VOLVER A LA PAGINA  PRINCIPAL
La Fogata con las Madres

ASOCIACIÓN MADRES DE PLAZA DE MAYO
 
Jueves en la Plaza, con las Madres. Discurso del 20 de octubre de 2005  
"La concentración ha sido brutal y la clase trabajadora, la víctima"

  Por Evel de Petrini, (Beba)
 
El obispo chaqueño Gianquinta, titular de la Comisión Episcopal de la Pastoral Social, que defiende al obispo Baseotto, que quería matar al ministro Ginés Gonzales García tirándolo al mar como hicieron con nuestros hijos, habla con una hipocresía increible de la posición de la Iglesia frente a la dictadura diciendo que ellos hicieron varias denuncias contra el genocidio y se preocuparon por los presos y desaparecidos.
 
¡Hipócritas y mentirosos! Miles de veces nos negaron entrevistas y no sólo eso, sino que apoyaron a la dictadura y sus asesinos, bendijeron sus armas y confortaron a los torturadores. Gianquinta no tiene moral para hablar y menos para erigirse en juez y criticar las disposiciones de la destitución del obispo castrense.
 
La tragedia vivida en Magdalena, con la muerte espantosa por asfixia de tantos presos, pone una vez más en evidencia las nefastas condiciones en que se vive en las cárceles. El horror del sistema carcelario, la forma en que se maneja el Servicio Penitenciario, la vida de los presos, cómo los explotan, como los usan y cómo deciden cuándo y de qué manera mueren o viven. Esto no es nada nuevo. Miles de denuncias han sido hechas. Las autoridades respectivas solo ponen excusas con las mismas frases desiempre: "Investigaremos hasta las últimas consecuencias". Pasa el momento de la noticia....y todo queda igual.
 
Señores jueces, Señor Gobernador: ¿hasta cuándo se seguirá permitiendo tanta ignominia? ¡Son seres humanos! ¡Terminen con estas situaciones!
 
A partir del lunes, ya sin el ruido de las campañas electorales, de la caza de los votos, de las promesas generalmente incumplidas haya ganado quién haya ganado, el gobierno deberá abocarse de lleno y con intensidad al crecimiento y la distribución del ingreso.
 
La lucha es ardua y difícil. Casi toda la población tiene algo que reclamar, unos más urgentes que otros, pero todos son reclamos justos, porque el país terminó el siglo veinte destruido. Destruidas las fábricas, destruido el empleo, destruidas las familias, destrida la esperanza.
 
La dictadura suprimió la mejor juventud, motor que impulsa el futuro y allí comenzó la destrucción. Con pocas alternativas y con una dirigencia caduca, en los últimos 20 años se consumó la destrucción total.
 
El legado recibido es una colosal deuda, mafias, corrupción, negociados y la liquidación del patrimonio de un país rico, reducido a escombros. ¡No todos perdieron. ¡Un sector ganó y cómo ganó!
 
La concentración ha sido brutal y la clase trabajadora, la víctima. Es hora de que los sectores concentrados y poderosos de la economía restituyan la parte que les robó a los trabajadores impunemente.
 
¿Qué país queremos? Un país para todos. ¡Hay que reconstruirlo!. No dar el voto a los que lo destruyeron, a los que tomaron los bienes de la Nación como propios ni a los que se aprovecharon del saqueo. Si sabemos votar y exigir a los que votamos, abrimos la esperanza.
 
Hasta el jueves que viene.