mismos desocupados:
"Como contraparte de tanta mentira, cualquier cronista o ciudadano que se acerque a nuestros barrios se encontrará con una intensa labor comunitaria: guarderías, comedores, centros de panificación, talleres de trabajo y capacitación de oficios... En una sociedad alienada e indiferente, Darío se engrandece por su heroísmo, sencillo y extraordinario a la vez : el compromiso con el trabajo y el estudio cotidianos, la capacidad de sentir en lo más hondo cualquier injusticia cometida contra cualquiera en cualquier parte, la indignación y la combatividad ante la represión, y la inmensurable solidaridad, la más pura, esa que es entrega, hasta de la propia vida, por los demás; ahí lo vimos, después de enfrentarse con la policía al inicio de la represión, socorriendo a compañeros baleados en la primera línea de fuego, alertando a sus compañeros del barrio para que se retiraran, y negándose a abandonar el cuerpo de otro piquetero caído, sabiendo que estaban matando. Negándose a aceptar la muerte como respuesta, la de Maxi que no conocía, defendiendo la vida, con la esperanza de salvarlo, ofreciendo la suya a cambio... "
(MTD Lanús)
CONFESARON
Duhalde apareció hoy [la semana pasada] en un acto de la Prefectura, la misma que durante el día miércoles disparaba sobre los piqueteros junto con la policía, diciendo que la represión había sido una "feroz cacería". El presidente habló "contra la impunidad" y hasta recordó al caso Cabezas.
Los medios, que antes de ayer mostraban vidrieras rotas y comerciantes histéricos como la gran noticia, hoy se pelean por ver quién muestra la imágen más cruda del asesinato de Darío. Políticos, analistas, abogados, trazan hipótesis y reconstruyen los hechos, demostrando una y otra vez lo que todos sabiamos: que a Dario y Maximiliano los mató la policía. Atanasof se tuvo que guardar sus declaraciones provocativas, y la mentira quedó desecha.
Lo de Duhalde no se trata simplemente de una reubicación política, sino de una confesión de parte. Fue el gobierno el que preparó la represión, fue el gobierno el que agitó los medios desde hace semanas adelantando "mano dura", discutiendo la participación del ejército en la represión, amenazando a los piqueteros. Son ellos, y no otros, los responsables políticos e intelectuales de la muerte de Dario y de Maxilimiliano. No se trató, como dice el Gobernador Solá, de "un loquito suelto" el comisario que disparó sobre ellos, sino de la persona que dirigió paso a paso la brutal represión, el asesinato de los compañeros y el allanamiento ilegal del local de Izquierda Unida y de varias casas particulares.
Se trató de un plan sistemático, premeditado, preparado política y mediaticamente por el gobierno y su maquinaria de comunicación y que ahora pretende ser encubierto haciendo eje solamente en sus aspectos más burdos y sanguinarios.
¿Que intentarán ahora?- ¿Tratarán de montar una teoría de los dos demonios para criminalizar a los piqueteros?. ¿Encacerlarán a algunos policias como chivos espiatorios para que lo esencial quede impune?. ¿Continuarán con una campaña de "mano dura controlada?. Quizá sea muy temprano para decirlo ahora, pero no hay que bajar la guardia ni un instante.

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